jueves, 9 de diciembre de 2010

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De las ruinas del Castillo IV: El Despertar del Ser

018. De las ruinas del Castillo IV: El Despertar del Ser. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Cada hombre es un Castillo. Cada Ser, su Creador.

Cuando la estocada final, de la Autocrítica contra la Razón, iba hacer acto de presencia para impregnar la sala de una trágica escena, se escuchó un grito masculino a lo lejos:

- ¡AUTOCRÍTICA! -.

Éste se desconcentró de su ataque y miró hacia donde se había escuchado el ruido. Se trataba de un segundo piso, un cuerpo con armadura y espada se asomaba entre el ventanal que daba vista a la sala. El guerrero se lanzó a través del espacio vacío y cayó en posición de defensa. La poderosa Autocrítica apenas sonrío un poco.

- El Guerrero Intuición… Bienvenido. ¿Has venido a observar cómo me deshago de tu hermano? -.

Intuición no respondió nada. Pero, la interrupción ocasionada, le dio oportunidad a Razón de alejarse de la espada de la Autocrítica y buscar su propia arma.

- Esto será divertido… Veamos qué tanto pueden hacer ustedes dos contra mí. No creo que mucho, pero dejaré que se ilusionen. Sí, eso sólo son ustedes: ilusos, que creen que pueden detener a la Autocrítica -.

Ambos guerreros seguían en posición de defensa.

- La Autocrítica siempre sabe cómo atacar a la Razón, siempre con ataques bien argumentados que resultan irrefutables. Después de que me encargue de la Razón, me haré cargo de ti, Intuición. Y verás cómo la Autocrítica, también puede controlar y doblegar a los sentimientos… -.

Autocrítica se abalanzó contra la Razón y lo empujó fuertemente contra las paredes, el guerrero cayó al piso nuevamente. Intuición corrió para socorrer a su hermano, pero la Autocrítica respondió con un fuerte golpe en su abdomen, lanzándolo así al otro extremo de la sala.

- Soy indestructible. La fuente que me da poder viene del Núcleo del Castillo. Si bien ustedes son poderosos… En mi caso, soy la suma del poder de cada uno. Tengo tanto poder que puedo abrir las puertas del infierno cada vez que me dé la gana. A mí se me debería declarar el rey del Castillo… ¡Tengo tantas cualidades a mi favor! No como ustedes que no hacen más que equivocarse, y tengo que hacerles ver sus errores… Es que, modestia a parte, lo sé todo. Pero no me agradezcan, es un bien que yo les haga notar el saco de equivocaciones que llevan y llevarán sobre sus hombros. Dejaron el Castillo sin protección y a merced de los demonios, yo jamás habría hecho eso… Ustedes pusieron al Corazón en peligro. Los felicito, son “buenos” guardianes. Yo sí sé que es bueno para el Castillo, por eso me haré cargo a partir de ahora, y los relevaré a cada uno… -.

- ¿Abriste las puertas del infierno para quitarnos de nuestros puestos? ¿Para que los guerreros Errores hicieran el trabajo de acabarnos? ¿Estás loco? ¿Pones en peligro a todo el Castillo, desde adentro, por la estupidez de creer que tus pensamientos y decisiones son los correctos? ¿Destruyes al interior porque crees que al final eso servirá de escarmiento? ¡Eres un idiota! ¡No sabes nada! -. Decía Intuición.

- El Castillo me necesita, aunque nadie aquí sepa reconocerlo. Por otro lado, yo no he sido responsable de sus Errores… sólo les doy la oportunidad a ellos para vengarse de ustedes. Pero no se preocupen, al final yo salvaré el día… seré un héroe, cosa que no son ustedes. Por suerte, no tengo Errores que me persigan -.

- Si supieras de verdad las cosas, sabrías que el daño interno que produces, más que escarmiento, es daño irreparable… Haces sufrir al interior, “por su bien”. No comprendes nada. Sí, puede que tu poder sea la suma del de nosotros, que seas más poderoso, pero sólo eres la suma de lo negativo. Crees que castigando, se aprenderá. Crees que criticando, enseñas. Basas tu éxito en suma de daños y dolores internos que lleven, según tú, “a mejorar” o tener un aprendizaje… Eres tú el que no sabe nada -. Agregaba Razón mientras intentaba levantarse.

- No me voy a poner a discutir con ustedes, jamás podrán entender mi pensamiento. Además, mi tiempo es invaluable como para ponerme a explicarles, con la absoluta claridad mental que me caracteriza, los detalles de lo que es bueno para el Castillo. Y sí, mi metodología puede que haga sufrir un poco, pero les aseguro que al final del día el escarmiento llega, y comenzamos a andar en el camino correcto. No pido que lo comprendan, las limitantes mentales que ustedes tienen son irreparables, entonces no pueden ver lo adelantado y evolucionado que yo estoy. Pero dejando las charlas, porque ya me cansé de tanta ignorancia que percibo, es hora de despedirse… -. Decía con una malvada sonrisa.

Algunos guerreros Triunfo aparecieron de repente, juntos intentaron atacar a la Autocrítica. Mientras, Intuición se acercó rápidamente a donde estaba Razón aún de rodillas.

- Hermano… -.

- Si vamos a morir, que sea defendiendo al Castillo hasta el final… -. Decía Razón.

- No nos daremos por vencidos tan fácil… -.

- Hermano, gracias por luchar a mi lado -.

Intuición asintió. De repente, la cara de Razón se iluminó como cuando alguien tiene una idea.

- Esa es la forma… -.

- ¿Qué? -.

- Él es la suma negativa de nosotros en fuerza. Entonces, tenemos que ser la suma positiva… -. Mirando a Intuición le decía. - Tenemos que atacarlo como equipo, juntos somos más fuertes; el todo es más que la suma de partes… -.

Intuición asintió y ayudó a su hermano a levantarse, mientras a lo lejos se escuchaban los truenos de un mal tiempo.

Autocrítica destruyó a los osados guerreros que intentaron defender a Razón e Intuición. Ahora había llegado el momento de destruir a los hermanos.

- ¿Unas últimas palabras? -. Reía malvadamente mientras los miraba.

Rechinó la puerta principal del Castillo. Pasos se abrieron camino entre los pasillos y las salas. Afuera las enormes gárgolas hacían ruido, los truenos no cesaban.

- Bien, si no tienen nada que decir… -. Autocrítica se preparó para realizar un ataque importante.

- Yo sí tengo algo que decir… -. Se escuchó una voz a sus espaldas.

- ¡Rayos! ¿Y ahora quién me interrumpe? -. Volteándose.

Una figura con túnica se posó en el arco que daba entrada a esa sala.

- … el todo es más que la suma de las partes… -. Murmuró Intuición mirando a su hermano. Éste último asintió, sin dejar de mirar a la nueva figura que había llegado.

- ¿Quién eres? -.

- Yo Soy el que Yo Soy -.

Intuición se quedo mirando su espada un instante.

- Hermano… -. Razón asintió como si adivinara su pensamiento.

Intuición lanzó su espada al recién llegado, de manera que éste pudiera tomarla en el aire. Lo mismo hizo Razón. Autocrítica se extrañó de esto, no entendía por qué le daban sus espadas al que había llegado.

El guerrero unió las espadas, acercando la parte de atrás de las filosas hojas, y formando así una nueva Espada de Doble Filo. Esta espada ahora era doblemente poderosa, sus ataques estarían cargados del poder de la Razón y de la Intuición, y nada podría ser más fuerte.

- ¿Te crees muy fuerte porque ahora tienes una espada de doble filo? -. Reía a carcajadas. - Nadie podría vencerme, mi fuerza viene del Núcleo… Ni tú ni nadie podría hacer algo contra mí -.

- Yo sí puedo vencerte… -. Por fin habló el guerrero.

- ¿Ah sí? -. Más carcajadas. - ¿Y qué harás? ¿Qué encontrarás más fuerte que el Núcleo del Castillo? -.

- ¿Más fuerte que el Núcleo? Yo Soy más fuerte que el Núcleo… Yo creé al Núcleo; Creé al Castillo… -.

- Eso es imposible -. Sonreía.

- No es imposible para el Ser que Todo Lo Sabe, para el Creador… -.

- ¡Es suficiente! -.

Y Autocrítica lanzó un ataque contra el Creador, pero éste lo esquivó y lo golpeó después. El Creador vuelve atacar y hiere a la Autocrítica, éste último no lo podía creer.

- ¿¡Cómo diablos!? -.

- La Autocrítica siempre se ha creído autosuficiente, el invencible y el que nunca se equivoca. Dañas a los otros con crueldad, usando sus errores para echárselos en cara… se acabó -.

Volvió a golpearlo y la Autocrítica cayó al suelo.

- No importa qué pase conmigo, siempre regresaré… Setenta veces siete regresaré -.

- Y estaré esperándote en cada una de ellas -. Respondía el Creador.

- Nos volveremos a ver… -.

- Mientras tanto, que las puertas del infierno se abran para ti… -.

Y el Creador lanzó a la Autocrítica al infierno. Después volvió a colocar los sellos, que impiden que las puertas se abran nuevamente.

Se reunió con Razón e Intuición, y les devolvió sus espadas.

- Cuando la Razón y la Intuición trabajan juntos como uno solo, entonces el Creador se despierta. Y se comienza a Ser lo que en verdad Eres -. Les dijo.

- Gracias por venir -. Agradeció Intuición.

- Ustedes me han traído, sólo ustedes pueden despertar a la Conciencia -.

- ¿Te quedarás en el Castillo? -. Preguntaba Razón.

- Cuando todo el proceso interno que equilibra finalice, el Ser permanecerá despierto. Mientras esos procesos no concluyan, el Ser despertará consciente pero será de manera intermitente. Por eso no puedo quedarme, aún falta mucho camino por recorrer y trabajos internos que hacer. Hay un gran desastre dentro del Castillo ahora, y los ataques no cesarán aún -.

En ese momento, irrumpieron en la sala el Corazón, la Llama del Amor y su fiel compañera la Confianza junto a Valentía.

- ¡Creador! -. Saludó emocionado el Corazón.

- Me alegra saber que estás bien, Corazón -. Correspondió el saludo.

- ¿Te quedarás? -.

- No, no en esta ocasión, pero espero regresar pronto -.

El Creador miró a Confianza y le pidió un instante para hablar en privado.

- Dígame Creador -.

- Haces bien quedándote cerca de la Llama del Amor, no debes dejarla sola nunca. Pase lo que pase, no te separes de ella ¿Entiendes? -.

- Lo entiendo, no me separaré de ella -.

- Confianza -. Su rostro se endureció. - Tienes una gran responsabilidad sobre tus hombros, y necesito que lo sepas. La Llama del Amor se ve constantemente amenazada por diversos peligros en el Castillo, como por ejemplo: estar cerca de Desconfianza. Desconfianza, como ya lo sabes, es contrario al Amor y, aunque él no lo sabe, uno solo de sus impulsos es suficiente para apagarla. La Desconfianza puede matar al Amor, sin siquiera proponérselo concientemente. No debes permitirlo… -.

- ¡Creador! Comienza a asustarme -.

- No me queda mucho tiempo, por eso necesito decirte estas cosas sin rodeos -.

- Desconfianza sabe que no puede conmigo, tenemos la misma fuerza -.

- Desconfianza nunca trabaja solo, su mano derecha Duda es el soporte más poderoso que tiene. Entre Desconfianza y Duda, sí pueden sacarte del camino y eso sería dejar al Amor a merced de ellos -.

- No, no, eso no pasará… -.

- Tú también tienes un soporte, está sigiloso pero siempre has podido contar con su ayuda -.

- ¿Quién? -.

- El guerrero Comunicación. Mientras la Confianza y la Comunicación escolten al Amor, estará todo bien -.

- Señor, hay algo que no entiendo… Se supone que todos en el Castillo velamos los unos por los otros, pero usted me ha puesto todo en un tono que me da a entender que esto es una guerra… -.

- Es una guerra interna y externa a la vez… Enfócate en proteger al Amor, que no se apague su flama por nada del mundo -.

Confianza estaba confundida pero sabía que protegería a la Llama.

- Todos en el Castillo tienen su propia función, las cosas son más complejas de lo que parece a simple vista. Desconfianza y Duda contribuyen a ayudar a la Razón, por algo son su mano derecha, pero ellos no son buenos para la Llama. Dentro del Castillo no se puede pensar en función de blanco o negro. Hay muchas cosas internas que se deben trabajar -.

- Pero si usted sabe todas estas cosas, ¿Por qué no se queda para guiarnos? -.

- Porque incluso yo debo adaptarme a las Leyes que afectan a todos. El Creador no es el ser todopoderoso que puede transgredir sus propias normas, así no funciona. Antes de que yo pueda quedarme definitivamente aquí, deben pasar muchas cosas y superar muchas más -.

- Pero, quédese aunque sea hasta arreglar lo que se dañó con estos golpes recientes. La hemos pasado mal, necesitamos apoyo… -.

- Aún… -. El Creador se calló un instante y su rostro mostró más preocupación. - Aún lo peor está por venir -.

Confianza quedó muy asustada.

- Busca a Comunicación, a Esperanza y a Constancia, ellos podrán ayudar en los momentos difíciles que se avecinan. Yo debo irme ya… -.

- Pero… pero… -.

- No te olvides de tu tarea… -. Y el Creador se fue sin despedirse de nadie más.

Confianza corrió a donde estaban los demás.

- ¿Dónde está el Creador? -. Preguntó Corazón.

- Dijo que ya debía irse. Pero antes de hacerlo, me dijo que aún nos vienen más pruebas, más ataques -.

- Estaremos preparados, somos un gran equipo dentro del Castillo. Estas experiencias nos llenarán de sabiduría y fortaleza -. Contestaba sonriente el Corazón.

- Es mejor que vayamos planificando nuestros próximos pasos -. Decía Razón mientras comenzaba a caminar.

- Es importante que todos permanezcamos unidos, porque tenemos muchas cosas que arreglar y funcionando como un Todo será más llevadero -. Comentaba Intuición.

Se escucharon choques de piedras a las afueras del Castillo, ruidos de cristales rotos y truenos.

Comenzaron a caminar hacia la otra sala, pero Corazón se mantuvo de pie sin dar paso alguno. La Llama del Amor se dio cuenta, y volteó a preguntarle si no quería ir con ellos. El resto se detuvo a esperar la respuesta. Corazón miraba hacia el piso. De repente, subió la mirada y vio a la Llama a los ojos, le sonrió un instante.

- ¿Qué sucede? -. Ella le preguntó sonriente.

Pero él no contestó.

Un segundo después Corazón cayó de rodillas, como si estuviera muy cansado al punto de no poder sostener su propio cuerpo. Pero sus ojos perdieron brillo también…

De repente, su cuerpo terminó inclinándose hacia delante y cayó boca abajo. Fue entonces cuando pudieron divisar la herida en su espalda, una nueva herida trágica. Todos quedaron pasmados. Nadie se dio cuenta de cuándo ni cómo llegaron a herirlo, no podían comprender lo que estaban viendo.

Esos tres segundos fueron una eternidad. Y luego de ellos, tan sólo se escuchó el susurro de alguien:

- Está muerto, el Corazón está muerto… Está muerto -.

Esta historia continuará…

09/12/2010 6:33 p.m.

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