martes, 21 de marzo de 2006

, ,

Pasos de mayo

Cuando pierdes el autobús estás segura de que otro vendrá más allá, siempre formando cadenas porque detrás de lo uno encontrarás a lo otro. Mientras pasa la tarde sabes que saliste temprano en la mañana, y que regresarás en la noche; que cuando se acaba la mantequilla debes ir a comprar otra; que ha sido un día difícil, pero mañana podría estar peor porque detrás de lo uno… encontrarás a lo otro.

Mientras va en marcha el paso del año siempre esperas tener más suerte, porque al iniciar el Año Nuevo te llenaste de nuevas y renovadas esperanzas. Pediste prosperidad y paz para los tuyos; anhelabas arreglar la casa, y tantas cosas más. Sí, son muchos los planes a corto o mediano plazo. Jamás esperamos que las cosas cambien dramáticamente, y por lo general, los cambios queremos hacerlos nosotros porque tendríamos control de cada uno de ellos. Pero cuando entra en juego lo que algunos llaman destino, pues lo cambia todo.

Los pasos dejan huellas. Unas mil veces caminadas porque se vuelve a caminar sobre ellas, y otras intactas en una sola pisada. También están las huellas que nunca se dejan, y aquellas que nunca se borran a pesar del paso del tiempo. Paso tras paso, y huella tras huella, las frías marcas que el paso de mayo deja…

Entra la mañana a la capital, se cierran las puertas al salir del hogar. Se oye el sonido de un autobús que te lleva a prisa pues se hace tarde para entrar al salón de dibujo; como todo el tiempo, te fue más o menos bien, y a la hora del almuerzo a casa otra vez. Paso a paso caminas a tu hogar, en la calle ni alma que mirar, pero una puerta que cerrada siempre está, ya no lo está. Ves un círculo de amigos que raro te parece encontrar, sigues caminando y allí está tu mamá limpiando la casa. Qué raro, no fue a trabajar aunque se subió contigo al autobús en la mañana.

Nubes pasajeras que derraman sus escarchas rojas, limpiando e inundando la calle que te encuentras al andar. Serpientes y cobras que cobardemente atacan a quien mucho pan de vida ha brindado, a quien en libertad ríe y a su familia aprecia; a quien se ha esforzado en volverse firme pilar de humanidad, porque a los que son buenos: ángeles he de llamar. Fina línea del tiempo reducida a segundos. Ventanas que guardan más de un secreto de rápidos destellos filosos que marcan el fin de los tiempos, de la mano del polvo explosivo, la idea macabra y la cobarde ejecución, basados en el simple poder del dinero porque la ley es no meterse con el que tiene, aunque sea para defender al que no tiene. Un acto de hielo, una voz que se apaga y la luz se consume, un manantial de bondad que se seca tan sólo por codicia y por orgullo. Aguas que se vuelven mares rojos de historias, recuerdos olvidados e imágenes imborrables, presencias incomparables y la rabia que como fuego arde.

Los pasos del día se vuelven pesados en ocasiones. Querer huir del momento lo puedes hacer, pero huir de la realidad nunca. Los pasos de mayo fueron terribles, marcaron dolor y marcaron rencor, dejaron un por qué y un dolor latente que vuelve a nacer porque ocho años no son suficientes para olvidar lo inolvidable. Un 14 de mayo marcado en la mente de muchos niños y adultos. Cuando algo existe sabes que a su momento dejará de existir, pero aún así hay ocasiones en que el saber la verdad no te hará sentir bien, y mucho menos sabiendo que son cosas evitables. La verdad siempre sale a la luz, pero incluso eso no prenderá la mecha de la vela apagada. Aún hay ríos y mares rojos que se han vuelto océanos, y vidas que se han vuelto tristeza. Sigue lloviendo, pero espero que escampe y los ríos de las calles se sequen, para volver a transitar por ellas y tener la seguridad de no ser parte del agua que allí se encuentra.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

026.Pasos de mayo.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
21/03/06 10:58 p.m.

¿Te ha gustado este contenido? Por favor, ayúdanos a mantener el sitio con una donación.

¡Gracias por tu apoyo!


0 comentarios: