sábado, 30 de mayo de 2009

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De las ruinas del Castillo

045. De las ruinas del Castillo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Aquel era un Castillo como cualquier otro, pero único como cualquier otro. Dentro de él muchos eran los caminos y habitaciones, parecía que no tuviera fin pues poseía una profundidad como la que posee cada ser, cada persona. Era un bonito Castillo, rodeado de vegetación y un hermoso lago azul del cielo. Se comentaba algunas cosas de ese sitio, entre ellas: los grabados que tenían los cristales de las ventanas, grabados de infancia y de ilusión que tomaban vida cuando la luz del sol rociaba su brillo sobre ellos. Parecía que danzaban, parecía que soñaban. Cada uno, episodios de tiempos pasados, tesoros que jamás se pierden ni por acción del tiempo. Todos estos cristales, bellos cristales, rodeaban al Castillo desde lo más alto a lo más bajo.
Por lo general, siempre hacía un buen tiempo en ese sitio, aunque como es normal llovía de vez en cuando, pero venía la calma después de la tempestad.
Un día las tormentas se apoderaron del Castillo, truenos y relámpagos, el mal tiempo abundaba, ya el sol no hacía danzar los grabados porque no había sol, no había luz. Gran parte del Castillo se sumergió en sombras. Dentro sólo había silencio aunque de vez en cuando se escuchaba la voz del trueno como un profundo eco, eco que se esparce a través de la nada, porque en eso se había convertido el interior del Castillo: en nada.
Y los cristales se volvieron un muro de piedra, las compuertas y puertas se alzaron cerrándose vertiginosamente, pareciera que ese Universo se hubiese encerrado en sí mismo mientras el caos se apoderaba del entorno.
Fue entonces cuando llamaron a la puerta principal. Dos guerreros salieron a recibir al visitante. Al verlo le saludaron con respeto agachando sus cabezas y miradas, más no cruzaron palabra alguna. El visitante vestía con una hermosa capa Violeta y su porte y presencia inspiraban respeto. Caminó hasta la sala principal y detrás lo siguieron los dos guerreros. Más la sala no era lo que solía ser, ahora estaba en sombras con una luz muy tenue a lo lejos.
- ¿Qué ha pasado acá? -. Preguntó el visitante.
- Creador, su Universo ha sido maltratado, nos golpea la máxima de las tormentas que jamás nos asoló -. Respondió uno de los guerreros, quién llevaba una túnica Azul.
- Ha sido mi culpa -. Continúo el guerrero de túnica Roja.
- ¡No es así! Todos fuimos engañados… -. Replicó el de Azul.
Azul era el guerrero denominado Razón, para él todo tenía una explicación, una verdad y una lógica. El guerrero de Rojo era representación de la Intuición, por ende manejaba sentimientos y emociones. El Creador era quien había construido aquel Castillo, su Universo, su Hogar, su Yo.
- No es momento para buscar responsables, ¿Cuánto es el daño recibido? -. Preguntó entonces el Creador.
- Mírelo por sí mismo Creador…-. Le dijo Razón mientras señalaba una de las puertas.
El Creador se movió hasta la habitación señalada y miró dentro de ella. Aquella era la habitación de Razón, dentro había una gran biblioteca donde se podían encontrar todas las cosas que él había aprendido, los razonamientos, las reflexiones. Habitualmente se encontraba todo aquello muy ordenado, ahora todo yacía en el suelo, revuelto, como pensamientos sueltos, sin orden, sin concordancia, sin relevancia. Algunos pensamientos importantes yacían calcinándose pues se habían vuelto obsoletos, ya no se podía creer en algo que estaba demostrado no era cierto. El Creador miró a Razón y pidió una explicación.
- Toda mi vida creí que la Verdad estaba por encima de cualquier mentira, y que si se era honesto se recibiría lo mismo de las personas. Además, que una mentira no podía ser consistente por mucho tiempo, porque una mentira siempre lleva a la otra y en algún punto se cae, corroboré que no necesariamente aquello es cierto, corroboré que de verdad se puede crear una mentira consistente, y que el hecho de ser honestos no garantiza que los demás lo sean. Por eso he quemado ideas, conceptos que ahora están errados, porque está demostrado que tales ideas no eran como se habían pensado -. Respondió aquel.
El Creador no dijo nada respecto a eso, en su lugar continúo viendo y buscando los daños causados al Castillo. Llegó entonces a la habitación de Intuición.
Intuición manejaba emociones y sentimientos, por lo general siempre se empeñaba en mantener el orden, pero aquella habitación era el Infierno mismo. Todo estaba revuelto, la tristeza imperaba, el dolor se imponía y aquellos como la alegría eran relegados a un rincón profundo y sombrío. Aquel sitio ya no era de Luz, era un cuarto invadido por las sombras. El Creador se volteó entonces y miró a Intuición como buscando alguna respuesta, pero el guerrero seguía cabizbajo, desde que él había entrado al Castillo no lo vio mirarlo un instante a los ojos. Se sentía el culpable de todo aquel desastre, se decía que si tan sólo hubiese hecho su trabajo aquella nube de sombras no habrían llegado tan lejos, que tenía que haberse dado cuenta… pero no pasó. El Creador entendió que el sufrimiento de Intuición era inmenso, mucho más que el de Razón, por lo menos Razón sabía que no solamente él era responsable, entendía que había actuado con lógica, y por ello no vio que algo no calzara, pues efectivamente aquel ataque de mentiras era tan perfecto como la Verdad misma.
El Creador continúo examinando aquel Castillo, sus golpes y destrozos, la oscuridad en la que se había sumido. Aquel ya no era lo que había sido. De repente se volteó y preguntó.
- ¿Dónde está Corazón? -. Se había extrañado de no verlo aún.
Ambos guerreros se miraron entre sí, fue cuando Razón señaló la habitación al fondo, la más oscura, la más sombría. El Creador se apresuró a llegar al sitio señalado y miró hacia dentro. Allí estaba Corazón tumbado en el piso, agujereado por las dagas que lo habían azotado, adolorido, triste, con un pequeño halo de vida.
La pasividad que había estado en el rostro del Creador fue perturbada, no podía creer que Corazón estuviera tan dañado, se acercó rápidamente y se tumbó de rodillas junto a él.
- ¿Qué te han hecho? -. Le dijo.
Corazón lo miró con ojos tristes. El Creador lo tomó entre sus brazos y lo arrulló.
Razón e Intuición sufrían, ninguno había podido proteger a Corazón y ahora él moría.
- Eres un corazón que amó mucho -. Le decía Creador. - Y que aún es capaz de amar a quien le hirió con tanta fuerza que ni siquiera es necesario el perdón a su ofensor, porque para ti no hay ofensa, y he allí tu halo de vida… el Amor -.
Creador colocó su mano sobre la más grande y profunda de las heridas.
- El Amor dentro de ti será tu cura, porque el Amor es Vida, es lo más fuerte y más sagrado que puede haber. He allí El Magno Poder -.
Mantuvo así su mano sobre aquellas heridas y exclamó:
- La Luz siempre es más poderosa que las sombras, las sombras no tienen poder alguno, no importa cuán grande sea ante nuestros ojos, no tiene poder. Odio y rencor no son remedio y tan sólo traen dolor al dolor. A las llamas del Fuego Violeta echamos todo lo malo, todo aquello que causó algún daño para que sean Transmutados. Bendecimos el bien recibido y seremos justos reconociendo lo bueno que se nos dio. Que las lluvias que han caído de nuestros cielos, de nuestros ojos, rieguen las nuevas flores que mañana verán la luz del día. Que como Girasoles volteemos a ver la Luz, y como Aves en Vuelo demos paso a nuevos horizontes, a nuevos tiempos. Que nuestro dolor resulte ser el crisol que nos dé sabiduría para aprender a vivir al paso de los días. Que el tiempo sea nuestro camino y que junto a él vivamos los procesos que nos corresponda superar. Que cada día sea un día maravilloso, y volemos juntos por este cielo hermoso. Que aunque nuestra Razón e Intuición nos hayan fallado, sepamos perdonar y perdonarnos, pues nada está dado y nada es predecible ni somos infalibles. Sigamos creyendo y sigamos creando pues mañana es un nuevo día, mañana habrá un nuevo sol y jamás nada puede vencer al Amor…-.
Después de esas palabras, las heridas sangrantes de Corazón cerraron quedando en su lugar apenas cicatrices, cicatrices que le recordarán que amó mucho y que el Amor es más fuerte que cualquier otra cosa.
Razón volvió a su habitación y poco a poco restablecería el orden, aprendería lo necesario y mejoraría lo que ya sabía. Intuición también hizo lo que le correspondía. Corazón por su parte colocó en un lugar privilegiado los buenos recuerdos de quienes le habían hecho algún daño, y dejó ir lo malo junto al Fuego Violeta. Los cristales convertidos en muros de piedras se revirtieron, y a la mañana siguiente danzaron de nuevo a la luz del sol. Lo que había sido roto fue restablecido en aquel Castillo…

Puede que un día nuestra Razón e Intuición nos fallen y puede que alguien termine dañándonos de alguna manera, pero no por ello dejemos que las culpas y los rencores se apoderen de nuestro Corazón pues él es un tesoro. Tal vez no todos logren verlo, pero lo más importante no es eso, lo más importante es que no dejes de verlo tú. Si nuestro Corazón amó mucho, entonces que no deje de hacerlo, que no lo opaque las sombras porque las sombras no tienen poder sobre el Amor, el Amor que yace en tu Corazón… Despierta.

30/05/2009 10:00 p.m.
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martes, 5 de mayo de 2009

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Me entrego a ti

044. Me entrego a ti. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Mis emociones vuelan a través de mis silencios,
y al caer la noche, mis estrellas se engalanan
festejando tu presencia en medio de ellas,
iluminando como soles que aclaran las sombras de la noche,
y todas juntas bailan al sonar de tu voz,
voz que se vuelve canto,
voz que me arrulla como un cálido manto…

Veme aquí, amor de mis amores. El único, el más grande de todos. Veme aquí entregándome completa, plena y dulcemente a tus ojos, a tus manos, a tu amor. Veme aquí tan enamorada de ti, queriendo entregar cuantos besos puedan darte mis labios, queriendo aferrarme en el más largo de los abrazos.
Mi Sol, mi dulce Sol. Camina conmigo en este claro de luna, a través de las hermosas flores que buscas para mí y que tantas veces me has regalado, todas, absolutamente todas las he guardado. Todos los detalles que has tenido conmigo los he puesto en una cajita de cristal, para que queden intactos y el tiempo nunca pueda borrar todo lo que me has dado, así es mi amor, mi querido amor, no he olvidado ni olvido, no olvidaré aquellos besos desbordados de cariño, todos y cada uno de tus detalles, todas y cada una de tus palabras que me han hecho soñar, vivir en la más hermosa y maravillosa de las ilusiones. Mi Amor, me entrego a ti en cada una de mis palabras, en cada una de mis caricias y en cada uno de mis besos. Digno eres, merecedor de todo el amor que pueda llegar a sentir y entregar una mujer. Digno de ser amado con pureza, digno de ser soñado con tanto anhelo, digno para entregarme completa a tus besos. Veo en tus ojos luces de esperanza, veo caminos que recorreremos tomados de las manos, veo dos mundos unidos y fundidos en uno solo, tanto veo, tanto sueño, ¡tanto amo! Mi amor, mi amado, me entrego a ti…
Te entrego mis brazos. Serán tu refugio cada vez que necesites descanso, cada vez que te sientas débil y quieras reponer tus fuerzas. Cada vez que tu sensibilidad se vea afectada, yo estaré para protegerte, para cuidarte y sobre todo para respetarte. Yo estaré, sí estaré, me encontrarás, me tendrás muy junto a ti arrullándote entre mis brazos, diciendo lo precioso que eres y que Te Amo.
Te entrego mis manos. Con ellas te tocaré, con ellas acariciaré tu rostro muy despacio, te expresaré mi ternura, toda aquella que tú me inspiras, toda aquella que quisiera entregarte, toda aquella que mi corazón acumula al pensarte y al soñarte. Toda aquella que es sólo tuya, sólo tuya…
Me entrego a ti, me entrego completa, me entrego plena… Plena, así tú me haces sentir, porque soy yo misma cuando estoy contigo, pues me siento total y sé que el sueño que tengo de mí misma se hace verdad, porque soy lo que he querido ser, alcanzo las nubes pues el suelo bajos mis pies ya no me ata, y puedo volar como ave en libertad, en el más grande soñar.
Te veo, me veo, nos veo en un mundo de amor sin limitantes, de amor puro, de amor leal. Nos veo en muchas, muchísimas escenas de la vida misma compartiendo, sonriendo. En una bella realidad donde el uno respeta al otro, se respeta su tiempo, su espacio y su libertad, sí mi amor, pues yo no intento ni intentaré encadenarte mi bello Ángel de Luz. Jamás la manipulación tocará nuestra puerta, jamás nos juzgaremos sin un derecho a réplica, mantendremos tan fuerte como ahora nuestra hermosa comunicación, tú conociéndome y yo conociéndote.
Comparto tus sueños, porque para mí tus ideales son valiosos, quiero que los alcances y quiero estar junto a ti cuando eso pase. Comparto mis sueños, porque te quiero cerca para vivir junto a ti la felicidad de haberlos alcanzado sabiendo que también te importan, sabiendo que mis sueños son tuyos y los tuyos muy míos.
Me entrego, me entrego al Mar sereno de este Amor sin medidas ni tiempo, a este Amor sin egoísmos ni fronteras, este Amor tan cálido que no tiene barreras, a éste que me ha hecho tan inmensamente feliz.
Mi Sol, mi amado y adorado Sol. Mi Caballero, mi azul del cielo. ¡Cuánto Te Quiero! ¡Cuánto te anhelo!
A ti, a ti…

A ti me entrego…

05/05/09 05:29 p.m.
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jueves, 30 de abril de 2009

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Ángeles y Demonios

043. Ángeles y Demonios. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

La primera vez que leí el término de co-creación fue en una carta de Zakairan, posteriormente me encontraría aquella palabra en otros sitios y me la dirían otras personas, más no la había usado mucho hasta ahora. Citando a Zakairan, también me atrevo hacerlo con el Kybalión de los Tres Iniciados que asegura que el Universo es Mental y eso es lo mismo que mantienen los Metafísicos. De eso trata la presente, La Co-Creación de Tu Universo a través de tu Mente.


Estatua del arcángel Miguel de August Vogel en Hamburger-Neustadt. (Wikipedia)

 Ángeles y Demonios

Según la Biblia, Dios creó al hombre “a su imagen y semejanza”, por tanto, el hombre es “parecido a él”, de aquí se parte que toda persona tiene el Poder de la Creación. Es muy cierto que no podemos agarrar y crear en siete días un Universo nuevo, con millones de galaxias, pero no es menos cierto que el hombre ha dado paso a muchas cosas, ha tenido muchísimos avances tecnológicos, ha creado un mundo virtual incluso donde millones de personas pueden conectarse en tiempo real no importando la hora ni el espacio físico, eso se llama Creación. ¿Y cómo fue creado? Como ha sido creado absolutamente todo: desde una idea. El primer paso es la visualización de la idea, luego el trabajo para llevarla a cabo y finalmente traer al mundo físico tal cosa.
Muchas ideologías han repetido cientos de veces que el ser humano, absolutamente todos nosotros, somos Co-Creadores junto con el Padre en la Creación del Universo, en la constante Creación pues la misma no se ha detenido nunca. Por el Principio de Correspondencia, como es arriba es abajo y como es abajo es arriba, por tanto tú tienes en tus manos las herramientas necesarias para Construir tu propio Universo, ¿Y cuál es ese Universo? Pues tu vida. Acompáñame en la visualización, caminemos juntos y vamos a crear tú y yo un “Universo temporal”, lo co-crearemos juntos (mi mente con la tuya), por eso necesito que me sigas (visualices) y me ayudes (co-crees conmigo).
¿Alguna vez has pensado en el poder de la imaginación? La imaginación termina siendo sumamente poderosa cuando se manifiesta a cabalidad, y ¿Cómo sabes que tu imaginación se manifiesta de esa manera? Cuando logras sentir, oler e incluso saborear mientras imaginas. ¿Te parece algo imposible? No lo es tanto. Hay una ideología que dice que: “La Mente ordena y el Cuerpo depende”. Tu cuerpo no tiene ninguna forma de saber qué es real y qué no, y es porque tu cuerpo no puede pensar por sí mismo, quien ordena todo es la Mente y él le obedece. Por tanto, si imaginas con todas tus fuerzas que vas corriendo por algún sitio, tu cuerpo reaccionará a ello preparándote para huir (si es el caso). La idea acá no es entrar en detalles sobre estas cosas sino destacar cuán poderosa puede ser la imaginación, y cuán verdadero es nuestro Universo interior, por ello sigue siendo verdadera la visualización que se propone aquí.
Quiero que veamos frente a nosotros un hermoso valle. Hay también un cuerpo de agua que corre y tiene diversos cruces, en el fondo se puede notar las pequeñas piedras de río. El clima es bastante fresco. A nuestro alrededor muchísimos árboles con sus hojas verdes, un bello verde, este sitio es casi de película, cuánta tranquilidad, nada de contaminación de las grandes ciudades, ni ruidos intensos. Se siente paz, armonía. Quiero que te visualices estando en el lugar en el cual te gustaría, un lugar hermoso. Detente en este punto todo cuanto quieras. Siéntete cómodo. Tal vez quieras estar a solas unos instantes en este mundo lleno de tranquilidad, me haré a un lado si es preciso, si así lo deseas y el tiempo que consideres necesario. Este es tu sitio, también el mío pero puedo quedarme caminando un rato mientras estás contigo mismo.
Continuemos. ¡Qué hermoso cielo azul! Yo oigo un leve canto de aves. ¿Lo oyes tú?
Sigue visualizando este sitio como tú creas conveniente, la idea es que éste sea por unos instantes un mundo creado por ti, un mundo donde puedas dejar de enfocar tu atención en los problemas del día a día, y te centres en la tranquilidad y en el estar contento, sin ataduras del mundo real.
Si llenáramos los alrededores con todas esas pequeñas cosas que nos hacen sentirnos bien, con los grandes triunfos y éxitos, podríamos llamar a este sitio: el Cielo, muy fácilmente. Colgando nuestros mejores momentos por aquí y por allá, tendríamos miles de razones para sonreír mientras caminamos ¿No es cierto? Estaríamos en el sitio perfecto, un lugar que el tiempo no puede tocar porque está regido por nuestra mente. Si queremos podemos traer nuestros mejores recuerdos, vivirlos aquí y sentirnos felices. Este es nuestro sitio, donde nadie puede entrar, nadie puede dañar tu visualización, tu mundo interno porque nadie tiene permiso de acceder a este sitio. Este Universo temporal que hemos creado está en tu mente y en la mía, y nadie más tiene acceso. Es un sitio seguro. Rodeándonos están nuestros pensamientos positivos, positivos porque nos llena de alegría, tranquilidad, amor tal vez. Cuando piensas positivo, te sientes de esa manera. Vamos a llamar a cada pensamiento, mejor dicho al conjunto de ellos: Ángeles. ¿Por qué? Porque estamos en el Cielo ¿no? En eso habíamos quedado. Bueno, estamos rodeados de Ángeles ahora. (Pensamientos positivos)
Sin embargo, ¿Qué pasa cuando este equilibrio se rompe? O pongámoslo en otras palabras, ¿Qué cosa puede interrumpir la belleza de este Cielo? Si nuestros Ángeles son pensamientos positivos, los pensamientos negativos serán los Demonios que interrumpen la belleza de este momento. ¿Y puede un Demonio (pensamiento negativo) opacar el Cielo? Si tú se lo permites… Sí.
Ahora, ¿Por qué habríamos de permitirle a un Demonio opacar nuestro Cielo? Bueno, a la primera es muy fácil decir que no lo permitiríamos, más también es cierto que no es tan fácil advertir un pensamiento negativo, u oponérsele, porque muchas veces nuestro entorno tiene más poder sobre nosotros del que estamos concientes. Mientras caminamos por este hermoso valle te contaré una experiencia.
Cierto día, yo había ido a una convivencia donde habían varias personas muy chéveres. La pasamos muy bien, compartimos mucho y todos estábamos contentos. Ya casi al salir, mientras tomaba la calle para regresar a casa, sonó mi teléfono móvil y yo contesté como es de esperar. Dije: “Aló” y me preguntó una voz masculina por una persona extraña, yo dije que estaba equivocado y en eso me insultó, básicamente me rayó la madre sin razón alguna, ¿Tal vez molesto porque él se había equivocado? No lo sé. Después del insulto me colgó, y eso a mí me afectó muchísimo, me puso de muy mal humor el hecho de que alguien me rayara la madre porque sí. Y estuve repitiendo esa escena muchos minutos más. El asunto es que yo estaba de muy buen humor por el compartir, pero una sola palabra de este tipo me llevó al otro extremo, me vi afectada por mi entorno, por tanto el entorno me dijo cómo “debía sentirme”.
Por tanto, el Cielo en el cual se vive puede ser afectado por un pensamiento negativo, quizás producto de alguien o algo en el entorno. La cuestión está en si permitírselo o no. ¿Permitirás que tu entorno (algo de lo cual no tienes control alguno) te diga cómo debes sentirte, qué debes decir y pensar? Es una pregunta para internalizar.
¿Qué pasa cuando dejamos que estos Demonios entren a nuestro Cielo? Evidentemente deja de ser Cielo para convertirse en un Infierno.
Entonces, ¿Qué es Infierno? Es el estado mental donde todas las cosas están mal, donde los pensamientos negativos se apoderan de tu tranquilidad (y buena salud mental) y te convierten en alguien con un estado no-armónico. Al estar en este estado, tu entorno real, el día a día se vuelve pesado e irritable, o mejor dicho, tú te vuelves pesado e irritable. Y si estás en ese estado, ¿Cómo crees que la gente a tu alrededor va reaccionar? Posiblemente te paguen con la misma moneda, se volverán irritables como lo estás tú. He allí la importancia de que si quieres ver un cambio en tu entorno, debes comenzar por ti mismo. Llenarte de paz y evitar pensamientos no-armónicos tendrá buenos resultados, cuestión de comprobarlo.
Por otro lado, ¿Qué pasa cuando tus Ángeles se enfrentan a tus Demonios (pensamiento positivo contra pensamiento negativo)? Una situación terrible, puesto que será tu mente, tu Universo interno, en guerra donde un bando te muestra las cosas buenas y el otro lado las malas, las criticas, lo que no está bien. Lo peor es que centras todas tus energías en esa guerra, pierdes tranquilidad, te estresas totalmente, te preocupas,… Comienzas a sentirte mal, porque la mente al no estar en tranquilidad va reflejar consecuencias en tu mundo real. ¿Sabes qué es lo más terrible? Que permitas esa situación, porque si bien es cierto que no puedes controlar el entorno que te rodea (situaciones y personas), no es menos cierto que sí puedes centrar tu Universo interno, para eso tienes el Poder de Creación. Tú Co-Creas este mundo. No solamente tu Universo interno, sino también el externo.
¿Hay alguna forma de ganar la batalla entre Ángeles y Demonios cuando parece que los dos están en el mismo nivel de ventaja? Aquí es cuando llega el Arma Secreta, cuando te haces Conciente Tú Puedes Dirigir y cortar las ataduras como lo haría el Príncipe de los Ángeles.

Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba.

¡DESPIERTA!

30/04/2009 9:04 p.m.
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sábado, 18 de abril de 2009

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Pájaros en el cielo

042. Pájaros en el cielo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Hace unos pocos días, recibí un correo de una joven llamada Claudia. Ella me pidió escribir una carta o una historia, y me solicitó que tuviera un final feliz. A esto yo voy agregar una cosa, a veces los finales que no resultan como queremos tienen su razón de ser, y aunque no nos parezca a su momento un “final feliz” resulta que fue lo mejor que pudo pasarnos. Probablemente no puedas comprenderlo ahora, pero espero que sí lo hagas un día, no sobre esta historia que presento hoy, sino cosas más de la vida, de tu vida. Hay muchas cosas por vivir y tantas otras por aprender, eres muy joven aún y espero que cada instante de tu vida este impregnado de cosas buenas y positivas. Te deseo una vida muy feliz y llena de muchas metas alcanzadas.

Por y para ti, Claudia.

* * *

Era una tarde bastante calurosa en la ciudad. Magdalena se sentó en uno de los bancos de aquel parque, miraba el transitar de la gente mientras corría el tiempo. Su lisa cabellera, de color azabache, era delicadamente movida hacia los lados por la brisa que llegaba de cuando en cuando. Poseía una mirada triste, como perdida entre sus pensamientos y sus sueños. Se quedaba viendo las pequeñas piedras que se metían en las hendiduras de sus zapatos, también miraba el vestido de polvo que usa siempre el suelo bajo sus pies, la carrera descomunal de las hormigas que buscan comida y el charco de agua que lleva consigo flotando una pequeña hoja de árbol. Pequeñas cosas, tal vez “insignificantes” pero las mismas ocupaban su atención. De repente, una ola de aves voló por encima de su cabeza, ella pudo escuchar los aleteos como grandes tambores que se concentraban en sus oídos, siguió con la vista el trayecto de aquellos pájaros que volaban al cielo, sonrió levemente y poco a poco fue bajando su mirada hacia la línea del horizonte y allí la vio, caminando con un grupo de compañeras, charlando y riendo, iba su maestra de ciencias.

Esta maestra, en su escuela secundaria, era la más popular de todos. Su gran carisma, generosidad y simpatía hacía que se ganara a cualquier persona, desde los directivos hasta los padres y representantes, sin dejar de lado a los alumnos que veían en ella una especie de modelo a seguir. Tenía una sonrisa que iluminaba, jamás esta maestra pasaba desapercibida así no hablara, su porte magnético y su juventud resaltaba. Quien hablara con ella cinco minutos ya decía que era una gran persona. Tenía una bella cabellera ondulada, estatura media y sus ojos color café. A todos siempre trató con cordialidad y nunca se recibió queja alguna sobre ella.

Magdalena la admiraba como a nadie, desde el fondo de su corazón quería ser como ella. Su maestra se convirtió en un modelo a seguir. Quería estar cerca, deseaba tanto que fuese su amiga, la mejor de sus amigas, quería contarle sus cosas, charlar como si se conocieran de toda la vida. Quería ser así de inteligente, así de carismática, segura de sí misma, alguien que fuera un centro de atención debido a su increíble personalidad. En pocas palabras, la maestra de ciencias era su ídolo.
Entonces creó una estrategia, decidió acercarse y conversar con ella, pero no siempre le resultaba y Magdalena terminaba un poco triste. Un día se le ocurrió hacerle un regalo, así compró unos bellos aretes que en el momento oportuno le hizo llegar, pero nada, no estaba resultando puesto que aún no hablaban como las mejores amigas que Magdalena tanto soñaba. Y así pasó el tiempo. No importaba qué hiciera, la maestra seguía siendo eso… su maestra.

Y allí estaba, sentada en ese banco de aquel parque, mirando a lo lejos a la maestra conversando con las amigas de su edad. Magdalena era joven, muy joven, y no comprendía ciertas cosas de la vida. Para ella la maestra era “su mejor amiga”, pero para su maestra, ella como el resto de sus compañeros, era parte del alumnado de la escuela. Su mirada se volcó triste y perdida.
Fue entonces cuando comenzó a observar a un grupo de pajarillos que yacían cerca de ella. Divisó a un ave mayor y un par de aves más jóvenes, la mayor se acercó al charco de agua que estaba muy cerca de Magdalena, tomó y regresó con el grupo de los más jóvenes. La chica se dio cuenta, o presumió, que aquella ave les estaba enseñando que de ahí podían beber para saciar su sed, y entonces las aves más jóvenes fueron a beber agua como lo había hecho la mayor de ellos. Después de eso, saltaron de aquí para allá un rato más. Magdalena muy emocionada creyó que lo que estaba viendo era una familia, que siempre estaban y estarían juntos. Veía cómo las aves más jóvenes eran guiadas por la mayor, aprendían de ella pues era el modelo a seguir. Sin embargo, después de un rato el ave mayor salió volando, Magdalena la siguió con su mirada pero se perdió entre algunos arbustos. Regresó su mirada cerca del charco y aún las aves más jóvenes estaban allí, entonces les dijo:
- ¡Deben irse! ¡Ella ya se fue y deben seguirla! -.
Pero las pequeñas aves no se movían. Magdalena se preocupó mucho, pensaba que aquellos pajarillos se iban a perder, pensaba qué sería de ellos ahora que quién los cuidaba ya se había ido.
Entonces divisó que otros pajarillos llegaron al charco y ellos les mostraron que podían beber para saciar su sed, exactamente como el ave mayor les había enseñado a ellos minutos antes. Magdalena quedó deslumbrada por tal espectáculo. Un rato más todos se separaron, tomaron su camino cada quién por su lado.
La chica seguía sentada en el banco. Subió nuevamente la mirada al horizonte y vio que su maestra ya se despedía del resto de sus amigas, entonces comprendió…

Llegamos a la vida para recorrer distintos caminos. A veces nos vamos a topar con ciertas personas que admiraremos por su valentía, coraje, dedicación o alguna otra cosa que nos parezca excelente en ellas, vamos a querer seguir sus pasos pues así, si incorporamos esa actitud en nosotros, podemos vernos a nosotros mismos como -seres mejorados-. Pero esa visión de lo que queremos ver -mejor- en nosotros, va depender directamente de nuestra personalidad.
Esa ave mayor llegó a la vida de las más jóvenes y les enseñó algo importante, pero luego se alejó porque debía continuar su camino, pues cada uno tiene su camino particularmente definido, por ello no es bueno aferrarse a alguien o un sitio, lo verdaderamente importante es valorar la enseñanza de esa persona o la posibilidad que nos dio estar en ese lugar, más no se debe permitir que se estanque el desarrollo personal de cada quién.

Magdalena comprendió que lo más importante no era agradarle a la maestra hasta el punto de llamarle “mejor amiga”, sino valorar haberse topado con esta persona en la vida y aprender de ella lo necesario. Sonrió entonces y una brisa chocó con su rostro, pero no era cualquier brisa era una que le daba aires de libertad, ya no era presa de su creencia, del cómo “deberían” ser las cosas sino que pudo ver el cómo eran de verdad, y eso llenó de calma aquel instante. Se sintió contenta, se sintió feliz.
Miró al cielo, era hermoso aquel azul y aquellas nubes también lo eran. Respiró profundamente y el oxigeno lleno su cuerpo de energía renovada. Nuevamente volaron pájaros sobre su cabeza y ella se sintió como aquellas aves: totalmente libre. Y voló en sueños, voló así mismo, voló como aquellos pájaros en el cielo…

18/04/09 07:52 p.m.
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miércoles, 25 de marzo de 2009

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A la caída del sol

041. A la caída del sol. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Había pasado en aquel cuarto mucho tiempo de su vida, convirtiéndose así en su refugio, en ese sitio donde podía estar a solas consigo misma y pensar en tantas cosas, cosas que muchas veces la dejaban mal, la llenaban de tristeza, de nostalgia... de dolor.
Cualquiera pensaría que ese sitio se trataba de su habitación, y en cierta forma lo era, pero allí no había ninguna cama, tampoco su ropa, zapatos ni nada parecido, aunque era un lugar espacioso. En medio yacía reposando un muy cuidado piano, de esos que parecen una reliquia única en el mundo. Más allá, con vista directa a la única ventana que tenía aquel sitio, se encontraba un sillón bastante cómodo aunque viejo, junto a dos pequeñas almohadillas y una colcha. No se podía decir mucho de las paredes, no tenían casi nada de adornos y su color era uniforme. También se visualizaba un espejo junto a una mesita con dos gavetas bien cerradas. Nada más.
Al atardecer se abría la puerta como de costumbre, suavemente y sin mucho ruido. Ella entraba al cuarto y ni siquiera se sentían sus pasos, tal vez eran muy livianos o quizás el enorme silencio que había allí hacía demasiado ruido. Entonces se detenía junto al piano mientras la luz cesaba. Se sentaba y sus delicadas manos volaban por encima del teclado, sus yemas tocaban aquel liso borde y presionaban una y otra vez, la melodía salía volando e inundaba todo el espacio, llenando el entorno delicadamente de esa nostalgia que te aprieta el alma. Tocaba muy bien, o por lo menos eso le decían, más en estos atardeceres mientras el sol cae ella toca tristes canciones, de esas que te ponen más triste aún, melancólicas... tal vez así era ella, un alma llamada melancolía.
Tocaba y tocaba mientras el sol se alejaba, y mientras más se alejaba más triste parecía aquel sonido. Así decían sus vecinos.
A la caída del sol ella toca, al cese de la luz y al comienzo de las sombras. Cerraba sus ojos mientras se perdía en aquella escena, mientras la luz en el suelo se hacía poca, cuando la iluminación de la habitación ya no era tanta. Aquello era como mágico, sus dedos se conectaban al movimiento del sol, y su melodía a la luz dentro del cuarto.
Y cuando el sol desaparecía por completo ella dejaba de tocar, se quedaba muy quieta pensando y en medio de aquella oscuridad. La ventana era iluminada por los destellos de la luna. Se levantaba de su banco y caminaba un poco hacia el sillón, se sentaba y comenzaba a sentir el frío de la noche. Se acurrucaba entonces y se abrigaba con la colcha. Muy quieta, tranquila, silente. Y en ese juego de luces y sombras, silencios y ruidos ella pensaba en su vida y en lo que había sido... luego lloraba, lloraba lo perdido.

25/03/09 08:57 p.m.
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