No creo haber sido una mala compañía,
y no creo que haberte conocido fuera mala suerte mía.
Al contrario, sé que mucho me diste,
y que lo mismo obtuviste.
Tuve entre mis manos lo mejor y lo peor de ti,
y tuviste entre tus manos la mejor versión de mí.
La mejor versión que podía darte por entonces,
junto con los sueños, realidades y reproches.
Tuve frente a mí todo cuanto eras en verdad,
y no sólo la versión que al mundo querías mostrar.
Y aunque habían cosas que no me gustaban,
me quedé a tu lado porque te amaba.
Y así me has de recordar, como la persona que te quiso mucho,
como quien pudiendo hacerte daño… jamás lo hizo.
Como quien te dejó ir cuando tú quisiste irte,
como quien te apoyó incluso cuando en ti mismo tú no creíste.
Así me has de recordar al tomar tu café,
como a quien extrañas cuando en ti pierdes la fe.
Porque sí, has de extrañar mis palabras de aliento,
sí, se debe cruzar por tu mente algún lamento.
Un lamento por lo que te gustaba y que perdiste,
por aquello que buscaste reemplazar y no pudiste.
Yo lamento tanto como tú aquello que perdimos,
pero no lamento haberte conocido.
Fuiste lo mejor que tuve en aquella etapa de mi vida,
y lo que recordaré el resto de la misma.
Y así te he de recordar, como un tesoro que se fue,
y como el adiós que más sufrí.
Como la herida que se me quedó abierta,
como la pena que llevé a cuestas.
Y aunque jamás sufriste como lo hice yo,
sé que extrañarás lo que tuviste... mi amor.
Porque así me has de recordar, como quien mucho te amó,
y a quien tú simplemente le dijiste... adiós.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
009. Así me has de recordar. Colección Amaranta. Waldylei Yépez.docx
25/08/18 10:48 p.m.
12/09/18 06:55 p.m.
Fuente Imagen: Google.
0 comentarios:
Publicar un comentario