domingo, 26 de febrero de 2006

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Mi amor y terror por las palabras

Viví rodeada de las palabras mucho antes de nacer
porque desde aquel sitio podía escuchar los ruidos.
Luego al nacer tuve que convivir con ellas y aprenderlas.

Amaba las palabras porque abrían muchas puertas,
enormes posibilidades y grandes enseñanzas.
Muchas de ellas me reconfortaron,
y algunas otras me acompañaron.
Lo que no sabía era que incluso ellas
tenían otra cara como las monedas.

Con el tiempo aprendí que cada día posee su grandeza,
y también que todo es un aprendizaje,
pero lo que no sabía era que podía temerle a lo amado.
Terror a lo que amas, una gran pesadilla.
Un día como hoy nació mi amor y terror por las palabras
porque comprendí que como te aman, te acaban.

Una vez regalé mis mejores palabras,
no las de la mente sino las que el corazón habla.
Pensé que la mitad de otro corazón se había unido al mío,
pero fueron las palabras las que cambiaron mi destino.
Las palabras a mí me enamoraron,
y luego me destrozaron.

Porque cuando menos lo esperaba,
ese alguien amado duras palabras me regaló,
y mi corazón fue terriblemente herido.

Infinito es el poder de la palabra.
Inmenso es el poder de la letra.
Culpable no es ella, sino quién la usa.
Una herramienta tiene su función,
pero es mala si se le da un mal manejo.
Poderosa es la palabra que permite curar.
Peligrosa es la palabra que permite matar.

Eres responsable de tus palabras,
pero nunca verás su poder
hasta que veas las consecuencias de usarla,
porque con ellas puedes llegar a herir o destruir,
o puedes ayudar y levantar.
Tú decides cómo usas tus palabras,
pero cuidado con herir a la persona que más amas.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

017.Mi amor y terror por las palabras.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
26/02/06 02:05 a.m.

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