sábado, 20 de noviembre de 2004

, ,

Libertad

Cada día es un nuevo día o por lo menos parece serlo,
quizás la monotonía me hace pensar que todos son iguales,
aunque cada día tiene obstáculos diferentes,
y a cada uno debo vencerles.

Desdichadamente cada día tiene un patrón,
unas veces sin mucha emoción,
otras tantas más distracción,
y algunas con mucha pasión.

Diariamente espero un cambio o una razón para darlo,
los recuerdos de un invierno pasado, pero no olvidado,
representan el más puro símbolo de libertad,
me alegra el vivir ese tiempo y mucho he deseado volver a tenerlo.

Nuestras miradas a veces vacías
no dejan contemplar la vida y sus maravillas,
estamos tan al pendientes del trabajo,
y de tener que quejarnos a cada rato.

Olvidé cuán maravilloso es la brisa que roza tu cara,
el disfrutar del aire puro que inhalaba,
el lento golpe de la brisa a la vegetación,
el mirar detenidamente mi alrededor con inmensa emoción.

No había nada que me perturbase el momento,
era como sentarse y mirar cómo ha pasado mi vida,
los grandes y pequeños logros, los anhelos y emociones,
los errores de los cuales aprendí, y todo lo que me esforcé.

Miraba ahora de una manera distinta,
comprendí que he hecho cosas importantes,
y otras que quizás terminaron en desastres,
pero lo viví y aprendí de ello.

Fui esclavo muchas veces y un jefe otras tantas,
olvidé muchos anhelos y algunas metas,
pero alcancé otras, para ello trabajé duro,
pero de trabajo y comida no perduro.

Comprendí que mis pensamientos me limitaban,
y que eran ellos quienes no me dejaban ser libre,
invertí casi todo mi tiempo,
y nunca me fijé en la hoja que movió el viento.

Nunca me fijé en las cosas simples y valiosas,
deje pasar mi tiempo sin disfrutarlo
porque sólo tuve tiempo para trabajarlo,
y fui ciego al tratar de ver cosas hermosas.

Los recuerdos de ese invierno permanecerán un tiempo más,
no sé hasta cuándo con certeza o realidad,
sólo sé que fui libre en un invierno
porque fue ese invierno que aprendí qué era libertad.

Para ser libre sólo necesitas quitarte los grilletes que tú mismo colocaste,
siempre habrá tiempo para todo y también para disfrutar la vida,
nadie comprará al tiempo sus minutos ni sus horas,
el tiempo pasará sin muchas demoras.

Si la vida te trata con monotonía,
trata de cambiar al radio la sintonía,
muchas veces en otras emisoras pasarán los mismo,
pero lo mismo no será todo el tiempo.

Sé libre o busca tu libertad,
quizás no puedas correr o caminar cuando quieras hacerlo,
pero nadie puede detener tu imaginación, sólo tú tienes ese privilegio,
no dejes que la rutina sea quien te convierta en lo que eres
porque ella no puede controlarte, sólo podrá acompañarte,
déjala en casa un día de estos y cruza el mar rumbo hacia el cielo.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

038.Libertad.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
20/11/04

¿Te ha gustado este contenido? Por favor, ayúdanos a mantener el sitio con una donación.

¡Gracias por tu apoyo!