jueves, 6 de enero de 2005

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Mi secreto

A mi soledad estaba atada
pues día a día a solas me encontraba,
en esos días que sólo deseé tenerte,
pero qué lejos te encontrabas
para mi mala suerte;
en ese pequeño espacio
que hay entre el silencio y la duda,
y en este gran espacio donde mi alma se desnuda,
poco a poco el desamor se apoderaba
de las gotas derramadas;
en tu andar ya has encontrado
muchas compañías que han estado a tu lado,
pero yo sola todo este tiempo he estado;
mi vida perdió color alguno,
y por las noches lloraba como ninguno,
pues de amor y desamor pronto viví,
y de la realidad también huí;
necesitaba una ilusión que renaciera,
las cenizas en las que me convirtiera,
necesitaba sentirme viva de nuevo
después que en tus manos dejé mis anhelos,
pero todas han muerto en el lago de lamentos,
un valle de sueños prohibidos
cerca de la ciudad de corazones rotos,
junto a la carretera de la desdicha,
pasando las vías de las lágrimas
llevadas por el tren del olvido.
Entonces me inventé una ilusión,
un sueño nuevo en el cual vivir,
un amor el cual compartir,
un sol con quien poder huir,
una imagen a quien poder amar,
un alma con quien poder charlar,
pero cómo amar al viento,
a una ilusión que sólo es sueño,
a una persona inexistente
que sólo revolotea en mi mente,
aunque con él te he sido infiel,
sólo en pensamientos y no en mi piel;
un último grito del corazón
que pide llegue amor,
una necesidad aquí yaciente,
una mentira sin suerte,
pues aunque él está conmigo
tu nombre le repito,
pero él no eres tú
aunque es mi única luz;
mi cuerpo aún es tuyo,
pero mi mente es sólo suyo,
él es mi secreto
aunque amarle es todo un reto,
una mentira sin verdad,
una ilusión y nada más.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

046.Mi secreto.Colección El Poder de las Letras.Waldylei Yépez.docx
06/01/05

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