lunes, 1 de abril de 2013

, ,

El hombre de luz

Fuente: Google Images.

013. El hombre de luz. Colección Simplemente Waldylei. Waldylei Yépez.docx

Como si estuviera flotando en el Universo
mi cuerpo se alza en vuelo lento.
Solía creer que un día llegaría aquí,
llegaría al hogar de Dios,
llegaría al escondite del que llaman Amor.
Mis amigos me creían loco
cuando decía que en todo había vida,
se reían de mis palabras,
se reían de lo que creía.
Y ahora aquí estoy como espectador del mundo,
los veo caminar por la calle,
puedo ver sus pensamientos flotar,
he descubierto que los pensamientos son cosas
que pueden ser espinas o pueden ser rosas,
sí, que te bendicen o te destrozan.
Expando mis brazos para sentirme libre
mientras veo el mundo ante mis ojos,
se esparce la energía frente a mí,
he descubierto que somos parte de ella.
Cada uno de mis poros fue encendido
cuando mis células se activaron,
me sentí invadido por un gran poder:
el poder creador,
el poder que nos ha creado.
Me encendí como bombillo,
y, por un instante, fui la luz que alumbró al mundo.
Fue hasta entonces que comprendí
lo que no era obvio para mí:
cada uno es una antorcha de energía,
con el poder de crear o destruir su vida.
Vi mi cuerpo como aquel templo perfecto,
la herramienta valiosa que usa mi alma.
Arriba, la corona creadora,
porque los pensamientos son cosas:
lo que creas y crees se manifiesta.
A la izquierda, el lado espiritual.
A la derecha, el lado material.
Abajo, los pies para transitar el sendero,
el sendero que a cada uno corresponde
y que nadie más que tú puede caminar.
Me sentí el hombre de luz,
y vi como ve Dios,
comprendí como comprende Dios,
amé como ama Dios
y supe que todo es parte de Dios.
El Gran y Universal Dios
que es la Energía y el Amor.
Desperté de mi dulce sueño,
desperté sabiendo lo real de todo eso.
Desperté sabiendo que ser un hombre de luz
es una decisión propia,
que el Dios que te ha creado no puede hacer más
que presentarte la vida y su belleza,
que eres tú quien decide vivir
con la riqueza de espíritu o su pobreza.
Quiero volver a soñar,
quiero ser un hombre de luz
porque fue maravilloso
cuando te vi como te ve Dios,
cuando te comprendí como te comprende Dios,
cuando te amé como te ama Dios,
y supe que todo es parte de Él:
que todo es parte de Dios.
El Gran y Universal Dios
que es la Energía y el Amor,
el Amor que somos tú y yo.

01/04/13 09:30 p.m.

¿Te ha gustado este contenido? Por favor, ayúdanos a mantener el sitio con una donación.

¡Gracias por tu apoyo!