Mientras la esperaba me quedé pensando en que he construido una versión de mí que no me hace feliz, y también pensaba en el terror que me da las consecuencias de destruir esa versión.
Miré hacia un lado, y vi a lo lejos que mi amiga se acercaba. Al llegar se dio cuenta que las cosas no iban bien conmigo.
—¿Qué pasa?
Empecé a titubear. Mi mente me dice que hay cosas que se deben callar, pero ella insiste.
—¿Sabes? Estoy agradecida por tener personas como tú a mi lado. Siempre has sido una amiga maravillosa.
Me detuve un momento.
—Entiendo que tal vez no quieras seguir hablando conmigo después de lo que te voy a decir, pero necesito sanar esta angustia que siento.
En ese momento me empecé a cuestionar: ¿No estaré ya muy vieja para estas crisis de identidad?
Los segundos parecían eternos.
—Sólo dilo...
Levanté la mirada y lo solté.
—Estoy enamorada de ti...
Sentí como si algo se hubiese roto. Luego proseguí.
—Has sido una gran amiga, gracias por eso.
No fui capaz de mirarla a la cara.
—¿Puedo preguntarte algo? —, me dijo.
Asentí.
—Si soy tan maravillosa, ¿por qué me estás dejando ir tan fácilmente?
La miré confundida. Ella me miró, y luego me sonrió.
Waldylei Yépez
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15/11/22 21:16 - 22:44
13/12/22 17:48 - 17:59 - 18:04
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