viernes, 16 de junio de 2006

, ,

Phantasma

Mi amor, voy a casa con inmensas ganas de darte mi cariño por eso espero hallarte anhelando mi llegada. Abro la puerta y miro, me doy cuenta que no estás ahí. Todo sigue tan intacto como cuando me fui. Decidí esperarte entonces sentada en el sofá, y ésta vez trataré de no quedarme dormida pues quiero que lo primero que veas sea mi sonrisa.

También quiero repasar los momentos más felices porque he descubierto que si piensas en las cosas buenas constantemente, por más que el tiempo pase, no lo olvidarás… es cierto que llegan junto a ellas algunos recuerdos no muy buenos. Sé que no soy inocente del todo, y que como humana he errado. ¿Sabes? Me gustaría decir unas palabras, no haré un discurso amor lo prometo, yo… no sé por dónde empezar, y tampoco sé si llamarte por teléfono o irte a buscar, o si simplemente como hace rato me siento a esperar.

Amor, he buscado en tu cuerpo el hogar que no he tenido, y siempre anhelé que me tocaras una y otra vez con tus manos de ternura, con tus labios de ilusión. Cada vez que cerraba los ojos estabas tan claro, allí esperabas por mí. Tu calidez cubría todo a su paso porque era tu amor, eras el todo para mí.

Quiero vivir todas esas cosas de nuevo, pero ésta vez que no seas un Phantasma. Ya no quiero dormir con la fantasía sino que tus manos me lleven a ella. Ya no quiero besar a la nada sino que quiero que estés en todo.

Mi Phantasma, eso has sido de un tiempo para acá,
pero ya no lo quiero.
Yo quiero estar contigo,
estar a tu lado, así como el pasado.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

036.Phantasma.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
16/06/06 10:43 p.m.

Continuar leyendo Phantasma

miércoles, 7 de junio de 2006

, ,

¿A dónde fue?

Un día caminamos,
pero ésta no era como otras caminatas.
Nuestros rostros decían mucho,
los gestos podían hablar sin palabras.
Ya no eran las miradas,
ya no eran como ayer,
y ahora me pregunto: ¿a dónde fue?

¿Dónde quedaron guardados los momentos?
Aquellos en los que podía tomarte de las manos,
o donde podía hablarte con delicadeza y respeto;
quizás se han perdido, quizás ya se han ido.
¿Dónde quedaron las promesas?
¿A dónde se fueron tus caricias?
¿Y ahora de quién son tus labios?

Muchas mañanas desperté lejos,
pero no significaba que de ti me olvidaría,
ni que yo destrozaría ese mundo de ensueño
que tanto nos costó construir.

Una vez más hoy desperté aletargado.
Mi modo de escape a tu fantasma es dormir,
pero en sueños regresas a mí.
Creí que con hacerme el fuerte bastaría,
pero apenas alcanzo a no llorar.

Dudé, muchas veces dudé de ti,
de mí y de nosotros.
No pretendía enamorarme, ni quería hacerlo.
Quizás no lo vuelva hacer…
no porque sea malo amar,
lo malo es no corresponder.

Alguna vez pensé que esto así terminaría,
y me decía que diría: ¡qué más da!
Si me deja, ¡ya qué importa!
Si la dejo, ¡será igual!
Pero ahora que ha pasado, ¡el dolor me matará!
Me siento destrozado, me siento aniquilado.

¿En qué rincón has puesto ese peluche?
¿En el cesto de basura mi rosa encontraré?
¿Acaso odias la canción que te hace recordarme?
Por Dios dime, ¿acaso te dolió?
¿Será que sólo yo he llorado?
Pero, ¿para qué decírtelo?
No sé si te jactarás con mi desgracia,
y dirás a tus amigos que comiendo de tu mano me tenías.
Creí que de todo tuve la culpa, pero no fue así.
Lo cierto es que ya no me quieres, y yo aún sí.

¿A dónde? ¿A dónde?
¿A dónde se van las sonrisas?
Mis fotos y cartas, seguro son cenizas.
Mi cama y mi almohada han perdido tu olor.
¿Qué haré con la chaqueta que dejaste en mi balcón?
¿Qué hay con las letras que te escribí algún día?
¿Qué digo si por ti pregunta mi madre o mi tía?
¿Qué hago con las flores que en la esquina te compré?
¿Qué harás con los discos que en tu radio yo dejé?
¿Qué nuevo sitio en vacaciones irás a conocer?
¿Qué pasará con el regalo del que una vez te hablé?
Que si lloro, que si río o si me amargo,
¿acaso ya no importa lo que juntos pasamos?
¿Acaso ya no importo?

No sé si más me duele el no tener respuestas
o que tus respuestas mucho duelan.
Pero antes de irme lejos de tu estar,
necesito saber a dónde fue a volar…

¿A dónde fue el amor? ¿Dónde lo vuelvo a encontrar?



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

035.A dónde fue.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
07/06/06 10:58 p.m.
Continuar leyendo ¿A dónde fue?

martes, 6 de junio de 2006

, ,

Mi renuncia

Sé que quizás esperabas algo más de mí, pero esto no. Cuando ves un ave volando alto dices que es hermosa, pero no cuando anda tan cerca del pantano. Mi ciudad camina tanto como corre, y muchos pasamos desapercibidos en la existencia, sobre todo cuando queremos escondernos porque sentimos que algo nos está destruyendo. Sé que prometí nunca dejarme vencer, sé que juré que seguiría así el mismísimo mundo cayera sobre mí, pero no trataba de hacer de mi promesa la carga más pesada o no esperaba que eso sucediera. Cuando hablaba con mi padre sentía que me escuchaba y prometía y prometía, pero mi escudo se ha desvanecido.

Sabía que eran muchas las dificultades que debía enfrentar, pero ahora necesito que me hables otra vez porque a veces olvido qué debo hacer o hacia qué parte mirar. Necesito de nuevo tus consejos. Sé que en alguna oportunidad mi destino se torció, y pude volver a enderezarlo con esfuerzo. Sin embargo, ahora siento que no puedo más, siento que perdí la habilidad de volar, que he perdido mis alas en medio de tanta tempestad, que volar ya no es para mí y que sólo quiero llorar.

Sé que si renuncio sigo decepcionándote, pero ¿cómo prometer seguir si no puedo? Por eso quiero hacerlo, porque la verdad no hay nada que continuar si eso significa que siga destruyéndome. Por favor háblame otra vez.

Alzo mi bandera blanca pues ya casi no puedo respirar, ya no puedo volar. Perdóname.

Ojala algún día entiendas, o yo entienda el por qué. Por ahora si miro mis pies han sido pegados con cemento, y mi horizonte cada vez está más lejos. Necesito un nuevo escudo que me proteja en las batallas. Quizás sí deba llorar para quitarme la carga de mis ojos. Muéstrame una salida porque ahora no puedo verla con tanta neblina.

Siempre traté de ser la mejor, y eso se esperaba de mí, pero no sé qué ha pasado con esos sueños y metas. Quizás las perdí en el camino o están escondidas detrás de mis ojos, pero ya no puedo verlas.

Cuando mi corazón vuelva a latir seguro sentiré tu energía en mí y podré volar. Por ahora sólo quiero renunciar porque mis cargas no las puedo soportar.

Espero tú me puedas ayudar. Ayúdame, ayúdame una vez más.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

034.Mi renuncia.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
06/06/06 01:15 p.m.

Continuar leyendo Mi renuncia

viernes, 2 de junio de 2006

, ,

De frente a la realidad

Simplemente soy yo quien escribe. Una voz dentro de mi mente me dice qué hacer; me dice que actúe de manera libre y que los ángeles no existen; que llevo miles de segundos sentada frente a una fantasía dejando la realidad de lado, pero resulta que ella siempre vuelve. Dejé que mi destino me guiará a dónde creí debería ir, y pasaron los minutos en los lugares donde debí estar y de donde sólo me ausenté, pues di más importancia al resto de las cosas que a las más importantes. Cuando la gente se da cuenta de que te va mal porque fuiste descuidado, y porque ya no eres tan bueno como ellos creían, se ciegan a culparte… pero nunca se preguntan: ¿por qué actúa de esa manera? Claro, porque una carrera vale más que un caminito pequeño, porque un título te da cuanta posibilidad no te da un buen trato, pero veme rompiéndome por dentro. Aquí estoy a solas con mi conciencia, pues sí tengo una. Dicen que no aprendí de mi pasado, pero no sé qué debo creer en sí.

Fuera de la línea de lo aceptable me detuve a mirarla, mientras la gente me espera al otro lado. Nunca han tomado en cuenta que no quiero atravesar esa línea, que de ese lado no quiero estar aunque ellos crean que para mí es lo mejor. Quizás mi destino esté escrito o quizás no, pero lo cierto es que me siento como una piedra en medio de la arena que se hunde. Creo que las cosas están mal, pero qué más puedo hacer si no puedo moverme. Estoy sola en medio de la nada, y ni siquiera tengo lágrimas para llorar porque resulta que las piedras no lloran. Veme aquí sin poder respirar esperando que el próximo día llegue, aunque sólo deseo que el dolor pase porque me siento mal en medio tanta arena que me ahoga.

Me siento sola rodeada de agua y arena. Quiero no sentir lo que ocurre, pero mi piel arenosa comienza a sudar lágrimas rojas. Estoy llamando dentro de mí a la última esperanza que puedo sentir, pero nada me escucha y nada me mira. Quizás porque mis ángeles murieron, y los otros se decepcionaron de que soy lo que soy. Es tan triste saber que quiero llorar, y no puedo; que quiero hablar, y ya nadie me quiere escuchar.

¿Será el destino que me puso aquí? ¿Para qué? ¿Para darme cuenta de que, en serio, no soy nada?

No me dejes así, sola conmigo porque mi camino fue errado. Aún espero dejar de ser una piedra, y dejar de estar sola...

No quiero morir, pero no sé qué hacer. No quiero escuchar más insultos ni la excusa de mi mente de que esto no es real, pues la realidad está aquí de frente a mí y de a poco me aplasta como un pequeño objeto que no tiene sueños y que está solo.

Ya no quiero seguir aquí llena de llanto que no sale a la luz porque soy una piedra. Aún espero, aún espero aunque sea para seguir esperando.

De frente a la realidad hay otros caminos, pero ¿dónde están que ya no puedo ver nada, ni sentir ni escuchar?

Sólo eligen qué será mejor para mí, pero nunca me lo preguntaron a mí.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

033.De frente a la realidad.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
02/06/06 03:13 p.m.
Continuar leyendo De frente a la realidad