martes, 11 de septiembre de 2007

, ,

Hablemos

005. Hablemos. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

¿Por qué será que la vida nos enfrenta con caminos impredecibles? ¿Por qué será que nos presenta verdades, que llegan a pesar tanto? He reflexionado mucho sobre eso último: la verdad. Por ello, quizás es que hoy quisiera hacerle honor, y aceptarla porque seguirle negando de nada sirve, de nada ayuda. No se puede dar más prórroga a lo que es imposible retrasar. Pienso que ya ha llegado el momento de hacer lo que no hemos tenido coraje de hacer: hablar.

Por eso, te he pedido que ésta noche nos sentemos a mirar las estrellas, porque son ellas las que me llenan de calma. Tampoco quiero que nadie nos interrumpa pues, una verdad a medias sólo resulta ser una media mentira.

Sé que quizás te confundan mis palabras, pero no trato de hacer una novela de lo que no fue ni una pequeña prosa. Sólo quiero darle fin a lo que nunca tuvo principio.

Sé que, de tu parte, has dado todo cuantos has podido. No me es desconocido, cuánto te preocupas por mí y todo cuánto me has ayudado. También sé que evitarías decir muchas cosas, que piensas podría causarme algún daño. Y que lo último que quieres ver, es una lágrima rodando sobre mis mejillas. Pero hay cosas que no se pueden disimular, porque sólo se esconde lo que puede ser arropado por palabras, más el sentir mismo no las necesita, por tanto lo que sientes no se puede negar o esconder.

Sé que me tienes un gran cariño, aunque yo te vea como algo más que un amigo. Sé que nunca te enamoraste de mí, aunque lo intentaste pero el amor no yace en el “intento”, el que lo dice llena su cabeza de mentiras. El amor nace simplemente, puesto que es algo que se da y no es algo que se fuerza aparecer.

Te pido por favor no me interrumpas, ya he dicho una gran parte de lo indecible y aun así no he dicho lo más importante, por eso permanece un momento más en silencio.

Hace mucho comprendí que tus miradas no eran para mí, y cuando lo acepté pude ver más allá de lo que mostraban mis ojos. Es cierto que me negué ver lo que tenía frente a mí, era más fácil pensar que me querías antes de pensar que me mentías y te mentías a ti mismo. Temí muchas veces tener ésta platica, que me dijeses que era mejor dejar todo por acabado. Pero ya no temo. Si quisieras decirlo en éste momento, podrías estar seguro de que no me afanaré en suplicarte, en convencerte de que te quedases a mi lado. Posiblemente lo hubiese hecho antes, cuando quería permanecer ciega de los hechos, pero ahora no.

Supongo que, lo que más me costó aceptar, fue decirme a mí misma: un “nosotros” no funciona. No, no quiero que disfracemos ésa verdad. Terminamos disfrazando las cosas para que se vean mejor, o creyendo que será menos dolorosa pero no es cierto, lo único cierto es que quién la disfraza más, es a quién le duele menos la ruptura. Posiblemente esto pueda afectarte, pero no te afectará más que a mí. Sin embargo, no te sientas culpable pues no era tu obligación amarme, te lo dije y te lo vuelvo a repetir.

Como ves, me hago a un lado, y no es porque haya dejado de amarte, decir eso sería confesar una mentira, sólo quiero que seas feliz aunque todo esto me arranque la vida.

Es hora de que cada uno tome su camino, que busque y encuentre lo que realmente le corresponda. Pero antes de que mi voz cese ésta noche, me gustaría agradecerte todas las cosas buenas y bonitas que hiciste por mí. Gracias por ser una vez mi verso y mi prosa, por no haber juzgado mis errores y por tantas cosas que nunca sabrás.

No sé si quieras agregar algo más, por mi parte se han agotado las palabras. Además, no sé cómo despedirme así que simplemente te diré que: te quiero y que siempre te recordaré, lamento tener que irme pero así tiene que ser. Supongo que lo último que me falta es decir: Que te vaya muy bien…  

10/09/07 05:58 p.m. - 11/09/07 01:22 p.m. 01:31 p.m. 01:39 p.m. 10:39 p.m.

¿Te ha gustado este contenido? Por favor, ayúdanos a mantener el sitio con una donación.

¡Gracias por tu apoyo!