miércoles, 4 de enero de 2006

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Nosotros

Deja que entre a tu vida,
que entre como el alba a la alcoba,
así despacito sin que nos demos cuenta,
lento como a veces pasan las horas,
pero especial como una noche estrellada,
y en silencio como la madrugada.

No hables aún, no digas nada
sólo escucha el latir,
mira lo que nadie más ha visto,
mira cuánto te necesito.

- Tanto como yo, te necesito,
ahora aquí mismo quiero tenerte,
tomarte por la cintura y acercarme a tu boca,
tomar de ella la dulzura de tus labios rosa.
Explorar las ondas de tu cabello,
navegar en cada poro de tu cuerpo.
Sedúceme con caricias que son arte,
con cuerpo y mente quiero amarte.

Mi corazón al desnudo pongo,
mientras mi piel anhela tus manos
que me tocan con tal delicadeza
en hombros, rostro y cabeza.

- Tengo celos, mucho celos del sol
que siempre anda rozando tu piel,
además envidio al agua
que toca más allá que tu mirada.

También siento celos de la luna lunera,
ella está contigo cada noche,
puede velar cada uno de tus sueños
mientras duermes en sus brazos.
Quiero ser la rosa roja que admiras,
y que sólo a mí me veas
como yo sólo a ti veo.

- Única en el mundo tú eres.
Hay distintas clases de rosas,
pero tú eres diferente,
y eres sólo mía, eres mi rosa.

Quiero besarte y abrazarte,
ser solamente uno,
ser sólo "nosotros"
con absoluto respeto,
con total entrega y lealtad,
con amor profundo y confianza,
con la verdad en una gran alianza.

Nosotros.
- Nosotros.
Por siempre tú y yo.
- Por siempre te quiero.
* Por siempre nosotros.



Waldylei Yépez



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04/01/06 08:16 p.m. - 09:00 p.m.
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martes, 3 de enero de 2006

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Te Quiero

Antes de ver el amanecer quise escribirte un par de palabras.
Viajé miles de años luz para pedir prestada la iluminación del sol,
le pedí su soledad a la luna, el rocío de las nubes,
el perfume a las flores, la pasión de las rosas,
las letras a mi mente, y de mi vida el alma.
Quise juntar cosas importantes para tratar de escribir
lo más importante del mundo, por lo menos, de mi mundo.
Hace mucho que mi latir tiene nombre y ritmo propio,
y es por eso que hoy me atreví a escribirte sin tratar de plasmar mi corazón,
pero ha sido en vano, él se desborda con cada palabra,
y con cada imagen tuya que viene a mi mente.
Mi soledad ha sido acompañada por mi silencio desde siempre
porque pensaba que era preferible callar antes que exponer mi corazón al mundo… a ti,
tenía miedo de lo que pudieses pensar o sentir, y aún lo tengo,
pero más miedo me da pensar que nunca intenté nada.
Ahora estoy dudando de si deba hacerte llegar estas letras,
quizás deba hacer que lleguen a ti por aparente accidente,
pero sé que el accidente me ha ocurrido a mí.
Hoy quiero decirte tantas cosas, pero lo que no pueda decir aquí
quiero hacerlo en persona, quiero ofrecerte lo mejor de mí.
Quiero estar cerquita de ti como el chocolate a tus labios,
rozar con delicadeza tu piel, tu rostro, tu boca,
esa boca que ha sido mi añoranza, mi delirio,
la razón de mis sueños, y la vida de mis ojos.
El piso desaparece si me miras, y me descontrolo si me hablas,
el mundo no existe si estás cerca, no me importa nada más.
Quiero, tanto quiero, estar como recién nacido entre tus brazos,
vivir y morir allí, alimentándome de tus caricias y tus besos.
Te quiero, tanto te quiero. Mi deseo es tenerte a mi lado ahora,
intentar un nosotros, sólo tú y yo en un cariño infinito,
en un beso sin fin, con la posibilidad de hacerte feliz.
Corazón aquí estoy, dime si allí estás, la luz verde quiere volar,
¿esto tú lo sientes? ¿Soy yo a quién quieres?
Te quiero, tanto te quiero… eres corazón de un corazón,
eres el corazón de mi corazón.



Waldylei Yépez



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03/01/06 11:51 p.m.
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Pequeña

Ha sido muy divertido ver que estás creciendo,
también es hermoso verte sonreír cuando obtienes un logro.
La lluvia de ayer no te detuvo, pero las lluvias no pasan aún,
y mañana tendrás que dar más de ti.

Me enorgullece ver en lo que te has convertido,
siempre tratas de hacer las cosas bien,
y aunque en las noches te invada la soledad
tú sigues adelante y más.

Me queda pedir por ti esta noche,
esperando que tus sueños vuelen
estando a salvo en casa.
Eres muy fuerte como tu padre,
pero no te castigues tanto pues haces las cosas bien
aunque pienses mucho en que puedes fallar.
No te aísles, y sigue dando lo mejor de ti.

Se viene un muy largo día y espero te vaya bien en él.
Caminos es lo que sobran y es normal que dudes.
Confía en tu corazón y no pierdas el tren.
Sé lo que pasaste, pero estarás bien.

Mi pequeña, te abrazo en la oscuridad
para que sepas que nunca me he ido,
y que te amo cada vez más.

Lo que serás a futuro será consecuencia del hoy.
Adelante ante los obstáculos, ellos te harán más fuerte.
Descansa esta noche que su afán mañana traerá.

Pequeña, siempre segura de sí,
así debes continuar, debes dejar el pasado ir.
El presente te ayudará en lo que necesites.
Perdona y sigue, así serás feliz.

Tu corazón tendrá algunas heridas y cicatrices,
pero eso no le quitará lo hermoso si no lo permites.
Ser tú misma será lo mejor hoy y después,
quiérete mucho y vive el ahora.
Mañana será otro día largo,
no olvides lo que ayer aprendiste.

Pequeña, un nuevo tiempo se aproxima,
no dudes de ti misma.
Anda y sigue adelante,
éste es el principio de lo que comenzaste.



Waldylei Yépez



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018.Pequeña.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 10:27 p.m.
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Pero siempre trato

Sé que no todo es fácil y que hay muchos obstáculos.
Sé que tú esperas más de mí.
Sé que te decepciona que falle tanto,
y nunca me lo dices con palabras,
pero tu mirada dice lo que piensas.
Sé, tanto sé, pero siempre trato...

Cada mañana me despierto para seguir mi meta,
y aunque el cielo esté negro siempre es maravilloso
pues las cosas podrían estar peor,
pero no lo están, no lo están.

A veces creo caminar entre las sombras solo,
y he encontrado mucha mentira en el mundo.
Aprendí que todo lo que parece real no lo es,
y que los juegos pueden herir al corazón.
Trato de aprender del día a día,
y soy filosófico de mis derrotas,
pero no ves lo bueno.
Haz un esfuerzo por entenderme y ser flexible
pues aunque no lo parezca yo siempre trato, siempre...

Todo lo que he querido es ser mejor.
Trato de ver lo mejor de mí,
y ser bueno por ti, eres una maravilla,
eres importante, eso eres,
y quiero veas más allá de los hechos
para que veas que siempre trato...

Siempre trato
de ser lo que nunca he sido.
Siempre trato
de no fallarte.
Siempre trato
de ser mejor.

Sé que mucho he fallado pero aún trato,
porque quiero aprender y ser como tú.
Mira todos mis triunfos
que a lado de los tuyos son pocos,
pero siempre trato de que sean más,
y todo es por ti.

Puedo ver que tú quieres lo mejor para mí,
y te juro que trato, y trato.
No me detengo y aunque sea demasiada tu franqueza
quiero usarla para hacerme más fuerte,
pero a veces lo que dices duele.

Éste soy yo y aquí estoy
sin pausas pero sin prisas.
Porque seré lo que quieres que sea,
pero a su momento.
Porque nunca dejo de tratar.
Por ti, nunca dejaré de tratar.



Waldylei Yépez



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017.Pero siempre trato.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 09:50 p.m.
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Atrapada en una caja

Hay quienes temen a la oscuridad,
pero existimos otros que aprendimos a coexistir con ella,
y a protegernos en los rincones
con lo que allí se encuentre.

Aquí hay vecinos con distintas intenciones.
Todos precavidos miran al resto
con esa mirada penetrante,
y al mismo tiempo amenazante.
Nadie sabe qué oculta el otro
ni qué otro traerá la mano y la luna.

Aunque esté rodeada de otros de mi misma clase,
ser muy bueno no es conveniente;
a veces me quedo sin cena
pues los más fuertes quieren sobrevivir,
quieren salir de la caja y afuera vivir.

Me han separado de quienes quiero
por equivocación o por dinero.
A veces puedo ver las estrellas,
y me gustaría alcanzar cada una de ellas.

Otras veces veo una cara horrible,
la del hambre o del que cerca vive.
Y luego me dice: "allí te quedarás"
mientras comparte un pedazo de pan conmigo.
Hay veces que oigo risas,
pero estar aquí me hace trizas.

He querido escapar desde hace mucho,
pero el mundo es muy grande.
Me da miedo perderme
o ser rechazada como antes.

Sigo atrapada en una caja
esperando que alguien me lleve.
Por lo pronto comeré las migajas,
y gritaré fuerte desde mi caja...

¡MIAU!



Waldylei Yépez



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016.Atrapada en una caja.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 09:21 p.m.
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Ya no más

Tal día como hoy
vestida con traje de fiesta, busqué alguna respuesta
que me ha convencido de lo que debo hacer.
Tal fecha como hoy
que es el inicio del tiempo y de un calendario infinito
marcado por tantas vivencias como alegrías y tristezas.

Tal día como hoy
conocí mi gran ilusión, una ilusión pasajera
que ni aunque llore o ruegue, se queda,
tal día como hoy, como hoy.

A veces la vida trae sorpresas
que te alegran el momento, o un gran sentimiento
que luego se vuelven recuerdos, se vuelven vivencias.

Ayer éramos "algo",
pero hoy nos llaman "nada",
llegamos a un "nosotros",
y ahora estamos en el montón con los "otros".

En tu actitud de "tal vez" no puedo volver,
con una amistad no lo sé,
con indefiniciones o medias tintas no puedo vivir,
en más de una ocasión te pedí dejarme ir.

Hoy despido al día, al mes y al año,
si no puedes amarme, no hay más que hacer,
si no puedes dejarme, yo sí lo haré.

Ya no más
volver a caer en ilusión,
ya no más
de esperar que me ames o quieras,
ya no más
de creer tus palabras a ciegas.

Acepto lo mucho que pude amarte,
rechazo el trato que me das,
cancelo cualquier sentimiento
que no sea más que amistad.

O es blanco o es negro,
pero no mezcla de ellos.
Ya no más de situaciones como ésta,
es mejor que te vayas
o de mi vida te quedes fuera.

Ya no siento lo que tú
ni te necesito para ver el cielo azul.
Hace mucho se nos fue el amor,
ya ha muerto esta "cosa de dos".



Waldylei Yépez



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03/01/06 06:24 p.m.
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Mi alma

En algún tiempo atrás hubo un frío que me despertó, se oía un ruido muy fuerte al cual luego llamaron llanto y otros por su parte hablaban a gritos. Al principio no les entendía nada, después entendí cuál era el relajo que se cargaban.

Pronto me sacaron de mi casa donde estuve muy cómodo. Lo que pasa es que esta gente quería que estuviese con ellos, así que con ellos me quedé. Estuve algo fastidiado, y más tarde me pusieron a leer -lo cual me daba sueño a veces-, pero me inspiró para escribir alguna cosa -después también me aburrí de eso-.

Pasó mucho, y yo sentí que crecía física y mentalmente. Veía a la gente que se comunicaba así que aprendí algo llamado hablar, pero a veces nadie me escuchaba y entonces opté por gritar. Yo sólo quería atención, y claro que la obtenía, pero luego un gran regaño me ganaba. Con todo esto aprendí a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar y enfadarme. Sí, enfadarme pues a veces eran injustos los regaños, más cuando era algo importante lo que tenía que decir, pero hasta hoy nadie lo vio así; hubiese deseado que alguien escuchara mis pequeñas palabras por entonces. ¡Ah sí! También aprendí a desear.

Si contase tantas historias de seguro me llevaría más de un par de horas. De las experiencias que viví puedo decir que algunas fueron muy pesadas como cuando me propuse montar bicicleta, y terminé en el suelo con moretones en las rodillas. Lloré, sí pues eso también lo había aprendido, lo que no sabía aún era llorar por penas más grandes que un rasguño -cosa que no me tardé en aprender después-.

Mientras más minutos pasaba más cosas sabía, pero también me daba cuenta que más cosas ignoraba de cuanto había aprendido. Una taza a la cual echas agua se va llenando y haciéndose más grande en su contenido, pero ese contenido a lado del que puede caber en un jarrón aún es pequeño; y si lo comparo con un tanque esa agua en la taza era mucho más pequeña en cantidad. Me di cuenta que esto nos afecta también pues cuanto más nos llenamos, nuestro horizonte se expande y nos comparamos con algo o alguien más grande; luego pensé en que es allí donde nace nuestro espíritu competidor, y empecé a creer que debo llenarme más para sacar mejores calificaciones, o para ser mejor, o ganar un mejor puesto de trabajo, y a esto le llamé aprender -bueno en realidad no sé quién lo llamó así, sólo sé que en realidad no sé nada de nada-.

Otro día conocí a un ángel, y así llegó la hora de aprender amar. No es que no lo haya hecho antes pues amaba a quiénes siempre estuvieron conmigo, pero en este caso era algo distinto. Sí, no sé cómo explicar lo que no tiene explicación, pero puedo decir que era algo muy grande, mi corazón se salía de mi pecho y bailaba, brincaba, corría mientras mis manos temblaban, mi cara se sonrojaba y mis labios sonreían. Sin embargo, no duró para siempre, pero sí el recuerdo.

Como en todo, las cosas siempre empiezan y terminan; de hecho, se transforman como la energía. Después de estas vacaciones en la tierra, de seguro, volveré a casa para luego volver a estar de vacaciones. Lo cierto es que he aprendido mucho de esta experiencia, y al mismo tiempo es mucho lo que me faltó por aprender.

Aunque mi nombre es Alma, no pertenezco a un género específico, soy energía y en energía seguiré. Yo soy mi Alma, he venido a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar, enfadarme, desear, aprender, mejorar, evolucionar y amar, entre otras cosas. Mi gran interrogante es: ¿A dónde iré luego? Pues ni yo lo sé. Si acaso tú lo sabes, dímelo; si acaso lo descubro, te lo haré saber.

Alimenta el alma pues será nuestra vida, porque la vida es el reflejo del alma. Por eso pongo mi alma en cada cosa para que la vida fluya en ellas con amor, color y esperanza, pues ésta es mi vida, ésta es mi alma.



Waldylei Yépez



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014.Mi alma.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 05:05 p.m.
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lunes, 2 de enero de 2006

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No vendrás

Mirando la piel del agua
en la tranquilidad de la bañera,
y las olas que llegan hasta la tierra,
aquella que forma el vientre
junto a sus dos firmes islotes.

Perdiéndose en la paz del océano
que a la vez se vuelve separador,
en la ausencia de ese anclaje
que daría inmensa alegría al puerto.

Fantaseando una visita que una vez se haría
en mis sueños,
para cumplir la promesa hecha algún día
perdida en el tiempo.

Hablando con el viento que no deja de soplar
quien me ha confesado lo que no quise aceptar,
que nunca vendrías a mi isla
ni apoyaría mi cabeza en tu hombro,
que tus brazos no me protegerían
ni tus palabras me reconfortarían.

Pero todo puede cambiar, no dejo de soñar.
Ven a mí aunque sea un momento,
un nuevo romance podría nacer,
ése que nunca te atará, que nada malo traerá,
que tantas cosas quiere darte,
y muchas otras quiere hablarte.

Sin embargo, no vendrás,
aunque quiera darte tanto, no lo harás,
será el destino o no, no vendrás,
para qué soñarte, no lo harás.

En tanto tiempo u ocasión
mientras camino por la orilla,
jugando con la arena entre mis dedos
o acariciando las olas como el viento
me perdía en fantasías,
pensando en muchas cosas
que nunca pasarían, porque tú nunca vendrías.

Así viviré de sueños,
sobre lo que no se puede,
dejando de lado cosas,
y entre las espinas de mis rosas.



Waldylei Yépez



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013.No vendrás.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
02/01/06 12:59 a.m.

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Enciende las estrellas

Sé que quizás esto no sirva de nada
pues no sé cómo hacer que tu corazón me escuche,
no sé cómo hacer que mi palabra sea rosa
ni cómo cambiar mi manera de verte.

Cuando sale el sol un cielo bonito está,
pero pienso que aún le falta algo.
Cuando sale la luna se ve tan hermosa,
pero pienso que también le falta algo.

Traté de buscar una respuesta,
pero no había tal cosa.
Hasta que en un sol muy especial lo vi,
supe cuán importante eras para mí.

Vuelve tus ojos
cada vez que yo esté detrás de ti.
Vuelve tus ojos,
y contempla la luz que hay en los míos.
Sonríe tus labios,
y verás lo que haces conmigo.
Sonríe tus labios con sonrisa de sol,
aquella les sienta bien a los dos.

Por las noches desde el balcón puedo ver
a la luna muy triste pues la luz se le fue.
Enciende las estrellas de noche,
y enciende mi cama con roces.

Enciende la luz infinita de estrellas,
y con tu amor llévame a ellas.
Hazme volar por el mundo
con tu amor y en un sueño profundo.



Waldylei Yépez



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012.Enciende las estrellas.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
02/01/06 12:05 a.m.

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viernes, 30 de diciembre de 2005

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La llegada

Abrazado a las estrellas
entre nebulosas y el cinturón de Orión,
rodeado del cántico de planetas regentes,
entre uno que otro meteorito despistado,
y lo oscuro de un agujero.

Otros que duermen en el menguante de la luna,
y aquellos que juegan con planetas
pasándoles como pequeñas pelotas,
bordeadas por el polvo procedente del cosmos.

Desapercibido pasaba uno de ellos,
pues siempre rodeado de nubosidad
nadie sabía qué interior traía.

Un día como cualquier otro,
pero diferente de todos,
se fue desvaneciendo el grueso manto
que ocultaba enormes bellezas,
entre ángeles se rumora de hermosura terrenal,
y todos quieren de cerca admirar.

Muchos se arriesgan a llegar a lo lindo,
pero mientras descienden sus alas se queman,
-quien tesoros busca debe saber que algo sacrificará-
pero la adaptación es rápida al terreno;
se brinca y baila cuando la luna canta,
el generoso sol aporta aún de sí,
y ahora existen las estrellas fugaces.

La llegada puede ser aparatosa y sacrificada,
pero cuando se adaptan pueden admirar nuevas cosas;
tememos a los cambios, pero a veces son necesarios
como explorar y conocer, dejar y poseer.

Ahora se dice que los ángeles son hombres,
y los hombres son ángeles que transitan la tierra,
pero siguen con algunas costumbres:
ignorar lo que no es "bonito" a la vista,
ya no con planetas sino con personas.
Hay mucho que deberán aprender,
por ejemplo que la belleza es interna,
y que ésta no es fácil de ver.

El que no arriesga nada gana,
muchos son los que aún no contemplan nada
pues decidieron quedarse con la luna y los planetas;
quizás están contentos, pero quién sabe,
por mi parte, aprendí a mutar con el paisaje.



Waldylei Yépez



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011.La llegada.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
30/12/05 01:03 a.m.

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jueves, 29 de diciembre de 2005

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Apertura

Oscuras capas sobre la superficie acuosa,
oscuros mantos sobre el área terrestre,
oscura expansión ante un nubarrón,
bajo lo oscuro una visión;
aire asfixiante, agua sedienta,
sin sonido audible ni tacto en el aire.

Cada uno por su género,
pero el género aún no existe.
Monstruos de agua espesa
en océanos desérticos,
seis días o mil por ellos,
el Génesis de los tiempos.

Fuerte pieza, de piedra pinza,
piedra angular donde yace el hierro,
hierro forjado que marca una Era.
Vuelo o cabalgar de criaturas,
el caminar de la tierra,
el correr del tiempo
en carrera al espacio.

Gran poder de creación
sin búsqueda de lo perfecto
sino en vías de perfección.
De la puerta para adentro
grandes movimientos,
y de la puerta para afuera
el universo se acrecienta.

Cada cosa tiene su tiempo,
y el camino es más que un destello.
El arte cuando acaba es cuando empieza.
Rayos de vida caen en la tierra
chocando contra mil y un corazón.
¡Levántate al galope!
¡Comienza tu vuelo!
¡Emprende el andar!
Reproduzcan por su género,
y entiendan que éste es un comienzo.
Así como tu obra no concluye,
la mía tampoco lo hará.
Tu gran arte no cambiarás de un día para el otro;
en cambio le trabajarás con paciencia,
así yo lo haré aunque no te parezca.

Yo construí el ‘comienzo’ y te lo he regalado,
guárdalo y haz uso de él cuando convenga.
No temas o apenes por volver a empezar
ni dudes de si aún servirá.
A su momento verás lo que has ganado,
y lo perdido, perdido no está,
sólo se ha transformado,
y un crecimiento ha dejado.



Waldylei Yépez



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010.Apertura.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
29/12/05 11:20 p.m.
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sábado, 10 de diciembre de 2005

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Por mí misma

Los caminos no son rectos,
y cuando encontré un cruce el rumbo cambió,
ya no era el mismo pavimento liso de siempre,
desconocí lo que conocí.
Las vías se cruzaban y había más de una manera,
confundida caí en una actitud pasiva
esperando que alguien me guiara.
Sola me enfrenté a la avenida de la vida,
pero fue más difícil de lo que creí
hasta el punto de no resistir,
de no resistir...

Yuli alguna vez pensó que no era posible,
y ahora ve cómo baila, ve cómo va y viene,
ella truncó partes de su sueño
cuando pensó lo primero,
pero es sabia y de espíritu jovial
se cansó del "no puedo" y luchó por su ideal.
Tan segura de sí muchos le toman como modelo,
pero ella me enseñó algo:
- El modelo a seguir te lo dicta el corazón
cuando en silencio él sopla las palabras correctas.

Cuando conocía la calle que transitaba
encontré chicos y chicas llamados "amigos"
que luego fueron "jueces" cuando perdí el control,
qué difícil fue mantener la cabeza erguida,
y más aún aceptar que fallé dos veces...

Ana tan segura y bonita,
de rápidos triunfos,
cien por ciento dedicada,
y como inteligente asociada.

Pero cada persona lleva su ritmo,
querer ser como otra no será solución,
y depender tampoco tiene razón.
Quería ser otra persona sin equívoco alguno,
pero quien no se equivoca no es humano.
Lo mejor es seguir siendo yo,
y buscar los triunfos por mí misma.

Prometí lo que no se puede, no equivocarme nunca;
ahora prometo lo que se puede, levantarme después de cada caída.
Fallar alguna vez está bien, es normal,
de toda vivencia algo aprenderás.
Mi gran problema fue uno:
el dejar de creer en mí,
el segundo fue no combatir esa idea…
siempre es lo mismo, y es un error.

Quizás muchas sean las pruebas que se te pondrán,
pero no entregues tan rápido tus sueños,
llega hasta el final de la línea con el último aliento,
recuerda que: - Los ángeles no mueren y Dios no se va,
el cielo es azul y el sol tiene ganas de brillar,
la verdad, la lucha y el triunfo estarán a mi alcance,
todo llega a su debido momento.

Yo seré superada sólo por mí misma,
y tú también, recuérdalo.
No te compares con nadie.



Waldylei Yépez



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10/12/05 11:35 p.m.
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martes, 6 de diciembre de 2005

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Tormenta

Un príncipe azul que no fuese mentira
con vestir elegante y corazón de diamante…
creí encontrar el de mi vida,
y me enseñó muchas cosas
entre ellas a llorar...

Estuvo conmigo un tiempo,
luego fui una tormenta.
Sus mentiras convertidas en letras
me derrumban al piso con ira, lágrima y torpeza.

Me pregunto, ¿por qué la mentira?
No le importé, sólo un juego fue.
Antes yo era un cielo azul,
y mira en lo que me convertiste:
una tormenta, así me quisiste.

Nada está bien,
todo fue mentira.
Llueve en mi cama,
llueve en la ducha,
y llueve en mi almohada.
El gemir del silencio,
y en las noches recuerdos.

Ése a quién adoré,
a quién una vez profesé amor verdadero,
me ha clavado un puñal en el pecho,
y herida frente a un huracán me dejó;
él sabía lo que hacía,
y en su inocencia ya no creo.

Ya no me importa más,
¿qué fue lo que pasó?
Mis ilusiones fueron cambiadas,
soy una desconocida entre la gente,
ya no tengo más y no importa lo que piense.

Fui, mucho fui,
ya nada está bien.
Me trago mis lágrimas e inspiración,
mi rostro dice todo;
yo era un cielo azulito,
y ahora estoy rota y en el piso.

Las conversaciones me las guardo,
ya no quiero más nada de él,
me enseñó a ser una tormenta,
y mi mente me atormenta.
Mi dolor es real, ya no puedo más,
me tragaré todo al final,
del azul pasé al gris,
y en una tormenta me convertí.



Waldylei Yépez



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06/12/05 07:23 p.m.
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El hombre que yo amo

Ese niño sabio que vive en su interior,
de mente abierta, despierta y creativa,
de manos fuertes y sensibles,
de rostro serio y tierna sonrisa.

Su presencia con energía desbordante,
corazón inocente, abnegado y entregado,
de labios cálidos y firmes palabras,
un hombre justo sin temor alguno.

El hombre que yo amo es el sol que me da vida,
sol exclusivo como la tierra y su satélite,
tan propio como los peces del agua y el azul del mar,
tan necesario como las vitaminas para el alma
dándome luz, amor y esperanza.

El hombre que yo amo le gusta mi boca rozar,
mi cuello y manos besar,
a mi oído muchas cosas decir,
y entre mis brazos dormir.

El hombre que yo amo
sabe que lo amo,
y él también me ama
pues su corazón me lo recita;
sus besos no mienten
pues mis labios lo sienten.

El hombre que yo amo es mi esencia,
él todo lo arregla con su presencia,
dice lo necesario en el momento correcto,
me lleva de la mano volando contra el viento.

Ese hombre no trata de cambiarme,
no trata de dañar mi corazón,
no me deja sola en una tempestad
ni buscará herirme sin piedad.

Navega entre las olas de mi cabello castaño,
vuela como ave entre mis sueños,
camina entre los poros de mi piel,
toca como al cristal mis desnudos labios,
simplifica los miedos que tengo del mundo
rompiendo las paredes que me quitan el rumbo.

El hombre que yo amo quiero que sea sólo mío,
yo quiero ser sólo de ese hombre;
el hombre que aparece por las noches en mis sueños
o que, al despertar del día, se convierte en mis anhelos.

Su andar y el mío siguen unidos,
mi destino a su lado siempre ha sido,
en mi corazón se ha convertido,
y a mi alma se ha fundido.
A mi alma se ha fundido él...

El hombre que yo amo.



Waldylei Yépez



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03/12/05 10:10 p.m.
06/12/05 06:32 p.m.
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sábado, 3 de diciembre de 2005

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Noticias

"No me digas que te vas" es el titular.
Los periódicos caminan en la ciudad,
la televisión que no hace más que hablar,
y en la radio las noticias van a empezar.

Nuevo, nuevas armas y estrategias.
Cambiaste tu manera de tratar,
y sentencias a muerte a quien te amó;
un juicio injusto Made in Casa,
sin apelación ni jurado,
sólo un verdugo y su aliado.

"No me esperaba este cambio"
en pancartas y gritos de protesta.
En la ciudad un caos que despierta,
y tú reprimiendo te me acercas.

En el apartado de sucesos
la muerte de un pequeño,
de un pequeño corazón,
y la agonía de mi amor.

Un pronóstico del tiempo
donde mucha lluvia caerá,
la lluvia de mis ojos
que dejan desolada a la ciudad.

"No me digas que te vas",
las últimas palabras antes de empezar
con esta nueva guerra nuclear.

Ya no te conozco,
eres un desconocido que ha secuestrado
la felicidad de mis manos;
no existen tratados ni pactos,
comienza el bloqueo de actos.

Hoy no hay noticias buenas,
y mañana no sabemos.
Has hecho la diferencia
destruyendo tus promesas.

"No digas que te vas"
a pesar de todo mi corazón gritará,
gritará que aún te puede amar.
Roto, roto está mi corazón,
roto, roto está mi amor.

No digas que te vas,
no puedo creer que ya no estás.
Yo que pensé conocerte,
y aquí me dejas, con una herida de muerte.



Waldylei Yépez



Datos del archivo:

006.Noticias.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/12/05 10:37 p.m.

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