Había soñado tanto, esperaba tanto, deseaba tanto. Todo siempre fue tanto. Construí ilusiones; planeé escenarios que parecían maravillosos. Únicos. Irrepetibles. Irremplazables. Porque así eras tú. Porque así te veía yo.
Pero las personas son como son, y todo lo demás es sólo una expectativa. Tú eres como eres, y lo que yo veía en ti era sólo una invención de mi mente. Eras como el cuadro que siempre quise ver. Me sonrío. Qué gran ingenuidad es creer que eras como te soñé.
Bueno me encanta soñar, ¿cómo no? Es tan maravilloso pensar que todo puede calzar perfecto. Que podemos ser exactamente lo que el otro busca, lo que el otro quiere. En mi mente fue así todo este tiempo: perfecto.
Hasta que decidiste ser como realmente eres. Hasta que decidiste dejar de callar tus verdaderas opiniones. Hasta que tuviste la suficiente confianza para quejarte de mí, de lo que digo, del cómo lo digo y hasta de lo que creo. Lo soltaste todo de una vez, y comprendí que habías callado tanto. ¿Por qué todo siempre tiene que ser tanto?
Y entonces hubo un corto silencio. Me miraste y trataste de disculparte. Sé que te diste cuenta de lo que dijiste. Yo sólo me sonreí con un dejo de tristeza en el corazón, porque madurar también es darse cuenta de que la gente dice la verdad cuando está enojada, así que lo que dijiste fue exactamente lo que siempre habías pensado de mí.
No puedo culparte, ¿cómo hacerlo si tu versión perfecta sólo estaba en mi mente? Eres como eres, lo demás sólo fueron cosas que me inventé o las expectativas que me creé.
Waldylei Yépez
Datos del archivo:
008. Las expectativas que me creé.Colección Resignificando.Waldylei Yépez.docx
27/09/23 00:52
28/09/23 12:37 - 12:44 -18:31
Fuente Imagen: Google.
0 comentarios:
Publicar un comentario