lunes, 30 de enero de 2006

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Sin palabras, letras ni pensamientos

Esta noche las palabras me han demostrado su poder.
A veces la gente dice las cosas como las piensa
sin importar los detalles ni la forma.
Me quedé estática en el tiempo
mientras veía mi vida pasar,
las cosas maravillosas que me sucedieron,
y las grandes tragedias sin remedio.
Hace tiempo una palabra de alguien especial
destrozó mis anhelos de letras,
pero hoy el destrozo fue peor.
El no medir lo que se dice puede causar daño,
tanto o más que uno físico.
Una palabra hiere, apuñala o mata,
y a mis ilusiones y anhelos los maltrata.
"No creo totalmente en ti"
entonces, ¿qué quieres de mí?
Pensé estar haciendo todo bien, o casi así,
ahora lo que traté de construir todo este tiempo
se derrumbó en un momento.
Me duele saber que sí hay gente que cree en mí,
y que tú no tengas el mismo sentir.
Quizás algún comportamiento dio pie a eso,
pero ahora no tengo el coraje para preguntarlo.
Hace mucho tiré a un lado mis letras
porque veía que lo que hacía ya no tenía valor.
¿Qué importaban mis letras, mis ilusiones o proyectos?
No hay otra forma que encerrarme en mí misma,
ocultar esta lágrima en la garganta
a las sombras de un cuarto oscuro.
Hay cosas que se callan, hay cosas que se gritan,
aquí nace mi amor y terror por la palabras,
ellas que pueden llevarte al cielo
o al mismísimo infierno.
Aquí sin palabras, letras, ni pensamientos
nace también mi gran lamento.
Pensé que ésta iba ser una nueva página en blanco
para escribir desde cero,
pero se le acaba de hacer una gran mancha en el centro
donde mi corazón canta su dolor,
porque aunque lo niegue o finja,
y no deje salir las lágrimas detrás de mis ojos,
mi corazón ha recibido tremendo destrozo.

Tu palabra ha barrido con todo dejando sólo escombro,
un gran escombro,
un gran dolor,
y la pregunta de si soy peor.

Supongo que ahora si habré de seguir será por mí,
aunque en este momento no tenga nada
sólo una profunda tristeza como mirada.



Waldylei Yépez



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martes, 24 de enero de 2006

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Aquí estoy (tren de vida)

Antes de cerrar la hora y de que acabe el tiempo
acordé repasar un poco mi sentimiento.
Acordé sentarme un momento y ver pasar el tren,
el tren de vida donde juntos o separados vamos,
donde se bajan y suben vivencias,
donde el amor se funde con la inocencia.

Miles de pasos en mi vida he dado.
En los primeros aprendí a caminar,
y en los siguientes a vivir y luchar
contemplando el mundo, las letras, su andar.

Cada sitio y momento marcan un ahora anterior
de donde tomé enseñanzas
con alegrías, tristezas y añoranzas.
Nunca me abandonó la esperanza
de que algo bueno la próxima parada traería.

Aún sigo en el tren, en el recorrido por el mundo
acompañada de quiénes tengo un cariño profundo,
y con el recuerdo de quién tempranamente me dejó
pues su parada estaba próxima al subir,
pero su amor en la maleta guardada sigue junto a mí.

He hecho muchos hallazgos, y conservo pedacitos de tesoros
que el dinero no podrá comprar nunca.
Cicatrices de vivencias que el tiempo no podrá borrar,
y cariño ilimitado para quienes amo y me aman de verdad.

Mi vida no son mis problemas, ni las cuentas a pagar,
eso sólo es parte de la llamada realidad.
Mi verdadera vida es aquí y ahora.
Mi ser no viene del pasado, lo encuentro en el presente,
y mi ser es mucho más que mi mente.

Veo cómo el ave vuela en libertad,
y en libertad quiero vivir.
Tomar del manantial de la vida,
y respirar del amor.
Tener más compasión,
y amar de corazón.

No importa los frutos de las acciones sino la acción misma.
Amo y entrego mi vida porque me hace feliz,
no esperando que otro haga lo mismo por mí.
Sé como el río que da lo mejor de sí
aunque nadie sepa que está allí.

Hoy, cuando han pasado muchas lunas ya,
he renunciado a muchos sueños y actitudes.
La vida día a día se transforma,
pero quiénes viven del pasado no lo notan.
Deja ir lo que no tiene vida.
Reconcíliate si hay que hacerlo,
y alza de nuevo el vuelo.

En mi maleta llevo buenos recuerdos y fotos.
De la pesada maleta de tristezas me he deshecho.
A mi lado aún un puesto por ocupar,
y a su momento llegará.
Mientras, sigo mirando por la ventana,
y veo cómo muta el paisaje.
Lo peligroso de la vida es vivirla, pero me gustan los retos.
Más allá de la mirada está el sentimiento,
y más allá de la montaña, una nueva experiencia… lo presiento.



Waldylei Yépez



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24/01/06 10:16 p.m.
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Mira mis ojos

He tratado por mucho tiempo de gritar con mi corazón.
También he reprimido risas y llantos a lo largo y ancho.
Modifiqué mi sentir para quitarle importancia,
pero si de verdad yo te hablara con mi alma
una sola palabra me pondría al desnudo.
Con una mirada me dejarías sin habla,
con un beso te llevarías mi aliento,
y no sentiría este muro de cemento
que como me une, me separa.

Ya no voy a tratar de decir tantas cosas que me ahogan,
ni siquiera tengo ánimos de realzar mi esperanza.
No voy a seguirte en el camino,
aquí me detengo y la lucha se acaba.
Y lo hace porque ya no importan las palabras,
de tanto ofrecer y nada pasa,
de tanto anhelar y terminar derrotada,
pero mira mis ojos que jamás callan.

Aunque el disfraz sea otro
el interior es el mismo.
Puedo mostrar al mundo otra cara,
pero la interna no cambia.

Si tan sólo mis ojos te hablaran,
y tan sólo tú me escucharas
quizás mi destino sería diferente,
pero no es lo que tienes en mente.
Mi camino no es el tuyo
aunque quise tropezarme contigo,
sólo para darme cuenta que no vienes conmigo.

Quise decir: "Mira mis ojos
que no te mentirán".
Las palabras hieren,
pero ellos no lo harán.
Sólo quieren hablar de corazón a corazón
lo que fue y no sucedió.

Pero ya no, ya no mires mis ojos
pues ya no tienen qué decir.
Siguen su camino como las agujas del reloj
dibujando sueños en el mundo donde estoy.
Haciendo de cada palpitar una palabra,
y esperando aquel que descubra en mis ojos...
algo más que una mirada.



Waldylei Yépez



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24/01/06 09:12 p.m.
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sábado, 21 de enero de 2006

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No te vayas de casa

No me digas que debemos hablar
cuando yo sé que callaré.
La verdad no quiero que digas más,
tu mirada habla y me dice que te vas.

Por favor, no te vayas de casa,
no sé qué haría sin ti.
He aprendido a respirar a través de tu cuerpo;
no me gusta pensar que lloraré por mucho tiempo.
Disculpa si mientras hablas mi mirada no está altiva,
pero cómo mirar alto cuando se te destroza el corazón.

No quiero escuchar tus palabras
pues no quiero que te vayas.
No digas que será lo mejor para mí
pues no es a mí a quién otra persona espera.
Algún día entenderás lo mucho que esto me hace sufrir,
pero quizás cuando eso suceda, ya habrá acabado mi larga espera.
Ahora que hay otra en el lugar que fue mío,
me pregunto si hará por ti todo lo que yo he sido.

Pero, no te vayas de casa,
no quiero volver a empezar lo que no tiene comienzo.
Fui lo mejor que pude ser,
y hoy estás dejando mi mundo al revés.
Un lecho que de tibio se vuelve frío,
un amor que se vuelve vacío.

¿Qué debo hacer? Mirarte a los ojos no puedo,
ni siquiera puedo pronunciar una vocal.
No es tan fácil perder la vida y ser feliz por ello.
Cuando mi corazón pare de sufrir
quizás yo vuelva a vivir.

Pero, no te vayas de casa,
si todo está claro para ti, no esperes que mi caso sea así,
pues yo aún te quiero para mí,
aunque tu corazón ya esté lejos de aquí.



Waldylei Yépez



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21/01/06 01:19 p.m.
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Debajo de mi vestimenta

Ésta soy yo, me siento segura entre esta vestimenta
que cuida de las fronteras, y lo que siento.
Esto es más que un vestido lo que uso,
es mi armadura lo que ves,
para que no me dañe el mundo, su juego y su revés.

¿Por qué miras tanto mi atuendo?
¿Es lo que importa de mí?
¿Para qué necesitas ver mi casa?
¿Acaso si no es bonita, te alejarás de aquí?

Aprendí que yo soy el mejor de mis amigos
pues no necesito palabras para expresarme,
y así evito profundas confusiones,
malos entendidos y reacciones.

¿Por qué criticas tanto mi lenguaje
o si no tengo para comer como tú lo haces?
¿Por qué me criticas si difiero de gustos
si somos libres para amar como hacen algunos?

Encontrarán la verdad y los hará libres
al entender que la vida tiene matices.
Encontrarán que amar es vivir en libertad;
lo mejor que pasa en la vida es que te amen y amar.

¿Por qué te burlas de mis creencias
si Dios es sólo uno, y uno es sólo uno?
¿Por qué tanta discriminación
de sexo, raza y religión?

A veces me gusta ser como un fantasma
para pasar desapercibido,
y venir e irme cuando quiera.
No miraré atrás, no dejaré que detengan mi vida,
la verdadera vida que hay debajo de mi vestimenta.

Me gustaría ser como un niño
con el corazón puro sin mancha ni ofensa.
Mírame pues ésta soy yo, soy lo mejor que puedo ser.
Y aunque tú lo veas todo claro,
yo sigo con mis creencias
de que podemos vivir juntos en este mundo,
y no lo dejaré de creer aunque cause contienda
porque no miraré atrás ni dejaré que detengan mi vida,
la verdadera vida que hay debajo de mi vestimenta.



Waldylei Yépez



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21/01/06 12:58 a.m.
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viernes, 20 de enero de 2006

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Sólo un par de palabras

Esta noche me siento tan vacía, o tan llena de nada.
Quise ver más allá de lo ya visto
o explorar el mundo y su rincón,
navegar en este par de letras,
pero incluso ellas son tan vacías como yo.

Ahora mismo tengo ganas de llorar
como aquel pequeñito que busca a su mamá;
o emigrar como aquella ave
pues la razón de mi hoy he perdido;
una vez más o una vez menos,
mi letargo en el tiempo.

Muchas cosas han cambiado, otras siguen igual.
He dejado de creer en mucho y en muchos,
y en mi mente he volcado mil cosas.
Quizás para no pensar en lo que perdí
o para no aceptar que yo desistí,
que también fui culpable de mucho,
por tontería, ¡qué tonto orgullo!

Me he alejado de quien más quiero cerca.
No le he hablado a quien tengo tanto que decir.
No volví a saludar a quien por mucho regaló su sonrisa.
Dejé de ayudar a quien me levantó muchas veces.
Discutí con quien más cuento,
y ya no creo en quien una vez me quiso
o por quien ya no siento.
Hice a un lado las cosas más importantes,
las que veo perdidas de hoy en adelante.

Me volví una roca o una piedra,
o tal vez una caja vacía o llena de arena,
llena de tiempos y vivencias
en las que las tormentosas acechan
pues mucho me alejé de mi ser,
de mi verdadero ser.

Quizás hoy ya no te acuerdes de mí,
y no te culpo por ello,
muchas cosas ya han cambiado,
pero yo aún sé quién eres tú aunque tú me hayas olvidado.

Sólo quería decir un par de palabras,
no sé si de algo sirva lo que escribo
o si volveré a escribir,
aunque el silencio presiona lo que no se quiere decir,
lo que no se quiere admitir.
Las letras te bendicen o te maldicen,
y en tu mente echan sus raíces.

No estuve cuando me necesitaste,
pero tampoco permitiste estar contigo.
No fui la mejor de mi fila,
pero entiendo cuando todo termina.
Tú cierras lo ciclos donde están otros,
y otros cierran los ciclos en donde estás tú.
Dura verdad aceptada,
y dura es la vida día a día relatada.
Entiendo que sea éste el cierre,
principio o final de lo que duele.

Adiós me toca decir,
o tal vez hasta luego repetir.
Sólo un par de palabras me quedan
que quizás a tiempo mucho me dieran,
pues evitarían tanto dolor
de darme cuenta de esto con horror.
Yo también fui culpable, yo también fui víctima,
y ninguno dijo nada, esquivamos las miradas.

Sólo un par de palabras te digo... lo siento,
¡Cuánto lo siento, mi querido amigo!



Waldylei Yépez



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20/01/06 11:05 p.m.
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jueves, 12 de enero de 2006

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Tu amor

Rozo la palma con la palma,
el cuerpo con el cuerpo,
el labio con el labio,
y la vista con la vista.

Arropados bajo la lámpara de luna,
y un cielo tachonado de estrellas.
Inmerso entre la fragancia de mujer
dando besos a las montañas y mar de la piel.

El fuego nos funde como al hierro
sellando el amor que profesamos,
cuerpo a cuerpo, alma a alma,
corazón a corazón, la pasión de nuestro amor.

Más que amante, tú, mi buen amigo,
enseñas las vías para mejorar mi destino.
Tu amor mi luz y mi temple,
mi búsqueda de perfección
en la manera, la forma y el color.

Tu lecho tibio me invita a quedarme
para "ser" amor y no sólo "hacer".
La fusión va más allá
a lo físico, psíquico y mental.

Entre fotografías, recuerdos,
entre tú y yo, un mar de sentimientos,
entre tu amor y el mío, la más grande unión,
entre letras, el latir de un corazón.

Tu amor, vida en mis letras,
tu amor, mi respiración,
tu amor, protección y cariño,
tu amor, es y será mi destino.



Waldylei Yépez



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12/01/06 11:02 p.m.
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miércoles, 4 de enero de 2006

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Nosotros

Deja que entre a tu vida,
que entre como el alba a la alcoba,
así despacito sin que nos demos cuenta,
lento como a veces pasan las horas,
pero especial como una noche estrellada,
y en silencio como la madrugada.

No hables aún, no digas nada
sólo escucha el latir,
mira lo que nadie más ha visto,
mira cuánto te necesito.

- Tanto como yo, te necesito,
ahora aquí mismo quiero tenerte,
tomarte por la cintura y acercarme a tu boca,
tomar de ella la dulzura de tus labios rosa.
Explorar las ondas de tu cabello,
navegar en cada poro de tu cuerpo.
Sedúceme con caricias que son arte,
con cuerpo y mente quiero amarte.

Mi corazón al desnudo pongo,
mientras mi piel anhela tus manos
que me tocan con tal delicadeza
en hombros, rostro y cabeza.

- Tengo celos, mucho celos del sol
que siempre anda rozando tu piel,
además envidio al agua
que toca más allá que tu mirada.

También siento celos de la luna lunera,
ella está contigo cada noche,
puede velar cada uno de tus sueños
mientras duermes en sus brazos.
Quiero ser la rosa roja que admiras,
y que sólo a mí me veas
como yo sólo a ti veo.

- Única en el mundo tú eres.
Hay distintas clases de rosas,
pero tú eres diferente,
y eres sólo mía, eres mi rosa.

Quiero besarte y abrazarte,
ser solamente uno,
ser sólo "nosotros"
con absoluto respeto,
con total entrega y lealtad,
con amor profundo y confianza,
con la verdad en una gran alianza.

Nosotros.
- Nosotros.
Por siempre tú y yo.
- Por siempre te quiero.
* Por siempre nosotros.



Waldylei Yépez



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04/01/06 08:16 p.m. - 09:00 p.m.
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martes, 3 de enero de 2006

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Te Quiero

Antes de ver el amanecer quise escribirte un par de palabras.
Viajé miles de años luz para pedir prestada la iluminación del sol,
le pedí su soledad a la luna, el rocío de las nubes,
el perfume a las flores, la pasión de las rosas,
las letras a mi mente, y de mi vida el alma.
Quise juntar cosas importantes para tratar de escribir
lo más importante del mundo, por lo menos, de mi mundo.
Hace mucho que mi latir tiene nombre y ritmo propio,
y es por eso que hoy me atreví a escribirte sin tratar de plasmar mi corazón,
pero ha sido en vano, él se desborda con cada palabra,
y con cada imagen tuya que viene a mi mente.
Mi soledad ha sido acompañada por mi silencio desde siempre
porque pensaba que era preferible callar antes que exponer mi corazón al mundo… a ti,
tenía miedo de lo que pudieses pensar o sentir, y aún lo tengo,
pero más miedo me da pensar que nunca intenté nada.
Ahora estoy dudando de si deba hacerte llegar estas letras,
quizás deba hacer que lleguen a ti por aparente accidente,
pero sé que el accidente me ha ocurrido a mí.
Hoy quiero decirte tantas cosas, pero lo que no pueda decir aquí
quiero hacerlo en persona, quiero ofrecerte lo mejor de mí.
Quiero estar cerquita de ti como el chocolate a tus labios,
rozar con delicadeza tu piel, tu rostro, tu boca,
esa boca que ha sido mi añoranza, mi delirio,
la razón de mis sueños, y la vida de mis ojos.
El piso desaparece si me miras, y me descontrolo si me hablas,
el mundo no existe si estás cerca, no me importa nada más.
Quiero, tanto quiero, estar como recién nacido entre tus brazos,
vivir y morir allí, alimentándome de tus caricias y tus besos.
Te quiero, tanto te quiero. Mi deseo es tenerte a mi lado ahora,
intentar un nosotros, sólo tú y yo en un cariño infinito,
en un beso sin fin, con la posibilidad de hacerte feliz.
Corazón aquí estoy, dime si allí estás, la luz verde quiere volar,
¿esto tú lo sientes? ¿Soy yo a quién quieres?
Te quiero, tanto te quiero… eres corazón de un corazón,
eres el corazón de mi corazón.



Waldylei Yépez



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03/01/06 11:51 p.m.
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Pequeña

Ha sido muy divertido ver que estás creciendo,
también es hermoso verte sonreír cuando obtienes un logro.
La lluvia de ayer no te detuvo, pero las lluvias no pasan aún,
y mañana tendrás que dar más de ti.

Me enorgullece ver en lo que te has convertido,
siempre tratas de hacer las cosas bien,
y aunque en las noches te invada la soledad
tú sigues adelante y más.

Me queda pedir por ti esta noche,
esperando que tus sueños vuelen
estando a salvo en casa.
Eres muy fuerte como tu padre,
pero no te castigues tanto pues haces las cosas bien
aunque pienses mucho en que puedes fallar.
No te aísles, y sigue dando lo mejor de ti.

Se viene un muy largo día y espero te vaya bien en él.
Caminos es lo que sobran y es normal que dudes.
Confía en tu corazón y no pierdas el tren.
Sé lo que pasaste, pero estarás bien.

Mi pequeña, te abrazo en la oscuridad
para que sepas que nunca me he ido,
y que te amo cada vez más.

Lo que serás a futuro será consecuencia del hoy.
Adelante ante los obstáculos, ellos te harán más fuerte.
Descansa esta noche que su afán mañana traerá.

Pequeña, siempre segura de sí,
así debes continuar, debes dejar el pasado ir.
El presente te ayudará en lo que necesites.
Perdona y sigue, así serás feliz.

Tu corazón tendrá algunas heridas y cicatrices,
pero eso no le quitará lo hermoso si no lo permites.
Ser tú misma será lo mejor hoy y después,
quiérete mucho y vive el ahora.
Mañana será otro día largo,
no olvides lo que ayer aprendiste.

Pequeña, un nuevo tiempo se aproxima,
no dudes de ti misma.
Anda y sigue adelante,
éste es el principio de lo que comenzaste.



Waldylei Yépez



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018.Pequeña.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 10:27 p.m.
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Pero siempre trato

Sé que no todo es fácil y que hay muchos obstáculos.
Sé que tú esperas más de mí.
Sé que te decepciona que falle tanto,
y nunca me lo dices con palabras,
pero tu mirada dice lo que piensas.
Sé, tanto sé, pero siempre trato...

Cada mañana me despierto para seguir mi meta,
y aunque el cielo esté negro siempre es maravilloso
pues las cosas podrían estar peor,
pero no lo están, no lo están.

A veces creo caminar entre las sombras solo,
y he encontrado mucha mentira en el mundo.
Aprendí que todo lo que parece real no lo es,
y que los juegos pueden herir al corazón.
Trato de aprender del día a día,
y soy filosófico de mis derrotas,
pero no ves lo bueno.
Haz un esfuerzo por entenderme y ser flexible
pues aunque no lo parezca yo siempre trato, siempre...

Todo lo que he querido es ser mejor.
Trato de ver lo mejor de mí,
y ser bueno por ti, eres una maravilla,
eres importante, eso eres,
y quiero veas más allá de los hechos
para que veas que siempre trato...

Siempre trato
de ser lo que nunca he sido.
Siempre trato
de no fallarte.
Siempre trato
de ser mejor.

Sé que mucho he fallado pero aún trato,
porque quiero aprender y ser como tú.
Mira todos mis triunfos
que a lado de los tuyos son pocos,
pero siempre trato de que sean más,
y todo es por ti.

Puedo ver que tú quieres lo mejor para mí,
y te juro que trato, y trato.
No me detengo y aunque sea demasiada tu franqueza
quiero usarla para hacerme más fuerte,
pero a veces lo que dices duele.

Éste soy yo y aquí estoy
sin pausas pero sin prisas.
Porque seré lo que quieres que sea,
pero a su momento.
Porque nunca dejo de tratar.
Por ti, nunca dejaré de tratar.



Waldylei Yépez



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017.Pero siempre trato.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 09:50 p.m.
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Atrapada en una caja

Hay quienes temen a la oscuridad,
pero existimos otros que aprendimos a coexistir con ella,
y a protegernos en los rincones
con lo que allí se encuentre.

Aquí hay vecinos con distintas intenciones.
Todos precavidos miran al resto
con esa mirada penetrante,
y al mismo tiempo amenazante.
Nadie sabe qué oculta el otro
ni qué otro traerá la mano y la luna.

Aunque esté rodeada de otros de mi misma clase,
ser muy bueno no es conveniente;
a veces me quedo sin cena
pues los más fuertes quieren sobrevivir,
quieren salir de la caja y afuera vivir.

Me han separado de quienes quiero
por equivocación o por dinero.
A veces puedo ver las estrellas,
y me gustaría alcanzar cada una de ellas.

Otras veces veo una cara horrible,
la del hambre o del que cerca vive.
Y luego me dice: "allí te quedarás"
mientras comparte un pedazo de pan conmigo.
Hay veces que oigo risas,
pero estar aquí me hace trizas.

He querido escapar desde hace mucho,
pero el mundo es muy grande.
Me da miedo perderme
o ser rechazada como antes.

Sigo atrapada en una caja
esperando que alguien me lleve.
Por lo pronto comeré las migajas,
y gritaré fuerte desde mi caja...

¡MIAU!



Waldylei Yépez



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016.Atrapada en una caja.Colección Mi Alma.Waldylei Yépez.docx
03/01/06 09:21 p.m.
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Ya no más

Tal día como hoy
vestida con traje de fiesta, busqué alguna respuesta
que me ha convencido de lo que debo hacer.
Tal fecha como hoy
que es el inicio del tiempo y de un calendario infinito
marcado por tantas vivencias como alegrías y tristezas.

Tal día como hoy
conocí mi gran ilusión, una ilusión pasajera
que ni aunque llore o ruegue, se queda,
tal día como hoy, como hoy.

A veces la vida trae sorpresas
que te alegran el momento, o un gran sentimiento
que luego se vuelven recuerdos, se vuelven vivencias.

Ayer éramos "algo",
pero hoy nos llaman "nada",
llegamos a un "nosotros",
y ahora estamos en el montón con los "otros".

En tu actitud de "tal vez" no puedo volver,
con una amistad no lo sé,
con indefiniciones o medias tintas no puedo vivir,
en más de una ocasión te pedí dejarme ir.

Hoy despido al día, al mes y al año,
si no puedes amarme, no hay más que hacer,
si no puedes dejarme, yo sí lo haré.

Ya no más
volver a caer en ilusión,
ya no más
de esperar que me ames o quieras,
ya no más
de creer tus palabras a ciegas.

Acepto lo mucho que pude amarte,
rechazo el trato que me das,
cancelo cualquier sentimiento
que no sea más que amistad.

O es blanco o es negro,
pero no mezcla de ellos.
Ya no más de situaciones como ésta,
es mejor que te vayas
o de mi vida te quedes fuera.

Ya no siento lo que tú
ni te necesito para ver el cielo azul.
Hace mucho se nos fue el amor,
ya ha muerto esta "cosa de dos".



Waldylei Yépez



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03/01/06 06:24 p.m.
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Mi alma

En algún tiempo atrás hubo un frío que me despertó, se oía un ruido muy fuerte al cual luego llamaron llanto y otros por su parte hablaban a gritos. Al principio no les entendía nada, después entendí cuál era el relajo que se cargaban.

Pronto me sacaron de mi casa donde estuve muy cómodo. Lo que pasa es que esta gente quería que estuviese con ellos, así que con ellos me quedé. Estuve algo fastidiado, y más tarde me pusieron a leer -lo cual me daba sueño a veces-, pero me inspiró para escribir alguna cosa -después también me aburrí de eso-.

Pasó mucho, y yo sentí que crecía física y mentalmente. Veía a la gente que se comunicaba así que aprendí algo llamado hablar, pero a veces nadie me escuchaba y entonces opté por gritar. Yo sólo quería atención, y claro que la obtenía, pero luego un gran regaño me ganaba. Con todo esto aprendí a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar y enfadarme. Sí, enfadarme pues a veces eran injustos los regaños, más cuando era algo importante lo que tenía que decir, pero hasta hoy nadie lo vio así; hubiese deseado que alguien escuchara mis pequeñas palabras por entonces. ¡Ah sí! También aprendí a desear.

Si contase tantas historias de seguro me llevaría más de un par de horas. De las experiencias que viví puedo decir que algunas fueron muy pesadas como cuando me propuse montar bicicleta, y terminé en el suelo con moretones en las rodillas. Lloré, sí pues eso también lo había aprendido, lo que no sabía aún era llorar por penas más grandes que un rasguño -cosa que no me tardé en aprender después-.

Mientras más minutos pasaba más cosas sabía, pero también me daba cuenta que más cosas ignoraba de cuanto había aprendido. Una taza a la cual echas agua se va llenando y haciéndose más grande en su contenido, pero ese contenido a lado del que puede caber en un jarrón aún es pequeño; y si lo comparo con un tanque esa agua en la taza era mucho más pequeña en cantidad. Me di cuenta que esto nos afecta también pues cuanto más nos llenamos, nuestro horizonte se expande y nos comparamos con algo o alguien más grande; luego pensé en que es allí donde nace nuestro espíritu competidor, y empecé a creer que debo llenarme más para sacar mejores calificaciones, o para ser mejor, o ganar un mejor puesto de trabajo, y a esto le llamé aprender -bueno en realidad no sé quién lo llamó así, sólo sé que en realidad no sé nada de nada-.

Otro día conocí a un ángel, y así llegó la hora de aprender amar. No es que no lo haya hecho antes pues amaba a quiénes siempre estuvieron conmigo, pero en este caso era algo distinto. Sí, no sé cómo explicar lo que no tiene explicación, pero puedo decir que era algo muy grande, mi corazón se salía de mi pecho y bailaba, brincaba, corría mientras mis manos temblaban, mi cara se sonrojaba y mis labios sonreían. Sin embargo, no duró para siempre, pero sí el recuerdo.

Como en todo, las cosas siempre empiezan y terminan; de hecho, se transforman como la energía. Después de estas vacaciones en la tierra, de seguro, volveré a casa para luego volver a estar de vacaciones. Lo cierto es que he aprendido mucho de esta experiencia, y al mismo tiempo es mucho lo que me faltó por aprender.

Aunque mi nombre es Alma, no pertenezco a un género específico, soy energía y en energía seguiré. Yo soy mi Alma, he venido a: mirar, hablar, esperar, gritar, llorar, enfadarme, desear, aprender, mejorar, evolucionar y amar, entre otras cosas. Mi gran interrogante es: ¿A dónde iré luego? Pues ni yo lo sé. Si acaso tú lo sabes, dímelo; si acaso lo descubro, te lo haré saber.

Alimenta el alma pues será nuestra vida, porque la vida es el reflejo del alma. Por eso pongo mi alma en cada cosa para que la vida fluya en ellas con amor, color y esperanza, pues ésta es mi vida, ésta es mi alma.



Waldylei Yépez



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lunes, 2 de enero de 2006

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No vendrás

Mirando la piel del agua
en la tranquilidad de la bañera,
y las olas que llegan hasta la tierra,
aquella que forma el vientre
junto a sus dos firmes islotes.

Perdiéndose en la paz del océano
que a la vez se vuelve separador,
en la ausencia de ese anclaje
que daría inmensa alegría al puerto.

Fantaseando una visita que una vez se haría
en mis sueños,
para cumplir la promesa hecha algún día
perdida en el tiempo.

Hablando con el viento que no deja de soplar
quien me ha confesado lo que no quise aceptar,
que nunca vendrías a mi isla
ni apoyaría mi cabeza en tu hombro,
que tus brazos no me protegerían
ni tus palabras me reconfortarían.

Pero todo puede cambiar, no dejo de soñar.
Ven a mí aunque sea un momento,
un nuevo romance podría nacer,
ése que nunca te atará, que nada malo traerá,
que tantas cosas quiere darte,
y muchas otras quiere hablarte.

Sin embargo, no vendrás,
aunque quiera darte tanto, no lo harás,
será el destino o no, no vendrás,
para qué soñarte, no lo harás.

En tanto tiempo u ocasión
mientras camino por la orilla,
jugando con la arena entre mis dedos
o acariciando las olas como el viento
me perdía en fantasías,
pensando en muchas cosas
que nunca pasarían, porque tú nunca vendrías.

Así viviré de sueños,
sobre lo que no se puede,
dejando de lado cosas,
y entre las espinas de mis rosas.



Waldylei Yépez



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