viernes, 22 de abril de 2005

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Ella baila sola

Compartir mi amor, era lo que deseé hacer,
vivir de la ilusión, era mi ideal,
jamás cambiaría mi sentir por ti,
cada quien en su sitio con el estorbo de por medio,
la distancia y mi esperanza en un destello.
Tropecé con las piedras, pero aprendí a esquivarlas,
mi camino de llegada fue distinto en su empezar,
sueños que ahora se tornan vacíos,
tan vacío como el oscuro pasillo
donde mis cenizas yacen, y la lluvia cae.
Pude hacer mil cosas especiales,
tú, mi pluma y mis letras,
yo, sólo quien te espera,
nunca pedazos de tierra pudieron impedir,
olas de tristezas mi premio a recibir.
Tomaste de mí todo cuanto tuve,
mi corazón no negué a ti,
y esperaba no cambiaras el rumbo,
pues en un cruce quería toparme contigo.
No deseaba más de lo que pudieses darme,
no esperaba bajaras la luna ni el sol,
tampoco esperé sentir el temor,
y mucho menos este gran hueco en mí.
No me cierres la puerta, no quiero que duela más,
nunca te negué nada, y nada me guardé.
A veces pienso que abrir mi corazón fue un gran error,
pero tú quitaste las paredes que no me dejaban crecer,
no fue mi primera equivocación, pero quizás sí mi amor.
De los niños aprendí su sonrisa
pues ellos mostraban en ella cómo debía ser,
de ti aprendí a levantarme
pues nunca esperabas me dejase caer,
pero nunca aprendí cómo hago...
cómo hago que la ausencia no sea tan fría,
que el silencio no mate y mi corazón no desangre.
Descansa en mis brazos el tiempo que quieras,
o yo te imaginaré en ellos,
háblame en silencio, mírame en sueños;
de tu presencia me queda mucho
pues aprecio quien fuiste en mí,
pero no pidas que no me duela así.
Miro mis ventanas y sólo llueve,
los dos sabemos que no éramos el uno para el otro;
corazón no llores esta noche,
no desveles mi razón, tan sólo di adiós.
Mi pecho es un tambor que perdió su ritmo,
y la música de fondo, aquella con quien lloro,
en un baile de abril donde mis penas se hicieron sentir,
donde el baile es individual pues el show debe continuar,
en una pista desierta ella baila sola,
porque sola ha quedado luego de un tiempo a su lado.



Waldylei Yépez



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063.Ella baila sola.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
22/04/05
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viernes, 15 de abril de 2005

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Rosas azules

Caminos y cruces en la vía de luces,
mañanas espesas de niebla traviesa,
puente de hierro sobre el lago de fuego,
páginas amarillas de árboles y semillas,
el concreto de aquella frondosa selva,
y el guardar de las reservas.
A la luz de un rayo de fuego del cielo,
expuesta al sonido del silencio inerte,
al canto de una cigarra elocuente,
y en espera del mito de la llegada de un héroe.
Azul de colores, de colores azules,
así las cosas de valor se describen,
pues azul es el sueño, el sueño se tiene,
del sueño se vive, y al sueño se vuelve,
pues por utopías el poeta muere y camina,
vive o resucita, escribe o recita;
por los sueños seguimos y en lucha morimos.
Aquel sueño de los niños que una vez fuimos,
y las etapas que sin duda vivimos;
creo que la infancia marcada en instantes está,
y desde allí comienza nuestra verdad,
que quizás no fue un símbolo de luces azules,
pero nada es absoluto y en lo oscuro hay luto,
lugar del claroscuro y del oscuro claro.



Waldylei Yépez



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062.Rosas azules.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
15/04/05
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domingo, 10 de abril de 2005

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Mío

Creo que con el pasar de los tiempos
se hace presente un inminente futuro,
y en el dormir de los niños del pasado
que por seriedad dejamos a un lado.

Mundo y personas que buscan colores,
acuarela de ficción de hadas y castillos,
la caza de héroes con armaduras y títulos,
esbeltas princesas libres de impuros,
cualidades y aptitudes del más fino calibre
con poder en bolsillo y caros anillos.

No busco un héroe o la realeza,
pero busco más que apariencias;
yo creo en el construir de un futuro,
y en la importancia del interior
recordando qué es lo que nos da valor.

Inmensa alegría en niños de una navidad
como el amor que profeso,
en el más puro estilo de la verdad
de un condenado confeso.

Recordando que sólo soy una persona
prometo lo que pueda cumplir,
y con mis espinas defender el sentir
que poco a poco se apodera de mí.

Como un canto secreto de niños
recitar suavemente al oído
las palabras que aquí no pueda escribir,
pero que deseo poder decir.

Sé que no hay distancias tan grandes
que alejen a la luna de los rayos solares,
y que ellos se unen en el baile de los eclipses
como en la tierra, el árbol y sus raíces.

Mía es esa voz tuya que me hace temblar,
mía es la luz de tu sonrisa,
tuyas mis manos y mis letras,
tuya el agua de mis besos
que saciará la sed de tus labios.

Mío desde el final del universo
hasta el principio de mi alma,
mío desde lo sublime a lo perfecto,
mío para amarte con dulzura,
mío para darte lo que sólo tú puedes poseer,
mío para ser la dueña de tu amor,
mío...
como sólo mío puede ser de quien soy sólo suya.



Waldylei Yépez



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061.Mío.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
10/04/05
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