martes, 3 de enero de 2006

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Atrapada en una caja

Hay quienes temen a la oscuridad,
pero existimos otros que aprendimos a coexistir con ella,
y a protegernos en los rincones
con lo que allí se encuentre.

Aquí hay vecinos con distintas intenciones.
Todos precavidos miran al resto
con esa mirada penetrante,
y al mismo tiempo amenazante.
Nadie sabe qué oculta el otro
ni qué otro traerá la mano y la luna.

Aunque esté rodeada de otros de mi misma clase,
ser muy bueno no es conveniente;
a veces me quedo sin cena
pues los más fuertes quieren sobrevivir,
quieren salir de la caja y afuera vivir.

Me han separado de quienes quiero
por equivocación o por dinero.
A veces puedo ver las estrellas,
y me gustaría alcanzar cada una de ellas.

Otras veces veo una cara horrible,
la del hambre o del que cerca vive.
Y luego me dice: "allí te quedarás"
mientras comparte un pedazo de pan conmigo.
Hay veces que oigo risas,
pero estar aquí me hace trizas.

He querido escapar desde hace mucho,
pero el mundo es muy grande.
Me da miedo perderme
o ser rechazada como antes.

Sigo atrapada en una caja
esperando que alguien me lleve.
Por lo pronto comeré las migajas,
y gritaré fuerte desde mi caja...

¡MIAU!



Waldylei Yépez



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016.Atrapada en una caja.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 09:21 p.m.
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Ya no más

Tal día como hoy
vestida con traje de fiesta, busqué alguna respuesta
que me ha convencido de lo que debo hacer.
Tal fecha como hoy
que es el inicio del tiempo y de un calendario infinito
marcado por tantas vivencias como alegrías y tristezas.

Tal día como hoy
conocí mi gran ilusión, una ilusión pasajera
que ni aunque llore o ruegue, se queda,
tal día como hoy, como hoy.

A veces la vida trae sorpresas
que te alegran el momento, o un gran sentimiento
que luego se vuelven recuerdos, se vuelven vivencias.

Ayer éramos "algo",
pero hoy nos llaman "nada",
llegamos a un "nosotros",
y ahora estamos en el montón con los "otros".

En tu actitud de "tal vez" no puedo volver,
con una amistad no lo sé,
con indefiniciones o medias tintas no puedo vivir,
en más de una ocasión te pedí dejarme ir.

Hoy despido al día, al mes y al año,
si no puedes amarme, no hay más que hacer,
si no puedes dejarme, yo sí lo haré.

Ya no más
volver a caer en ilusión,
ya no más
de esperar que me ames o quieras,
ya no más
de creer tus palabras a ciegas.

Acepto lo mucho que pude amarte,
rechazo el trato que me das,
cancelo cualquier sentimiento
que no sea más que amistad.

O es blanco o es negro,
pero no mezcla de ellos.
Ya no más de situaciones como ésta,
es mejor que te vayas
o de mi vida te quedes fuera.

Ya no siento lo que tú
ni te necesito para ver el cielo azul.
Hace mucho se nos fue el amor,
ya ha muerto esta "cosa de dos".



Waldylei Yépez



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015.Ya no más.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 06:24 p.m.
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Mi alma

En algún tiempo atrás hubo un frío que me despertó, se oía un ruido muy fuerte al cual luego llamaron llanto y otros por su parte hablaban a gritos. Al principio no les entendía nada, después entendí cuál era el relajo que se cargaban.

Pronto me sacaron de mi casa donde estuve muy cómodo. Lo que pasa es que esta gente quería que estuviese con ellos, así que con ellos me quedé. Estuve algo fastidiado, y más tarde me pusieron a leer -lo cual me daba sueño a veces-, pero me inspiró para escribir alguna cosa -después también me aburrí de eso-.

Pasó mucho, y yo sentí que crecía física y mentalmente. Veía a la gente que se comunicaba así que aprendí algo llamado hablar, pero a veces nadie me escuchaba y entonces opté por gritar. Yo sólo quería atención, y claro que la obtenía, pero luego un gran regaño me ganaba. Con todo esto aprendí a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar y enfadarme. Sí, enfadarme pues a veces eran injustos los regaños, más cuando era algo importante lo que tenía que decir, pero hasta hoy nadie lo vio así; hubiese deseado que alguien escuchara mis pequeñas palabras por entonces. ¡Ah sí! También aprendí a desear.

Si contase tantas historias de seguro me llevaría más de un par de horas. De las experiencias que viví puedo decir que algunas fueron muy pesadas como cuando me propuse montar bicicleta, y terminé en el suelo con moretones en las rodillas. Lloré, sí pues eso también lo había aprendido, lo que no sabía aún era llorar por penas más grandes que un rasguño -cosa que no me tardé en aprender después-.

Mientras más minutos pasaba más cosas sabía, pero también me daba cuenta que más cosas ignoraba de cuanto había aprendido. Una taza a la cual echas agua se va llenando y haciéndose más grande en su contenido, pero ese contenido a lado del que puede caber en un jarrón aún es pequeño; y si lo comparo con un tanque esa agua en la taza era mucho más pequeña en cantidad. Me di cuenta que esto nos afecta también pues cuanto más nos llenamos, nuestro horizonte se expande y nos comparamos con algo o alguien más grande; luego pensé en que es allí donde nace nuestro espíritu competidor, y empecé a creer que debo llenarme más para sacar mejores calificaciones, o para ser mejor, o ganar un mejor puesto de trabajo, y a esto le llamé aprender -bueno en realidad no sé quién lo llamó así, sólo sé que en realidad no sé nada de nada-.

Otro día conocí a un ángel, y así llegó la hora de aprender amar. No es que no lo haya hecho antes pues amaba a quiénes siempre estuvieron conmigo, pero en este caso era algo distinto. Sí, no sé cómo explicar lo que no tiene explicación, pero puedo decir que era algo muy grande, mi corazón se salía de mi pecho y bailaba, brincaba, corría mientras mis manos temblaban, mi cara se sonrojaba y mis labios sonreían. Sin embargo, no duró para siempre, pero sí el recuerdo.

Como en todo, las cosas siempre empiezan y terminan; de hecho, se transforman como la energía. Después de estas vacaciones en la tierra, de seguro, volveré a casa para luego volver a estar de vacaciones. Lo cierto es que he aprendido mucho de esta experiencia, y al mismo tiempo es mucho lo que me faltó por aprender.

Aunque mi nombre es Alma, no pertenezco a un género específico, soy energía y en energía seguiré. Yo soy mi Alma, he venido a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar, enfadarme, desear, aprender, mejorar, evolucionar y amar, entre otras cosas. Mi gran interrogante es: ¿A dónde iré luego? Pues ni yo lo sé. Si acaso tú lo sabes, dímelo; si acaso lo descubro, te lo haré saber.

Alimenta el alma pues será nuestra vida, porque la vida es el reflejo del alma. Por eso pongo mi alma en cada cosa para que la vida fluya en ellas con amor, color y esperanza, pues ésta es mi vida, ésta es mi alma.



Waldylei Yépez



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014.Mi alma.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 05:05 p.m.
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lunes, 2 de enero de 2006

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No vendrás

Mirando la piel del agua
en la tranquilidad de la bañera,
y las olas que llegan hasta la tierra,
aquella que forma el vientre
junto a sus dos firmes islotes.

Perdiéndose en la paz del océano
que a la vez se vuelve separador,
en la ausencia de ese anclaje
que daría inmensa alegría al puerto.

Fantaseando una visita que una vez se haría
en mis sueños,
para cumplir la promesa hecha algún día
perdida en el tiempo.

Hablando con el viento que no deja de soplar
quien me ha confesado lo que no quise aceptar,
que nunca vendrías a mi isla
ni apoyaría mi cabeza en tu hombro,
que tus brazos no me protegerían
ni tus palabras me reconfortarían.

Pero todo puede cambiar, no dejo de soñar.
Ven a mí aunque sea un momento,
un nuevo romance podría nacer,
ése que nunca te atará, que nada malo traerá,
que tantas cosas quiere darte,
y muchas otras quiere hablarte.

Sin embargo, no vendrás,
aunque quiera darte tanto, no lo harás,
será el destino o no, no vendrás,
para qué soñarte, no lo harás.

En tanto tiempo u ocasión
mientras camino por la orilla,
jugando con la arena entre mis dedos
o acariciando las olas como el viento
me perdía en fantasías,
pensando en muchas cosas
que nunca pasarían, porque tú nunca vendrías.

Así viviré de sueños,
sobre lo que no se puede,
dejando de lado cosas,
y entre las espinas de mis rosas.



Waldylei Yépez



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013.No vendrás.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
02/01/06 12:59 a.m.

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Enciende las estrellas

Sé que quizás esto no sirva de nada
pues no sé cómo hacer que tu corazón me escuche,
no sé cómo hacer que mi palabra sea rosa
ni cómo cambiar mi manera de verte.

Cuando sale el sol un cielo bonito está,
pero pienso que aún le falta algo.
Cuando sale la luna se ve tan hermosa,
pero pienso que también le falta algo.

Traté de buscar una respuesta,
pero no había tal cosa.
Hasta que en un sol muy especial lo vi,
supe cuán importante eras para mí.

Vuelve tus ojos
cada vez que yo esté detrás de ti.
Vuelve tus ojos,
y contempla la luz que hay en los míos.
Sonríe tus labios,
y verás lo que haces conmigo.
Sonríe tus labios con sonrisa de sol,
aquella les sienta bien a los dos.

Por las noches desde el balcón puedo ver
a la luna muy triste pues la luz se le fue.
Enciende las estrellas de noche,
y enciende mi cama con roces.

Enciende la luz infinita de estrellas,
y con tu amor llévame a ellas.
Hazme volar por el mundo
con tu amor y en un sueño profundo.



Waldylei Yépez



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012.Enciende las estrellas.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
02/01/06 12:05 a.m.

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