Tic tac, tic tac.
Cómo quisiera detener el tiempo unos segundos,
a veces las distancias son tan distantes
que me hacen pensar que nunca estaré allí,
que nunca vagaré en los rumbos que quiero,
a veces pienso que sería diferente si tan sólo...
Quizás la mejor hora para pensar sea antes de dormir,
aunque quizás no, pues te quita el sueño y más preguntas aparecen,
sin más que preguntas las respuestas no reaparecen,
antes pude haber escrito todas estas líneas,
pero no lo hice pues pensé el sentimiento era conocido,
asumí que lo sabías y que no eran tan importante,
durante mucho anhelé poder estar allí para ti,
siempre sentí que había reciprocidad en ello,
busque mil palabras bonitas para decirte,
cosas para contarte o escribirte,
muchas de ellas alimentaban mis ilusiones,
y algunas veces no podía contener tantas emociones,
en la soledad de una blanca pared puedo mirarme,
en la soledad en la que he caído por falta de tu presencia,
consecuencia de que no estés para apoyarme y apoyarte,
para escucharme y escucharte, o un abrazo que a veces me hace falta
pues en mis mejores y peores momentos sola me encuentro,
soñé que las cosas cambiaban y que el portal que tanto quise llegó,
ese portal en esa blanca pared, el mismo que me llevaría hasta usted,
el que abría una puerta a otra dimensión, aquella que tanto deseé
pues en tus brazos yo quería permanecer,
allí encontraría la protección que necesito,
allí encontraría lo que tanto pedí a gritos,
allí, allí donde no podré estar pues ese portal no he de encontrar,
sólo en mis sueños ha de divagar, y en el fondo de mi ser me habré de amparar.
Aún puedo recordar esos momentos donde juntos haríamos y diríamos muchas cosas,
quise estar allí para ti, yo quise darte lo mejor de mí, quise darte mi alegría,
quise acompañarte en la luz de todos los días,
tantas cosas quise, y tan poco hice,
ahora sólo siento un profundo vacío, una profunda distancia,
creí conocerte y creí que me conocías,
y mientras más añoro estar allí me siento más alejada de ti.
Mundo real que me quitas el soñar, pues me obliga a despertar,
y me muevo entre segundos, los minutos son profundos,
las horas no detienen y en su andar ya me retienen,
me desplazo despacio en el espacio y habito desde mucho este sitio
queriendo volar y volver anclar sobre el puente de tierra del océano y el mar,
aún sueño con ese portal porque aunque lo físico me detenga
nada detendrá el poder de mi mente y corazón,
y sentada en este banco seguiré esperando mi tren en la estación,
mi barco rumbo mar adentro, o mi vuelo de gaviotas viajeras
porque aunque los contra son numerosos yo seguiré el camino
o esperaré la llegada de ese portal dimensional
para que aunque sea así pueda llegar a ti a través de pensamientos,
pues en las noches yo cuidaré tus sueños,
y esperaré la luz del día dentro del silencio,
y en silencio te querré, y en silencio allí estaré.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
041.Otra dimensión.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
10/12/04
Cómo quisiera detener el tiempo unos segundos,
a veces las distancias son tan distantes
que me hacen pensar que nunca estaré allí,
que nunca vagaré en los rumbos que quiero,
a veces pienso que sería diferente si tan sólo...
Quizás la mejor hora para pensar sea antes de dormir,
aunque quizás no, pues te quita el sueño y más preguntas aparecen,
sin más que preguntas las respuestas no reaparecen,
antes pude haber escrito todas estas líneas,
pero no lo hice pues pensé el sentimiento era conocido,
asumí que lo sabías y que no eran tan importante,
durante mucho anhelé poder estar allí para ti,
siempre sentí que había reciprocidad en ello,
busque mil palabras bonitas para decirte,
cosas para contarte o escribirte,
muchas de ellas alimentaban mis ilusiones,
y algunas veces no podía contener tantas emociones,
en la soledad de una blanca pared puedo mirarme,
en la soledad en la que he caído por falta de tu presencia,
consecuencia de que no estés para apoyarme y apoyarte,
para escucharme y escucharte, o un abrazo que a veces me hace falta
pues en mis mejores y peores momentos sola me encuentro,
soñé que las cosas cambiaban y que el portal que tanto quise llegó,
ese portal en esa blanca pared, el mismo que me llevaría hasta usted,
el que abría una puerta a otra dimensión, aquella que tanto deseé
pues en tus brazos yo quería permanecer,
allí encontraría la protección que necesito,
allí encontraría lo que tanto pedí a gritos,
allí, allí donde no podré estar pues ese portal no he de encontrar,
sólo en mis sueños ha de divagar, y en el fondo de mi ser me habré de amparar.
Aún puedo recordar esos momentos donde juntos haríamos y diríamos muchas cosas,
quise estar allí para ti, yo quise darte lo mejor de mí, quise darte mi alegría,
quise acompañarte en la luz de todos los días,
tantas cosas quise, y tan poco hice,
ahora sólo siento un profundo vacío, una profunda distancia,
creí conocerte y creí que me conocías,
y mientras más añoro estar allí me siento más alejada de ti.
Mundo real que me quitas el soñar, pues me obliga a despertar,
y me muevo entre segundos, los minutos son profundos,
las horas no detienen y en su andar ya me retienen,
me desplazo despacio en el espacio y habito desde mucho este sitio
queriendo volar y volver anclar sobre el puente de tierra del océano y el mar,
aún sueño con ese portal porque aunque lo físico me detenga
nada detendrá el poder de mi mente y corazón,
y sentada en este banco seguiré esperando mi tren en la estación,
mi barco rumbo mar adentro, o mi vuelo de gaviotas viajeras
porque aunque los contra son numerosos yo seguiré el camino
o esperaré la llegada de ese portal dimensional
para que aunque sea así pueda llegar a ti a través de pensamientos,
pues en las noches yo cuidaré tus sueños,
y esperaré la luz del día dentro del silencio,
y en silencio te querré, y en silencio allí estaré.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
041.Otra dimensión.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
10/12/04
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