domingo, 29 de julio de 2007

, ,

Aquí de nuevo

001. Aquí de nuevo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Estoy aquí de nuevo. Sí. Para desnudar el alma entera sin que te des cuenta. Para que pienses que es otro capitulo de la novela, o para que hagas caso omiso de todo lo que mis letras desvelan. Quizás para decir las mismas cosas de siempre. Tal vez para mentirme como lo he querido hacer. De más estará decir todo lo que es necesario, o lo que es preciso. Sin embargo, voy decirte todo y no voy a decirte nada a la vez.

Primero déjame hacerte una pregunta, o un par de ellas al mismo tiempo, ¿Te has puesto a pensar la razón de mis letras? ¿O sólo yo me he preguntado si te lo preguntarás?. ¿Acaso no te has preguntado si te muestro mi propia vida?.

Me hago ante ti profundas preguntas y les doy adecuadas respuestas, tal vez las mismas que me gustaría escuchar de tu boca. Pero que tu boca nunca dirá. Continuamente velas por mi seguridad pero no por ver más allá. Y me pregunto qué es lo que cuidas. Mírame, esta noche estoy desecha por dentro. Y no es que te hayas descuidado, es sólo que velar por mi corazón no estaba en el trato. Puesto que velas por mi apariencia y cuidas de mi progreso. Pero no te interesa ver lo que hay en mi pecho. No te has preguntado si en él he sentido frío o he sentido calor. O si alguna vez tuve alguna herida. Tampoco sabes que le puse tu nombre.

Y aquí estoy nuevamente, apoyada en el marco de mi ventana. Mirando pasar el autobús del mundo, donde hoy no he querido montarme. ¿Para qué? ¿Para decirte lo mismo que ayer? ¿Que estoy bien? Y tú lo creerás.

¿Cuál es la razón de mis letras? Quizás acompañarme entre tanta soledad. Tal vez inventarme mundos que no existen. Tan invisibles como el más pequeño átomo en el mero centro de mi interior. Tan utópico como el pretender que me muestres amor. Sí, he creado las palabras que me gustarían tanto oír pero que no te atreverás a decirme, por eso me las invento. ¡Te amo! ¡Te quiero! ¡Te extraño! ¡Te espero!


Continuar leyendo Aquí de nuevo

jueves, 19 de julio de 2007

, ,

Mi pequeño viaje

Quizás una de las cosas que hoy en día nos causa gran gratificación es sentarnos a mirar atrás para darnos cuenta cuánto hemos aprendido, los obstáculos que hemos superado, las alegrías encontradas después de un gran esfuerzo. Ver que nuestros problemas pasados, en estos momentos, no representan un inconveniente tan grande como cuando estuvimos enfrentándolos la primera vez.

Supongo que todo se compone de ciclos. Los empezamos y los cerramos, para abrir otros ciclos en nuestra vida.

En mi caso particular, hoy me toca cerrar un ciclo muy importante para darle paso a otro que seguramente será mucho más importante, donde se vendrán más y más retos, pero como se diría por aquí: “¡Yo misma soy!, véngase lo que se tenga que venir que aquí estamos para enfrentarlos”.

Con este ciclo también se cierra la Colección Mi Respuesta, así que “Mi pequeño viaje” resulta ser el último texto de esa colección.

Aprovecho para extender mi agradecimiento a Eduardo Sandoval por ser mi editor, mi guía. Gracias a su paciencia, comentarios y cariño muchos textos tomaron forma pues supo dirigirme y darle sentido a muchas ideas espontáneas.

Sinceramente, ¡Muchas Gracias!


021. Mi pequeño viaje. Mi respuesta. Waldylei Yépez.doc

En toda visión, en cada sentimiento o cualquier objeto

siempre podrás encontrar Su Energía allí dentro.

Sí, aquí donde se alzan los más bellos picos de nieve,

acá donde las montañas se apoderan del relieve

y más allá de los ríos, hasta incluir lo que siempre he llamado: mío…

No importa qué pueda tratar de escribir sobre éste u otro paisaje. Nunca podría plasmar la maravilla que representan o lo que hacen sentir. No soy capaz de describir nada, pues comienzo con una idea y termino con otra entre las manos. Quizás lo más acertado sería compararlo con lo que soy a tu lado. Pero ni así. Lo único que puedo considerar cierto es que, en mi Cuerpo Sutil, quedará siempre grabado este pensamiento, sentimiento o visión, los cuales seguramente revivirán en las venas del viento cada vez que añore este instante y cada vez que ansíe volver a verte.

A pesar de todo esto, permíteme intentar mostrarte otras formas. No usemos palabras, ellas jamás te dirían la absoluta verdad. Tampoco creo que mis ojos puedan transmitirte con fidelidad lo que trato de decirte, pues las miradas también tienen su propio lenguaje. Por ahora sólo sígueme, pero no vayas delante ni vayas detrás, debes ir siempre a mí lado, debemos acompasarnos, puesto que no eres ni soy más, somos igual.

Déjame traerte a mi pequeño viaje. Déjate llevar. Confía en mí. Déjame mostrarte que nunca habrá distancias y que me tendrás en tus brazos con sólo quererlo. Yo te enseñaré a verme detrás de la ausencia, delante de la soledad y de lado a la verdad.

Donde quiera que me leas, donde quiera que me pienses: yo estaré allí. Permíteme mostrártelo.

No pienses que habrá alguna interrupción. Tampoco temas, nadie te vigila.

Tus ojos no podrán verme si tu mente no lo permite. Espera, no trates de poner mi imagen en ella, deja que yo surja de la nada. No pienses en la frase: “ojala estuvieras aquí”, es mejor que digas: “que bueno que estás aquí”. No pongas sutiles barreras, yo estoy aquí y soy real y tangible.

Cierra los ojos, por ahora no los necesitarás pues lo esencial se siente aunque no se vea. Ahora sólo escúchame. Sí, estoy a tus espaldas y puedo susurrarte al oído tantas cosas, aunque muchas de ellas ya las sabes. Siente la calidez de mi aliento sobre tu oreja. No pasa nada, déjate llevar.

Siéntete en el pico de la inmensidad. No tengas miedo, no hay forma de que caigas del cielo. Nada podrá arrebatarte el momento. No, aún no digas más.

Deja que la brisa fría se apodere del entorno. De tu piel yo seré un escudo y su capa. Te daré todo el abrigo y la calidez de mi pecho. Siente cómo me adhiero a tu cuerpo.

Por favor, abre tus ojos. No, no pronuncies mi nombre, sólo siente mis dedos que se pasean en tus labios, esos labios que tanto han añorado los míos.

Por Ley, te conviertes en lo que tu mente enfoca, y por ello mismo, siempre vas a dónde se evoca. Cuántas veces te he sentido. Son innumerables las ocasiones que te he pensado. Pero esta vez ha sido diferente, pues has sido tú quien me ha traído hasta ti. Quizás porque me necesitas tanto como yo te he necesitado. Tal vez porque muchas veces me soñaste a tu lado.

Pon tu mano sobre la mía. Puedes sentir mi calor. Y seguramente, puedes sentir mi temblor. Entrelaza mis dedos. Siente el palpitar del silencio.

Sólo puedo quedarme tanto como tú me permitas.

Me gustaría saber si has soñado conmigo. Si abrazando a una almohada has pensado que puedo ser yo. Si enfocando tus ojos a una foto, has acariciado mi rostro. Si has presenciado un atardecer y anhelaste que yo allí este. Si me convertiste en letras para leerme una y otra vez.

Gracias por ser lo que eres. Por ti aprendí a traspasar los duros muros de las distancias y las ausencias.

Eres un sueño que ha vivido para mí, y soy un sueño que ha vivido para ti. No importan los planos, los kilómetros ni el tiempo. No hay espacio cuando lo que manda es la Magna Luz del Corazón, ésa Luz que nunca falla.

Háblame cuando estés durmiendo. Suéñame cuando estés despierto. Abrázame cuando tengas frío. Acaríciame para sentirte mío.

Cuando sólo el silencio sea el que hable, visualízame.

Cuando creas haberme perdido, léeme.

Si crees que soy tu Otra Parte, búscame.

Y cuando me tengas tan cerquita, como ahora, bésame.

Piénsame, para no sentirme sola.

Espérame, ésa será mi razón de lucha.

Quiéreme, ése será mi escudo para nunca dejarme vencer.

Y, por último, Ámame hasta que ya no puedas, y cuando lo hagas me sentiré viva dentro del viaje que representa mi vida. Me sentiré plena. Me sentiré la Mujer más Feliz y Serena, puesto que te amé y me has amado, que te quise y me has querido, que tu corazón se ha encontrado conmigo.

Gracias por ser el acompañante que siempre quise en mi camino, por ser el sueño que se ha convertido en realidad, y aquel instante que me ha hecho sentir viva donde la Princesa se hace Reina, y la Niña se gradúa de Mujer al amanecer.

07/07/07 08:32 p.m. - 09/07/07 05:00 p.m. - 09/07/07 05:28 p.m. - 10/07/07 12:56 p.m.

14/07/07 05:05 p.m. - 14/07/07 05:24 p.m.

15/07/07 12:16 p.m. - 19/07/07 01:45 p.m.

19/07/07 02:00 p.m.
Continuar leyendo Mi pequeño viaje

viernes, 6 de julio de 2007

, ,

No más

020. No más. Mi respuesta. Waldylei Yépez.doc

No sé qué pienses en torno a este tema,
quizás discutirlo hasta este de más,
pero necesito desahogar
lo que llevo por dentro y no me deja respirar.
Posiblemente he criticado muchas veces
pero si era a ti, preferí no decir más
para evitarme algún conflicto
y no pelearme contigo.
Pero hoy las cosas han cambiado,
si era tu idea decepcionarme o desilusionarme
… lo has logrado.
Tus crueles actos y palabras,
las criticas descabelladas
han abierto un agujero en mi pecho
y aunque me aguanté tanto tiempo
prefiero decir: ya no más.
Ya no más de tus migajas de cariño,
más ha sido tu daño hecho verbo
que tus buenos tratos conmigo,
más ha sido tu desprecio
que los detalles que has tenido.
A ti parece no importarte nada ni nadie
aunque a veces finges soñar conmigo,
y a pesar de los recuerdos
todo se ha perdido,
y no lo digo con rabia, ni con tristeza
para serte franca, lo digo con alivio.
Ya no temo perderte amor,
o tal vez deba decirte amigo,
quizás sea mejor decirte: desconocido
porque ya no te quiero,
ya no te pienso ni tampoco sueño contigo.
No planeo herirte sinceramente,
pero sabes que detesto fingir
no sé cuántas veces conmigo has fingido,
sólo puedo decir que yo fui real,
cada palabra dicha fue sentida en el alma
y aunque ahora poco valga
quiero decirte que te adoré,
que te quise y de ti me enamoré,
puedes ponerlo en duda
ese será tu problema,
por mi parte no mendigaré más tu amor
porque no me importa, ni vale la pena,
lo que alegra al alma buena
es sentirse querido
y no niego que durante instantes lo fui contigo
pero nada vale aferrarse a lo pasado
cuando ahora te miro a los ojos y no siento nada,
cuando sólo vacío hay donde hubo luz,
donde hay más puñaladas que cuentos de hadas.
No, ya no temo perderte
puedes irte y que tengas suerte.
Amigo, desconocido o como te llames
me alegró conocerte,
no sé qué será de tu vida mañana
sólo puedo recordar que fuiste mi gran amor ayer,
que hoy por mi puerta un extraño pasa
y que ahora se siente tranquila toda mi casa.
Mi mente no se pregunta: ¿Será que le gustará?
simplemente ahora digo: ¡Se ve genial!
no sé por qué siempre necesité tu visto bueno
para cosas que poco te importaban,
supongo que era una especie de respeto
o ligarte de alguna manera a mi mundo y a mis sueños.
Ya no temo tus miradas de rabia
por mí, puedes hacer lo que se te de la gana,
poco importan tus comentarios vanos
lo que importa es que trabajen mis manos.
¿Habré sido muy directa?
¿Acaso seré yo la mala en todo esto?
Mejor es no decir lo que tú me has hecho,
sólo puedo aclarar que mi corazón has maltrecho.
Si te vas o te quedas, a mí me da igual
ya por encima de mí no pasarás,
mis caricias ya no tendrás,
mis detalles, mis te quiero: ya no más.

Ya no temo perderte
porque ya no te pienso,
ya no temo
porque me das igual,
ya no
porque no te extraño
ya no
…porque no te amo…

05/07/07 06:48 p.m.
06/07/07 12:53 p.m.
Continuar leyendo No más

lunes, 4 de junio de 2007

, ,

Yo te propongo

019. Yo te propongo. Mi respuesta. Waldylei Yépez.doc

A menudo me recuerdas a alguien.

Allí yace en tu forma de expresar, o tal vez en tus ideas. La manera de mirar al mundo y su bullicio, o quizás lo que reflexionas.

Casi parece que sé todo de tu vida, y sin embargo, no conozco ni un detalle de ti.

Pareciera que te comprendo, o quizás que te acompaño y que tú me acompañas.

Siempre me recuerdas a alguien, me recuerdas a mí.

No sé cómo expresarme, pero sé que eso no importa, igual me comprenderás. ¿Cómo lo sé? No podría decirte, no podría explicarte.

Hoy te propongo que veas más allá de lo que conoces.

Porque soy más de lo que los demás ven.

Mírame.

Y Descúbreme.

Yo te propongo que te querré el día de hoy, desde el alba a la aurora. Porque para mí no hay mañanas, ni hay ayer, sólo existe el hoy. YO TE QUIERO HOY.

Yo te propongo mostrarme tal cual soy, y aceptarte tal cual eres. No me importa que te guste el amarillo, o a mí me guste el verde. Me da curiosidad saber que da aquella mezcla. Me da curiosidad saber qué has de pensar, si tan solo es una loca idea o si puede ser verdad.

Yo te propongo escuchar todo cuanto tengas que decir. Háblame de tus virtudes y tus faltas, no te juzgaré. No condenaré tus errores. Porque no quiero que condenes los míos.

Yo te propongo ser el pilar que te sostiene cuando crees derrumbarte. Ser la mano que te libera de la amenaza sombría. Ser el compás que acompaña a tu son. Ser la guardiana de tu corazón, porque tengo tanto para darte y para decirte, mientras tú tienes todo lo que yo quisiera mío.

Yo pudiese proponerte tantas cosas…

Como hacer de esta noche majestuosa.

Quitarme el traje que cubre mi piel, y mostrarte el que cubre mi alma.

Abrir mis puertas y cerrar mis ojos. Conocerte poquito a poco.

Hablarte con suavidad.

Susurrar un: Te Quiero.

Hacerte conocedor de mis más profundos secretos.

Déjame descubrir quién eres mientras descubres quién soy.

Déjame sanar cualquier herida

que pueda haber en tu corazón.

Ven, enamórame.

Ven y descúbreme

mientras me seduces.

26/05/2007 03:19 p.m. 28/05/2007 08:20 p.m. 29/05/2007 02:19 p.m. 04/06/2007 09:41 p.m.
Continuar leyendo Yo te propongo
, ,

Migajas de un poeta

018. Migajas de un poeta. Mi respuesta. Waldylei Yépez.doc

 A los pies de la majestuosa Cúpula de Constantino, nacía la Plaza de la Piedad. Las calles y paseos adjuntos estaban construidos con piedras grises debidamente talladas. Un monumental Obelisco yacía al centro de una vieja, seca y olvidada fuente. Todo el mundo conocía la plaza por ser la zona de espectáculos callejeros, algo de mercado negro y casa de vagos que dormían sobre los bancos.

Un personaje bastante conocido allí era el chico apodado “El Poeta”, quien rimaba algunos versos en busca de alguna limosna. A veces las conseguía, sin embargo, la mayoría de la gente le gritaba:

« ¡Deja esa tontería de poeta! ¡Vete a trabajar! Bueno para nada…».

Él ni caso les prestaba. Además, se decía que ya tenía un trabajo llevando encargos por la ciudad y que las limosnas solo eran para seguirse ayudando.

 Vivía aquí o allá, era un joven de la calle, pero esto le gustaba pues decía sentirse libre como las aves.

Cierto día, mientras yacía en pleno repertorio en La Piedad, se quedó mudo e inmóvil de golpe. Quienes lo rodeaban se miraron unos a los otros, se preguntaban si aquello formaba parte de la actuación. Entonces el poeta despertó de su letargo y dijo:

 “¡He visto un ángel!”.

Algunos habían mirado en la dirección que aquel chico veía, ante los ojos de esos curiosos se posó la figura delicada de una linda chica. Sus harapos revelaban su humildad y su mirada la inocencia. Tenía más o menos la edad del poeta.

Cuando sus ojos se tocaron ambos quedaron inmóviles. Ella se sonrojó, le sonrió y se retiró. Él estaba pasmado ante aquella presencia, tanto así que no pudo correr tras de ella para averiguar dónde vivía.
Continuar leyendo Migajas de un poeta