domingo, 12 de febrero de 2006

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Arte de mujer

En el exterior o la intimidad,
donde sea el arte de mujer prevalece.
Esas curvas que se mueven en armonía;
perfecta silueta trazada con maestría.

Tu cuerpo tierra firme,
con tus montañas galopantes llenas de vida.
Tierra viva y cultivable,
desde tu centro, un árbol nace.

Tu pasión que arde como fuego
llevándote hasta la entrega más allá de tu carne,
de tus labios, de tus pechos.

Tu palabra apacible como el viento.
Curas con ella al más herido
dándole calma y a veces olvido.

Tu boca fuente de vital agua para la vida.
Sacias la sed con besos de dulce miel,
jugando al amor como sólo tú lo sabes hacer.

Tu quinto elemento es el corazón.
Corazón de mujer que todo puede, que a todos guarda;
proteges con tu instinto y tu coraza.

Mujer, símbolo de la vida,
el arte que a todos inspira.
También símbolo del amor,
tú, poderosa naturaleza llena de ilusión.



Waldylei Yépez



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010.Arte de mujer.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
12/02/06 01:57 a.m.
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Mi perspectiva

Mi vida se ha vuelto una ola de instantes
donde algunos han paralizado ideas y sentimientos;
otros, por el contrario, han dado su apoyo a ellos.
Es un andar y venir de vivencias
colmadas de amores o contiendas.

Bebiendo del conocimiento podrás ver qué te conviene,
y a cada instante y a toda hora serás tú mismo.
No importa que te aceche la oscuridad,
tú conoces la diferencia entre el bien y el mal.
Por eso, sé ese guerrero de luz que busca la verdad y la justicia,
porque no hay fronteras que no puedan ser derribadas.
Conozco la diferencia entre la luz y la sombra,
entre el éxito y el fracaso, entre lo fácil y los obstáculos.

Hoy más que nunca reafirmo mi perspectiva
pues ya no tengo que demostrar quién soy,
porque ya soy más de lo que los demás esperan.
No permitiré que nada derrumbe mis sueños
porque he luchado mucho para mantenerlos.
Me tumbaron una vez, pero no volverá a pasar
pues yo decido hasta dónde llego,
y mi límite es el cielo.

De frente al horizonte,
y con paso firme sobre la tierra.
Así sin modelo a seguir,
seguiré camino al porvenir.
Porque nadie más cobarde que quién se deja vencer;
fui cobarde, pero eso fue ayer.

Ya no siento vergüenza al decir que mucho amo,
ni del vacío que me dejó algún adiós
porque amé sin límites ni restricciones.
No me da vergüenza decir: te amo, te quiero, perdóname…
Palabras difíciles de pronunciar en su momento,
pero ahora las digo y las mantengo
sobre la tierra, frente al sol y contra el viento.

Ésta es mi nueva perspectiva,
de ahora en adelante la mirada hacia el frente.
Atrás no hay nada que buscar;
lo aprendido, aprendido está.
Quién soy está aquí y ahora
en la lucha por la meta que más añora.



Waldylei Yépez



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009.Mi perspectiva.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
12/02/06 12:40 a.m.

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sábado, 11 de febrero de 2006

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A ti me entrego

Bajo la fría luz de luna,
y sin perder de vista a las estrellas
conté para cada una de ellas
una razón para decir cuánto te quiero.
Pero al acabárseme las luces del cielo,
opté por un pañuelo
donde escribí mil veces te quiero,
y al reverso un te amo
con cinta, corazón y flecha,
y tu nombre y el mío sobre ella.

Aquí se me han marcado tus manos,
y tu olor lo transpira mi cuerpo.
Uso tus huellas de zapato,
y tu hombro como apoyo.
Tu boca se ha vuelto mía
como así tu piel y tu alegría.

Hermoso es oír los latidos de tu pecho.
Tocarte con delicadeza.
Que te arrulles en mis brazos
sabiendo que sólo entre ellos puedes dormir.
Maravilloso es sentirte más cerca que mi sombra,
y más necesario que mi alma.
Inconmensurable es la noche
que a ti me entrego hasta el alba.

A ti me entrego
para amarte total y completamente.
A ti me entrego
porque sólo siendo tuya soy completa.
Aquí se entrega tu niña, tu mujer y tu amante.
A ti me entrego, porque nací para entregarme.

Para entregarme a ti... mi dulce y fiel amante.



Waldylei Yépez



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008.A ti me entrego.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
11/02/06 10:46 p.m.
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Encuentro

Comienza a oscurecer poco a poco,
al caer la noche se acaba todo,
la niña buena debe ir a dormir,
mañana temprano debe salir.

Portarse bien ha sido su vida,
cuidar el vocabulario día a día,
carita alegre y de sonrisa,
esta noche vive la vida.

Camino del pasillo que te lleva
poco a poco a la alcoba llegas,
frente a ti un tipo te espera
para llevarte de la luna a la tierra.

En ese encuentro furtivo
despacito tus sentidos despiertan,
empezando con un beso en el cuello,
y otro hacia debajo de tus caderas.

La luna se engalana con su vestido plata,
sobre la mesa ya vacías dos copas,
encontrados entre sabanas blancas,
sin luz y a puertas cerradas.

Tus labios lentamente tocan cada rincón,
mientras hay un incendio feroz,
el calor sube cada instante,
se apodera de ti volviéndose interesante.

Las manos recorren los cuerpos
como el aire al desierto,
sedientos de más pasión
se motiva a la acción.

Caricias vienen, caricias van,
momentos que nadie sabrá,
sin compromisos están,
al despertar el otro no estará.

Mañana volverás a tu papel,
portarte bien ante el mundo,
que nadie se entere de tu gozo,
el que te da ese encuentro glorioso.



Waldylei Yépez



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071.Encuentro.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
11/02/06
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Mi sacrificio

El ayer era tan diferente del hoy,
ayer tenía muchas cosas por las cuales luchar,
hoy no me queda ninguna de ellas,
ya he dejado sueltas mis riendas.

Me pregunto por qué los sacrificios
nunca son conocidos,
y por qué vivo yo cautivo
junto a mis penas y sin sentido.

Hice tantas cosas por ti,
miles de sacrificios te ofrecí,
y ninguna vez te mentí
porque todo mi ser fue para ti.

Nunca pensé en el costo,
y que los problemas frustrarían mi reposo,
o que estaría esta noche pensando
cómo sería si estuviese a mi lado.

Recuerdo cuando juntos miramos
aquellas estrellas y nos besamos,
pasaron muchas cosas y te perdí,
no te imaginas cómo duele no tenerte aquí.

Mi único y gran amor tú,
mi único y gran anhelo tenerte,
pero al saber que no puedo poseerte
esta noche ya mi vida clama muerte.

Me dormí tanto tiempo queriendo no despertar,
y aún deseo lo mismo sin cesar,
pero mi suerte no llega hasta allá,
ya no hace falta otra razón hallar.

No quiero mirar el cielo más
ni contemplar otra estrella en la inmensidad,
una niebla oscura me rodea sin piedad,
y ésa es toda mi realidad.

Te perdí y nunca supiste lo que te di,
te alejaste y me quitaste el sentir,
ya el corazón omite los latidos,
y en mí sólo hay un gran vacío.

Aquí sentado en un cuarto oscuro
espero mi muerte día a día,
la paz que será mi alegría
fuera del llanto de mi agonía.

Sólo puedo ver el color negro frente a mí,
el ataúd ya veo venir,
pero no se apura para sacarme del sufrir
que esa noche me dejó tu despedir.



Waldylei Yépez



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070.Mi sacrificio.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
11/02/06
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