Noche bella que llegas,
noche donde vagas,
noche donde ríes,
noche donde vives.
Frente a un lucero desierto,
frente a la luna sintiendo,
frente a la vela encendida,
frente al silencio que grita.
En el murmuro de tu nombre,
entre la espada que tu escondes,
ante la pared de mis deseos,
en cada uno de mis besos.
En el volcán que ya erupciona,
en cada instante que me tomas,
entre tus fuertes brazos
el poder de cada ocaso.
Libre imaginación,
momento de buena acción,
no se espera mi reacción
que ya pide más pasión.
Las miradas se entrecruzan,
se enlazan y se juntan,
al calor de nuestros cuerpos
por mis venas va corriendo.
Poco a poco va tu mano,
va subiendo muy despacio,
lento lento pantorrilla,
por debajo la falsilla.
En la lucha con la lona,
las ropas que ya estorban,
lancémonos a la alcoba
donde una cama ya se asoma.
La alcoba ya desnuda,
nuestra piel ante la luna,
la pasión desenfrenada,
muy común el cuento de hadas.
Las manos en mi guitarra,
en las montañas de mi ser,
al sentir de mi aliento,
sobre poros de mi cuerpo.
Visitando a mis rincones
donde esta noche te hospedé,
donde caen las pasiones,
y donde tú puedes volver.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
029.Esta noche.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
15/10/04
noche donde vagas,
noche donde ríes,
noche donde vives.
Frente a un lucero desierto,
frente a la luna sintiendo,
frente a la vela encendida,
frente al silencio que grita.
En el murmuro de tu nombre,
entre la espada que tu escondes,
ante la pared de mis deseos,
en cada uno de mis besos.
En el volcán que ya erupciona,
en cada instante que me tomas,
entre tus fuertes brazos
el poder de cada ocaso.
Libre imaginación,
momento de buena acción,
no se espera mi reacción
que ya pide más pasión.
Las miradas se entrecruzan,
se enlazan y se juntan,
al calor de nuestros cuerpos
por mis venas va corriendo.
Poco a poco va tu mano,
va subiendo muy despacio,
lento lento pantorrilla,
por debajo la falsilla.
En la lucha con la lona,
las ropas que ya estorban,
lancémonos a la alcoba
donde una cama ya se asoma.
La alcoba ya desnuda,
nuestra piel ante la luna,
la pasión desenfrenada,
muy común el cuento de hadas.
Las manos en mi guitarra,
en las montañas de mi ser,
al sentir de mi aliento,
sobre poros de mi cuerpo.
Visitando a mis rincones
donde esta noche te hospedé,
donde caen las pasiones,
y donde tú puedes volver.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
029.Esta noche.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
15/10/04
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