miércoles, 4 de agosto de 2004

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Lo siento

Estos días mi mente nubló,
y pedazo a pedazo mi vida quebró,
ocaso a ocaso esperé mi ida
de este opaco cuerpo ya sin vida.

Día tras día me traté de matar,
día tras día mis venas sangrar,
cada lamento y cada agonía,
a mi lado sólo hipocresía.

Divagando sin vida mi cuerpo camina,
habla el silencio y se esconde la herida,
huyo del mundo y tiemblo en el piso
abrazado al abismo.

Ruidos grotescos vagan en mi mente,
ideas perversas ruedan en la frente,
junto a mí la muerte,
fiel compañera inocente.

Hoja filosa en mi brazo camina,
surco lluvioso de agua tibia,
poco a poco por mis manos camina
ese lindo vital teñido de tinta.

Rodeado de ese mar bendito de vida,
dejo caer mi alma perdida,
cada rincón de mi ser es mojado
cuando me encuentro sobre estas aguas anclado.

Me preguntas por qué me he dejado caer,
lo siento, debo ceder,
éste es mi fin y yo decidí,
no temas, la muerte también llegará a ti.

Sobre mis ojos encontrarás mi despedida,
aquella que viene después de mi ida,
cuarto de suicidio presente está escrito,
ya en mi cabeza no hay más gritos.

No podrás entenderme y eso lo sé,
no espero que entiendas mi razón de ceder,
ya es muy tarde y vueltas reversas no hay,
lo siento éste ya fue mi final.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

010.Lo siento.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
04/08/04

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