lunes, 17 de octubre de 2011

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Carta a un buen hombre

006. Carta a un buen hombre. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

He estado preguntándome qué tan buena idea será escribir una carta, pero no cualquier carta sino una que sea plasmada con el corazón abierto, casi como si en ella dejaras tu vida, como si con cada palabra vaciaras tu alma en letras… Supongo que si la escribiera así, podría llegar a mostrar tanto lo que soy que esta carta sería yo misma, pero con letras como voz y con sentimientos hecho párrafos.
Sigo preguntándome si de verdad es buena idea exponerse así, o si simplemente debería callarme y no expresar lo que pienso, lo que quiero o las cosas en las que creo. Me quedo pensando si de verdad tomarán en serio mis palabras, si alguien tomará en serio lo que digo, o en resumidas cuentas, me gustaría saber si esta carta tendrá un verdadero destinatario… No me malinterpreten, si me permiten unos minutos les explicaré.
En primer lugar, quiero describir quién soy abiertamente y sin dobles caras, para ello puedo decirles que soy una mujer que, muy a pesar de lo malo que ha escuchado y vivido, sigue creyendo en cosas bonitas, pero no una mujer que vive de ilusiones o pensando que el mundo es color rosa. Tampoco soy una mujer que no se da cuenta de las cosas y mucho menos una que se queda de brazos cruzados ante la vida, entonces puedo decir que soy una mujer que no solamente cree, sino que lucha y confía en que el día de mañana será un día mejor y, además les puedo decir que, soy una mujer que cree en el amor. Sobre esto último, y quiero ser bastante franca en esta carta, quiero decir que me parece súper importante creer en el amor, sí, porque muchos no creen en eso aunque a veces finjan que sí. Mi idea nunca ha sido entrar en polémicas, pero insisto en que quiero ser franca, por tanto debo admitir que muchas de mis pares realmente no aman. Dejemos la mentira de que el género femenino en totalidad es amor, eso no es cierto. ¿Y por qué estoy diciendo esto? Porque de la misma manera, es una mentira que el género masculino en totalidad es amor. Existen hombres que no saben qué es amar, pero también existen mujeres que son igual. Repito que quiero ser franca, yo aquí a nadie voy a victimizar y tampoco voy acusar, pero seamos sinceros y vamos asumir la responsabilidad de cada género.
Respecto a los géneros, he crecido en un mundo donde el hombre se impone como el “mujeriego por naturaleza”, y de tal manera resulta “natural su infidelidad”. He crecido dentro del paradigma que indica que la señora, o la esposa, debe “dar por hecho” que su pareja va engañarla de un momento a otro porque “así son ellos”, y por tanto, a todos los hombres terminan llamándoles como animales: perros, ratas, zorros, etc. Crecimos en un paradigma donde el hombre “necesitaba” demostrar su hombría y “debía” aprovechar todas “las oportunidades” estuviese comprometido o no. Crecí dentro del paradigma que impone a la mujer “a ser buena” y quedarse en su casa, pero donde siempre te recordaban “lo perro” que eran los hombres y aún así les enseñaban a los hombres que vivían en tu casa que ellos “debían ser machos” (“Mi hijo va tener muchas novias”, por ejemplo, pero no dicen “mi hija va tener muchos novios” ¿o sí?), entonces de cosas como éstas nació la frase: “todos son iguales”. ¿Cómo no van a ser iguales si las madres les decían a sus hijos que fueran machos? De esto, siempre me he preguntado: ¿por qué la mujer “enseña” a “maltratar” a sus pares? Nunca le he encontrado lógica, y no me vengan a decir que es mentira, estoy bastante aburrida de esa “defensa de género” donde las mujeres dicen que “todas son unas santas” y los hombres dicen lo mismo de sus pares, estoy aburrida de tanta mentira junta, basada en el comportamiento humano de “defender a los de mi grupo (equipo, género, etc.)”. Ya basta. Pero no nos detengamos acá porque de esto no se trata mi carta, apenas estoy contextualizándola para que se entienda el por qué se escribe lo que se escribe, entonces sigamos…
A lo largo de mi vida, también he visto a algunos hombres sufrir y llorar por quienes de verdad amaron, y que después se convirtieron en culpables de que ellos dijeran: “todas son iguales”, y ahora las animales éramos las del género femenino: perras, ratas, zorras, etc. Y aceptemos que “la liberación femenina”, que no es más que el golpe opuesto a las injusticias que se estaban viviendo, trajo consigo movimientos bruscos y extremistas, llevando a subir el índice de infidelidad femenina, porque ahora las mujeres querían “ser iguales” a los hombres. “Y si el hombre siempre ha hecho lo que se le da la gana, ¿por qué la mujer no puede?” Seguramente eso pensarían. Por supuesto, estos no son los temas de discusión en esta carta pero me sirven para poner sobre el tapete varias cosas: si se nos enseña que el hombre es un “perro”, eso socava la confianza y te lleva aceptar cosas que no están bien; si se nos enseña que el hombre “es el malo”, realmente lo vamos a creer; si creemos ciegamente en que “todos los hombres son unos perros”, la posibilidad de creer en la sinceridad de alguno no va ser tanta; si creemos ciegamente en que “todas las mujeres son unas santas”, cuando de verdad un hombre está sufriendo por alguna de ellas, eso nos hace ver como incomprensivas, irrespetuosas, malas… ¿por qué un hombre habría de confiar en nosotras en esos términos? Pero además, ¿por qué una mujer habría de confiar en los hombres cuando “son unas ratas sin corazón”? “El hombre no se enamora” ya perdí la cuenta de cuántas veces me lo han dicho, y siempre me he preguntado si eso es verdad. También he escuchado eso de que la mujer es capaz de decepcionarse muchas veces (confiar y terminar siendo traicionada), mientras que el hombre se decepciona una vez (una vez confía y si lo traicionan ya no confía más) insisto con mis preguntas: ¿eso es verdad? ¿Es verdad que el hombre “no tiene corazón”? No sé por qué presiento que alguien respondería a eso como: “si no tiene, es por culpa de una mujer”, pues si alguien me dijera eso yo le respondería: “entonces seguramente eso le pasó a alguna mujer también, que ya no tenga corazón por culpa de un hombre”. Y ambos tendríamos razón, pero jamás sería una razón absoluta, porque nada es absoluto en esta vida. Y por eso, porque nada es absoluto, es que me atrevo a escribir esta carta.
No sé cuántos buenos hombres habrá en la vida, pero a todos ellos les hago llegar mi respeto y consideración. De todos esos, que espero que existan muchos, yo quisiera escribirle a uno en particular. No me pidan nombre, porque no lo sé, y mucho menos sé cómo se ve pero espero encontrarlo alguna vez. Sí, le escribo al buen hombre del cual me encantaría enamorarme. Tengo todos los antecedentes para no confiar en nadie, porque me dijeron que “todos son iguales”, y aún así yo siento que allá afuera hay un hombre bueno, hay un hombre amable.

A ti, buen hombre…

Lo primero que quiero decirte es: espero que existas. Por alguna razón, sé que existes aunque no sepa dónde y tampoco sepa si algún día voy a encontrarte.
No tengo idea si el día de hoy estás sufriendo por alguien, ni las razones de ese sufrimiento, pero si esa mujer no te respetó, no te valoró ni te amó, créeme que no todas somos iguales aunque, quizás, a estas alturas pienses que sí.
Yo no puedo hablar en nombre de nadie, por tanto, no cometeré el error de decir “las mujeres no somos así” pues yo sólo puedo hablar por mí, de la misma manera que tú sólo puedes hablar por ti.
Desconozco lo que has vivido, no sé si has sufrido poco o demasiado, si te insultaron o si te pegaron, y si te pegaron créeme cuando te digo que no te juzgo de ninguna manera. Sé que muchos se burlan de los hombres que son golpeados por las mujeres, sé que ellos sufren en silencio porque ni la policía les cree. Créeme que más que burla, me gustaría hacer algo para defenderte porque también tienes tus derechos, y como mujer de eso estoy conciente.
Quizás tú tienes razones válidas para no confiar en mis palabras, porque “todas son iguales” así te lo dijeron o así lo aprendiste, pero te invito a que hagamos a un lado eso que nos dijeron y comencemos a pensar en serio. Te dije que yo sólo puedo hablar por mí misma, entonces eso haré y te diré quién soy:
Buen hombre, soy una mujer que, a diferencia de lo que dicen por ahí de las mujeres, no está interesada en los “beneficios económicos” que pueda obtener de un hombre. Soy independiente y siempre he buscado desarrollarme, me gusta valerme por mí misma en todo cuanto sea posible, así soy yo y, al menos, creo que así son las buenas mujeres.
Creo que el respeto y la consideración por el otro son primordiales en una relación, por tanto, me parece inadmisible los insultos y maltratos (físicos, psicológicos o emocionales). Yo sí creo que tienes un corazón, yo sí creo que puedes enamorarte y creo firmemente en que eso merece ser valorado y respetado como corresponde.
Por ahí dicen o dan a entender, que el hombre es un “bruto” y nunca tiene sensibilidad, yo sí creo que hay hombres sensibles y eso no rebaja su grado de hombría, como sí piensan otros del género masculino y femenino.
También por ahí leí algo que decía: “qué horrible se ve un hombre llorando…”, no puedo saber en qué contexto nació tal expresión, pero yo sí creo que el hombre puede y debe llorar cuando lo sienta necesario, el hombre sigue siendo humano. ¿Horrible? Horrible no es que el hombre llore, horrible debe ser la razón por la cual lo hace. Si un hombre se enamora de verdad, y se burlan de él eso es lo que sí me parece horrible, como así mismo cuando es el caso de una mujer que entrega su corazón y lo dañan, eso también resulta horrible. Llorar no es el lujo que sólo se pueden dar las mujeres.
No soy fuerte ni física ni emocionalmente, de hecho soy bastante sensible, pero aún así no le bajo la vista a nada ni nadie, y si tú me necesitaras yo te defendería como fiera, te defendería con uñas y garras, pues así creo que las buenas mujeres defienden lo que aman.
No tienes que ser siempre el fuerte entre nosotros dos, yo puedo serlo de vez en cuando, yo puedo llegar a ser el escudo que busca protegerte. Mis brazos estarán abiertos para ti, podrías arrullarte allí todo el tiempo que quisieras confiando en que nada malo pasará, confiando en que bajo ninguna circunstancia yo te voy a traicionar.
No es tanto lo que tengo para ofrecer, pero si de verdad te hace bien tener mi compañía entonces allí yo estaría.
Desearía que me conocieras tal cual soy, y que decidieras si es lo que quieres en tu vida, porque no puedo prometerte cosas que no podré cumplir; necesito que sepas que yo tengo mi carácter también y defiendo lo que creo y lo que quiero. No puedo prometerte que jamás pasarás un mal rato porque yo no esté de buen humor, soy humana también. Además, no soy sumisa, por el contrario, soy rebelde. Y después de decirte todo esto, te pregunto: ¿es lo que quieres? Siempre serás libre de elegir lo que es mejor para ti.
¿Qué quiero yo? Quiero conocerte, quiero saber si existe un buen hombre para mí. ¿Y cuáles son los buenos hombres? Aquellos que creen en el amor, el respeto y la consideración. Aquellos que saben lo que es el compromiso y lo asumen de corazón, como lo hacen las buenas mujeres. Son aquellos que no juegan, aquellos a los cuales les importa cumplir cuando dan su palabra. Aquellos que saben quién son, y no necesitan demostrárselo a nadie… Aquellos hombres excepcionales, que salen del paradigma de la sociedad que quiso imponerles una concepción absurda, y que hoy en día son lo que ellos son de corazón… buenos hombres.
¿Sabes buen hombre? Sueño con el día en que las buenas mujeres y los buenos hombres reivindiquen a su género, que rompan las reglas estúpidas impuestas por las sociedades estúpidas. Y no hablo de armar conflictos, hablo de lo contrario, hablo de que cada uno de ellos tome la posición que les corresponde y que se respeten entre ellos como iguales y, al mismo tiempo, en lo diferente que somos entre todos nosotros.
Buen hombre, quisiera encontrarte e intentar construir contigo algo verdaderamente bonito, porque sí se puede muy a pesar de lo que digan los demás. No te prometo que siempre estaremos de acuerdo, porque eso no será así pues siempre vamos a tener nuestras diferencias, pero sí te prometo no hacer de tu vida un infierno porque no quiero que mi propia vida lo sea.
Amar es una cuestión de decisión, y si tú eres el hombre que me corresponde y decido amarte, juro que enfocaría todos mis esfuerzos en eso: amarte siempre. Insisto con mi pregunta: ¿es lo que quieres? Eres libre de creer en mis palabras o no, y también eres libre de elegir ser feliz o no.
No te puedo garantizar “la felicidad eterna” a mi lado, pero sí me esforzaría para que ambos estuviésemos bien.

No sé si esta carta tendrá un destinatario final, la verdad es que no sé si exista un buen hombre para mí, pero lo que sí es cierto es que no gastaré mi vida con alguien que no valga la pena, pues sé que no se esforzaría por mí y tampoco me inspiraría a esforzarme por él… una relación así sólo está destinada a morir y eso es justo lo que no quiero.

Busco construir una relación que no esté destinada a morir desde el primer momento.
Busco una relación con alguien que no esté “destinado a engañarme”.
Busco alguien que esté dispuesto a amarme.
Busco a un buen hombre.
Espero a un buen hombre.
Te espero a ti, buen hombre, para poder amarte,
y así poder dejar de soñarte, y sólo soñarte…

16/10/2011 03:37 p.m. – 04:27 p.m.

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3 comments:

marta dijo...

Te felicito sinceramente!!
Nunca he leido una carta como esta, ni a una mujer reconocer la verdad como tu la plasmas en esta carta.
Te deseo lo mejor Waldy.
Mucha suerte y exito que es todo lo que te mereces, eres un genio
Un abrazo

Jaime dijo...

¿Cómo es que se llamaba el viejito ese que andaba con una lámpara buscando a un hombre justo? ó a una mujer ....

Leí tu carta y se me vino a la mente esa imagen, no se, juegos de la mente.

Tal vez en algún momento tuve en mente y estuve en esa busqueda, lamentablemente me canse, aunque, contradicciones de uno, no pierdo la esperanza, pero si ha de ser, la vida traera.

Pero, la busqueda cada quien la emprende según su entender, y así como una callada esperanza sirve, también un grito a pleno pulmón va igual.

Ojala que el camino te sea amable y la distancia corta.

Felíz día.

JJ

DarkisX dijo...

Gracias a ambos por estar aquí, significa mucho para mí el que me concedan su tiempo y comentarios. Sinceramente muchas gracias. :)

Waldylei