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viernes, 16 de octubre de 2009

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Sigo contigo, sigo sin ti

049. Sigo contigo, sigo sin ti. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Quizás si me dejo llevar por las olas del mar llegaría algún lugar, contigo o lejos de ti. Tal vez si mis sospechas fueran más que eso podría estar contigo o podría vivir sin ti, pero ni estoy contigo y tampoco estoy sin ti.

Sigo la brisa que roza mi cara, aquella viene directo del océano para decirme cuán lejos estoy o cuán lejos estás. Mordisqueo levemente mis labios recordando tus besos, aquellos que me diste y los que nunca te di.

Te imagino recorrer océanos y mares, olas y arenas, huellas de vida y huellas de tierra pero nada ocurre aunque te espere, aunque en mi intento no desespere.

Y me imagino, me imagino contigo. Te imagino conmigo. Y puedo verte tomando asiento frente a mí, y esa sonrisa cómplice me delata. Estás conmigo, estás aquí.

Levanto mi mano y acaricio tu cara, leve y suavemente pues así siento que debo tratar tu hermosura, la maravilla que representas. Respiro lento para no recordar que el tiempo va pasando, que no se ha detenido aunque tanto lo quisiera. Quisiera… quisiera tanto perderme en la calidez de tus manos, la suavidad de tu boca, la ternura de rozar tu cara con la mía. Sencillamente ternura, eso despierta tu presencia en mi vida. Y quiero tratarte delicadamente, como al cristal más fino, como al diamante de más valor que pueda encontrarse en la vida… así eres para mí.

Me pierdo en este encuentro tuyo y mío, donde respiro a tu medida y formamos la unidad indivisible. Quisiera tanto creer que nada puede separarnos. Me quedo perdida en tu aliento, respiro de ti, respiras de mí. Siento la humedad de tu boca al tocar la mía. No sé si apenas besarte o si besarte con pasión, no sé si será la última vez o si es tan sólo la primera de ellas. Respiro de ti, respiras de mí.

Sigo contigo… Jamás te he dejado en abandono. Quise estar en silencio pero jamás te dejé.

Sigo sin ti… Porque mi cuerpo no te siente. Porque mi boca busca tu boca y no la encuentra. Porque en mi realidad no existes.

Sigo contigo… En cada amanecer y anochecer. No hago otra cosa que pensarte, no hago otra cosa que soñarte.

Sigo sin ti… Porque en este corazón mío tan sólo siento frío, el frío de tu ausencia y la mía pues ya no vivo aquí, vivo allí donde tú estás por eso sigo contigo pero tú no estás conmigo.

Duele ver que tan sólo en mi imaginación mi amor se vuelve realidad, pero la realidad sigue siendo distinta a la imaginación y esto es lo que cada noche vuelvo y me repito:

Veme aquí acostada entre mis sueños, donde tú me dejaste

y te fuiste a navegar al otro lado del mar.

Veme aquí soñando realidades ficticias donde por fin llego a ser feliz.

Veme aquí contando una historia jamás escrita,

porque en mi verdadera historia tú no te encuentras,

porque sólo entre mis sueños encuentro lo que tanto quiero,

pues mi realidad es todo lo contrario, porque en ella:

sigo contigo y a la vez… sigo sin ti.

16/10/2009 10:31 p.m.
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jueves, 13 de agosto de 2009

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Nada de lo que dije que haría

048. Nada de lo que dije que haría. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

¿Recuerdas las veces que hablamos de mí? Me decías que era muy capaz. También cuando estaba muy nerviosa me hacías sentir que podía llevar las cosas adelante…
Ha pasado tanto tiempo de eso, y cuando cae el sol me doy cuenta que nada de lo que dije que haría he hecho.
¿Recuerdas que cuando me abrazabas me sentía protegida? Ya no me siento así, ya no estoy segura, ahora siento tanto miedo. Ahora cuado me veo a mí misma, me doy cuenta que no fui tan perfecta como tú creíste que lo sería.
¿Recuerdas? ¿Recuerdas lo capaz que era? ¿Recuerdas lo capaz que fui?
Me tomabas en tus brazos y sonreías al verme, tan contenta y orgullosa, tan feliz y resplandeciente.
Y la noche cayó, jamás volviste abrazarme y desde siempre sentí miedo, quería ser como tú querías que fuera, pero nada de eso pasó…
Y cuando cae el sol me doy cuenta que nada de lo que dije que haría he hecho…
Pero aún hablo con tu foto, como si pudiera escucharme, como si de verdad pudiera mirarme, y se desborda la lluvia en mi alma.
Y se quiebra el girasol, las heridas del ave se abren y el mundo de papel se quema en llamas cuando las ilusiones se destruyen, cuando el dolor se afianza y la tristeza prevalece aquí en la noche, a la caída del sol porque…
Cuando cae el sol me doy cuenta que nada de lo que dije que haría he hecho…
Y el ave voló de su nido y las tempestades le acecharon, la oscura noche le hizo parte de ella como quien se sume ante las sombras y nacen las figuras grotescas de las gárgolas. El viento le golpea con esmero y el ave cae al suelo. Busca refugio y las ventanas parecen selladas en aquellas casas. Picotea los cristales pero la ventana no se abre. Se acurruca en sí misma con miedo a la noche, recoge su cabeza y su pico mete entre las plumas, allí espera sin esperar nada, respirando lento respira dolor… allí en las afueras donde las sombras queman y también hielan.
Se repite una y otra vez perdida entre la urbe de su dolor:
“Y cuando cae el sol me doy cuenta que nada de lo que dije que haría he hecho…”
Y su respiración se hace lenta como cuando corres entre oscuridades y te hacen formar parte de ellas…
Así…
Allí…
Como cuando cae el sol,
y te dices que nada de lo que dijiste que harías,
has hecho…
07/07/2009 09:07 p.m. - 27/07/2009 09:46 p.m. -13/08/2009 09:54 p.m.
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jueves, 30 de julio de 2009

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Despedidas

047. Despedidas. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Sonó mi teléfono por la mañana y contesté tan rápido como mis movimientos me permitieron. Aquella fue una voz distinta e irreconocible la que a mí llegó. Después supe que el interlocutor era más cercano con noticias muy lejanas. Escuché con detenimiento sus palabras y mi contesta vagaba entre el silencio y pocas palabras. Acabó la llamada y me senté un rato a pensar en las cosas de la vida, las que se pueden controlar y las que no, las que se espera y las que no.

Un rato después salí a tender la ropa limpia recién sacada de la lavadora. Mis manos quedaban húmedas al dejarlas puesta. Fue entonces que, mirando un poco hacia los árboles del vecino, divisé un ave parada en una rama con un hermoso plumaje azul y me quedé allí observando y pensando, imaginando que me encontraba en otro lado, sentada quizás en un banco en medio de un sitio tranquilo… Pensé entonces en escribir una carta, la carta que nunca imaginé escribir…

Creo firmemente en la vida, en el Dios y el pedacito de Él que llevamos dentro anclado a nuestro corazón. Creo también que más allá de nuestros ojos existen y existirán cosas que jamás podrán ser explicadas, o que nuestra mente no puede procesar o entender, pero en parte sí lo puede hacer nuestro corazón. Creo que el mundo yace conectado, creo en que todos estamos conectados de alguna manera.

Hoy quise escribirle una carta, hoy quería despedirme.

Mi corazón se llenó de tristeza de repente después de aquella llamada, y comencé a pensar en sus seres más cercanos. Creí que estando sentada en este banco podíamos intercambiar algunas palabras, aunque sea yo quien escribiera y pareciera que mis palabras se perdieran pero no es así, la energía, el corazón llega hasta donde lo demás no puede y sé que me entiende, que lee mi carta y que escucha mis palabras.

Quería decirle que me he puesto a recordar su rostro, sus palabras y su personalidad. Que he recordado su risa y su sonrisa, su buen humor y también su seriedad. He recordado su alegría. Le he recordado con alegría interna y con una sonrisa, porque es así como merece ser recordado. He recordado lo excelente padre que ha sido y que seguirá siendo por todos los tiempos. El buen ejemplo que siempre fue para sus hijos, y la enseñanza que ha dejado en ellos. Recuerdo las charlas, el entusiasmo, la alegría de su rostro y eso se queda conmigo, y con todos quienes tuvimos la inmensa oportunidad de compartir momentos con su presencia.

Hoy ha cambiado su rumbo, sin avisarlo y sin esperarlo…

- Ya lo has dicho tú, hay cosas que no se pueden explicar. Yo tampoco esperaba irme, era inmensamente feliz junto a los míos, junto a la gente que me quería y yo quería, junto a quienes me amaban y yo amaba. Era feliz con las cosas que me gustaba hacer. Y la pasé muy mal con las que me hicieron sufrir, y mi familia la pasó mal al verme sufrir a mí. Sé que aguantaron muchas preocupaciones, y sé de la tristeza y el dolor de ahora de verme y entender que no puedo levantar mi cuerpo, de la ausencia. Sé que a raíz de esto que me afectó el ambiente cambió en casa, me veían decaído cuando yo era más fuerte y alegre. Pero más que hablar de las cosas difíciles y duras, es importante decirles a mis hijos que yo estoy muy orgulloso de ellos, que siempre fueron y seguirán siendo mi mayor alegría, tú lo decías que el corazón llega hasta donde no puede llegar el resto de las cosas. Yo tenía un buen humor y eso quiero que recuerden, y que recuerden que me encantaba ver la sonrisa en sus rostros. Ahora no estaré físicamente pero sus corazones conectados con el mío harán posible que siempre viva, hablamos de una vida que no se apagará como el cuerpo físico, una conexión que trasciende y yo estaré con ellos porque son lo más importante para mí. Estaré allí para ver a mis hijos realizados, para ver cada uno de sus triunfos y acompañarlos en las derrotas. Yo estaré vivo mientras me mantengan presente, mientras tenga un lugar en el corazón de las personas que me quieren. Me verán, me escucharán y me sentirán en sus corazones y yo los veré, los escucharé y los sentiré en el mío. Los llevo en mi corazón, diles eso… -.

Lo haré. Ya lo hice. Mi corazón le sonríe y le desea un buen viaje. Hasta luego.

Y así desperté de mi letargo. Seguí tendiendo ropa y al mirar a la rama aquel pájaro azul ya no estaba, había emprendido su viaje, había alzado el vuelo a través de los aires mientras nosotros seguíamos caminando… caminando sobre la tierra.

30/07/2009 4:07 p.m. – 4:39 p.m. A su memoria.
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sábado, 20 de junio de 2009

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Día del Padre

046. Día del Padre. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Por y para Eduardo, un padre maravilloso…

En los tiempos de la infancia, recuerdo que nuestras visitas a la playa eran muy constantes y los más pequeños jugábamos mientras mi padre, un gran pescador de la zona, trabajaba con nuestro hermano mayor en ese bello mar que aún persiste en las fotos del ayer. No recuerdo mucho mi niñez para ser franca, pero existe un día que fue marcado con tinta indeleble en mi memoria, un tercer domingo de junio que para mí era como cualquier otro día, pero todos en la casa actuaban con cautela, como si algo escondieran. Me extrañó ver aquel comportamiento pero no podía imaginar nada para ese entonces, tan sólo escuchaba a la familia insistirle a mi padre llevarme a jugar a la playa un rato.

- ¿Tengo que llevarla precisamente hoy? Se supone que hoy es un día para mí, para descansar… -. Le decía a mi madre pero ella insistía.

Por fin accedió y otros dos de mis hermanitos vinieron también con nosotros.

Recuerdo que nos sentamos en la orilla al llegar. Mis hermanos corrían por todo el sitio mientras yo preferí permanecer a su lado. Él miraba al horizonte. Imaginé que quería ir a trabajar en la pesca, que extrañaba su bote.

- Si quieres yo puedo acompañarte a trabajar, puedo ayudarte -. Le dije.

Él bajó su mirada y me sonrió con ternura.

- Tal vez si fueras un poquito más grande podrías ayudarme con las redes -. Me respondió acariciando mis cabellos. Volvió su mirada al horizonte.

- ¿Qué estás viendo papi? -.

- Veo el mar, siento la tranquilidad que trasmite el agua y pienso en tantas cosas…-.

- ¿Piensas en mami? -.

- En ella y en muchas otras cosas, como por ejemplo en este día y en ustedes… -.

- ¿Qué tiene de especial este día? -.

Me miró un poco extrañado.

- ¿No lo sabes? ¿No sabes qué día es hoy? -.

- No. ¡Oh! ¡Sí! Hoy es domingo… -. Él se sonrió.

- Hoy es el Día del Padre -.

- ¿Qué significa? -.

- Es una especie de reconocimiento a los chicos que tenemos hijos e hijas tan lindas como tú -. Y me abrazó. Me encantaba que mi padre me dijera que era linda.

- Reconocimiento… Entonces, hay que darte un premio… -.

- Un abrazo sería el mejor regalo -. Me dijo y lo abracé.

Al regresar a casa mi padre se encontró con su premio del día, la familia le tenía preparada una sorpresa por eso actuaban como lo hacían. Se notaba en sus ojos lo contento que estaba y lo bien que le hacía recibir mucho cariño de parte de los seres que él más quería. Así fue como me enteré de que existe un Día del Padre, una tarde en la playa…

Muchos días del padre después lo encontré a solas en su habitación, mientras el resto de la familia yacía reunida en la sala compartiendo.

Toc toc. Toqué la puerta. Él me dijo que entrara. Colocó una hoja de papel en la mesita cercana y se quitó los lentes.

- ¿Qué leías? -. Pregunté.

- Un texto que encontré por Internet y me gustó, lo escribió un señor llamado Walo San. Me parece muy acertado y muy sabio lo que expone -. Respondió.

- ¿Si? -.

- Sí, él habla sobre el rol de padre y otras cosas bien importantes como el afecto que le debemos, que no debemos olvidarnos de él, que necesita nuestro cariño… -.

En ese momento recordé aquel instante en la playa, comprendí que lo que él decía del regalo en aquel tiempo era lo que verdaderamente necesitaba, un abrazo, cariño. Entendí que el Día del Padre no es un día que necesariamente se deba festejar con objetos, con cosas materiales. Él no quería irse a la playa aquella vez porque lo que más deseaba era vivir ese día junto a quienes amaba, a todos los que amaba. Y en ese instante también me di cuenta que nunca le había expresado como quería mi cariño por él.
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sábado, 30 de mayo de 2009

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De las ruinas del Castillo

045. De las ruinas del Castillo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Aquel era un Castillo como cualquier otro, pero único como cualquier otro. Dentro de él muchos eran los caminos y habitaciones, parecía que no tuviera fin pues poseía una profundidad como la que posee cada ser, cada persona. Era un bonito Castillo, rodeado de vegetación y un hermoso lago azul del cielo. Se comentaba algunas cosas de ese sitio, entre ellas: los grabados que tenían los cristales de las ventanas, grabados de infancia y de ilusión que tomaban vida cuando la luz del sol rociaba su brillo sobre ellos. Parecía que danzaban, parecía que soñaban. Cada uno, episodios de tiempos pasados, tesoros que jamás se pierden ni por acción del tiempo. Todos estos cristales, bellos cristales, rodeaban al Castillo desde lo más alto a lo más bajo.
Por lo general, siempre hacía un buen tiempo en ese sitio, aunque como es normal llovía de vez en cuando, pero venía la calma después de la tempestad.
Un día las tormentas se apoderaron del Castillo, truenos y relámpagos, el mal tiempo abundaba, ya el sol no hacía danzar los grabados porque no había sol, no había luz. Gran parte del Castillo se sumergió en sombras. Dentro sólo había silencio aunque de vez en cuando se escuchaba la voz del trueno como un profundo eco, eco que se esparce a través de la nada, porque en eso se había convertido el interior del Castillo: en nada.
Y los cristales se volvieron un muro de piedra, las compuertas y puertas se alzaron cerrándose vertiginosamente, pareciera que ese Universo se hubiese encerrado en sí mismo mientras el caos se apoderaba del entorno.
Fue entonces cuando llamaron a la puerta principal. Dos guerreros salieron a recibir al visitante. Al verlo le saludaron con respeto agachando sus cabezas y miradas, más no cruzaron palabra alguna. El visitante vestía con una hermosa capa Violeta y su porte y presencia inspiraban respeto. Caminó hasta la sala principal y detrás lo siguieron los dos guerreros. Más la sala no era lo que solía ser, ahora estaba en sombras con una luz muy tenue a lo lejos.
- ¿Qué ha pasado acá? -. Preguntó el visitante.
- Creador, su Universo ha sido maltratado, nos golpea la máxima de las tormentas que jamás nos asoló -. Respondió uno de los guerreros, quién llevaba una túnica Azul.
- Ha sido mi culpa -. Continúo el guerrero de túnica Roja.
- ¡No es así! Todos fuimos engañados… -. Replicó el de Azul.
Azul era el guerrero denominado Razón, para él todo tenía una explicación, una verdad y una lógica. El guerrero de Rojo era representación de la Intuición, por ende manejaba sentimientos y emociones. El Creador era quien había construido aquel Castillo, su Universo, su Hogar, su Yo.
- No es momento para buscar responsables, ¿Cuánto es el daño recibido? -. Preguntó entonces el Creador.
- Mírelo por sí mismo Creador…-. Le dijo Razón mientras señalaba una de las puertas.
El Creador se movió hasta la habitación señalada y miró dentro de ella. Aquella era la habitación de Razón, dentro había una gran biblioteca donde se podían encontrar todas las cosas que él había aprendido, los razonamientos, las reflexiones. Habitualmente se encontraba todo aquello muy ordenado, ahora todo yacía en el suelo, revuelto, como pensamientos sueltos, sin orden, sin concordancia, sin relevancia. Algunos pensamientos importantes yacían calcinándose pues se habían vuelto obsoletos, ya no se podía creer en algo que estaba demostrado no era cierto. El Creador miró a Razón y pidió una explicación.
- Toda mi vida creí que la Verdad estaba por encima de cualquier mentira, y que si se era honesto se recibiría lo mismo de las personas. Además, que una mentira no podía ser consistente por mucho tiempo, porque una mentira siempre lleva a la otra y en algún punto se cae, corroboré que no necesariamente aquello es cierto, corroboré que de verdad se puede crear una mentira consistente, y que el hecho de ser honestos no garantiza que los demás lo sean. Por eso he quemado ideas, conceptos que ahora están errados, porque está demostrado que tales ideas no eran como se habían pensado -. Respondió aquel.
El Creador no dijo nada respecto a eso, en su lugar continúo viendo y buscando los daños causados al Castillo. Llegó entonces a la habitación de Intuición.
Intuición manejaba emociones y sentimientos, por lo general siempre se empeñaba en mantener el orden, pero aquella habitación era el Infierno mismo. Todo estaba revuelto, la tristeza imperaba, el dolor se imponía y aquellos como la alegría eran relegados a un rincón profundo y sombrío. Aquel sitio ya no era de Luz, era un cuarto invadido por las sombras. El Creador se volteó entonces y miró a Intuición como buscando alguna respuesta, pero el guerrero seguía cabizbajo, desde que él había entrado al Castillo no lo vio mirarlo un instante a los ojos. Se sentía el culpable de todo aquel desastre, se decía que si tan sólo hubiese hecho su trabajo aquella nube de sombras no habrían llegado tan lejos, que tenía que haberse dado cuenta… pero no pasó. El Creador entendió que el sufrimiento de Intuición era inmenso, mucho más que el de Razón, por lo menos Razón sabía que no solamente él era responsable, entendía que había actuado con lógica, y por ello no vio que algo no calzara, pues efectivamente aquel ataque de mentiras era tan perfecto como la Verdad misma.
El Creador continúo examinando aquel Castillo, sus golpes y destrozos, la oscuridad en la que se había sumido. Aquel ya no era lo que había sido. De repente se volteó y preguntó.
- ¿Dónde está Corazón? -. Se había extrañado de no verlo aún.
Ambos guerreros se miraron entre sí, fue cuando Razón señaló la habitación al fondo, la más oscura, la más sombría. El Creador se apresuró a llegar al sitio señalado y miró hacia dentro. Allí estaba Corazón tumbado en el piso, agujereado por las dagas que lo habían azotado, adolorido, triste, con un pequeño halo de vida.
La pasividad que había estado en el rostro del Creador fue perturbada, no podía creer que Corazón estuviera tan dañado, se acercó rápidamente y se tumbó de rodillas junto a él.
- ¿Qué te han hecho? -. Le dijo.
Corazón lo miró con ojos tristes. El Creador lo tomó entre sus brazos y lo arrulló.
Razón e Intuición sufrían, ninguno había podido proteger a Corazón y ahora él moría.
- Eres un corazón que amó mucho -. Le decía Creador. - Y que aún es capaz de amar a quien le hirió con tanta fuerza que ni siquiera es necesario el perdón a su ofensor, porque para ti no hay ofensa, y he allí tu halo de vida… el Amor -.
Creador colocó su mano sobre la más grande y profunda de las heridas.
- El Amor dentro de ti será tu cura, porque el Amor es Vida, es lo más fuerte y más sagrado que puede haber. He allí El Magno Poder -.
Mantuvo así su mano sobre aquellas heridas y exclamó:
- La Luz siempre es más poderosa que las sombras, las sombras no tienen poder alguno, no importa cuán grande sea ante nuestros ojos, no tiene poder. Odio y rencor no son remedio y tan sólo traen dolor al dolor. A las llamas del Fuego Violeta echamos todo lo malo, todo aquello que causó algún daño para que sean Transmutados. Bendecimos el bien recibido y seremos justos reconociendo lo bueno que se nos dio. Que las lluvias que han caído de nuestros cielos, de nuestros ojos, rieguen las nuevas flores que mañana verán la luz del día. Que como Girasoles volteemos a ver la Luz, y como Aves en Vuelo demos paso a nuevos horizontes, a nuevos tiempos. Que nuestro dolor resulte ser el crisol que nos dé sabiduría para aprender a vivir al paso de los días. Que el tiempo sea nuestro camino y que junto a él vivamos los procesos que nos corresponda superar. Que cada día sea un día maravilloso, y volemos juntos por este cielo hermoso. Que aunque nuestra Razón e Intuición nos hayan fallado, sepamos perdonar y perdonarnos, pues nada está dado y nada es predecible ni somos infalibles. Sigamos creyendo y sigamos creando pues mañana es un nuevo día, mañana habrá un nuevo sol y jamás nada puede vencer al Amor…-.
Después de esas palabras, las heridas sangrantes de Corazón cerraron quedando en su lugar apenas cicatrices, cicatrices que le recordarán que amó mucho y que el Amor es más fuerte que cualquier otra cosa.
Razón volvió a su habitación y poco a poco restablecería el orden, aprendería lo necesario y mejoraría lo que ya sabía. Intuición también hizo lo que le correspondía. Corazón por su parte colocó en un lugar privilegiado los buenos recuerdos de quienes le habían hecho algún daño, y dejó ir lo malo junto al Fuego Violeta. Los cristales convertidos en muros de piedras se revirtieron, y a la mañana siguiente danzaron de nuevo a la luz del sol. Lo que había sido roto fue restablecido en aquel Castillo…

Puede que un día nuestra Razón e Intuición nos fallen y puede que alguien termine dañándonos de alguna manera, pero no por ello dejemos que las culpas y los rencores se apoderen de nuestro Corazón pues él es un tesoro. Tal vez no todos logren verlo, pero lo más importante no es eso, lo más importante es que no dejes de verlo tú. Si nuestro Corazón amó mucho, entonces que no deje de hacerlo, que no lo opaque las sombras porque las sombras no tienen poder sobre el Amor, el Amor que yace en tu Corazón… Despierta.

30/05/2009 10:00 p.m.
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martes, 5 de mayo de 2009

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Me entrego a ti

044. Me entrego a ti. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Mis emociones vuelan a través de mis silencios,
y al caer la noche, mis estrellas se engalanan
festejando tu presencia en medio de ellas,
iluminando como soles que aclaran las sombras de la noche,
y todas juntas bailan al sonar de tu voz,
voz que se vuelve canto,
voz que me arrulla como un cálido manto…

Veme aquí, amor de mis amores. El único, el más grande de todos. Veme aquí entregándome completa, plena y dulcemente a tus ojos, a tus manos, a tu amor. Veme aquí tan enamorada de ti, queriendo entregar cuantos besos puedan darte mis labios, queriendo aferrarme en el más largo de los abrazos.
Mi Sol, mi dulce Sol. Camina conmigo en este claro de luna, a través de las hermosas flores que buscas para mí y que tantas veces me has regalado, todas, absolutamente todas las he guardado. Todos los detalles que has tenido conmigo los he puesto en una cajita de cristal, para que queden intactos y el tiempo nunca pueda borrar todo lo que me has dado, así es mi amor, mi querido amor, no he olvidado ni olvido, no olvidaré aquellos besos desbordados de cariño, todos y cada uno de tus detalles, todas y cada una de tus palabras que me han hecho soñar, vivir en la más hermosa y maravillosa de las ilusiones. Mi Amor, me entrego a ti en cada una de mis palabras, en cada una de mis caricias y en cada uno de mis besos. Digno eres, merecedor de todo el amor que pueda llegar a sentir y entregar una mujer. Digno de ser amado con pureza, digno de ser soñado con tanto anhelo, digno para entregarme completa a tus besos. Veo en tus ojos luces de esperanza, veo caminos que recorreremos tomados de las manos, veo dos mundos unidos y fundidos en uno solo, tanto veo, tanto sueño, ¡tanto amo! Mi amor, mi amado, me entrego a ti…
Te entrego mis brazos. Serán tu refugio cada vez que necesites descanso, cada vez que te sientas débil y quieras reponer tus fuerzas. Cada vez que tu sensibilidad se vea afectada, yo estaré para protegerte, para cuidarte y sobre todo para respetarte. Yo estaré, sí estaré, me encontrarás, me tendrás muy junto a ti arrullándote entre mis brazos, diciendo lo precioso que eres y que Te Amo.
Te entrego mis manos. Con ellas te tocaré, con ellas acariciaré tu rostro muy despacio, te expresaré mi ternura, toda aquella que tú me inspiras, toda aquella que quisiera entregarte, toda aquella que mi corazón acumula al pensarte y al soñarte. Toda aquella que es sólo tuya, sólo tuya…
Me entrego a ti, me entrego completa, me entrego plena… Plena, así tú me haces sentir, porque soy yo misma cuando estoy contigo, pues me siento total y sé que el sueño que tengo de mí misma se hace verdad, porque soy lo que he querido ser, alcanzo las nubes pues el suelo bajos mis pies ya no me ata, y puedo volar como ave en libertad, en el más grande soñar.
Te veo, me veo, nos veo en un mundo de amor sin limitantes, de amor puro, de amor leal. Nos veo en muchas, muchísimas escenas de la vida misma compartiendo, sonriendo. En una bella realidad donde el uno respeta al otro, se respeta su tiempo, su espacio y su libertad, sí mi amor, pues yo no intento ni intentaré encadenarte mi bello Ángel de Luz. Jamás la manipulación tocará nuestra puerta, jamás nos juzgaremos sin un derecho a réplica, mantendremos tan fuerte como ahora nuestra hermosa comunicación, tú conociéndome y yo conociéndote.
Comparto tus sueños, porque para mí tus ideales son valiosos, quiero que los alcances y quiero estar junto a ti cuando eso pase. Comparto mis sueños, porque te quiero cerca para vivir junto a ti la felicidad de haberlos alcanzado sabiendo que también te importan, sabiendo que mis sueños son tuyos y los tuyos muy míos.
Me entrego, me entrego al Mar sereno de este Amor sin medidas ni tiempo, a este Amor sin egoísmos ni fronteras, este Amor tan cálido que no tiene barreras, a éste que me ha hecho tan inmensamente feliz.
Mi Sol, mi amado y adorado Sol. Mi Caballero, mi azul del cielo. ¡Cuánto Te Quiero! ¡Cuánto te anhelo!
A ti, a ti…

A ti me entrego…

05/05/09 05:29 p.m.
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jueves, 30 de abril de 2009

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Ángeles y Demonios

043. Ángeles y Demonios. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

La primera vez que leí el término de co-creación fue en una carta de Zakairan, posteriormente me encontraría aquella palabra en otros sitios y me la dirían otras personas, más no la había usado mucho hasta ahora. Citando a Zakairan, también me atrevo hacerlo con el Kybalión de los Tres Iniciados que asegura que el Universo es Mental y eso es lo mismo que mantienen los Metafísicos. De eso trata la presente, La Co-Creación de Tu Universo a través de tu Mente.


Estatua del arcángel Miguel de August Vogel en Hamburger-Neustadt. (Wikipedia)

 Ángeles y Demonios

Según la Biblia, Dios creó al hombre “a su imagen y semejanza”, por tanto, el hombre es “parecido a él”, de aquí se parte que toda persona tiene el Poder de la Creación. Es muy cierto que no podemos agarrar y crear en siete días un Universo nuevo, con millones de galaxias, pero no es menos cierto que el hombre ha dado paso a muchas cosas, ha tenido muchísimos avances tecnológicos, ha creado un mundo virtual incluso donde millones de personas pueden conectarse en tiempo real no importando la hora ni el espacio físico, eso se llama Creación. ¿Y cómo fue creado? Como ha sido creado absolutamente todo: desde una idea. El primer paso es la visualización de la idea, luego el trabajo para llevarla a cabo y finalmente traer al mundo físico tal cosa.
Muchas ideologías han repetido cientos de veces que el ser humano, absolutamente todos nosotros, somos Co-Creadores junto con el Padre en la Creación del Universo, en la constante Creación pues la misma no se ha detenido nunca. Por el Principio de Correspondencia, como es arriba es abajo y como es abajo es arriba, por tanto tú tienes en tus manos las herramientas necesarias para Construir tu propio Universo, ¿Y cuál es ese Universo? Pues tu vida. Acompáñame en la visualización, caminemos juntos y vamos a crear tú y yo un “Universo temporal”, lo co-crearemos juntos (mi mente con la tuya), por eso necesito que me sigas (visualices) y me ayudes (co-crees conmigo).
¿Alguna vez has pensado en el poder de la imaginación? La imaginación termina siendo sumamente poderosa cuando se manifiesta a cabalidad, y ¿Cómo sabes que tu imaginación se manifiesta de esa manera? Cuando logras sentir, oler e incluso saborear mientras imaginas. ¿Te parece algo imposible? No lo es tanto. Hay una ideología que dice que: “La Mente ordena y el Cuerpo depende”. Tu cuerpo no tiene ninguna forma de saber qué es real y qué no, y es porque tu cuerpo no puede pensar por sí mismo, quien ordena todo es la Mente y él le obedece. Por tanto, si imaginas con todas tus fuerzas que vas corriendo por algún sitio, tu cuerpo reaccionará a ello preparándote para huir (si es el caso). La idea acá no es entrar en detalles sobre estas cosas sino destacar cuán poderosa puede ser la imaginación, y cuán verdadero es nuestro Universo interior, por ello sigue siendo verdadera la visualización que se propone aquí.
Quiero que veamos frente a nosotros un hermoso valle. Hay también un cuerpo de agua que corre y tiene diversos cruces, en el fondo se puede notar las pequeñas piedras de río. El clima es bastante fresco. A nuestro alrededor muchísimos árboles con sus hojas verdes, un bello verde, este sitio es casi de película, cuánta tranquilidad, nada de contaminación de las grandes ciudades, ni ruidos intensos. Se siente paz, armonía. Quiero que te visualices estando en el lugar en el cual te gustaría, un lugar hermoso. Detente en este punto todo cuanto quieras. Siéntete cómodo. Tal vez quieras estar a solas unos instantes en este mundo lleno de tranquilidad, me haré a un lado si es preciso, si así lo deseas y el tiempo que consideres necesario. Este es tu sitio, también el mío pero puedo quedarme caminando un rato mientras estás contigo mismo.
Continuemos. ¡Qué hermoso cielo azul! Yo oigo un leve canto de aves. ¿Lo oyes tú?
Sigue visualizando este sitio como tú creas conveniente, la idea es que éste sea por unos instantes un mundo creado por ti, un mundo donde puedas dejar de enfocar tu atención en los problemas del día a día, y te centres en la tranquilidad y en el estar contento, sin ataduras del mundo real.
Si llenáramos los alrededores con todas esas pequeñas cosas que nos hacen sentirnos bien, con los grandes triunfos y éxitos, podríamos llamar a este sitio: el Cielo, muy fácilmente. Colgando nuestros mejores momentos por aquí y por allá, tendríamos miles de razones para sonreír mientras caminamos ¿No es cierto? Estaríamos en el sitio perfecto, un lugar que el tiempo no puede tocar porque está regido por nuestra mente. Si queremos podemos traer nuestros mejores recuerdos, vivirlos aquí y sentirnos felices. Este es nuestro sitio, donde nadie puede entrar, nadie puede dañar tu visualización, tu mundo interno porque nadie tiene permiso de acceder a este sitio. Este Universo temporal que hemos creado está en tu mente y en la mía, y nadie más tiene acceso. Es un sitio seguro. Rodeándonos están nuestros pensamientos positivos, positivos porque nos llena de alegría, tranquilidad, amor tal vez. Cuando piensas positivo, te sientes de esa manera. Vamos a llamar a cada pensamiento, mejor dicho al conjunto de ellos: Ángeles. ¿Por qué? Porque estamos en el Cielo ¿no? En eso habíamos quedado. Bueno, estamos rodeados de Ángeles ahora. (Pensamientos positivos)
Sin embargo, ¿Qué pasa cuando este equilibrio se rompe? O pongámoslo en otras palabras, ¿Qué cosa puede interrumpir la belleza de este Cielo? Si nuestros Ángeles son pensamientos positivos, los pensamientos negativos serán los Demonios que interrumpen la belleza de este momento. ¿Y puede un Demonio (pensamiento negativo) opacar el Cielo? Si tú se lo permites… Sí.
Ahora, ¿Por qué habríamos de permitirle a un Demonio opacar nuestro Cielo? Bueno, a la primera es muy fácil decir que no lo permitiríamos, más también es cierto que no es tan fácil advertir un pensamiento negativo, u oponérsele, porque muchas veces nuestro entorno tiene más poder sobre nosotros del que estamos concientes. Mientras caminamos por este hermoso valle te contaré una experiencia.
Cierto día, yo había ido a una convivencia donde habían varias personas muy chéveres. La pasamos muy bien, compartimos mucho y todos estábamos contentos. Ya casi al salir, mientras tomaba la calle para regresar a casa, sonó mi teléfono móvil y yo contesté como es de esperar. Dije: “Aló” y me preguntó una voz masculina por una persona extraña, yo dije que estaba equivocado y en eso me insultó, básicamente me rayó la madre sin razón alguna, ¿Tal vez molesto porque él se había equivocado? No lo sé. Después del insulto me colgó, y eso a mí me afectó muchísimo, me puso de muy mal humor el hecho de que alguien me rayara la madre porque sí. Y estuve repitiendo esa escena muchos minutos más. El asunto es que yo estaba de muy buen humor por el compartir, pero una sola palabra de este tipo me llevó al otro extremo, me vi afectada por mi entorno, por tanto el entorno me dijo cómo “debía sentirme”.
Por tanto, el Cielo en el cual se vive puede ser afectado por un pensamiento negativo, quizás producto de alguien o algo en el entorno. La cuestión está en si permitírselo o no. ¿Permitirás que tu entorno (algo de lo cual no tienes control alguno) te diga cómo debes sentirte, qué debes decir y pensar? Es una pregunta para internalizar.
¿Qué pasa cuando dejamos que estos Demonios entren a nuestro Cielo? Evidentemente deja de ser Cielo para convertirse en un Infierno.
Entonces, ¿Qué es Infierno? Es el estado mental donde todas las cosas están mal, donde los pensamientos negativos se apoderan de tu tranquilidad (y buena salud mental) y te convierten en alguien con un estado no-armónico. Al estar en este estado, tu entorno real, el día a día se vuelve pesado e irritable, o mejor dicho, tú te vuelves pesado e irritable. Y si estás en ese estado, ¿Cómo crees que la gente a tu alrededor va reaccionar? Posiblemente te paguen con la misma moneda, se volverán irritables como lo estás tú. He allí la importancia de que si quieres ver un cambio en tu entorno, debes comenzar por ti mismo. Llenarte de paz y evitar pensamientos no-armónicos tendrá buenos resultados, cuestión de comprobarlo.
Por otro lado, ¿Qué pasa cuando tus Ángeles se enfrentan a tus Demonios (pensamiento positivo contra pensamiento negativo)? Una situación terrible, puesto que será tu mente, tu Universo interno, en guerra donde un bando te muestra las cosas buenas y el otro lado las malas, las criticas, lo que no está bien. Lo peor es que centras todas tus energías en esa guerra, pierdes tranquilidad, te estresas totalmente, te preocupas,… Comienzas a sentirte mal, porque la mente al no estar en tranquilidad va reflejar consecuencias en tu mundo real. ¿Sabes qué es lo más terrible? Que permitas esa situación, porque si bien es cierto que no puedes controlar el entorno que te rodea (situaciones y personas), no es menos cierto que sí puedes centrar tu Universo interno, para eso tienes el Poder de Creación. Tú Co-Creas este mundo. No solamente tu Universo interno, sino también el externo.
¿Hay alguna forma de ganar la batalla entre Ángeles y Demonios cuando parece que los dos están en el mismo nivel de ventaja? Aquí es cuando llega el Arma Secreta, cuando te haces Conciente Tú Puedes Dirigir y cortar las ataduras como lo haría el Príncipe de los Ángeles.

Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba.

¡DESPIERTA!

30/04/2009 9:04 p.m.
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sábado, 18 de abril de 2009

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Pájaros en el cielo

042. Pájaros en el cielo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Hace unos pocos días, recibí un correo de una joven llamada Claudia. Ella me pidió escribir una carta o una historia, y me solicitó que tuviera un final feliz. A esto yo voy agregar una cosa, a veces los finales que no resultan como queremos tienen su razón de ser, y aunque no nos parezca a su momento un “final feliz” resulta que fue lo mejor que pudo pasarnos. Probablemente no puedas comprenderlo ahora, pero espero que sí lo hagas un día, no sobre esta historia que presento hoy, sino cosas más de la vida, de tu vida. Hay muchas cosas por vivir y tantas otras por aprender, eres muy joven aún y espero que cada instante de tu vida este impregnado de cosas buenas y positivas. Te deseo una vida muy feliz y llena de muchas metas alcanzadas.

Por y para ti, Claudia.

* * *

Era una tarde bastante calurosa en la ciudad. Magdalena se sentó en uno de los bancos de aquel parque, miraba el transitar de la gente mientras corría el tiempo. Su lisa cabellera, de color azabache, era delicadamente movida hacia los lados por la brisa que llegaba de cuando en cuando. Poseía una mirada triste, como perdida entre sus pensamientos y sus sueños. Se quedaba viendo las pequeñas piedras que se metían en las hendiduras de sus zapatos, también miraba el vestido de polvo que usa siempre el suelo bajo sus pies, la carrera descomunal de las hormigas que buscan comida y el charco de agua que lleva consigo flotando una pequeña hoja de árbol. Pequeñas cosas, tal vez “insignificantes” pero las mismas ocupaban su atención. De repente, una ola de aves voló por encima de su cabeza, ella pudo escuchar los aleteos como grandes tambores que se concentraban en sus oídos, siguió con la vista el trayecto de aquellos pájaros que volaban al cielo, sonrió levemente y poco a poco fue bajando su mirada hacia la línea del horizonte y allí la vio, caminando con un grupo de compañeras, charlando y riendo, iba su maestra de ciencias.

Esta maestra, en su escuela secundaria, era la más popular de todos. Su gran carisma, generosidad y simpatía hacía que se ganara a cualquier persona, desde los directivos hasta los padres y representantes, sin dejar de lado a los alumnos que veían en ella una especie de modelo a seguir. Tenía una sonrisa que iluminaba, jamás esta maestra pasaba desapercibida así no hablara, su porte magnético y su juventud resaltaba. Quien hablara con ella cinco minutos ya decía que era una gran persona. Tenía una bella cabellera ondulada, estatura media y sus ojos color café. A todos siempre trató con cordialidad y nunca se recibió queja alguna sobre ella.

Magdalena la admiraba como a nadie, desde el fondo de su corazón quería ser como ella. Su maestra se convirtió en un modelo a seguir. Quería estar cerca, deseaba tanto que fuese su amiga, la mejor de sus amigas, quería contarle sus cosas, charlar como si se conocieran de toda la vida. Quería ser así de inteligente, así de carismática, segura de sí misma, alguien que fuera un centro de atención debido a su increíble personalidad. En pocas palabras, la maestra de ciencias era su ídolo.
Entonces creó una estrategia, decidió acercarse y conversar con ella, pero no siempre le resultaba y Magdalena terminaba un poco triste. Un día se le ocurrió hacerle un regalo, así compró unos bellos aretes que en el momento oportuno le hizo llegar, pero nada, no estaba resultando puesto que aún no hablaban como las mejores amigas que Magdalena tanto soñaba. Y así pasó el tiempo. No importaba qué hiciera, la maestra seguía siendo eso… su maestra.

Y allí estaba, sentada en ese banco de aquel parque, mirando a lo lejos a la maestra conversando con las amigas de su edad. Magdalena era joven, muy joven, y no comprendía ciertas cosas de la vida. Para ella la maestra era “su mejor amiga”, pero para su maestra, ella como el resto de sus compañeros, era parte del alumnado de la escuela. Su mirada se volcó triste y perdida.
Fue entonces cuando comenzó a observar a un grupo de pajarillos que yacían cerca de ella. Divisó a un ave mayor y un par de aves más jóvenes, la mayor se acercó al charco de agua que estaba muy cerca de Magdalena, tomó y regresó con el grupo de los más jóvenes. La chica se dio cuenta, o presumió, que aquella ave les estaba enseñando que de ahí podían beber para saciar su sed, y entonces las aves más jóvenes fueron a beber agua como lo había hecho la mayor de ellos. Después de eso, saltaron de aquí para allá un rato más. Magdalena muy emocionada creyó que lo que estaba viendo era una familia, que siempre estaban y estarían juntos. Veía cómo las aves más jóvenes eran guiadas por la mayor, aprendían de ella pues era el modelo a seguir. Sin embargo, después de un rato el ave mayor salió volando, Magdalena la siguió con su mirada pero se perdió entre algunos arbustos. Regresó su mirada cerca del charco y aún las aves más jóvenes estaban allí, entonces les dijo:
- ¡Deben irse! ¡Ella ya se fue y deben seguirla! -.
Pero las pequeñas aves no se movían. Magdalena se preocupó mucho, pensaba que aquellos pajarillos se iban a perder, pensaba qué sería de ellos ahora que quién los cuidaba ya se había ido.
Entonces divisó que otros pajarillos llegaron al charco y ellos les mostraron que podían beber para saciar su sed, exactamente como el ave mayor les había enseñado a ellos minutos antes. Magdalena quedó deslumbrada por tal espectáculo. Un rato más todos se separaron, tomaron su camino cada quién por su lado.
La chica seguía sentada en el banco. Subió nuevamente la mirada al horizonte y vio que su maestra ya se despedía del resto de sus amigas, entonces comprendió…

Llegamos a la vida para recorrer distintos caminos. A veces nos vamos a topar con ciertas personas que admiraremos por su valentía, coraje, dedicación o alguna otra cosa que nos parezca excelente en ellas, vamos a querer seguir sus pasos pues así, si incorporamos esa actitud en nosotros, podemos vernos a nosotros mismos como -seres mejorados-. Pero esa visión de lo que queremos ver -mejor- en nosotros, va depender directamente de nuestra personalidad.
Esa ave mayor llegó a la vida de las más jóvenes y les enseñó algo importante, pero luego se alejó porque debía continuar su camino, pues cada uno tiene su camino particularmente definido, por ello no es bueno aferrarse a alguien o un sitio, lo verdaderamente importante es valorar la enseñanza de esa persona o la posibilidad que nos dio estar en ese lugar, más no se debe permitir que se estanque el desarrollo personal de cada quién.

Magdalena comprendió que lo más importante no era agradarle a la maestra hasta el punto de llamarle “mejor amiga”, sino valorar haberse topado con esta persona en la vida y aprender de ella lo necesario. Sonrió entonces y una brisa chocó con su rostro, pero no era cualquier brisa era una que le daba aires de libertad, ya no era presa de su creencia, del cómo “deberían” ser las cosas sino que pudo ver el cómo eran de verdad, y eso llenó de calma aquel instante. Se sintió contenta, se sintió feliz.
Miró al cielo, era hermoso aquel azul y aquellas nubes también lo eran. Respiró profundamente y el oxigeno lleno su cuerpo de energía renovada. Nuevamente volaron pájaros sobre su cabeza y ella se sintió como aquellas aves: totalmente libre. Y voló en sueños, voló así mismo, voló como aquellos pájaros en el cielo…

18/04/09 07:52 p.m.
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miércoles, 25 de marzo de 2009

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A la caída del sol

041. A la caída del sol. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Había pasado en aquel cuarto mucho tiempo de su vida, convirtiéndose así en su refugio, en ese sitio donde podía estar a solas consigo misma y pensar en tantas cosas, cosas que muchas veces la dejaban mal, la llenaban de tristeza, de nostalgia... de dolor.
Cualquiera pensaría que ese sitio se trataba de su habitación, y en cierta forma lo era, pero allí no había ninguna cama, tampoco su ropa, zapatos ni nada parecido, aunque era un lugar espacioso. En medio yacía reposando un muy cuidado piano, de esos que parecen una reliquia única en el mundo. Más allá, con vista directa a la única ventana que tenía aquel sitio, se encontraba un sillón bastante cómodo aunque viejo, junto a dos pequeñas almohadillas y una colcha. No se podía decir mucho de las paredes, no tenían casi nada de adornos y su color era uniforme. También se visualizaba un espejo junto a una mesita con dos gavetas bien cerradas. Nada más.
Al atardecer se abría la puerta como de costumbre, suavemente y sin mucho ruido. Ella entraba al cuarto y ni siquiera se sentían sus pasos, tal vez eran muy livianos o quizás el enorme silencio que había allí hacía demasiado ruido. Entonces se detenía junto al piano mientras la luz cesaba. Se sentaba y sus delicadas manos volaban por encima del teclado, sus yemas tocaban aquel liso borde y presionaban una y otra vez, la melodía salía volando e inundaba todo el espacio, llenando el entorno delicadamente de esa nostalgia que te aprieta el alma. Tocaba muy bien, o por lo menos eso le decían, más en estos atardeceres mientras el sol cae ella toca tristes canciones, de esas que te ponen más triste aún, melancólicas... tal vez así era ella, un alma llamada melancolía.
Tocaba y tocaba mientras el sol se alejaba, y mientras más se alejaba más triste parecía aquel sonido. Así decían sus vecinos.
A la caída del sol ella toca, al cese de la luz y al comienzo de las sombras. Cerraba sus ojos mientras se perdía en aquella escena, mientras la luz en el suelo se hacía poca, cuando la iluminación de la habitación ya no era tanta. Aquello era como mágico, sus dedos se conectaban al movimiento del sol, y su melodía a la luz dentro del cuarto.
Y cuando el sol desaparecía por completo ella dejaba de tocar, se quedaba muy quieta pensando y en medio de aquella oscuridad. La ventana era iluminada por los destellos de la luna. Se levantaba de su banco y caminaba un poco hacia el sillón, se sentaba y comenzaba a sentir el frío de la noche. Se acurrucaba entonces y se abrigaba con la colcha. Muy quieta, tranquila, silente. Y en ese juego de luces y sombras, silencios y ruidos ella pensaba en su vida y en lo que había sido... luego lloraba, lloraba lo perdido.

25/03/09 08:57 p.m.
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miércoles, 18 de marzo de 2009

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Ángel

040. Ángel. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Aquellos días que parecen más comunes, son los días que terminan siendo lo contrario. El sonido del viento meciendo unas hojas es único, y al mismo tiempo común. El canto de un pajarillo posado en un árbol es algo que puede catalogarse como “ordinario”, pero no siempre lo que parece ordinario es tal. Incluso lo más simple tiene profundidad, y lo más profundo puede ser tocado por la luz.

Por y para ti, apreciado Josep...

* * *

Aquella calle es una de las más tranquilas de la zona. En una esquina yace el abasto de Don Pepe, allí puedes encontrar todo lo necesario para llenar tu despensa. A Pepe lo caracteriza su sentido del humor y su risa contagiosa. A sus clientes les encanta conversar con él, más que todo cuando se encuentra debajo del árbol que está casi frente a la entrada de su establecimiento. Él dice que no hay mejor sitio para conversar pues llega viento fresco a todas horas.

Un día como cualquier otro, se posó una pequeña ave en las ramas de aquel árbol. Cantaba sin cesar y Don Pepe se quedaba escuchando aquel concierto. Más de uno de los clientes hizo lo mismo, les parecía bonito su canto. Y así pasaron varios días hasta que de repente volvió el silencio, sin embargo el ave seguía ahí en la rama, se movía de cuando en cuando más no cantaba y su cabecita yacía sutilmente inclinada, como si estuviera viendo alguna cosa hacia uno de los lados.

En un momento dado Pepe se quedó absorto en aquella escena, hasta que Ángel, uno de sus clientes, lo hizo despertar al saludarlo. Conversaron un poco y luego el viejo le comentó lo que sucedía con el ave.

- Me gustaría colocarle algo de comida, tal vez se trate de debilidad, no lo sé. Me gusta como canta ese pajarillo, y por alguna razón siento que le pasa algo -. Le dijo.

Ciertamente el viejo Pepe no podría alcanzar aquella rama por sí mismo, y temía enviar a algún chico por miedo que se lastimara al tratar de subir. No pasó mucho para cuando Pepe y Ángel se despidieron, cerraría temprano el abasto pues tenía un compromiso familiar y así ambos se alejaron.

Por alguna razón, Ángel se quedó pensando en aquella avecilla. Él era un joven con bastante destreza, estaba casi seguro que él sí podría subir hasta aquella rama pero había un problema, ya Don Pepe se había ido y no abriría el abasto en todo el fin de semana, así que no tenía sentido volver al lugar donde estaba el ave. Decidió concentrarse entonces en su trabajo, tenía varios encargos que realizar, era un Ilustrador muy hábil aunque lo que de verdad quería era convertirse en Pintor. Durante un rato estuvo entretenido en lo que hacía, pero volvió a recordar al ave y tomó su abrigo rumbo a la calle del abasto. Se hacía tarde y un viento frío acechaba.

« ¿Pero qué estoy haciendo? Debería regresar a casa... No, siento el impulso de ir hasta allá y es lo que haré... ». Pensó.
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martes, 17 de marzo de 2009

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Gira-Sol

039. Gira-Sol. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Este ha sido un día muy lluvioso en la ciudad. Puedes respirar el frío. Esta manta gruesa sobre mi cuerpo me ayuda a no titiritar, aunque mi alma es todo un temblor ahora. Estoy sola entre estas cuatro paredes, con un mundo desordenado en la cabeza, con un tráfico terrible de ideas que no van ni vienen de alguna parte, y ni siquiera sé si realmente son ideas o si serán voces que me atormentan. Olvidé quién soy pues lo que en este momento soy, no es lo que los demás acostumbran a ver, así que digamos que me perdí entre nubes grises, entre rayos y centellas cuando la lluvia llegó.
Mi madre me hizo llamar Sol, porque decía que eso era yo para ella... un Sol. Ya conocen cómo son las madres con sus hijos. Aunque mi padre también me decía lo mismo a veces. Recuerdo que cuando jugaba con él, cuando era pequeña, me tomaba entre sus brazos y comenzaba a girar sobre sí mismo, era entonces cuando me decía: “Gira... Gira... ¡Eso!”. Mi padre siempre fue tan atento, tan divertido y siempre un gran sabio, todo el tiempo tenía las palabras más adecuadas para mí.
Un día fuimos a comprar flores para mi mamá, sería su cumpleaños y mi padre le daría una sorpresa, me decía que nada mejor que regalar rosas para la rosa más bella del mundo. Sin embargo, a mí me gustó otra flor, no dejé de mirarla ni un instante.
- ¡Listo! Ya tengo el mejor regalo para mi rosa, que es la rosa más bella y sutil que nació una madrugada de abril...-.
Fue entonces cuando se acercó a mí.
- ¿Te gusta? -. Me preguntó.
- Es la más linda...-. Él se sonrió.
- Se llama Girasol -. Me dijo. Luego nos fuimos a casa.
Días después jugamos a dar giros nuevamente, lo escuché decir: “Gira... Gira... ¡Gira Sol! ¡Eso!”. Al final nos sentamos un rato.
- Papá... -.
- ¿Si? -.
- Cuando estábamos jugando me decías que girara, y me di cuenta que cuando uniste Gira y mi nombre quedaba como el nombre de aquella flor que vimos: GiraSol -.
- Fíjate que es verdad y no me había dado cuenta -. Y se echo a reír.
- ¿Qué significa ese nombre? -. Le pregunté.
- Bueno el nombre viene de girar y sol, por la propiedad que tiene la flor de irse volviendo hacia el sol -.
- ¿Eso será como lo que yo hago? -.
- ¿Cómo? ¿Qué es lo que tú haces? -. Me preguntó extrañado.
- Giro contigo y miro hacia el cielo, es cuando el viento y los rayos de luces del sol acarician mi rostro... además me siento muy feliz y me hace sonreír -. Le expliqué.
- Es algo así mi Sol -. Se sonrió y acarició mis cabellos. - Eres mi GiraSol, una flor muy bella que busca la Luz y me trae muchas bendiciones, y no solamente “giras al sol” sino que tú también eres un Sol. Recuérdalo siempre... -.
No entendí del todo sus palabras en aquella ocasión, sabía que me llamaba Sol pero que fuera un Sol como tal no me creía porque no irradiaba luz.
Años después vi a mi padre muy enfermo, aquello era terrible. Un día me dijo que toda la vida yo había sido su Sol, que la luz que irradiaban mis ojos fue lo que a él le permitió superar los peores obstáculos que tuvo la familia. Se llenaron mis ojos de dolor y llanto, nunca creí y nunca he creído que pueda ser una luz para alguien pero ese día sus palabras calaron tan fuerte y tan hondo en mi alma que parecía se estuviesen escribiendo a fuego, también sabía que aquello era su despedida y así me dejó sola.
Hoy me siento terrible. El frío congela mis entrañas. Ha pasado algún tiempo ya desde que él no está conmigo, y ahora me hace tanta falta que creo que si estuviera para dedicarme unas palabras mi alma no estaría congelada. Lo peor es que no tengo a nadie a quien acudir, ayer estuve esperando las palabras necesarias pero no llegaron. Creí que si no había un conocido que con sus palabras pudieran guiar mi camino, entonces tal vez algún extraño mencionaría lo que tanto necesitaba escuchar pero ninguna cosa pasó. He tenido las palabras adecuadas para otras personas, pero no las tengo para mí misma. Intento girar al sol como lo hacía cuando era niña y no alcanzo a verlo. Miro a la ventana y el agua de la lluvia se escurre sobre ella.
No hay nadie más en estas cuatro paredes y es ahora cuando más necesito de alguien. El silencio prevalece pero de vez en cuando los truenos salen o entran a mi cabeza. ¿Cómo alguien que para el mundo es fuerte, ahora yace en el piso agonizando de frío? Me gustaría acurrucarme en los brazos de mi padre, tal vez él tampoco tendría la respuesta que tanto necesito pero, por lo menos, sentiría algo cálido del cual apoyarme entre tanto frío. Él me dijo un día que yo era un Sol, y tal vez lo fui aunque no estoy segura, pero aseguro que en este momento no lo soy, no tengo forma de brillar además de que los eclipses también existen, creo que estoy viviendo en uno. Intento ser entonces como el Girasol que busca la luz, pero tampoco la encuentro.

Aquí yace el ocaso de Sol,
no sabía que el sol lloraba pero sí lo hacía yo,
aquí se riega con las lágrimas de Sol
tal vez algo bueno resulte a la cosecha,
tal vez Sol levante su manto de tristeza.
El eclipse transformó al sol
y le impidió iluminarme como cuando giraba,
cuando volvía mi rostro al viento y a la luz,
cuando al son de un “Gira y Gira” me volví Gira-Sol.
Hoy le digo al sol que gire hacia mí
pues pareciera que rehúye a mi presencia,
lo he buscado, lo he soñado y esperado...
sol-Gira pues ya no aguanto...
ya no aguanto este frío...
ya no aguanto, regresa conmigo...


28/02/09 11:23 p.m. - 11:31 p.m. - 11:40 p.m.
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Las Voces de la Nación

038. Las Voces de la Nación. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Mi nombre es Tulio Alcántara, soy un comunicador social e investigador independiente. Escribo mi primer libro que se llamará “Las Voces de la Nación”. Acá contaré cientos de verdades que he encontrado al remover millones de centímetros de mentiras hechas ladrillo y concreto.
No sé si mi vida pueda alcanzar para gritar todas las cosas que se deben conocer, todas las cosas que la gente debe saber, pero hoy daré el primer paso y espero que algún día mi voz se una con todas aquellas voces, que como la mía, gritan pidiendo verdadera Justicia, Respeto y Valor para la Humanidad, porque es eso lo que pedimos nosotros “Las Voces de la Nación”.
En este primer capitulo hablaremos de nuestros servidores públicos, ¿En manos de quiénes reside nuestra seguridad? En la de ellos...

Caso 1 - El Militar:

Hace algunos meses atrás, cuando realizaba una investigación, me encontré con el caso de un joven militar que había ingresado al Hospital Central. Venía herido con arma de fuego y se rumoraba que había llegado con signos vitales. Sin embargo, cuando un familiar llegó para saber de su estado tuvo que mirar debajo de una sabana azul que alguien en una camilla tenía encima. Era él, un chico con veinte años apenas y un agujero en su cabeza, el cuerpo inerte estaba frío muestra de que hacía mucho tiempo aquella muerte se había producido. Entre compañeros y superiores dijeron que aquello había sido un accidente al estar en pleno entrenamiento, una práctica de campo. Más aquello no era una respuesta lógica al comprobar que el chico había sido ingresado en pantalones cortos y sobre una colchoneta temprano en la mañana. Cuando un amigo cercano al chico pidió hablar con un superior inmediato sobre el caso, no hubo respuesta y sólo se le dijo que tales preguntas debían hacerlas los padres y no terceras personas. Quedaron muchas preguntas por resolver y decenas de comentarios en torno a la hipótesis de venganza por parte de un compañero militar mientras el joven dormía.

Caso 2 - La Alcabala:

El Señor Pérez salió un día junto a un amigo en su automóvil. Lejos de casa se topó con una alcabala y los servidores públicos solicitaron sus papeles, Pérez había dejado olvidado uno de los mismos en casa y se lo informó oportunamente a uno de ellos. Tal hecho provocó que le quitaran su automóvil y una grúa lo trasladara a otro sitio. El Señor Pérez pensó que la situación no era para tanto, sin embargo, no quería más problemas de los que ya tenía así que se fue a casa a buscar lo que necesitaba para posteriormente gestionar la salida de su automóvil de aquel estacionamiento. Pero al llegar se encontraron con la “sorpresa” de que el auto no estaba allí, “nunca” se confiscó. Así que de buenas a primeras el carro desapareció. Hasta que de tanto buscar y buscar lo encontró pero en manos de un funcionario de rango medio, resultaba que el auto le había gustado y se lo quedó para él. Tal cosa desató la furia del Señor Pérez quien denunció la irregularidad, contó con el apoyo del amigo y su declaración, el funcionario fue sancionado con una suspensión y se le devolvió el carro a su dueño legítimo. Una semana después el Señor Pérez fue encontrado muerto, y días posteriores aparecería el cadáver de su amigo con una bala en la cabeza.
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domingo, 18 de enero de 2009

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Con el corazón en otro país

037. Con el corazón en otro país. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

El Amor es una de las maravillas del mundo, de hecho, creo que es la principal de todas. Él une lazos de manera insospechable, crea puentes “imposibles” de edificar y trae a la realidad los sueños más fantásticos. El verdadero Amor no está limitado por tiempo ni espacio, y aparece cuando menos esperas y en quien menos lo crees. Autónomo entre autónomos así es el Amor, así es el Corazón…

Por y para ti, mi apreciadísima amiga Olga Balvidares, un gran abrazo para todos los amigos de la Argentina.

* * *

Rodeada de un hermoso paisaje ella le sonreía al viento. Había decidido realizar un pequeño viaje fuera de la ciudad para despegarse del estrés que le causaba el tráfico y el bullicio, así como el montón de trabajo que le esperaba aún en la oficina. Pero aquel era un momento de paz y tranquilidad, no recordaba el papeleo urgente que tenía pendiente, las llamadas que debía contestar pronto ni las deudas que se acumulaban. Este era un momento sólo para ella. Se sentía libre. En un instante dado se puso a pensar en cosas agradables, en helado de chocolate que tanto quería, recordó que tenía bastante sin comer frutas, se le antojaba unas fresas aunque durazno también podía servir. Se reía de las cosas graciosas que recordaba. En un momento sus ojos se movieron como intentando recordar otro episodio de algo, así estuvo un rato hasta que se asomó en sus rostro una leve sonrisa, pero no era cualquier sonrisa, era especial. Suspiró y cerró sus ojos mientras el viento chocaba sutilmente su rostro.

Más tarde de regreso a casa, se quitó los zapatos y se fue directo a los papeles que debía revisar para la mañana siguiente, había sido agradable la tarde pero al volver a su casa tenía que enfrentar su realidad. Preparó café y pensó un rato. Fue al computador y chequeo si había algún mail nuevo, se conectó al chat y habló otro rato con algunos amigos y colegas. Entre ellos estaba Josue, un hombre con un trato agradable.

Penélope, que así se llamaba nuestra amiga, tenía muchos planes y proyectos, deseaba mejorar su condición actual y trabajaba mucho por ello pero no veía los resultados que tanto quería. Fue entonces cuando decidió dar otro paso en la búsqueda de sus sueños, dejaría su país Argentina e iría a España, buscando mejores condiciones y aquello le parecía muy prometedor. La tranquilidad de la tarde le había dado las fuerzas necesarias para embarcarse en ese nuevo rumbo que estaba apunto de tomar.

No pasó mucho para cuando renunció a su trabajo y viajó. Allí comenzó nuevamente, pero al poco tiempo de llegar se le detectó un cáncer de mama. Sería operada a finales del año en un Hospital de Murcia.

Antes de que este episodio tocara su vida, conoció a ese hombre agradable llamado Josue. Las vivencias con él fueron numerosas y le enseñó cosas que ella no sabía como superación, motivación, autoayuda al leer los diversos libros y audios que él le compartía. Bastaron unos pocos meses para enamorarse de él por completo. Lo primero que amó fue su voz, su decir. Además, él estuvo a su lado durante todo el proceso de operación y curación apoyándole incondicionalmente.

Las vivencias para Penélope serían muchas, las cuales quedarían marcadas con fuego en su vida y corazón.

Al momento de regresar a su país, habló sinceramente con Josue expresándole lo más profundo de sus sentimientos. Ella quería que él supiera lo que sentía.

Una noche en su casa, ya en su amada Argentina, se sentó frente al computador e inspirada por sus sentimientos ella escribió:

“La distancia no mata el amor, lo fortalece. Yo no sé si él me ama como yo lo amo, pero que no sea así, no quiere decir que no me ame…”

Sonreía con una hermosa luz brillando en sus ojos. Recordaba los momentos junto a él.

Ellos aún siguen juntos, tal vez no físicamente pero sí a través de la gran red de redes: Internet. Él ha marcado profunda e indeleblemente su vida. Y ahora ella vive… con el corazón en otro país…

(Basado en hechos de la vida real)

18/01/09 05:44 p.m. - 05:55 p.m.
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El Amor... El Magno Poder

036. El Amor... El Magno Poder. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

¿Alguna vez has escuchado la frase: “Se acabó el amor”? Es fácil asimilar lo que se quiere expresar con ella porque desafortunadamente se ha vuelto cotidiana, entonces la interpretamos en el sentido en que se pronunció. Sin embargo, ¿Esto será posible? Para ello te invito a preguntarte primero si el amor es algo “tangible”, si es algo que se puede “medir” o si se puede usar en él algún sistema de medida, si pesa tantos kilos o si hablamos de metros o kilómetros. Me digo que si pesa muchos kilos el amor puede catalogarse como “pesado” ¿no?, o si mide kilómetros ¿eso querrá decir que si recorro esos kilómetros al final ya no tendré amor? Cualquiera sea el caso, tendría un principio y un final predeterminado desde su comienzo.
Les pregunto a todas las personas que aman o han amado si ese sentir puede ser expresado a cabalidad con palabras, si se puede describir y si pueden saber hasta “dónde” llega su amor o “cuánto” mide. No he encontrado a nadie que responda eso, ¿Usted podría?
Hasta este momento, todo lo que tiene que ver con emociones y sentimientos no pueden ser medidos porque no son algo “tangible”, mucho menos el amor para el cual se dice: “Las palabras sobran”. El centro de todo este preámbulo reside en que el Amor está muy por fuera de todo razonamiento mental, por tanto con él no pueden ser usadas técnicas de medición alguna lo que nos lleva a que el amor “no puede acabarse”, más esto no quiere decir que el mismo no pueda ser -transformado-.
El Amor es energía pura en movimiento, por tanto no tiene inicio y no tiene fin simplemente se transforma. Pero si esto es así, ¿Dónde estuvo -eso- que ahora siento antes de que “naciera”? Todo el Amor que has sentido ha “nacido” dentro de ti, en realidad ha estado todo el tiempo allí es sólo que ahora lo has expresado y gracias a eso has generado más y más amor, gracias a la generosidad de ese sentimiento.
El Kybalión expresa que el amor y el odio son los polos de una misma cosa, distintos grados. Para entender esto debemos imaginar un termómetro, donde arriba y en mayor grado reside el amor y hacia abajo el odio tendiendo a lo frío. ¿Se podría decir que a nivel medio puede estar la indiferencia? Puede ser…
Ahora, nuestro cometido no es profundizar sobre las distintas ideologías respecto al amor, sino enfatizar que el mismo está muy por fuera de ser “medido” y que para entenderlo no puedes usar el razonamiento mental, así de simple.
Después de toda esta importantísima introducción, vamos a referirnos al tema central que nos trae hasta aquí, el hecho de que hay personas que creen que no pueden compartir su amor con más nadie porque puede “acabarse”.
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lunes, 15 de diciembre de 2008

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Yo tenía un amigo

035. Yo tenía un amigo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Releyendo el libro de mi vida encuentro páginas muy hermosas de cuando yo tenía un amigo, una persona que me mostró su apoyo y su comprensión, con la cual pasé muchas horas de mi tiempo al transcurrir los meses, a quien le conté mis sueños y esperanzas, quien se río de mis chistes y con quien compartí más de alguna foto en aquel viejo álbum. Recuerdo el día que me habló de su casa en construcción, de la chica que le gustaba, de las dificultades de su vida académica y hasta de la sobreprotección que aún tenía de su madre. También sabía que no le agradaba leer pero leía los textos que le enviaba porque era mi amigo.
Les contaré algo más de él, era una persona especial pues podía verlo en sus ojos. Así mismo tenía sus manías y defectos como todos, pero siempre los dejé de lado porque creía que él “podía llegar a ser mejor”, sin embargo, luego de muchos años comprendo que lo que yo pensaba era que él “debía cambiar” y que “iba hacerlo”.
Durante años esquivé mi mirada cuando salía a flote alguno de sus defectos, sus rabietas, o su mala actitud y en esos instantes me concentraba en lo que me agradaba de él. Cuando me respondía de una manera brusca me entristecía y me enojaba pero luego pensaba en los buenos momentos, de alguna manera negaba la realidad diciéndome que no eran tan rudas como parecían sus palabras. Me dije eso una y otra vez… por años.
Sin embargo, amigo mío, hoy debo confesarte que siempre creí que “debías ser mejor”, que habían cosas de ti que “debías cambiar”. Debo decirte que hasta último momento vi algo especial en tus ojos, y que aún vive en mí tus gestos de cariño, que me hubiese gustado ver tu casa concluida y en tu vida siendo feliz con la persona indicada. También debo agregar que hubo palabras tuyas que me hirieron mucho, y que en más de una ocasión lloré la perdida de tu amistad como aquel día que te pedí alejarnos, fue el peor de todos, lloré en el hombro de otra persona y me sentía muy tonta para serte franca, me sentía así porque tú no sabías y seguramente no sabrás la magnitud de lo que significaba tu amistad para mí. Pero, mi apreciado amigo hay ciclos que se deben cerrar, este es uno de ellos. Nos alejamos hoy porque ninguno de los dos se merece palabras rudas, y eso era lo que en los últimos tiempos nos sobraba.
Una de las más hermosas actitudes que los seres humanos poseen es la Compasión, intentamos hacer lo que podamos por alguien que no está de suerte, más que todo cuando sentimos cariño por la persona, sin embargo el exceso puede llegar a cegarnos hasta tal punto que aceptamos sus malas actitudes ante nuestras buenas acciones, y si esto se alarga por años la costumbre puede hacernos creer que “debemos” aceptar sus malas actitudes sin chistar por el simple hecho de que las malas actitudes vienen de alguien que queremos, amamos o nos ha enseñado algo. Repentinamente nos convertimos en esclavos, esclavos de nosotros mismos porque no nos permitimos detener la situación como deberíamos hacer, sencillamente porque se trata de alguien que apreciamos durante mucho tiempo y lo que es peor es que nos ponemos a recordar el tiempo pasado, todo lo bueno, llegándonos a sentir como que somos nosotros los que fallamos si hacemos algo al respecto.
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miércoles, 15 de octubre de 2008

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Detrás de un te amo

034. Detrás de un te amo. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Es difícil sacar la cuenta de cuántas palabras he llegado a escribirte a lo largo de este tiempo. Lo único que podría asegurar es que han sido cientos de palabras nacidas del amor más profundo que pueda sentir. Son tantas las cosas que te he dicho en todas mis cartas, y seguramente he repetido un gran porcentaje de todas esas frases pero igual cada vez que te escribo es como si fuera la primera vez, cada palabra está llena de amor y energía renovada.

De entre tantas palabras, me pregunto, ¿en alguna de mis cartas he mencionado que te amo? Creo que lo he dicho en más de una, pero hoy quisiera descifrarte esa frase: Te Amo, pues ella es como una cajita con muchísimas cosas por dentro.

Parece fuera de lugar que quiera explicar lo que traduce un te amo, ¿y es que alguna persona podría? No lo sé amor, pero yo necesito decirte tantas cosas y sé que las mismas no pueden definir ni mucho menos dar un concepto de aquella frase porque para conceptos y análisis está la razón y no el corazón. Yo tan sólo tengo la gran necesidad de comunicarme contigo y hablarte al oído para decirte lo que siento amor.

¿Sabias que eres el regalo más grande que he recibido, y que has convertido en una maravilla cada día de mi vida? Pues eso eres para mí, el mejor regalo de la vida, y he intentado la manera de decírtelo todo el tiempo y la única frase que iguala esa idea es cuando te digo que te amo.

Todas las veces que lo menciono es cuando más cerca me siento de ti porque mi alma se libera de este cuerpo y va en tu búsqueda, pues mi alma no quiere otra cosa que unirse a la tuya, estar tan cerca de ti que nos volvamos sólo uno y eso es posible cuando te expreso lo que llevo en mi pecho, ese caudal infinito de amor que yace allí por ti y para ti. Quisiera poder estar allí contigo, abrazarte y besarte con mucho amor. Quiero decirte que aquí estoy, que cuentas con mi apoyo y mi comprensión. Yo quiero ser el refugio donde te resguardas cuando sientes miedo, cuando estás cansado, o cuando tan sólo necesitas caricias y los besos de mis labios.

También te digo a través de un te amo, que mi anhelo de tu presencia es inmenso. Que todas las luces del cielo me recuerdan tu rostro y cuando ellas parpadean es cuando más sonrío porque te veo iluminándome con tu luz. La misma luz cálida y suave que percibo de tu mirada, mirada que me envuelve por completo.

Tú eres la otra mitad de mi corazón, mi par, mi complemento… Mi necesidad de ti es mucha. Mi corazón palpita tu nombre todo el tiempo. Eres tú lo primero que pienso y lo último que recuerdo en cada día. En mi mente tan sólo estás tú. Mis ojos se iluminan al verte y mi ser se emociona al escuchar tu voz, así es mi querido amor.

¿Cuánto falta para que tus ojos se encuentren con los míos? No lo sé, pero te siento tan cerca ahora mismo que el tiempo ya no importa. Estás adherido a mi alma, si doy un paso entonces tú también avanzas conmigo. Cuánto bien me has hecho a lo largo del camino. Te amo… ¡cuánto te amo!
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domingo, 17 de agosto de 2008

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Trazos de Amistad

033. Trazos de Amistad. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Cuando era niña, y estudiaba en aquella escuela, no logré hacer muchos amigos. Quienes me acompañaban en cada clase tan sólo eran mis compañeros. Recuerdo haber sido siempre tímida y reservada, podía permanecer en absoluto silencio mucho rato sin problemas. Por lo general, siempre estaba sola en el tiempo de recreo, a menos que una amiguita me instara de alguna manera para acompañarla hasta la cerca detrás de las aulas donde su madre le esperaba con el desayuno.
Esa niña de la que hablo se podría decir que fue mi primera amiguita. No recuerdo a qué jugábamos en recreo, pero sé que no corría como ahora lo hacen los niños. La mayor diversión era jugar en casa con mis primos, pero la escuela era otra cosa. Cuando terminó el primero de primaria se acabó la amistad porque luego la niña tenía otros amiguitos, y yo quedaba por fuera. Así ocurrió los siguientes años, por supuesto que hablaba a los niños pero no eran mis amiguitos.
Hubo un tiempo, más o menos de dos períodos académicos, donde el salón tenía una “elite”. Era ese tipo de grupos que se forman y sobresalen del resto, todos se les acercaban para hablarles y andar con ellos, y aunque el grupo elite les hablaba los otros no pertenecían a él y nunca lo harían. Recuerdo que tal grupo se desintegró el último año de primaria.
En el penúltimo año, conocí a otra amiguita. Claro que ella se la pasaba con otra compañera la mayoría del tiempo, pero eso poco importaba. El siguiente año volvimos a estudiar juntas y compartimos mucho, recuerdo que me explicó cómo jugar ajedrez incluso. En ese lapso hubo una situación que quedó grabada en mi mente, un día salimos al recreo pero yo no andaba con ella para ese momento. Luego de dar unas vueltas, me dio por regresar al aula de clases, mi amiga estaba cerca de la cantina y pocos niños yacían en la puerta del salón, llegué hasta un borde y me voltee. Al mirar hacia dentro se podían ver los primeros pupitres, mi amiga siempre se sentaba de primera y se podía visualizar su bolso, sin embargo para mi sorpresa otra compañera que se decía ser una gran amiga de esta niña estaba apunto de abrir furtivamente su bolso, quizás para revisarlo, no me atrevo asegurar otra cosa aunque el gesto de su rostro daba mucho que pensar. Cerca de la puerta, vigilando por si mi amiga se acercaba al salón, la otra gran amiga (desde el año pasado) riéndose, ella era la cómplice. Tan sólo las miré, al verme la otra niña cerró el bolso mientras se reía y salieron nuevamente al recreo. Me quedé en la puerta y mi amiguita no tardó mucho en aparecer, pensé en decirle lo que había visto: sus grandes amigas revisando su bolso furtivamente con no sé qué fin. Pero no le dije nada, creí que tan sólo lo vería como una broma más pues ellas eran sus mejores amigas, y yo me metería en problemas con aquellas dos así que preferí callar. La situación pudo haber pasado como una broma infantil pero para mí estaba presenciando la traición en una forma infantil, nunca confié en aquellas dos.
Con la graduación de primaria vino la separación. Sin embargo, siempre quise seguir estudiando con mi amiga y pedí irme a estudiar en su liceo, pero no se pudo. Le llamé por teléfono varias veces al correr de los años, perdí su número y por casualidad lo volví a encontrar. Tardé cinco años para volverle a ver.
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sábado, 2 de agosto de 2008

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Mi Amor

032. Mi Amor. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Si pudiera tenerte en este momento a mi lado seguramente querría abrazarte tanto que parecería que no deseo apartarme de ti, y en verdad es así. Me la paso soñándote a cada rato como si fueras el sueño mismo que va de la mano junto a mi mente, así de cercano eres a mis pensamientos, pero no se trata de un día o una hora en la que te sueño pues se trata de todo el tiempo, sea de mañana o quizás la tarde, tal vez la noche y su madrugada. Como ya dije, no representas un sueño más, tú representas el sueño mismo.

Veo caer la noche por mi ventana y pienso detenidamente cómo escribirte una carta, pero no me atrevo a plasmar nada pues no hay palabras que definan lo que siento, todo esto que tú me haces sentir, lo que soy cuando estoy contigo.

Mis palabras se traban en mi pecho y mi emoción se expresa en mis ojos, estos ojos que son las ventanas de mi alma la cual se llena de regocijo al sentir tu presencia, cuán dichosa me siento, cuánto amor yace acá en mi pecho.

Me refugio en la calidez de mi almohada, ésa misma que te representa cuando más necesito un abrazo tuyo. Me aferro a ella para que no se aparte de mí, para que tú no te apartes de mí porque quiero tenerte cerca siempre, aunque tan sólo sea mi almohada la ilusión de tu presencia. Alivio mi necesidad de ti visualizando tu rostro, creyendo que puedo tocarte si tan sólo extiendo un poco mi mano, estás a tan pocos centímetros de mí que puedo alcanzarte, que puedo estar contigo pues ya no hay nada que pueda separarme de ti.

Si miro al cielo puedo ver tu cara en la inmensidad, la tranquilidad de las nubes representa la paz que me traes siempre que te recuerdo y ese tono azul, qué lindo azul, es tu sonrisa que me fortalece y me da ánimos para continuar mi obstaculizado camino.

Y si es de noche, las estrellas que iluminan el cielo representan la luz que irradias y me ilumina, porque eres como el sol para esta pequeña luna, tú presencia es la calidez que me arrulla en los días tristes y me hace brillar aún más en mis días alegres. Tú mi leal compañero, siempre cerca de mí aunque estemos a grandes distancias o cuando estamos a un solo paso. Cuánto deseo de ti un abrazo. Cuánto anhelo de tus labios un beso.
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Cambios en el camino

031. Cambios en el camino. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Cuando llegué a esta casa me sentí la dueña y señora del espacio. La elegida para ocupar el puesto de mujer de la casa. Tu par o complemento. Lo primero que hice fue soñar visualizando adornos, momentos, cosas que deseaba llegaran con la unión tan maravillosa que vivíamos. No puedo decir que me equivoqué porque sí viví muchísimas cosas que quería. Sin embargo, veo las cortinas, los muebles y el resto del espacio que ahora está tan distante para mí, como si fuera la primera vez que los veo.

Me pediste recoger mis cosas temprano, se me hizo tarde así que por eso aún me encuentras aquí. Me pregunto, ¿Es que acaso querías evitar verme partir? ¿Tan poco te importo ya? Ja… ya no importa.

Todas mis cosas ya están empacadas y dentro de mi auto, ya acá no hay nada que me pertenezca, simplemente quería mirar el lugar completo una última vez. Tal vez mañana lo extrañe todo, o quizás no lo haga.

Hoy estuve recordando que te gustaban los besos cerca de la oreja y que te arrullara en mis brazos por la noche. Me pregunto si ella hará las mismas cosas. Si acaricia tu rostro muy despacito o si se queda a jugar con tus cabellos, o si es capaz de hablarte directo al corazón y conmoverlo como yo lo hacía. Si se sienta a tu lado en cada comida, aunque ella ya haya acabado su porción, sólo por el hecho de acompañarte. Me pregunto si aún posees la capacidad de ver lo que fuimos o si tan sólo yo veía esas cosas, si tan sólo a mí me importaban.
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domingo, 13 de julio de 2008

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Javier

030. Javier. Colección Despierta. Waldylei Yépez.doc

Cuando uno se sienta a escribir, por lo general, piensa en todas las ideas que, de alguna u otra forma, podrían llegar mucho más al lector. Se crea ese juego entre el ser creativo y el ser original, de donde nacen excelentes narraciones de los hechos de la vida o sobre ciencia ficción. Hoy no tengo ese interés en buscar en la imaginación, simplemente me remitiré a prestar mis manos para que las mismas les cuenten algo que para muchos pareciera provenir de la fantasía, mientras que para otros representa algo bastante real.

Hace dos noches me encontraba en mi PC, como de costumbre, y me llegó una noticia un poco alarmante sobre un hecho delictivo contra alguien que conozco. No hubo mucho detalle en ese momento, pero se dijeron algunas cosas que encendían la preocupación. El día de ayer una persona cercana al afectado, nos comentó un poco sobre el asunto dándonos más detalles de lo acaecido. Cierta parte de ese cuento me llamó poderosamente la atención, y es por ello que así comienza mi relato hoy…
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