jueves, 19 de julio de 2012

, ,

¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?

Fuente: Google Images.

013. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo volveré a escuchar de cerca el susurro de tus labios y sentir la mirada de tus ojos. Me pregunto tantas cosas a veces, hasta me pregunto qué nos pasó.
Hay ocasiones en que me pongo nostálgica como ahora y sólo logro caminar de un lado a otro en mi habitación, eso cuando no estoy simplemente tirada en la cama o el sillón. A veces siento que esto me sobrepasa, que no podré aguantar ni un minuto más tanta tristeza y tanta rabia. Hay veces en que me digo que hubiese preferido no haberte conocido.
Otras veces actúo normal, como si nada pasara, y le sonrío a la vida creyendo que sí hay razones para ser feliz. Salgo con los amigos y voy al cine con los primos, pero aún así el tiempo no es el mismo que cuando tú estabas aquí.
Hay ocasiones en que me insulto por tonta, por sentir lo que aún siento, me gustaría no tener que fingir lo que finjo sólo para que nadie me vea sufrir, para que nadie me vea triste y se compadezca de mí. No quiero la lástima de nadie, no quiero que sepan que aún sufro por amor, por el amor que aún te tengo y que tú no recuerdas. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas? ¿Por qué sí tengo que recordarlo yo? ¿Por qué sí tengo que sufrirlo yo?
Un rayo de sol intenta entrar por la ventana, intenta infructuosamente calentar esta pieza. Yo intento respirar. Todo es un intento en esta habitación, no puedo decir que algo resulte. Sobre la mesa hay un intento de canción o un intento de poema, y en el piso está nuestro álbum de fotografías que se cayó en un intento de volver al pasado, se cayó cuando intenté vernos juntos de nuevo y me causó tanto dolor que mis manos tambalearon, mi valentía se quebró mientras sigo intentando que el nudo en mi garganta no salga, que no salga y moje mi rostro como muchas veces ya me pasó. Cuesta tanto contar lo que se vive en esta habitación, pero cuesta mucho más contar lo que sucede en mi interior.
No sé si pueda contener más tiempo mis lágrimas, quisiera simplemente soltarlas y volver a ser la niña que cuando lloraba alguien le arrullaba. Quisiera... ¡Ay! ¡Quisiera tantas cosas!
Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, me pregunto cuándo volveremos a retomar nuestros planes, esos que ambos construimos mientras caminábamos tomados de la mano. Me pregunto cuándo podré volver a ver el cielo y verte iluminado en alguna estrella; cuándo esta maldita ciudad dejará de ser sólo una construcción de recuerdos, donde cada calle y centímetro me habla del momento anterior en que pasamos por ahí, pero no habla de que tú estás aquí. Odio ese osito de peluche que me regalaste, lo odio tanto que no me atrevo a botarlo, no me atrevo alejarlo de mí porque él me acerca a ti. ¡Te odio! ¡Desearía jamás haberte conocido!
Caigo al piso de rodillas y lo golpeo, no aguanto este maldito sufrimiento. No aguanto pensar que sólo yo sufro por esto, que sólo yo quiero regresar atrás, que tú estás bien sin mí o que te da igual. No aguanto pensar... Mis lágrimas caen al suelo una vez más.
Éramos felices, yo sé que lo éramos, entonces ¿por qué no recuerdas nuestro amor? ¿Por qué no lo recuerdas si éramos felices tú y yo?
Me gustaría saber si quiera qué fue lo que nos pasó... Me gustaría entender qué hicimos mal, o qué fue lo que no hicimos. Me gustaría levantarme de este piso, dejar de llorar por lo que ya no será, sin dolor ni amargura, sin pesar. Me gustaría tantas cosas, me gustaría dejarte y aún así me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo recordarás que te quiero y que quiero que regreses conmigo de nuevo... Mi amor, ¿cuándo? ¿Cuándo lo recordarás? ¿Cuándo recordarás que aún te espero? ¿Cuándo? ¿Cuándo me recordarás de nuevo?

19/07/2012 01:49 p.m. - 02:02 p.m.
Continuar leyendo ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?

viernes, 13 de julio de 2012

, ,

Ella podría explicarte cómo me siento

Fuente: Google Images.

012. Ella podría explicarte cómo me siento. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Aquella mujer que te hubiese amado, podría explicarte qué es lo que siento ahora. Seguramente podría contestar qué es lo que pasa dentro de mí, así como cuando me miras y te veo sonreír. Quizás ella podría definir lo que siento como amor. Sí, te amo... aunque no esté dispuesta a decírtelo, no como ella que quizás sí te lo dijo.
Me pongo a escuchar canciones de repente, pero termino pensando que me hace mal porque me pongo a escribir en privado, justo para decir las cosas que no diré jamás...
Hace instantes revisaba viejos recuerdos, de esos que se van para no volver, y me he preguntado cuánto me he perdido. Me he preguntado cuánto has vivido y cuánto ha vivido la mujer que te ha amado, así tal cual como yo, con la diferencia que ella fue un paso más allá y terminó por esclavizar su amor, su amor propio.
Recuerdo la vez en que decidí amarte y no amarte al final, justo lo hice para no terminar formando parte de la lista de aquellas que te aman o te han amado, una más, o mejor dicho: no quise formar parte de la lista de mujeres que tú sabes que te aman o te amaron, esa misma lista que agranda tu ego como si fueras la última coca-cola del universo. Justamente eso fue lo que me alejó de ti, te crees tan genial que te propones conquistar a cualquier mujer que te logre sonreír. No niego que eres un seductor, o mejor dicho conoces bien cómo hacer sentir importante a una mujer aunque sea por unos minutos, me he visto en la situación y vaya que se siente bonito debo reconocerlo. Lástima que para ti el "amor verdadero" sólo dura un minuto, por más que sea pleno.
Te conocí y no te conocí al final, no sé si alguien en esta vida te conoce de verdad, o si tú sabrás quién eres, lo cierto es que hace mucho tiempo decidí hacerte a un lado y me dije que eso era necesario para no verme sufrir. Para no sufrir de la misma forma en que esa mujer que te ama, y que cometió la estupidez de decírtelo, sufre hoy por hoy. Me alejé para no terminar sintiendo la rabia y el deseo de venganza que, aún hoy, siente quien te amó y que se creyó engañada.
Hay veces en que no logro comprender el cómo tú no comprendes por qué más de una te reprocha alguna cosa. No logro entender el cómo nunca te diste cuenta que decir "te quiero" no viene enlazado con un "tal vez". Cómo fue que no aprendiste que los compromisos se cumplen, y que no debes hacer sentir importante a una mujer para luego dejarla botada, de verdad, no te puedo comprender. No logro entender que le tiendas la mano a alguien y le sonrías, para solamente después acariciar su pierna y lo más íntimo de su vida... entonces te terminas yendo por donde venías.
Pienso que si te hubieses tomado el tiempo, y hubieses dejado la ridícula idea de que todos están dispuestos a engañar para sólo gozar, podrías haber encontrado en alguna mujer algo más que intimidad. Y no, no te hablo de mí y ni siquiera diré que habría sido otra historia un "nosotros". Conociéndote como te conozco, lo poco que conozco, no habría podido funcionar porque no estaba dispuesta a ser una más, porque con tu forma de ser me enseñaste a no tenerte confianza. Lo peor de sentir que tu amor es un mujeriego, es estar segura de que lo es y que no va cambiar. Que no va dejar de ver fotos de mujeres semidesnudas aunque tú estés a su lado, porque lo más "lógico" es que ella entienda que "él es un hombre" y, por tanto, es normal... pero, pienso yo, podrías tener un poquito más respeto por la mujer que dices amar.
Insisto en que lo más triste de todo esto es que la mujer que te ama esclaviza su amor propio, por la única razón de que te ama como si amar implicara que el otro sea el más importante y uno postergarse como el menos importante. He llegado a pensar que "amor" es una idea tan subjetiva que casi cualquier cosa se puede tildar como tal, sólo se necesita a alguien que quiera justificarse o justificar sus actos. Mi propia idea de lo que es el amor ni siquiera alcanza a ser idealizado, como si fuera un imposible, por el contrario creo que la diferencia reside en que para mí el amor incluye al amor propio, el respeto, la consideración y la dignidad. Algunos creen que, como el mundo no es perfecto, deben postergarse "por amor", yo creo que se puede ser tolerante con aquello que se debe e intolerante con lo que no puede sencillamente aceptarse. Creo que hay que ser valientes para amar y para dejar de amar.
A veces me pregunto qué hubiese pasado si me hubiese dejado caer entre tus redes, quizás tendría una razón para odiarte o para seguir amándote como una infeliz, no lo sé y nunca lo sabré... prefiero no saberlo.
¿Sabes? Hay ocasiones en que abro mi ventana y te veo pasar junto a ella, ésa a quien ahora dices que amas y te dice que te ama. Ella podría explicarte cómo me siento a veces, esas veces en que te amo y ahogo el suspiro que lanza mi corazón. Ella dice que te ama y le creo, hay una forma muy particular en que la mujer enamorada mira, es eso lo que la delata. Por suerte para mí, jamás aprendiste a darte cuenta de la diferencia en cuando yo te miraba, en las veces en que me hubiese gustado correr a tus brazos y besarte en los labios. Sigo amándote en silencio, a veces lo hago.
Ella podría explicarte cómo me siento cuando te amo, podría decirte el tamaño de la ilusión de una mujer enamorada, podría quedarse sin palabras al intentar expresarte lo mucho que te ama, podría quedarse mirándote con ternura... pero jamás podría responderte por qué decidí no amarte, pues sólo yo lo sé y sólo yo lo entiendo.

Tú decidiste vivir tu vida como la vives.
Decidiste que, en el fondo, no amarías a nadie.
Decidiste decirles que les querías,
aunque después de cinco minutos ya no lo harías.

Yo decidí no darte el espacio.
Decidí que no quería estar en tus brazos.
Decidí que no quería besar la boca que ha sido de miles,
que no eras el adecuado para ir al cine.

Ella podría explicarte cómo me siento a veces.
Que el corazón se emociona al verte.
Que mil razones hay para sonreírte siempre,
pero lo que no puede contarte
es que, en el fondo, eres
lo que ella no quiere...
pronto lo sabrá
cuando te conozca de verdad,
o cuando la dejes atrás...

13/07/2012 07:42 p.m.
Continuar leyendo Ella podría explicarte cómo me siento

sábado, 7 de julio de 2012

, ,

Como fuego bajo la lluvia

Fuente: Google Images.

011. Como fuego bajo la lluvia. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Mientras camino contigo bajo la lluvia me quedo recordando el pasado, recordando que cuando te permití enamorarme no fui consciente del futuro, no podía saber en lo que me estaba metiendo. Recuerdo que te permití besar mis labios y tus manos recorrieron mi espalda mientras disfrutaba de un abrazo tuyo, pero ahora que el juego se aproxima a su final no sé qué cosa positiva rescatar.
Parece que camino contigo, sí, pero la verdad es que camino detrás de ti en esta noche tormentosa y fría, a metros de ti porque te acostumbraste a dejarme atrás, muy atrás, pero antes me hiciste creer que siempre caminaría de tu mano. Creo que lo olvidaste.
La calidez de mi aliento se hace evidente, el calor levanta una nube frente a mi cara. Deben haber como cero grados, o eso siento. Los cero grados no pasan en vano. No siento nada, no sé qué sentir. Da lo mismo el frío del tiempo, al frío que de ti siento o será que, al contrario, el enojo me lleva ardiendo. Eso explicaría el por qué es más evidente el calor que expulsa mi nariz y mi boca. De nada me sirve la bufanda mojada y las manos heladas. Tengo ganas de maldecir todo, mientras mis lágrimas se disfrazan de lluvia.
Maldigo a quien me dijo que el amor era hermoso. Maldigo a tus amigos y los míos por habernos conocido. Maldigo la hora en que decidí dejarte entrar en mí, porque no he ganado más que arrepentimientos, millones de razones para no haberte conocido jamás.
El enojo se acrecienta y también las ganas de gritarte, gritarte que eres un mal hombre, que te odio más de lo que creí. Me molesta tanto que vayas a varios metros delante, me molesta que no puedas ver mi rostro y mis ganas de rayarte la madre.
Maldigo el momento en que las rosas me hablaban de ti, y la lluvia era especial; los fines de semana esperados para verte y la música de amor que me hacía imaginar entre tus brazos, lo maldigo todo. No tengo nada entre las manos, sólo la lluvia y el enojo.
Me detengo un momento en aquel camino escabroso. Levanto mi cara y la lluvia refresca mi rostro. Intento calmar esta rabia, este fuego que siento. Arde mi interior mientras las manos me tiemblan, me es muy difícil respirar. Es difícil respirar tanto dolor junto.
Te miro a lo lejos y pienso en que quizás exagero, en que quizás todo no es tan malo como creo. Mis lágrimas se siguen disfrazando de lluvia. Pienso en lo bueno que fuiste, en lo bueno que has sido con mi familia; pienso en la sonrisa de la cual me enamoré, en esa mirada angelical que a veces tienes. Tal vez estoy exagerando, tal vez no estoy tan enojada, tal vez todavía te amo. Te vuelvo a mirar a los lejos y me doy cuenta que volteaste, te pones las manos en la cintura al darte cuenta que detuve mi camino, me gritas como siempre, me descalificas nuevamente y vuelvo a encenderme...
¡Maldita sea el momento en el que te conocí! Grito dentro de mí. Parezco volcán que erupciona, desprendo tanto calor en esta noche bajo cero que me da lo mismo si me congelo. Arde la piel que me cubre, la mujer de fuego muy rápido se consume. Emprendo el camino de nuevo, con tanta rabia y tanta fuerza que ahora decreto que será la última vez que te veo. Como fuego bajo la lluvia me muero.
Te escucho gritar como si tuvieras mucho poder sobre mí, te escucho regañarme y descalificarme a lo lejos. Pero perdiste, perdiste tantas cosas que ni siquiera te das cuenta. No sabes que acabo de incinerar eso que llaman corazón, amor y similares. Me volví fuego y destruí la casa que construimos, la vida en pareja que alguna vez mencionaste, los momentos que pasamos bajo la luna, los planes de viaje, las ideas y los sueños. Ahora sabrás que he quemado todo, que lo que crees que tienes en realidad lo volví cenizas, lo destrocé todo. Sí, creíste que siempre me tendrías, eso creíste...
A veces me dijiste que sin mí no serías nada, pues te cuento que ahora eres justo eso: nada.
Le prendí fuego a todo, y ahora estoy segura cuando te digo que ésta es la última vez. Vuelves a retomar el camino aún a metros de mí, siempre has sido así: un completo imbécil que ni siquiera se da cuenta cuando el mundo se le derrumba. Siempre tan confiado, creyendo que todo lo controla y que nada perderá, pero déjame decirte que las proporciones de lo que perdiste no las podrás calcular.
¿Cómo pudiste ser tan ciego y tan imbécil? O mejor dicho, ¿por qué te aguanté tanto tiempo si ya sabía que no valías nada? Pero ésta sí será la última vez, porque aunque aún te amaba me llevé a la hoguera y me destruí entera, ya no quedan ni cenizas a las que aferrarse. Ya no existe el amor por el que esforzarse. Sí, había construido un mundo entero, pero me cercioré de quemarlo todo. Sigo quemándome como fuego bajo la lluvia, mientras mis ilusiones gritan tu nombre, gritan que te quiero.

Dejé que me enamoraras,
dejé que me ilusionaras,
también dejé que me amaras
y que me pisotearas,
pero esta noche bajo la lluvia,
esta noche de cero y bajo cero,
de enojos volcánicos,
de calor y de fuego
se encendió mi interior y mi cuerpo,
estalló por dentro
e incineró el amor, el corazón y al tiempo.
Me volví fuego y te destruí,
escuché el quejido y la muerte,
escuché que se ahogó,
sí, se ahogó la voz que decía tu nombre.
Volteaste creyéndote con poder sobre mí,
creyendo que podías mandar sobre mí,
pero déjame aclarar quién es la que manda al fin.
Pensé que contigo podía ser feliz,
pero sólo alcance a ser infeliz
en este juego que construiste
para hacerme sentir parte de ti.
Muchas veces perdoné tus errores
y ya me cansé de hacerlo,
me cansé de tus gritos,
me cansé del "te quiero".
Me volví fuego y destruí todo,
las cenizas quedaron bajo cero
y ahora comienza tu mundo de hielo.
Maldigo a quien me dijo que el amor era hermoso,
¡maldigo!, maldigo el puto momento en que conocí tu rostro...

08/07/2012 01:28 a.m. - 01:46 a.m. - 02:31 a.m.
Continuar leyendo Como fuego bajo la lluvia