sábado, 21 de diciembre de 2013

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Comportamiento Humano: El Código Humano II

Imagen: Alonso Espinoza (pixeltool)

005. Comportamiento Humano: El Código Humano II. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

« El comportamiento humano se puede representar con funciones o como algoritmos, una serie de pasos finitos que empiezan en un punto y terminan en otro. Estos pasos pueden ser ejecutados por una o cientos de personas a la vez, con las mismas acciones, las mismas reacciones, los mismos argumentos, las mismas quejas en distintas situaciones e incluso espacios geográficos ». Recordaba.

- ¿Qué haces? -. Le preguntó una voz femenina.
- ¿Eh? -. Lo hizo salir de su letargo. - Revisaba unas cuantas cosas en los libros -.
- Siempre te la pasas metido en la biblioteca…-.
- Uno puede aprender muchas cosas si lo quiere…-.
- El grupo de clases ha planeado una fiesta, ¿te interesa unirte? Igual ya es bastante tarde… -.
- Prefiero quedarme un poco más, pero gracias por la invitación -. Ella asintió y se fue.

« Es tarde, pero aún me quedan un par de horas antes de que cierren ». Pensó.

Un rato después miró su reloj. Volvió la vista al libro que tenía entre manos, pero lo miraba sin mirar pues realmente no estaba leyéndolo.

« El comportamiento humano se puede representar como una función matemática… ». Llegaban palabras a su mente.

Apoyó el libro sobre la mesa, se quitó los lentes y cerró unos instantes sus ojos para descansarlos un poco.

- He pensado tanto en eso… -. Susurraba. - Pero siento que algo falta… necesito saber qué es lo que me falta…-.

Tomó de nuevo sus lentes y el libro.

- ¿Es interesante lo que lees? -. Escuchó que alguien le hablaba. Subió su mirada.
- ¡Oh! Es usted, el señor del parque que me habló del comportamiento humano hace tiempo atrás… -.

El recién llegado se sonrió y se sentó frente a él.

- Dicen que cuando uno tiene preguntas, el Universo siempre manda las respuestas -. Le dijo.
- Quizás tenga razón. Ha pasado algún tiempo desde que nos vimos la primera vez, y he visto entre el comportamiento de la gente que conozco lo que usted dijo, pero siento que falta algo y no sé qué es… Su fórmula, sé que funciona pero no en todos los casos, ¿por qué? -.

El hombre se sonrió.

- Porque no está completa -.
- ¿Cómo? ¿Eso quiere decir que, en el fondo, el comportamiento humano no se puede representar con una fórmula? -. Se sentía decepcionado, era mucho tiempo el que había pasado pensando en el tema.
- Dije que no estaba completa, jamás dije que no se podía completar -.
- ¿Cómo se puede completar? -.

Aquel hombre tomó lápiz y papel, y luego le dijo:

- Habíamos dicho que las cosas funcionaban así:
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martes, 3 de diciembre de 2013

Waldylei Yépez en el artículo "Lo mejor de la pluma nacional" en la Revista Dominical del diario Últimas Noticias (Venezuela)

Click aquí para ver el artículo de Adriana Boccalon en la Revista Dominical del diario Últimas Noticias de Venezuela, en el mismo se menciona a Waldylei Yépez en la lista de "Lo mejor de la pluma nacional" basada en la lista de los mejores escritores de Venezuela en Classora.


¿Eres seguidor o seguidora de Waldylei Yépez? Vota por ella en Classora a través de:


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Red DkX
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lunes, 18 de noviembre de 2013

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Valiente

Fuente Imagen: Google.

004. Valiente. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Ella, una gran amiga, una gran mujer.
Ella, persona de fe que nada teme.
Ella, la que mucho ha luchado por lo que cree.
Hoy me propuse escribir sobre ella,
pero no hay forma de definir lo que es,
pues es tan capaz, sincera y valiente,
es tan amiga, generosa, obediente.
Hace mucho tiempo que la conocí,
y de ella mucho aprendí,
sus decisiones no siempre comprendía,
pero nunca cuestioné el coraje que en ella había.
Su fortaleza siempre mostró sin dudas,
y la generosidad de su corazón también,
la bravura en batalla jamás le faltó
y su fe jamás le falló.
Son tantas cosas las que me ha enseñado,
joven mujer victoriosa,
para quien no existen derrotas.
Me enseñó que no importa el tamaño del reto,
sino la voluntad y el hacer lo correcto.
Hoy me propuse escribir sobre ella,
pero no hay forma de definir lo que es,
pues es tan capaz, sincera y valiente,
es tan amiga, generosa, obediente.
Quizás es valiente la palabra que la podría definir,
valiente, y mucho más que eso podría decir,
no importa cuál sean los comentarios,
ella se mantiene luchando.
Valiente mujer que todo lo puede,
valiente mujer que todo lo da.
Tu amistad, un lindo tesoro,
tu bondad, tu amor y lealtad.

15/11/13 09:36 p.m. ¡Feliz cumpleaños Cris!
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sábado, 16 de noviembre de 2013

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Ya no soy aquella

Fuente Imagen: Google.

006. Ya no soy aquella. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

He visto el hielo al amanecer,
y lo más oscuro al anochecer,
también vi el dolor que palideció
toda mi alma, todo mi amor.
Y después de la agonía que yo viví,
y la tristeza que descubrí,
llegué a ver el sol que revivió,
que revivió mi corazón.
Ya no soy más lo que antes fui,
ya no soy la víctima, aunque también sufrí,
ya nada juega con los latidos,
nada atormenta a mis oídos.
He visto al mundo cambiarlo todo,
cambiar mi paz por ese enojo,
un gran amor por el dolor
y apuñalar mi corazón.
Pero después de tantas cosas,
y de aceptar las mil derrotas,
ya no me voy a resistir
que se vaya, lo que se quiera ir.
Ya no soy más lo que antes fui,
ya no soy la víctima, aunque también sufrí,
no soy aquella que se humilló
simplemente “por un amor”.
Ya no hay excusas que alimentar,
ya no hay palabras ni qué esperar,
sólo en mí, aceptación
y voluntad de ser mejor.
No soy aquella que mucho amó
sin proteger su corazón,
he aprendido que las medidas
evitarán nuevas caídas.
Hoy sólo quiero un sonreír,
y volver a revivir
la ilusión de mucho amar,
sin olvidar amarme más.
No soy aquella,
ésa se fue,
tan sólo queda lo mejor
de lo que fui y lo que soy.
Ésta, ésta soy yo.

15/11/13 06:01 p.m. - 06:19 p.m.
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miércoles, 13 de noviembre de 2013

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Este amor

Fuente Imagen: Google.

005. Este amor. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

Despierto sobre las sábanas finas
y observo tu cuerpo junto al mío,
siento en mí el amor que nos ha unido,
ese amor que junto a ti me ha traído.
Repaso en mi mente los instantes prohibidos,
los instantes que he pasado contigo.
Allí desnudos frente al espejo,
la lluvia de besos riegan los pechos,
llenan de miel nuestras bocas ansiosas
mientras las manos vagan, exploran.
Este amor me hace sentir como una niña,
tan entregada, y tan inocente.
Este amor me hace sentir toda una mujer,
tan alocada, y tan valiente.
Este amor me hace enfrentar todos los vientos,
al mar, el sol… no importan los miedos.
Este amor sin límites, espacio ni tiempo,
haciendo el amor, somos un cuerpo.
Te veo dormir, te siento tan mío,
me siento feliz de tenerte conmigo.
“Te amo”, he repetido en susurros.
“Te amo de veras”, mientras mi corazón se acelera.
Y sé que este amor es más grande que yo,
tan grande que no cabe en mi corazón,
y no hay palabras que lo puedan describir
ni nada que lo pueda medir.
Te miro, camino por tu piel con mi pensamiento,
eres un cielo maravilloso e inmenso,
en ti no hay nubes negras que pudiera temer,
el sol me calienta con todita tu piel.
“Te amo, lo juro”, repito en mi mente.
“Te amo, te amo de veras”, digo y te mueves.
Y sé que este amor es más grande que yo,
lo llevo aquí dentro de mi corazón,
y es lo más puro que jamás conocí,
es lo más puro que jamás sentí.
Te amo de veras, te amo yo a ti…

13/11/13 09:34 p.m. - 09:44 p.m.
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jueves, 7 de noviembre de 2013

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Carta de una madre a su hijo gay

Fuente Imagen: Google.

003. Carta de una madre a su hijo gay. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Me encontraba esperando en el terminal de buses de la ciudad, mientras las nubes se hacían cada vez más grises y el día se oscurecía. No cargaba ningún paraguas, ni nada que pudiera protegerme del agua si llovía, en esos momentos temí por la integridad física de un par de libritos que llevaba en la mano. No estaban dentro de una bolsa, así que si llovía estarían expuestos a la intemperie y eso me preocupaba. Sí, a veces uno se preocupa por “pequeñas cosas”, así me criticarían los demás, pero ellos no entienden el tesoro que encierran los libros y, por eso, no les da ninguna lástima si alguno se moja o no.
Por fin pude subirme al autobús. Caminé por el pasillo y divisé un puesto, llegué hasta ahí y me senté junto a una señora. Ella ya había elegido el súper puesto junto a la ventana, así que me conformé con el del pasillo. Miré y vi cómo, en la ventana, comenzaban a chocar las gotas de lluvia. La señora parecía estar entretenida mirando aquello, desde que me senté no volteó a mirarme en ningún momento. Comenzó nuestro recorrido sin mayor novedad, pensé que lograría llegar temprano a casa, sin embargo, luego de unos veinte minutos de carretera nos topamos con una horrorosa cola, habían momentos en que el autobús no se movía ni un centímetro.

- ¡Y yo que quería llegar temprano a la casa! -. Exclamó la señora a mi lado, aun mirando por la ventana.
- Yo también -. Respondí. - Pero parece que no va ser así…-.

Ella se volteó a mirarme, me pareció que sin querer la hice salir de su letargo. Luego hizo otro comentario y yo volví a responder. Así estuvimos unos minutos, después ya estábamos conversando banalidades de la vida… todo se dio como se dan esas conversaciones espontáneas, aquellas que nadie sabe cómo empiezan pero terminas hablando hasta de filosofía. Sí, es una cosa rara.
Yo estaba normal, comentaba y respondía. Pero, de repente, me di cuenta que ella comenzó hablar de problemas personales, o más bien de un problema personal. Entendí que, en esta ocasión, mi rol sería fundamentalmente el de escuchar, pues ella necesitaba sacar todo eso que tenía atragantado. El problema, según ella me comentaba, era su hijo… su único hijo. Él no se portaba mal, no era un delincuente, no era un drogadicto… pero era gay. Habían instantes en que ella lloraba mientras hablaba, otras hablaba como intentando ordenar sus ideas. Yo intentaba no interrumpirla, más bien mis pocas palabras eran para hacerle notar que la estaba escuchando.

- Yo quisiera hablar con él, decirle todas estas cosas. Que me entendiera mi posición, pero sé que no me va entender… -. Me decía.
- ¿Por qué piensa que no la va entender? -.
- ¡Porque él nunca me entiende! No es grosero, no me responde bruscamente, pero no hace lo que yo le digo que haga. ¿Ve? ¡No me entiende! -.
- ¿Sabe? A mí me ha servido mucho escribir, pienso que es un buen método para ordenar ideas. ¿Por qué no le escribe una carta a su hijo? Podría decirle todas estas cosas que me ha dicho a mí. No sabemos si, de verdad, no la va entender o si sí lo hará. Creo que hay que intentarlo aunque sea -.

Sus ojos expresaban desesperación, pero esa desesperación callada, ésa que intentamos ocultar y que nos hace voltear la mirada, como para que no nos sigan mirando el alma porque nos sentimos vulnerables.
Yo no sé si ella escuchó lo que le dije, o si simplemente lo descartó. Lo cierto es que después de eso se quedó callada, volvió a estar absorta mirando por la ventana.
Minutos después hicimos una parada, varios en el autobús se iban a bajar y ella también, me levanté para que pudiera moverse con tranquilidad. Tomó sus cosas y caminó por el pasillo, se bajó del autobús sin siquiera despedirse de mí. Retomé mi asiento. Miré por la ventana y vi cuando le hablaba a un muchacho muy joven, quizás aún no alcanzaba la mayoría de edad. Ya había visto a ese chico, recordaba que iba sentado en el primer puesto y nosotras estábamos casi en los últimos. Medio escuché cuando ella le dijo algo de “tu papá” y supe que él era su hijo, su hijo gay.
El autobús siguió su trayecto, y media hora más tarde yo estaba llegando a mi casa. No podía dejar de pensar en esa señora y su hijo, y en si ella tomaría mi sugerencia.

« Quizás nunca le escriba esa carta, quizás nunca le hable con esa sinceridad con la que me habló a mí… ». Pensé.

Me quedé mirando a cualquier lugar, mirando sin mirar. Hasta que llegó un momento que me dije:

- Quizás ella no pueda escribirla, pero yo sí… -.

Me levanté de mi asiento y fui hasta mi cuarto. Ahí comencé a escribir…

Carta de una madre a su hijo gay

Tesoro,

No he podido estar tranquila desde la noche en que hablaste conmigo de esa manera tan sincera, y desde entonces el miedo me ha embargado como nunca antes. ¿Sabes? A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos con muchas cosas, con muchos problemas de diversa importancia o gravedad, y en la mayoría de ellos yo siempre sabía qué pasos dar o, al menos, por dónde empezar. Pero ahora me he visto superada, no sé cómo enfrentar tu confesión, no sé cómo enfrentar la realidad de entender a cabalidad que seas gay. Sé que para otras personas puede ser más fácil, o, al menos, eso creo. Para mí no lo es, he pasado casi los cincuenta años que tengo dentro de un paradigma conservador y religioso, lo mismo tu papá y, aunque él no lo demuestre, sé que también es duro y que no deja de pensar en “cómo resolver el problema”, porque así es como lo hemos visto en primeras instancias. No hemos conversado de esto, creo que ninguno sabe bien cómo abordarlo, apenas yo estoy intentado escribirlo siguiendo lo que me dice mi corazón de madre, más allá de las estructuras rígidas mentales que sólo están volviéndome loca, porque no puedo conciliar mi mente con mi emoción. Esta es una experiencia nueva para mí, con decirte que a mi edad jamás pensé enfrentarme a algo tan nuevo, tan desconocido, que se saliera de mi “molde mental” como lo es tener un hijo gay. Creo que tu papá y yo hemos visto el tema de la homosexualidad como “el problema al que se enfrentan los demás, pero no nosotros”, siempre las personas hacemos eso: asumir las cosas como “eso no me pasa a mí”.
Le temo poderosamente a los cambios, con el paso de los años les temo mucho más porque atentan contra la estabilidad que siento, y ahora estoy aterrada. No quiero que cambies, no quiero que nada cambie… ¡No quiero verte vestido de mujer! El sólo imaginarlo me pone mal, me pone mal porque quiero protegerte, no quiero que hagas el ridículo, no quiero que los demás se burlen de ti. Vivimos en una sociedad muy dura, muy cruel que no medirá para insultarte, burlarse y hasta golpearte… ¡Por el amor de Dios! Yo no quiero eso para ti, no he hecho más que llorar de sólo pensar que a “mi niñito” alguien quiera hacerle daño. Sí, mucha de mi negación, mucha de mi actitud de oposición vienen dadas por el hecho de que quiero protegerte, porque yo te amo y quiero lo mejor para ti.
Tu padre y yo crecimos dentro de una sociedad para la cual estaba bien burlarse “de los diferentes”, donde estaba bien crearles apodos ofensivos, chistes ofensivos y hasta canciones populares en clara burla que a todos hacían reír. Nacimos, crecimos y aún seguimos en una sociedad que hace lo mismo… sí, yo sé que tú eres optimista, que ahora la gente lucha por la igualdad, que se han creado leyes y hasta en la televisión pasan marchas por la igualdad, sí yo sé todo eso, pero aun así siento miedo por ti.
¿Sabes? Cuando me confesaste tu verdad, lo primero que pensé fue llevarte al médico, creí que podías estar enfermo, por un segundo creí que “si era homosexualidad estábamos a tiempo para curarla”. Mínimo debíamos visitar a un psicólogo, porque “seguramente” estabas confundido. Pasé días buscando información al respecto, encontraba de todo en Internet, leí libros de psicólogos, artículos en revistas… no sabía dónde buscar la solución al problema. Al final, cuando me decidí escribir esta carta, supe que no había solución al problema, porque no había “un problema”. Lo que hay frente a mí es una realidad, una realidad donde no importa si algo pasa o pasó con tus cromosomas o no, porque esto no se trata de que seas “anormal”, así como una especie de “mutante”, o si fue una medicina la que “te hizo este daño”. Todo esto se trata de que tú seas lo que eres, aunque yo me esté muriendo de miedo pensando en las consecuencias de eso.
En mis intentos de llevarte por el camino del bien, te enseñé las normas religiosas que me enseñaron a mí y a tu padre, te enseñé sobre el pecado, sobre los castigos, sobre lo que supuestamente quiere Dios y el temor que le debemos tener. Te enseñé como me enseñaron y ahora veo lo mucho que sufres por esas normas, que en vez de ayudarte en la vida te están aplastando. Pero, querido, también te dije que Dios es Amor, que Dios es misericordioso y eso es lo que yo creo con todo mi corazón, eso es lo que debes mantener presente de Él. No te sientas malo, no te sientas pecador si no has dañado nunca a tu prójimo, no eres pecador porque seas gay. Como sociedad hemos gritado a los cuatro vientos que todos somos hijos de Dios, pero después decimos en voz baja que se aplican excepciones a la regla; que Dios es Amor, pero que también se aplican excepciones a la regla. Hemos hecho muchas cosas buenas, pero también nos hemos equivocado tanto… Es una lástima que a nadie le importen los gay, hasta que hay uno en la familia o entre los amigos más queridos. Sólo cuando la realidad tocó la mía pude comprender tantas cosas, y eso está haciendo tambalear muchas de mis estructuras rígidas, créeme me da temor. A veces siento que ya estoy muy vieja para estar enfrentando estos cambios tan trascendentales, pero aunque no sepa cómo enfrentar esta realidad o no sepa cómo apoyarte, aquí estoy, aquí está tu mamá.
Tenme un poquito de paciencia, haré mi mejor esfuerzo.
Esta noche hablaré con tu papá, después podremos conversar los tres con más calma. ¿Te parece?
Por último, no olvides nunca lo mucho que te amo, nunca, nunca lo olvides.

Tu mamá

05/11/13 04:15 p.m. - 04:25 p.m. Agradecimientos a E.R. y J.V. por la revisión preliminar del texto.
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miércoles, 30 de octubre de 2013

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El regalo más grande

Fuente Imagen: Google.

004. El regalo más grande. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

Amor mío,
late con más fuerza mi corazón
cuando te nombro,
cuando abrazada a la almohada
siento que eres tú.
Cuando cerrando los ojos
te sueño acercándote a mí,
quedándote aquí pegado en mi pecho,
aquí pegado a mi cuerpo.
Es tan grande este amor que por ti siento,
has traído una luz mágica a mi vida,
llenaste cada espacio vacío
con este amor que es tuyo y que es mío.
Me siento feliz de estar a tu lado,
¿puedes imaginar lo mucho que te he amado?
¿lo mucho que te amo?
Aquí estoy para ti,
aquí estás para mí.
Tomo tus manos,
rozo tus labios,
no importa el celular,
no importa nada más.
Este tiempo es tuyo,
aquí estoy, yo te escucho.
Aquí estoy presente,
en cuerpo, alma y mente.
Tu presencia es el regalo más grande,
el más grande que he recibido,
el obsequio más grande que la vida me ha dado
es éste, es estar a tu lado.

28/10/13 08:48 p.m. 09:37 p.m.
30/10/13 06:31 p.m.
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jueves, 24 de octubre de 2013

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Latido Universal

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003. Latido Universal. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

Hija del Amor,
soy Una con Él.
Mi Ser, infinito,
en consonancia con el mundo,
y la ley universal.
Aquí estoy y Yo Soy.
Aquí estoy,
heredando el poder del más grande Creador,
co-creando sobre el más fuerte cimiento,
co-creando sin espacio ni tiempo.
Aquí, en el templo sagrado del pecho,
mi conexión con la Divinidad.
Aquí, en el templo sagrado del cuerpo,
el hogar de mi espíritu y su morar.
Estoy, respirando en este día,
viviendo el más grande milagro.
Estoy, sonriéndole al mundo,
diciendo cuánto los amo.
Aquí estoy y Yo Soy.
Aquí estoy,
uniéndome al Latido Universal,
siendo parte del Corazón del Mundo,
co-creando con el Uno,
co-creando con el Todo.
Aquí estoy y Yo Soy,
el Latido Universal,
el Despierto,
el que Ve,
el que Sabe la Verdad,
la Luz que prevalece en medio de la oscuridad.
Aquí estoy,
aquí estoy y Yo Soy.

24/10/13 04:37 p.m.
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martes, 22 de octubre de 2013

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Quiéreme

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002. Quiéreme. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

No creí que volvería a creerle al amor,
no creí que volvería a sentir este amor.
No creí que la luz de tu rostro
podría borrar todo ese rencor,
que me haría creer como hoy creo yo.
Eres todas las cosas que soñaba,
las que se cumplieron y las que no se cumplieron también.
Eres agua fresca para este desierto,
más que un oasis, al milagro despierto.
Eres la sonrisa que tanto esperaba,
y el baile que tanto soñé.
Eres esa melodía que hacía falta
para completar la canción que quería tener.
Eres tantas cosas importantes
y hoy sólo quiero decirte: quiéreme,
quiéreme mucho este instante.
Quiéreme,
con todas las fuerzas que desbordan tu ser,
quiéreme
expresándolo con tu corazón y tu piel,
quiéreme,
de ti quiero todo, todo lo dulce, toda la miel.
Sé que la vida nunca será fácil,
sé que hay muchas batallas que hay que ganar.
Sé que te han herido en el camino,
tú sabes bien que también he sufrido.
Pero quiero escribir otra historia contigo,
por favor, ven de la mano conmigo.
Quiéreme
con la inocencia de un corazón
que no ha conocido el dolor.
Quiéreme
con la fe de que todo estará bien,
que somos dos convertidos en un solo ser.
Quiéreme,
de ti quiero todo, todo lo dulce, toda la miel…
Quiéreme.

22/10/13 07:36 p.m.
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martes, 15 de octubre de 2013

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Carta a mi abuela

Fuente Imagen: Google.

002. Carta a mi abuela. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Querida abuela,

Hoy he pasado un día maravilloso contigo. Te he visto reír a carcajadas, te he visto contar con nostalgia sobre tus recuerdos de ayer; también me has regañado por un par de cosas, pero no perdiste tiempo para felicitarme por otras. Abuela, eres una mujer maravillosa. Estoy tan agradecida de tenerte en mi vida, de contar contigo, con la grandiosa presencia de la mujer más fuerte y perseverante que he conocido en la vida. Sí, también eres muy terca con tus cosas a veces, pero eres toda dulzura cuando realmente te conocen.
Nunca te he hablado de mis emociones, he perdido mucho tiempo sin decirte lo mucho que te quiero y necesito resolver eso, por eso te escribo ahora. Sé que ninguno de tus nietos se ha acercado de esta manera, pero no es porque no queramos sino que, quizás, nos da un poquito de vergüenza, o tal vez es que damos por sentado que ya sabes que te amamos. Pero la vida me ha enseñado que no debemos dar nada por sentado, por eso aprovecho esta ocasión para decirte lo mucho que te amamos. Nos llena de mucho orgullo ser parte de esta maravillosa familia que construiste con tanto esfuerzo y sacrificio. Eres genial.
Te veo sentada a lo lejos, hablas con mi mamá, y me quedo mirándolas. Ambas son el regalo más precioso que me ha dado la vida, de ambas he aprendido tantas cosas que me sería difícil escribirlas todas ahora. Toman café mientras platican de la vida, de las idas y vueltas que ésta da. Han pasado por tanto ustedes dos, y nunca se dieron por vencidas. Son un modelo a seguir: aguerridas, sabias, honestas, dulces, hermosas, sinceras…, son todo lo maravilloso del mundo bajo un nombre de mujer.
¿Qué más podría pedir? ¿Qué más podría querer? Son todo lo que alguien pudiera querer o necesitar. Son el apoyo perfecto cuando la vida nos hace sentir tristes, la sonrisa que nos llena de ternura, la mirada que expresa la más absoluta comprensión. Las amo.
Abuela, gracias por estar a mi lado. Por hacerme sentir todo este amor que expresas, por ser el refugio que a veces necesito, por escuchar mis preocupaciones y aconsejarme como sólo una abuela podría. Has hecho tanto por mí, has hecho tanto por todos nosotros. Nuestra gratitud es inmensa, nuestro amor por ti no tiene límite ni tiene fronteras. Gracias amada abuela, gracias por tu sonrisa sincera, por los valores que nos inculcaste, por la generosidad que siempre te ha caracterizado. ¡Te quiero tanto!
Gracias abuela, gracias por estar a mi lado.

¡Te amamos!

15/10/13 05:25 p.m.
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sábado, 12 de octubre de 2013

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Carta a mi hermana

Fuente Imagen: Google.

001. Carta a mi hermana. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Querida hermana,

Desde hace un par de días que quiero escribirte, estaba entusiasmada por decirte tantas cosas, pero sentía que no tenía las palabras adecuadas. Así que intentaré escribirte ahora.
Hermanita, yo estoy feliz por ti, has empezado una nueva etapa en tu vida y sé que estos cambios pueden causar cierto temor, los cambios en sí lo causan, pero no debes preocuparte porque cualquier cosa que necesites enfrentar, lo harás bien y saldrás triunfante de cualquier desafío que encuentres. Lo sé, estoy completamente segura de ello. Yo creo en ti, creo en tu capacidad… realmente creo en ti.
¿Sabes? Siempre te he visto como una mujer fuerte, sin miedo, segura de sí. Con la capacidad de llegar aún más lejos de lo que yo he podido llegar, con la capacidad de aprender mucho más de lo que yo he podido aprender. Tú me hablas de que soy capaz de mucho, si pudieras mirarte con mis ojos sabrías cuán grande y maravillosa eres para mí. Si tan solo pudieras mirarte como te ven mis ojos, sabrías tantas cosas hermosas sobre ti misma. Para mí eres una mujer exitosa, triunfante, muy sabia y con un corazón enorme. A veces me gustaría ser tan fuerte como tú, a veces me gustaría haber sido más decidida, con más seguridad en mí… de cualquier manera, sea lo que sea que haya vivido, no lo veo como un fracaso porque, en el fondo, el fracaso es un éxito con otro nombre. Aprendemos, de todo aprendemos, incluso de las decisiones que tomamos y que terminan en “resultados no-esperados”, porque sólo eso son los llamados “fracasos”. Créeme, no importa lo que suceda… todo terminará bien. Las pequeñas caídas no son tan graves, y ni siquiera una “gran caída” es realmente grave. ¿Sabes qué es lo grave? Que dejes de creer en ti, vaya que eso sí es grave. Así que no debes permitirlo nunca, y si un día se te olvida cómo creer en ti, búscame y yo te lo recordaré, porque eso es algo que yo jamás dejaré de hacer.
Mi querida hermana, desde el fondo de mi corazón, te deseo todo lo mejor. Yo sé, yo sé que hay cosas que no serán fáciles a veces, pero el triunfo siempre estará garantizado cuando crees en ti. Te mando un gran abrazo con mucho cariño, y recuerda que en mí siempre encontrarás a tu hermana, a tu amiga, que siempre te va apoyar y te va querer.

No te rindas sin pelear, no te rindas nunca.

Te quiero.

12/10/13 07:20 p.m. - 07:31 p.m.
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viernes, 4 de octubre de 2013

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Renacer

Fuente Imagen: Google.

001. Renacer. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

La vida es una cosa difícil de entender.
Mientras creemos una cosa,
puede estar ocurriendo otra.
La vida, para mí, es un gran enigma,
un montón de preguntas sin respuestas,
y también un montón de propuestas.
Después de mucho pensar,
de sentir y de reflexionar,
concluí que la vida es tan extensa
que es un aprendizaje que no termina,
que nada está dado por hecho
y que todo está en constante movimiento,
que todo pasa, todo cambia y todo sigue
porque inexorablemente la vida sigue.
Después de un período muy oscuro en mi vida,
después de que las preguntas sin respuestas
casi reventaran mi cabeza,
mi razón y mi certeza
regresaron cuando dejé fluir mis experiencias,
dejé que lo que quisiera irse, se fuera,
y que lo que quisiera quedarse, se quedara.
Así comprendí que todo tiene un momento perfecto,
un tiempo adecuado
y que Dios no se va de mi lado.
Renací de las cenizas de mis sueños,
de las cosas que soñé y que no se cumplieron,
de entre los obstáculos que aparecieron en mi camino
y de la traición que cambió mi destino.
Resurgí de las ruinas en las cuales quedó mi vida,
reviví del más profundo dolor,
rechazando la desesperanza y el rencor,
dejando atrás la más completa desolación.
Renací de las palabras que no opacó la oscuridad,
del amor que no murió,
de la esencia de mi Ser que brilla como sol
cuando recuerdo que también soy parte de Dios,
de la maravilla que Es y de Su Amor.
Resurgí cuando dejé de ver lo negro,
y comencé a ver lo blanco.
Resurgí distinta, pero completa
y hoy me siento plena.
No he sido perfecta,
tampoco necesitaba serlo,
sólo necesitaba estar atenta
para aprender lo necesario
y desechar lo que hace daño.
He resurgido más poderosa que el Ave Fénix,
ahora me siento fuerte,
me siento independiente,
me siento una mujer valiente.
Tengo una capacidad enorme de amar,
de salir adelante
y volver a soñar.
En el momento más difícil,
creí que renacer era imposible,
pero, a pesar del negro panorama, no desistí
y hoy he vuelto a vivir.
Me amo y me respeto,
mi tiempo es perfecto,
salgo adelante
porque me acepto.

Soy la mujer que renace
construyendo el más fuerte cimiento,
del más grande amor que nace adentro…
en el templo sagrado del pecho.

04/10/13 08:00 p.m. - 08:13 p.m.

Fuente Imagen: Google.
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miércoles, 25 de septiembre de 2013

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Círculo perfecto

Fuente Imagen: Google.

015. Círculo perfecto. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Me he quedado mirando al horizonte, pero en verdad no miro nada a lo lejos, al contrario, estoy mirando hacia adentro, hacia el interior que casi nadie entiende, hacia mi propio interior. Para muchos, quizás, sea raro mirar así, pero siempre llega el momento en que debes hacerlo, y es cuando allí reconoces tu luz y tu oscuridad. Por lo general, es el dolor el que te lleva hasta allá, para luego dar paso a un gran camino, y entre luces y sombras te transformas, es cuando comienzas a entender tantas cosas. A veces te culpas de no haber visto detalles tan obvios, a veces sientes vergüenza de haber transitado un camino erróneo, a veces… bueno, son tantas cosas que no vale la pena hacer una lista de ellas.
Mirando hacia adentro he comprendido tanto, y también he aceptado lo que no pude comprender. Hoy la vida me dio las respuestas que necesitaba, y luego todas mis preguntas cambiaron; así es esta búsqueda eterna donde no siempre se busca lo mismo, y ni siquiera uno es el mismo. Respecto a esto último, aclaro que yo no pienso que seamos capaces de cambiar radicalmente, creo que eso no es posible a menos que no hubiésemos sido auténticos antes; más que cambiar pienso que hacemos ajustes en nuestra vidas, ajustes basados en experiencias o nuevas perspectivas de las cosas. Ya no soy la misma de ayer, algo hizo que “ajustara” lo que fui y creo que ha sido el dolor, el dolor en sus distintas manifestaciones, con sus distintas razones y sin-razones.
Mi dolor hasta hoy estaba basado en creerme atrapada, en creerme ser ese pequeño pajarillo enjaulado que ansiaba liberarse, que aleteaba hasta ocasionarse daño, que se desesperaba por no obtener las respuestas correctas, que buscaba la verdad que hace libre. Hasta que llegó el instante en que dejé de aletear y me quedé mirando mi encierro, sin juzgar sólo observaba, y me di cuenta que no estaba atrapada, que las puertas no estaban cerradas y que fue sólo mi percepción de encierro, lo que me hizo sentirlo. Pude haberme culpado por no haberme dado cuenta antes de mi error, pero en lugar de eso preferí valorar el conocimiento que adquirí, y entre tantas cosas que aprendí estaba el comprender que la desesperación o ansiedad jamás solucionarán nada, y que sólo cuando soy capaz de silenciar las voces que me atormentan seré capaz de escuchar la voz profunda y sabia de mi Ser, esa voz que nace del Amor que vive dentro de cada uno, ese Amor que engendra y guía.
Hoy es el día del círculo perfecto, ese círculo que da inicio y cierre a un ciclo, a uno de tantos ciclos que me afectan. No hay forma de describir el cierre perfecto de algo que estuvo tan recargado de dolor, de tanto daño, pero, a pesar de ello, sí se puede decir sin equívoco alguno que la paz que se siente al final no viene de la acción de un alguien externo. No importa quién sea, nadie externo podrá darme la paz profunda y serena que sólo puedo encontrar dentro de mí, que sólo puedo encontrar cuando retomo la conexión sublime con mi Ser, con mi interior. He allí el círculo perfecto, cuando aparecen lo humano y lo sublime y te sientes parte de ambos, cuando te sientes Uno con el Todo y regresas a tu centro, cuando eres capaz de soltar todo dolor y todo daño.
Aprendí a amar inmensamente, y por eso puedo perdonar también. Te suelto, suelto todo… dejo que lo que quiera irse se vaya, y dejo que lo que me hace daño también lo haga.
Que, a partir de hoy, sea el Amor quien guíe mi nuevo camino, que guíe mis pasos hasta llegar a destino. Que sea el Amor que con sus lazos una lo que debe ser unido.
Que sea el Amor transparente, que sale de todo mi Ser y no de mi mente.
Que sea el Amor, que ilumina como sol, que cierre este ciclo de mi corazón.
Sí, que sea así, que sea el Amor y sólo el Amor el que llene el vacío de mi corazón…

24/09/13 08:09 p.m. - 08:16 p.m. - 08:57 p.m. - 09:17 p.m.
25/09/13 01:07 a.m. - 03:49 p.m.
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sábado, 14 de septiembre de 2013

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Me pregunto cuándo volverás

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014. Me pregunto cuándo volverás. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Bella durmiente de mi corazón,
hace unos meses entraste en el sueño profundo
del cual no te has levantado de nuevo,
y me he perdido de tantos recuerdos
que no tuvimos tiempo de construir.
Recorro tu casa
y veo tus ropas,
la soledad de tu cama
y la silla que usabas.
Recorro el camino que un día siguieron tus pasos,
me siento en la sala o en la cocina,
me siento a esperarte,
me siento a soñarte.
Por las noches extraño
que me mandes a dormir temprano,
que me mandes a cerrar la puerta
apenas se oscurezca.
Por el día extraño
no verte caminar el pasillo,
no verte sonreír conmigo.
Me he quedado pegada
en el tiempo que tú estabas,
esta casa está tan llena de recuerdos
y ahora predomina tu silencio.
A veces me pregunto cuándo volverás,
si ya ha sido suficiente del paseo que emprendiste,
si estás extrañando tu casa y quieres regresar,
me gustaría que pudiésemos conversar.
Cuándo volverás es mi pregunta,
cuándo será el regreso a tu hogar,
cuándo, mi bella durmiente, cuándo será,
esta espera, cuándo terminará…

14/09/13 08:47 p.m.- 09:02 p.m. Regalo de cumpleaños para ti Maita (15/09/25-03/05/13)
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viernes, 13 de septiembre de 2013

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El camino del perdón

Fuente Imagen: Google.

013. El camino del perdón. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Llego a casa después de un largo día de trabajo. Me siento agotada. Pongo las llaves sobre la mesita de la sala, me quito la chaqueta y los zapatos, me duelen los pies. Me invade la sed, busco algo para beber y regreso a la sala. Habría sido un largo, aburrido y cotidiano día de trabajo si no fuera porque me pasé recordándote, y recordando lo que eras… o lo que fuimos. Pongo el vaso sobre la mesa y me quedo mirándolo, pero en realidad no lo miro, sólo he fijado mi vista en él pero mi mente yace en otro camino, en otro tiempo, en otra época. No sé por qué tengo la leve sensación de que esta casa está más silenciosa que nunca, es como si nadie estuviera aquí adentro… hasta mi mente se ha quedado en silencio. Suspiro ante el pasado que se asoma a mi ventana. Bebo otro sorbo y miro el reloj. Miro el piso, las paredes, el cuadro que nunca terminé de pintar, el cuaderno de notas donde a veces escribo alguno que otro verso, la guitarra que dejaste olvidada y la felicidad que quedó socavada. Miro todo y no miro nada.
Por mucho tiempo he intentado regresar a mi centro, reencontrarme con la paz que perdí, entender lo que nunca entendí, y aceptar lo que tuviese que aceptar aunque no estuviera de acuerdo con ello. En el camino de toda esta “terapia” de vida, aprendí mucho hasta de mí misma; entendí que muchas cosas las aprendí mal, y tuve que desaprenderlas para reaprenderlas como debieron ser; entendí que debía hacer algunos ajustes en mi vida, que jamás cambiaría mi forma de ser, pero que la vida no se trata de “cambiar” sino de “ajustar” y en eso me he enfocado, y la verdad siento que es mucho lo he avanzado. Me siento orgullosa y feliz con ello. Me siento más segura e independiente. Me siento en paz conmigo misma. Sin embargo, me queda algo pendiente, lo sé, puedo sentirlo… y llegó el momento de hacerle frente.
Me levantó de mi asiento y busco el teléfono. Vuelvo a mi sitio y tomo una respiración profunda. Marco tu número. Me invade el nerviosismo, no sé si me contestara otra mujer o algún familiar.
- Aló -. Es tu voz y se acelera mi corazón.
- Hola -. Te digo.
- Hola -. Me respondes. Llevamos mucho tiempo sin hablar, pero aún puedes reconocer mi voz.
Te pregunto si puedo hablarte unos minutos y me dices que sí. Tomo aire de nuevo y comienzo.
No sé cómo empezar esta conversación, la verdad no lo sé. Sin embargo, siento que hay cosas que necesito decirte, porque siento que es lo que falta por resolver en mi vida, por resolver de esa época en la que tú eras el protagonista principal. Te culpé de muchas cosas que sucedieron, pero ahora sé que yo también falté en más de una. No, no buscaré justificarme, porque cuando uno va pedir perdón lo que menos tiene que hacer es justificar sus propios errores. Te he llamado para decirte que lo siento, que lo siento mucho, que me equivoqué, que en definitiva quiero hacerme responsable de la parte que me corresponde en todo el problema. Quiero pedirte perdón por las cosas que deba pedirlo. Y yo también quiero perdonarte por todo el dolor que sentí, por todo el daño del cual te he creído responsable… No sé cómo es perdonar, no sé cómo o por dónde empezar, pero tengo toda la intención y voluntad de hacerlo. Lamento de verdad el cómo terminó todo esto… Necesitaba que lo supieras. No, no necesitas decir nada ahora. Sólo déjame terminar diciéndote: gracias por escucharme.
Colgué la llamada, y me recosté sobre el sofá.
No sé, la verdad no sé cómo se puede perdonar tanto daño, pero prefiero averiguarlo y zafarme del rencor, para dejar de recordar este dolor una y otra vez hasta el cansancio. Al daño no hay que agregarle más daño, eso es lo único que tengo claro. Desde hoy comenzaré a dejar de recordar lo malo.

El camino del perdón tiene muchas vías,
y yo aún no conozco cuál es la mejor,
la que a mí me funcionaría,
pero sí sé algo:
me cansé de tanto daño,
del que me hizo él,
del que me hice yo
y del que me hago recordando.
Estoy dispuesta a dejar lo pasado,
a perdonar el daño causado,
porque merezco algo mejor que vivir sufriendo
o vivir añorando.
Hacia el horizonte iremos caminando,
y aprenderemos a perdonar,
aprenderemos a soltar
y un día volveremos amar.
Amar, reír y soñar…
en un nuevo caminar.

13/09/13 07:54 p.m. - 08:03 p.m.
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miércoles, 11 de septiembre de 2013

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Alegría

012. Alegría. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

En medio de las penumbras despiertas,
y la luz se posa a los lejos,
te invade, te inunda, te llena.
Recuperas la vista
que la sombra dejó a ciegas,
y te das cuenta que el tormento se ha acabado,
que los gritos que inundaban ya no existen,
que sólo la serenidad persiste
y sientes una rara alegría,
la tristeza se ha hecho serena.
Te pones de pie,
pues la fuerza ha regresado a tus piernas,
te levantas de la caída
que has llevado a cuestas.
Al mirar tus manos la luz está en ellas,
la miras, la contemplas,
te parece raro no sentir dolor,
rencor o tristeza.
Todo yace en calma,
la alegría se acrecienta.
Alegría sin razón,
sin causa o consecuencia,
alegría rara,
alegría plena.
Alegría de Principio,
de Alfa y Omega.
Alegría que borra la furia,
el rencor, la vergüenza.
Alegría de la vida.
Alegría que se siembra.
Alegría que queda y prevalece
sobre las oscuridades y tinieblas,
que te hace creer
aunque creer ya no puedas.
Alegría de la Luz,
y del sol que rodea,
de la fina verdad,
que la verdad prevalezca.

Alegría,
como un árbol de vida,
alegría.
Como la luz del día,
alegría.
Del verde bosque
al gran silencio,
alegría.
Como un salto a la gloria,
alegría.
Como una fuente de paz,
alegría.
Alegría que va más allá,
alegría que llena de paz…

11/09/13 05:01 p.m. - 05:17 p.m. - 05:23 p.m.
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miércoles, 4 de septiembre de 2013

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Adiós mi pequeño superhéroe

Fuente Imagen: Google.

011. Adiós mi pequeño superhéroe. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Tocan a la puerta. Siento un susto invadir mi estómago, mis dedos ligeramente comienzan a temblar, tomo aire en una respiración profunda y luego indico que pueden pasar. Se abre la puerta y te veo entrar, señalo con mi mano que te sientes en un puesto frente a mí. Cierras la puerta y te sientas, no dices nada pero tampoco es necesario que digas algo.
Me quedo mirándote fijamente, hace tanto tiempo que no te veo pero tu rostro evoca aquellos momentos felices de mi vida. Las cosas no terminaron bien entre nosotros, para mí fue un final catastrófico y cruel, he trabajado todo este tiempo para poder superar todas esas cosas que me ocasionaron tanto daño, entre ellas tus propias palabras. Verte cambiar tu comportamiento fue para mí un choque mortal, darme cuenta que no eras lo que yo creí ha sido el golpe más grande que he recibido, pues sabías cuán importante para mí era la sinceridad y al final sólo obtuve de ti las tres cosas que más me desagradan de la vida: la mentira, la traición y la cobardía. Pero no te cité a este encuentro para hacer de él un desahogo de reproches, o para revivir todo el dolor que he intentado superar, ni para que me recuerdes que no eres quien yo creí por tanto tiempo, o para que me recuerdes “el estorbo” que fui para ti o tus ganas inmensas de deshacerte de mí… lo siento, es difícil no recordar también las malas cosas cuando veo tu rostro, es difícil que no se me endurezca la voz, es difícil no enumerar cuáles de tus acciones y palabras me provocaron tanto dolor, dolor que en su mayoría yo no merecía. Déjame respirar profundamente para volver a mi centro, como te digo los reproches no son el objetivo de este encuentro.
Cierro mis ojos unos instantes y respiro varias veces profundamente. Abro mis ojos nuevamente. Cuando lo nuestro se fue al precipicio, yo te desconocí por completo, no supe qué había pasado con el hombre que yo amaba, sólo sabía que se había ido y que ahora tenía frente a mí a quien de verdad eres, por eso ya no me querías a tu lado porque ya no podías seguir fingiendo y eso lo entiendo. Pero aunque me abandonaras, aunque me apartaras de tu lado yo seguía amando al hombre que se suponía que eras, y lo extrañé mucho. Fue realmente difícil vivir entre la ambivalencia de amarte y odiarte a la vez; amaba al hombre que eras y odiaba al hombre que eres, no sé cómo una misma cara puede generar dos cosas tan diferentes. Te amé y te odié con todo mi corazón, y en esa lucha interna creo que ambas cosas se apagaron. Sin embargo, al final del proceso me di cuenta que me faltó algo por hacer y era despedirme del hombre que amaba; sí, sé que no existe pero simbólicamente yo necesito despedirme de él, por eso te he citado aquí, en este espacio de mi mente, porque tu rostro me recuerda a él aunque ya no eres exactamente como él, incluso tu rostro ha cambiado o mi percepción de él lo ha hecho. Quiero decirte algunas cosas y al final me gustaría que te levantaras y te fueras, así sin decir nada, sin mirar atrás. Quiero reescribir el final tranquilo que me arrebataron, quiero despedirme del personaje que amé y quiero dejarlo ir, así como dejas ir al protagonista de una novela cuando lees la última hoja y cierras el libro.
Como quiero hablarle a él y no hablarte a ti, porque tú sólo evocas dolor y reproche, cerraré mis ojos y le hablaré desde mi corazón, con ese último pedacito que aún guarda algo bonito, porque quiero hablarle con amor y cariño. Respiro profundo.
Con los ojos cerrados busco en mi corazón eso que sentí por ti, eso que me hacía sonreír, que me hacía soñar. Tardo un poco en encontrarlo porque el dolor ha opacado muchas cosas, pero allí está… ahí puedo ver el pedacito que queda de ese amor que no tenía fronteras, que era tan grande que se expandía por todo mi cuerpo, qué lástima lo pequeño que se ha hecho. Junto mis manos y entrelazo mis dedos, pareciera como si mi mano tomara la tuya, la mano del hombre que amaba. Siento nostalgia, iba a mantener mis ojos cerrados pero al final los abro y te miro. ¿Qué fue lo que te pasó? Es la pregunta que pasa por mi cabeza. ¿Qué fue lo que nos pasó? Te digo. Decido dejar eso de lado y me concentro en sentir el amor que sentía por ti. Me sonrío y decido hablarte:
Mi príncipe bonito, mi amado y gran tesoro. Cuánta admiración y respeto siente este pequeño corazón por ti. Mi superhéroe, el hombre invencible que es capaz de cualquier cosa. Me dices que exagero, que no eres tan bueno como yo creo, pero te replico que sí lo eres, que eres grande, que eres hermoso, que eres increíble. Tenemos tantos planes a futuro, la casa, los hijos… cuánto nos entusiasma el futuro. Te cuento mis sueños, te cuento mis quejas cotidianas de mujer, me río de tus bromas y las escenas graciosas. Te pido tu opinión sobre mis proyectos, te planteo unos nuevos. Conversamos de la vida, filosofamos un rato y psicoanalizamos en otros. Criticamos la política, la religión y ciertas actitudes de la gente. Damos paseos entre árboles y flores, entre pajaritos y girasoles. Jamás el cielo ha sido tan azul, tú haces que sea pleno, haces que me sienta segura. Me encanta tu rostro, tus besos y abrazos, me encanta tu piel y tu olor. Me encanta cuando me dices que tenemos una buena comunicación, que entiendes que hay que ser auténticos, que sacaremos adelante esta historia de dos. Eres el hombre perfecto para mí. Me encanta compartir helados contigo, salir a pasear, salir a comer. Me encanta acompañarte a comprar ropa, a ver si el pantalón te queda o no te queda bien. Me encanta apoyarte en tus proyectos, que si quieres comprarte un piano pues yo te apoyo con eso. Me encanta verte sonreír, me encanta verte feliz. Sí, había cosas que no me gustaban, pero las omitía porque no eran tan importantes, yo quería estar contigo y no me importaba sacrificar algunas cosas, yo quería estar para ti. Mi amado sol, mi azul del cielo, mi ídolo, mi todo… cuántas cosas bonitas eres capaz de inspirar. Cuántas cosas bonitas fuiste capaz de inspirar. Mi héroe, mi amor…
Gracias por el hombre que fuiste, por haberme tratado tan bien. A pesar de tus defectos, no tengo algo importante que reprocharte, aunque pensándolo bien sí tengo algo, te reprocho el haber desaparecido de la noche a la mañana, y haberme dejado con el otro tú que sólo era soberbia, egoísmo y frialdad. Pero ya no importa, no creo que lo hayas hecho por maldad, supongo que sólo llegó el momento en que te tenías que ir aunque no me preparaste para tu partida. De cualquier manera, a todos nos toca partir alguna vez, y ésta es mi propia despedida. No te diré que te recordaré, porque es más probable que el tiempo borré tus recuerdos. Tampoco te diré que te amaré, porque lamentablemente mi amor por ti sólo se escribe en pasado, y lo poco que quedaba acabo de usarlo para traerte aquí y despedirme de ti. Quiero agradecerte por esa última cena de aniversario, aunque fuésemos los únicos comensales en aquel restaurante igual fue lindo. También recuerdo aquel parque donde montamos bicicleta juntos, fue una experiencia mágica. Gracias por todas esas cosas bonitas.
A veces me gustaría recordar lo que sentía cuando te besaba, cuando acariciaba tus cabellos o recorría tus brazos y tus dedos, el tiempo se ha encargado de borrar todas esas cosas.
Bueno mi pequeño superhéroe, es hora de decir adiós. Sí, sabía que no sería fácil para mí, pero agradezco la oportunidad de despedirme de ti. Lamento que no hayas sido real, lamento que sólo hayas sido un fantasma, que todo haya sido fingido, porque eras tan valioso, eras tan hermoso que es una pena que sólo seas un sueño, una invención. Lamento que la mayor de mis felicidades se haya convertido en una mentira, en una ilusión.
Gracias, por lo que haya que decir gracias, y adiós.
Te vi levantarte del asiento si decir más, y saliste de la habitación como te lo pedí sin mirar atrás. Se cerró la puerta a tus espaldas, me levanté y cerré con llave la misma.
Y así mis últimas palabras fueron:
Adiós mi pequeño superhéroe, ha sido una gran alegría y una gran tristeza haberte conocido. Ha sido una gran alegría y una gran tristeza haber estado contigo. Adiós.


04/09/2013 02:44 p.m. - 03:01 p.m.
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lunes, 26 de agosto de 2013

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La mujer en el espejo


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010. La mujer en el espejo. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Me encierro en el baño,
me siento mal por tantas cosas,
me he callado tantas cosas,
y ahora lo veo cuando me miro al espejo.
Me siento una tonta,
¿por qué me siento tonta al mirarme a la cara,
si de tonta no tengo nada?
Bajo los ojos, no quiero verme,
me veo triste y muy cansada,
¡cuánto delata mi mirada!
Decido hablar conmigo
como nunca ha sido,
me miro a los ojos
y es entonces que digo:
lamento haberme hecho tanto daño,
siempre creí que tomaba las mejores decisiones,
y a costa de mi felicidad, hice a los otros felices.
Decidí creer y me hice vulnerable,
dejé atrás mi grandeza y mi intuición,
hasta me vi mendigando amor
aguantando el maltrato y la opresión.
Dejé que me gritaran,
dejé que decidieran por mí,
dejé que me trataran como un trasto viejo
que se echa a la basura por lo añejo.
Llegué a sentirme “nada”
porque ya nadie “me necesitaba”,
llegué a pensar que era mejor
si dejaba de latir mi corazón.
Llegué a pensar que era fea,
que nadie me querría por lo vieja,
y que a nadie le interesa ya el amar,
o lo que esconde mi mirar.
Pero ahora que decido verme a los ojos
veo con espanto lo que me he ocasionado,
estuve siempre para otros,
pero nunca estuve a mi lado.
Jamás me di cuenta de tu grandeza,
de la grandeza de la mujer en el espejo,
no vi el amor tan inmenso que tus ojos expresan,
no vi a la reina ni vi a la princesa,
no vi que debía ser bondadosa conmigo misma,
no vi que debía tratarme con respeto.
Me paro firme ante mi reflejo
y me sonrío,
no importa que parezca una loca,
desde hoy hablaré conmigo,
me diré muchas cosas
y celebraré tantas otras porque yo lo merezco,
¡soy la mujer frente al espejo!
Desde hoy me diré mirándome a los ojos:

Yo me amo con todo mi corazón.
Soy la persona más importante en mi mundo.
Soy digna y merecedora de amor.
Soy una guerrera independiente.
Soy amorosa y soy cautelosa.
Soy hermosa y soy preciosa.
Yo soy exitosa.
Me rodean cada uno de mis triunfos.
Me siento plena, me siento libre.
Me siento serena.
Yo soy mi propia autoridad.
Yo elijo y decido.
Hoy yo sé cuánto valgo,
y no me importa el pasado.
La vida es buena.
¿Qué puedo hacer hoy por mí?
¿Qué puedo hacer para verme feliz?
¡Hoy me esforzaré en ser feliz!
¡Hoy me he reencontrado a mí!

26/08/13 04:50 p.m. - 05:34 p.m.
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domingo, 25 de agosto de 2013

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Amor con sabor a dolor

Fuente Imagen: Google.

009. Amor con sabor a dolor. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

La madrugada me ha encontrado
trabajando en el computador,
y yo me he encontrado
con la queja de un amigo,
él se queja del amor.
"¿Qué es el amor?"
le ha preguntado al mundo,
yo, en silencio,
lo mismo me pregunto.
Le escribo en privado,
él sólo leyó,
no supe decir más,
quizás concluí que el amor
es sólo pena y dolor.
Seguí en mi trabajo,
él siguió en su silencio,
de vez en cuando volteaba a verle,
pero no volví a escribirle.
Nada se le puede decir a un corazón triste,
poco escucha, poco entiende,
todo es gris en este corazón valiente.
Valiente porque mucho ha soportado
y aún sigue palpitando,
aunque a veces no quiera,
aunque a veces desee apagarse
para no sentir lo que siente.
Amigo, ya no sé si escribo sobre tu dolor
o sobre el mío,
sobre tu desesperación o la mía,
ya no sé si me entristece sentir tu pena
o si tan sólo he recordado la que llevo a cuestas.
Reprochaste lo mucho que duele,
pues sí, ¡vaya que duele!
pero como te digo:
no sé si escribo sobre tu dolor
o sobre el mío.
Creo que esta noche somos un par de tontos,
sufriendo por otro par de tontos
que nada saben de lo que sentimos por dentro,
que no imaginan que sufrimos en silencio.
La tristeza ha llegado a ser tan palpable
que he dejado mi trabajo de lado
para escribir sobre este amor desgraciado,
y no me siento mejor por ello,
a veces pienso que la felicidad es un destello.
¿Qué es el amor?
No lo sé, pero me dejó un sabor muy amargo,
no tiene la dulzura que por ahí prometen,
sólo sabe a dolor, soledad y desamor,
quizás sólo eso es el amor: puro dolor...

25/08/13 04:12 p.m.
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viernes, 2 de agosto de 2013

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Al Perú

008. Al Perú. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

La tierra del poderoso imperio,
la tierra del valiente,
la tierra del Inca
y del sol naciente.
Inti, el supremo dios.
Pacha Mama…
Pacha Mama de mi corazón.
Cuzco, el centro del poder.
Lima, la capital de un nuevo amanecer.
Al grito de: "¡Somos libres!
¡Seámoslo siempre!",
aclamo la gallardía del hombre libre,
del hombre valiente,
que superó los obstáculos de la opresión,
opresión que le hizo gemir de dolor
hasta que la libertad lo alcanzó,
hasta que San Martín a viva voz proclamó,
y la espada de Bolívar lo confirmó.
¡La cima de los Andes sostiene el pendón bicolor!
¡Allá en lo alto se ve el Nuevo Sol!
¡Que se sienta el rugir del león!
Junín y Ayacucho sellan mi libertad,
ahora vamos con nuestra potestad,
y no nos detendrá el enemigo y su maldad.
¡Adelante Perú que ha llegado el nuevo día!
Con la vicuña, nuestra quina y la cornupia,
las riquezas y victorias llegarán con la lucha.
En mi pecho con orgullo, la escarapela peruana,
que se note cada día nuestra riqueza humana.
La inmensidad del Pacífico será testigo en nuestro avance,
derramando bendiciones desde ahora en adelante.
Allá en la cima de los Andes se ve el pendón bicolor,
sí allá tocando el cielo, tocando el sol.
Inti, el supremo dios,
y el aguerrido Inca que la Pacha Mama amó.
Este es el Perú y su Nuevo Sol…

02/08/13 08:12 p.m. - 08:18 p.m. Dedicado con mucho respeto al pueblo peruano.
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jueves, 1 de agosto de 2013

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Oración al Arcángel Rafael

Fuente: Google Images.

007. Oración al Arcángel Rafael. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

A ti clamo Amado Arcángel peregrino,
tú que representas la Curación de Dios
porque “Dios sana” es tu nombre.
Rafael, amigo mío,
las dolencias del cuerpo y el alma nos acechan,
nos hacen desfallecer,
generan dolor en nuestro cuerpo
y en nuestro espíritu también.
Sé nuestro protector y nuestro guía,
cúbrenos con tu verde manto de esperanza
y regenera cada célula de nuestro cuerpo.
Quítanos las dolencias que nos impiden sonreír,
que nos impiden ver la belleza del día,
que nos quitan la alegría que merecemos.
Transforma la energía negativa que pretenda rodearnos,
sé nuestro bastón de apoyo espiritual
ante el camino de la vida que debemos recorrer.
Guía a nuestros responsables médicos,
que sus manos sean provistas con el don de la salud de Dios
y que ellos puedan sanar a otros con su amor.
Intercede por nuestra vida,
que podamos liberarnos del pasado
retomando nuestros caminos esperanzados,
transformados y con una nueva visión.
Aquí estoy y este es mi cuerpo,
el templo maravilloso de mi espíritu,
y hoy mi cuerpo goza de todo el amor y toda la atención necesaria,
amo mi cuerpo y mi cuerpo tiene perfecta salud aquí y ahora.
Gracias Rafael,
gracias por tu infinita protección,
gracias,
gracias te doy.

31/07/13 06:58 p.m. - 07:11 p.m.
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Las cosas que se han ido

Fuente: Googles Images.

006. Las cosas que se han ido. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Veo que la luz se hace tenue
mientras tarareo una canción,
recuerdo que un día fue nuestra,
fue “nuestra canción”.
No puedo evitar recordar lo pasado
cuando juntos cantábamos su letra,
o cuando uno le preparaba el té al otro
o cuando en silencio nos miramos a los ojos.
Muchas cosas se han ido ya
y yo sigo tarareando la misma canción,
con una emoción distinta
y un sabor a distante;
a veces el amor te hace sentir alucinante.
¿Sabías que aun te recuerdo al preparar el té?
También me río de las tonterías que hacías
y de las bromas que inventabas;
aun me sonrío por la ternura que mostrabas.
Miro caer el atardecer y así como oscurece,
veo desvanecerse la luz de lo que eras,
de lo que fuimos.
Se enfría mi té mientras pienso que no me pensarás,
que te has olvidado de tantas cosas,
de tanta complicidad,
y que ahora estás feliz sin mí.
Y revivo el momento en que te fuiste,
odio verte partir, odio verte diciendo adiós.
Miro al techo como buscando respuestas,
como buscando las estrellas que no se ven
y la luz del sol que se apagó,
pero nada encuentro, y nada encontraré.
Recuerdo cada una de tus ropas,
cada una de tus palabras
y las celebraciones de las que fuimos parte…
recuerdo que son cosas que se han ido,
y que ahora estás feliz sin mí.
Nuevamente recuerdo los momentos tristes
y odio verte partir, odio verte diciendo adiós,
y aún no sé por qué tuvo que ser así.
Ya no importa, ya no importa por qué tuvo que ser así.
Yo sigo tarareando aquí, sé que sin mí eres feliz.
Sé que sin mí eres feliz, y yo sigo tarareando aquí…

31/07/13 06:02 p.m.
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miércoles, 31 de julio de 2013

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Este es mi corazón

Fuente: Google Images.

005. Este es mi corazón. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Podría conversar contigo de mí,
podría decirte: estas son las cosas que he hecho,
estas son las piezas que forman lo que soy,
y puede que yo haya cambiado con el tiempo,
pero el tiempo nos cambia a todos ¿o no?
He leído muchos libros
y he escuchado tantas canciones,
todas hablan de la vida,
pero nadie realmente te enseña a vivir.
Aquí estoy,
soy bastante joven para entender,
eso me han dicho,
pero ¿qué es lo que los demás pueden saber?
¿Acaso han conocido mi corazón?
¿Acaso han intentado conocer mi razón?
Cada mañana me despierto
esperando un nuevo día,
creyendo que puedo volver a empezar
y que esta vez no fallaré.
Cada mañana me despierto
creyendo que alguien honesto he de encontrar,
alguien a quien valga la pena mostrar lo que soy,
alguien a quien valga la pena decir estas cosas,
decirle: ésta soy yo.
Sí, aquí estoy,
soy joven, amargada e inocente,
he amado con todo mi corazón
y también he odiado con todo mi corazón
a aquel que me traicionó.
He renunciado muchas veces,
pero también he triunfado muchas veces,
me han hecho pedazos la vida
y salí adelante aunque me creí vencida.
He llorado mucho porque sé que las personas
pueden ser injustas, frías y crueles.
He llorado mucho por entender
que a veces la vida no es como uno quiere,
pero soy terca, valiente y auténtica
y también sé que las personas
pueden ser buenas, sinceras y honestas,
y un día las encontraré y valoraré,
y ellas valorarán lo que yo soy y puedo dar,
sí, nos unirá nuestra bondad.
Este es mi corazón
con cicatrices y heridas,
con vendas que evitaron se desangrara
de tantas puñaladas.
A veces suave porque no pierde su esencia,
a veces distante por miedo a equivocarse.
Sincero porque jamás dirá lo contrario de lo que piensa,
valiente porque defiende a quien ama con uñas y garras,
inocente porque a pesar de todo cree en la vida,
amoroso porque no cree en el odio y su rostro.

Este es mi corazón.
Este soy yo.

31/07/13 05:06 p.m. - 05:14 p.m.
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