viernes, 13 de mayo de 2005

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Más que palabras (el poder de las letras)

La mano una fina expresión del sentir,
la pluma una elegante herramienta sin fin,
grafito oscuro o indeleble tinta,
borrones que palabras erróneas trazan,
y un marco de color que se alza.
Poema, poesía o prosa,
novela, cuento o ensayo de rosas,
todas firmes con brillante galantería,
y enormes cantidades en la estantería;
ellas profundas palabras asoman
o el sentimiento que retener no soportan.
El juntar palabras no les da su poder,
unir mil letras con ojos cerrados podemos hacer,
pero su valor no será igual
aunque con alevosía se puedan hallar,
pues el poder de un autor más allá se encuentra
desde mostrarte un tierno caudal
o una profunda ira y contienda.
El verdadero valor de las letras
es el sentir que habita en ellas,
es la verdad que les rodea,
y ese autor que deletrea
aquellas líneas deleitables
con un contenido muy afable
que mostrará con total agilidad
su alegre o triste realidad.
Pero aún su poder va mucho más allá,
no es sólo el sorprender con buenas líneas
o una excelente ortografía,
no es el llevarse por un libro de reglas,
no es simplemente desear ser un autor,
es serlo no sólo de mente sino de corazón;
es saber trasmitir un mensaje,
¿acaso debes graduarte para decir un: te quiero?
El regalo dentro de las líneas lo hace el autor,
no la búsqueda de posición ni cargos,
sencillez y humildad, verdad y humanidad
características que deseo junto a mí tener,
ser la pluma de desahogo,
ese hombro donde lloro,
ese salto de alegría
que aleja mi melancolía.
Prestigiosos autores de brillantes mentes,
y aquellos otros que tratan siempre
buscando libertad para exponer sus ideas,
aquellas que surgen como poderosas mareas
plasmadas así en infinitas líneas
llenas de sentimiento y quizás melodía.
La poesía no está llena de mentiras,
así piensan quienes en el amor no creen,
las circunstancias que marcan nuestro día a día
llevándonos de extremo a extremo en nuestras vías,
algunos no tenemos mucha suerte,
pero por vencidos jamás debemos dar;
yo creo en cada palabra que digo
porque he decidido haré realidad;
no es decir te amo a alguien,
y a su vez amar a todo el mundo;
no es decir te seré leal,
y no hacerlo físico o mental;
escribir: te doy todo lo que soy,
no es darle la espalda por un error o posición;
quien escribe hermosas palabras, pero sus acciones contradicen,
sólo escribe hipocresías, pero no poesía.
¿Para qué escribir si no crees en ello?
Yo creo en el amor,
yo creo en la inocencia,
yo creo que siempre hay esperanza,
yo creo en la entrega total,
pero no puedes obtener algo por lo cual no has luchado
o por un interés que no es mutuo;
el amor verdadero es de dos y no de uno,
se construye con esfuerzo y dedicación,
y no hay precio para pagarlo
porque sólo lo barato se paga con dinero;
eres responsable de tus actos y de lo que dices,
si quieres poner poder a tus letras
pon tu corazón a redactar,
esto no traduce ser sentimental
sólo ser realistas y mostrar sinceridad;
escribir de corazón es plasmar
una combinación de los mejores deseos
anhelos de progreso y esperanza;
la receta de un poema sólo la sabe quien la escribe,
cada uno es su cocinero de palabras.
La clave es llevar una verdad siempre,
el poder detrás de un te amo
está en la obra y no en la simple palabra.
La intensidad de un escrito
está en la equilibrada mezcla de sentimiento y letra.
Descubre el poder que puede plasmar cada uno
con su puño, papel y pluma,
descubre que son más que palabras,
ése es el poder de las letras.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

067.Más que palabras (el poder de las letras).Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
13/05/05

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