domingo, 16 de abril de 2006

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Eres tú (mi más grande amor)

Al nacer el sol se inicia la labor del obrero y de la bella que realiza la costura. Al doblez de la tela que se une con hilos, con esfuerzo ellos mantienen la casita que han construido.

En la cima de la vida no hace falta más nada porque ya se ha logrado todo, pues en la suavidad de una caricia se puede entregar el alma, y el amor suficiente para cubrir toda necesidad que naciera en el corazón o en la mente.

Cuando me siento caminar rumbo al cielo, puedo ver dentro de tus ojos más de una frase junto al sonido no entendible de tu voz y eso me hace sentir un amor inmenso. Tú, un pedacito de mí. Un ser puro que acaba de nacer de un amor puro, sin mancha ni ofensa. Es de tu mano de la cual quiero ir al parque, sentarme a mirar una película, contemplar el horizonte, bailar o llevarte a donde sea porque quiero vivir cada momento junto a ti, y quiero cantar todo lo importante que eres para mí.

Debajo de la lluvia nos esconderemos, y te guiaré a través de mis consejos. Te diré todo lo que aún mis labios no dicen. Me ahoga tu llanto, y evitaré en lo posible que marque tu rostro porque yo te cuidaré… mi más grande amor, mi más grande ilusión.

No importa el tiempo pues en mí muy bien guardado te llevo, y no habrá corriente que pueda derribar el recuerdo que te dejo. Vuela ave de paz, deja que mi amor entre a tu corazón que es tan grande y fuerte como el sol, que no teme a la lucha y tocaré para ti la más hermosa melodía. Viviré en cada momento hasta que muera por olvido, pero mientras el olvido aún no llegue aquí seguiré para decirte que soy quien más te quiere. ¡Te amo mi ilusión! ¡Te amo bebé de mi corazón!



Waldylei Yépez



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031.Eres tú (mi más grande amor).Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
26/03/06 10:15 p.m.
16/04/06 09:02 p.m.
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sábado, 15 de abril de 2006

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Te amo de letras

En mi vida escribí todo aquello que debía y lo que no, quizás sólo eso hice: escribir y escribir, pero sin llegar a manifestarlo en la realidad porque no tenía posibilidad alguna. Mis pensamientos en sólo letras se han convertido, en sólo letras… ¿y qué más que letras podría entregar si en sólo letras mi valentía existe?

Pero ahora que no tengo nada que decir y sí mucho que callar, ¿cómo hago? ¿Cómo escribir sin letras, sin razones y sin sentir? Las letras eran mi forma de decir cuánto amaba y creía, pero incluso ellas se han vuelto dolor; me ayudaron a liberar mi sentimiento y ahora me atan al sufrir porque cada vez que escribo lo único que hago es escribir cinco letras, pero si tan sólo

( T ) omaras mis manos, podrías
( E ) ncontrar el centro de mi latir.

( A ) veces, y todo el tiempo te siento dentro de mí,
( M ) as mi vida se ha detenido,
( O ) ¿será que nunca he vivido?

( D ) e verdad que la interrogante es sin respuesta, pero
( E ) stuve creyendo que nada de ti necesitaba, sin embargo

( L ) ejos estaba de la realidad,
( E ) ra mi manera de evitar pensarte y
( T ) raté de olvidarte una y otra vez.
( R ) aro es vivir por otro, respirar por otro, por otro ser,
( A ) decir verdad mi yo prefiere morir
( S ) i ya no estás aquí.

Pero, ¿cómo estás si nunca estuviste? Y es que nunca has estado, porque ni siquiera sabes mi nombre, y tampoco te importa pues lo más cerca que he estado es a metros de ti. Soy un desconocido… y ser un desconocido me parece poco, pero no puedo exigir aquello que no será mío.

Sólo letras y nada más que letras. En letras te amo, porque sólo en letras he podido amarte, y a su vez renunciar a ti. ¡Cuánto te amo! Pero te amo sólo en letras, en estas letras que me atan tanto, que me liberan tanto, y que tanto amargan mi existencia. Luché, mucho he luchado para que tú no veas esto porque mucho temo recibir de ti una burla; de los demás me importa muy poco, pero de ti sería un golpe bajo, inmenso golpe y un golpe trágico. Me escondo detrás de las letras para no admitir abiertamente lo que mis ojos gritan, los celos que a mi mente embargan por creerte en brazos de otro ser. Temo verte a los ojos, no aguantaría tu mirada, esa mirada de indiferencia que regalas a cuanto desconocido pasa por tu frente. Yo quisiera esa otra mirada, aquella que das al que llamas: «tu amor», aquella que sé que ese alguien no valora tanto como yo sí lo haría, pero la vida es vida y ¡cómo envidio su suerte!

¡Te amo! Y aunque mi amor es en letras aún así se siente, pues yo lo siento y lo sufro. Te amo de letras, y aunque es en puras letras… son ellas donde mi alma queda, donde mi latir se refleja, y donde vive lo que soy… porque soy… lo que reflejan mis letras.



Waldylei Yépez



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030.Te amo de letras.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
25/03/06 11:18 p.m.
15/04/06 08:17 p.m.

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sábado, 8 de abril de 2006

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Hola

Sé que detrás de mi firme mirada se encuentra la debilidad que jamás quise mostrarte. También percibo que esperabas más de mí ahora como yo esperé de ti ayer, pero todo ha cambiado tanto desde el invierno pasado. Te dije muchas cosas que eran duras de escuchar, y ahora me arrepiento de algunas de ellas. Tanto es así que se me ha hecho difícil el dormir, pero hoy quisiera decirte «Hola» y contarte algunas otras cosas porque me callé varias que eran importantes… aunque no sé si quieras escucharme. Recuerdo cuando eras mío y podía hablarte de todo… ojalá pudiese hacerlo de nuevo.

No trates de arreglarme porque no estoy rota. Me siento contenta de las muchas vivencias que he tenido, aunque sé que pudieron ser mejores. Ayer mientras tú estabas aquí fui inmensamente feliz, pero eso fue ayer. Hoy quiero decirte que sí eras importante para mí, pero déjame decírtelo empezando por un «Hola».

Quisiera sonreír y al final repetir las muchas palabras que mi mente piensa, entre ellas que estoy bien y que vivo pendiente de ti aunque no esté cerca. Sigues siendo importante para mí, y lo que más quiero es que todo te salga bien. Sé que muchas noches no pudiste dormir pensando en alguna que otra culpa, pero no hay necesidad de eso.

Déjame decirte «Hola» una vez más pues hay varios puntos que debo aclarar. Hablemos de lo que no hemos dicho, de las luces y las sombras, del presente y del olvido.

Déjame hablarte un par de minutos a solas. Déjame empezar simplemente con un… «Hola».



Waldylei Yépez



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029.Hola.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
08/04/06 10:31 a.m.
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sábado, 25 de marzo de 2006

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Ya no puedo volver

No puedes imaginar cuánto duele saber que no me amaste, y además creer que has jugado conmigo. Sin prever las consecuencias, echaste mi amor a la basura porque no te importaba. Por supuesto que alguien te esperaba, pero para tu mala suerte ella también te dejó. Y ahora vuelves para levantar las cenizas que dejaste de mi amor… lo siento ya no puedo volver. Es cierto que una vez me conformé con nada, pero ya no más.

Ve con ésa que aunque esté a tu lado jamás estará contigo. Ve con ésa a la que preferiste antes que a mí. Ve con ésa, al final ustedes están hechos tal para cual. Yo me encargaré de mí. Me encargaré de sanar, y de dejar de sufrir.



Waldylei Yépez



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028.Ya no puedo volver.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
26/03/06 12:00 a.m.

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Ya no me recuerdo

Hace tantas lunas que no sé de ti que creo poco me recuerdas ya, si es que aún lo haces. Te conocí en una conversación donde estuvimos con quien nos presentó. Recuerdo que el tiempo parecía tener prisa, pero yo no. Quería quedarme allí y hablar de todo. Inmediatamente sentí magnetismo, y preví cuán importante serías para mí. Lo que no esperaba era que tu nombre durmiera en mi pecho cada noche, y tu presencia caminase sobre mis huellas.

Alguna vez visitamos el mar, y la luna nos arropó con su luz mientras cada uno prometía nunca alejarse. Pero te fuiste, y aún a esta hora yo te espero porque no hay forma de olvidarte, ni de sacarte de mi respiración pues dentro de mí llevo tu aliento.

Veo pasar la luz y la sombra; el agua y el hielo; el transitar de las hojas en la carretera; todo se va, pero tú no. A veces deseo con toda mi fuerza no saber más nada de ti porque quiero alejarme, pero no puedo.

Ya no existe un tiempo anterior a ti, porque el inicio de mi vida fue cuando te conocí. Sonará raro esto, pero ya no me recuerdo… porque antes sabía quién era al mirarme en tus ojos, y eso no lo hago desde hace mucho. Me olvidé de mí, pero no me olvido de ti. En cambio tú… tú te olvidaste de mí esa misma noche de abril. La noche cuando fue tu partir, y empezó mi sufrir.



Waldylei Yépez



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027.Ya no me recuerdo.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
25/03/06 11:38 p.m.

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martes, 21 de marzo de 2006

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Pasos de mayo

Cuando pierdes el autobús estás segura de que otro vendrá más allá, siempre formando cadenas porque detrás de lo uno encontrarás a lo otro. Mientras pasa la tarde sabes que saliste temprano en la mañana, y que regresarás en la noche; que cuando se acaba la mantequilla debes ir a comprar otra; que ha sido un día difícil, pero mañana podría estar peor porque detrás de lo uno… encontrarás a lo otro.

Mientras va en marcha el paso del año siempre esperas tener más suerte, porque al iniciar el Año Nuevo te llenaste de nuevas y renovadas esperanzas. Pediste prosperidad y paz para los tuyos; anhelabas arreglar la casa, y tantas cosas más. Sí, son muchos los planes a corto o mediano plazo. Jamás esperamos que las cosas cambien dramáticamente, y por lo general, los cambios queremos hacerlos nosotros porque tendríamos control de cada uno de ellos. Pero cuando entra en juego lo que algunos llaman destino, pues lo cambia todo.

Los pasos dejan huellas. Unas mil veces caminadas porque se vuelve a caminar sobre ellas, y otras intactas en una sola pisada. También están las huellas que nunca se dejan, y aquellas que nunca se borran a pesar del paso del tiempo. Paso tras paso, y huella tras huella, las frías marcas que el paso de mayo deja…

Entra la mañana a la capital, se cierran las puertas al salir del hogar. Se oye el sonido de un autobús que te lleva a prisa pues se hace tarde para entrar al salón de dibujo; como todo el tiempo, te fue más o menos bien, y a la hora del almuerzo a casa otra vez. Paso a paso caminas a tu hogar, en la calle ni alma que mirar, pero una puerta que cerrada siempre está, ya no lo está. Ves un círculo de amigos que raro te parece encontrar, sigues caminando y allí está tu mamá limpiando la casa. Qué raro, no fue a trabajar aunque se subió contigo al autobús en la mañana.

Nubes pasajeras que derraman sus escarchas rojas, limpiando e inundando la calle que te encuentras al andar. Serpientes y cobras que cobardemente atacan a quien mucho pan de vida ha brindado, a quien en libertad ríe y a su familia aprecia; a quien se ha esforzado en volverse firme pilar de humanidad, porque a los que son buenos: ángeles he de llamar. Fina línea del tiempo reducida a segundos. Ventanas que guardan más de un secreto de rápidos destellos filosos que marcan el fin de los tiempos, de la mano del polvo explosivo, la idea macabra y la cobarde ejecución, basados en el simple poder del dinero porque la ley es no meterse con el que tiene, aunque sea para defender al que no tiene. Un acto de hielo, una voz que se apaga y la luz se consume, un manantial de bondad que se seca tan sólo por codicia y por orgullo. Aguas que se vuelven mares rojos de historias, recuerdos olvidados e imágenes imborrables, presencias incomparables y la rabia que como fuego arde.

Los pasos del día se vuelven pesados en ocasiones. Querer huir del momento lo puedes hacer, pero huir de la realidad nunca. Los pasos de mayo fueron terribles, marcaron dolor y marcaron rencor, dejaron un por qué y un dolor latente que vuelve a nacer porque ocho años no son suficientes para olvidar lo inolvidable. Un 14 de mayo marcado en la mente de muchos niños y adultos. Cuando algo existe sabes que a su momento dejará de existir, pero aún así hay ocasiones en que el saber la verdad no te hará sentir bien, y mucho menos sabiendo que son cosas evitables. La verdad siempre sale a la luz, pero incluso eso no prenderá la mecha de la vela apagada. Aún hay ríos y mares rojos que se han vuelto océanos, y vidas que se han vuelto tristeza. Sigue lloviendo, pero espero que escampe y los ríos de las calles se sequen, para volver a transitar por ellas y tener la seguridad de no ser parte del agua que allí se encuentra.



Waldylei Yépez



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026.Pasos de mayo.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
21/03/06 10:58 p.m.

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martes, 14 de marzo de 2006

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Me enamoré de ti

Veme aquí, sentada en la historia y con vista al tiempo, mientras por mis pies pasa la arena del sendero y sobre mis mejillas chocan las palabras del viento. Viento que a su vez mece las hojas de un árbol, árbol que si miro hacia arriba forma mi cielo. Aquí estoy, pretendiendo ser sincera conmigo mientras miro las nubes que van formando figuras y arrojando escarchas al vacío, escarchas que se esparcen mientras los rayos de luz tocan la clorofila. Pienso en los milagros que habitan el mundo y transitan por él, ángeles de sueños, rostros y reflejos, y entre todos ellos la excepción, la diferencia… tú.

«Me enamoré de ti» así dice mi mente traidora que no deja de pensarte, y que no para de soñarte cuando debiera descansar por las noches; y es que suena tan sencillo… tan simple, como si esas palabras fueran tan fáciles de sentir, como si todo fuese una simple frase, y he descubierto que no es así, que para poder decirte «me enamoré de ti» he pasado por más de un sentir, y por más de un pensamiento.

He fusionado mi mente, cuerpo y alma a un sólo propósito: el vivirte en esta hora, en este día o de aquí en adelante. Volví a soñarte despierta mientras mi pensamiento teje un mundo perfecto, un mundo de rosas y palabras bonitas que no tendría fin porque no dejaríamos que acabase. Un mundo donde hay espacio para el perdón y mis letras tienen sentido, donde mi corazón vive y late por ti, donde soy capaz de amoldarme para convivir.

A esta hora y a toda hora nunca miro el reloj, porque no me gusta ver este tiempo en el que no estás, y estando junto a ti tampoco quiero ver la hora de tu marchar. ¿Sabes? Hay tantas cosas que me gustan de ti. Tienes algo en la voz que me estremece, y algo en la piel que me magnetiza. Mariposas revolotean a la mitad de mi ser, palabras a medias y mis ojos que sólo a ti buscan, que sólo a ti siguen.

¿Por qué he de sentirme así? En mi mente no hay respuesta, pero la mente no ama; a ella sólo le corresponde analizar, y de análisis el amor no vive. Grande es mi desesperación por verte. Qué loco es que, a pesar de la distancia, te sienta a milímetros de mi corazón. Qué loco es decirte que me enamoré, pero ¡qué linda es la locura donde vivo! ¡Qué lindo el tiempo en que estás conmigo! ¡Qué lindo sería tomarte de las manos y besar tus labios! ¡Qué lindo sería decirte que te amo! Porque quiero ser libre de gritar al mundo lo que siento, porque quiero decirles que tú miras más allá de mis ojos, que son de tus labios de los que quiero un beso y mil más, que es entre tus brazos donde quiero descansar, y que sí, que tu amor me hace volar y me hace soñar.

Tu ausencia sólo es la excusa para anhelar más tu presencia. Es más, ella ni siquiera existe porque nunca estás ausente, porque siempre estás aquí cuando te encuentras lejos. Pongo mis manos sobre mis ojos, los tapo como lo haría aquel que va ser sorprendido, y siempre que los destapo espero encontrarte frente a mí; serías la sorpresa más hermosa y la que más me haría feliz.

«Me enamoré de ti» era algo que muchas veces temí decir al no saber si me corresponderías, pero llegué a un punto donde era tan grande mi sentir que ya no cabía en el gran espacio que abarca un corazón. Esto que siento ya no lo puedo ocultar. A fuego está tu nombre escrito en mi ser. Amo lo que eres. Te amo desde el alba al anochecer.



Waldylei Yépez



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025.Me enamoré de ti.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
14/03/06 11:33 p.m.
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miércoles, 8 de marzo de 2006

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Solo quería decirte

Mi valioso sueño, mi adorable amor,

Hoy me he despertado con muchas ganas de verte —aunque toda la noche estuviste conmigo mientras caminabas en mis pensamientos—, pero esta mañana en particular me haces más falta que nunca. Jamás he dejado de pensarte, es sólo que quizás dejé de decírtelo, como también desde hace mucho no te digo que te quiero porque pensé que era obvio.

Hace meses recordaba tus palabras y las mías, como cuando aquella vez cambié mi “te quiero” por un “te amo”… sí, creí que ya era hora de decirlo. Aún sonrío al recordarlo. Y qué alegría cuando me respondiste de la misma manera.

Recuerdo todas las cartas que, como ésta, te envíe junto con algunas fotos hechas postales. Hasta ahora no sé si llegaron en su totalidad porque con ese asunto de las guerras, enviar algo a otro sitio se hacía muy difícil. No sabes cuántas veces soñé con ser un ave para poder migrar hasta ti, o quizás ser del tamaño de un reloj para poder enviarme a mí misma por correo. Yo sólo quería zarpar en un barco con rumbo a la felicidad, tomar un avión o el tren, lo que fuera.

Amor, hoy he sentido unas enormes ganas de hablarle a tu corazón, y mientras escribo mi mente vaga en la ilusión más grande que he tenido. ¿Sabes? Cuando quiero verte, me quedo muy quieta mientras me fusiono al silencio cerrando mis ojos muy lentamente, luego te veo hablándome de lo que nunca dijiste. Me lleno de ternura, y subo mi mano hacia tu rostro para acariciarlo muy despacio, perdiéndome en tu mirada y respirando a tu ritmo.

Hace tiempo que no me escribes, y aún espero con la misma ansía leerte. La última vez pregunté si me querías, y dijiste simplemente “claro”… no me molesta, es sólo que esperaba leer un “te quiero” de nuevo. Ya hace medio siglo que no lo dices… bueno prefiero pensar que fue ayer, mientras aún espero.

Sé que he sido muy torpe, y me comporté como una niña poco responsable —cuando aún era una niña—, pero a medida que crecí fui aprendiendo mucho. Sí, es cierto que no lo viste, pero cuando lo hagas estarás orgulloso.

Yo sólo quería decirte que aún te amo, y que no olvidé todo lo que dije. Que aún recuerdo cuando soñábamos con estar juntos, que aunque ha pasado el tiempo yo aún te espero porque sé que estaremos juntos como lo prometimos. Porque éramos el uno para el otro, esa media mitad.

Sólo quería decirte que entre las líneas se va mi alma, que aún recuerdo con dolor cuando nos separamos, y que mis manos ya están cansadas… pero que dentro de mí las letras no se acaban.

Espero con gran ilusión una pronta respuesta, mientras se despide quien te amó medio siglo, y quién te amará el resto de lo que quede del tiempo.

Con amor, tu niña.



Waldylei Yépez



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024.Solo quería decirte.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
08/03/06 10:56 p.m.
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sábado, 4 de marzo de 2006

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Sin más que decir

En las sombras de una casa medio vacía
pretendía esconder lo que soy,
pretendía esconder cualquier cosa
pues mis paredes jamás me delatan,
y jamás me enseñan nada.
Pero aún sin querer enseñarme
yo aprendí de su silencio.
Aprendí que ya es hora de callar,
y que es hora de mirar,
mirar las mil y una cosas
que están a punto de pasar.
Y éste es mi último aliento de letras
hasta que tenga otra cosa que decir,
o hasta que tenga más trozos para escribir.
Vivo entre recuerdos e ideas,
vivencias o experiencias
serenas o aplastantes,
y en mi mente agobiantes.
Vivo del que vive
porque soy quién aprendiendo sigue;
porque sólo estando en sus zapatos
entiendo de la vida, y los malos tratos,
o de las cosas buenas que se acercan.
Aprendí del amor en la vivencia,
de ese amor espiritual
que va al cielo y más allá.
También he querido aprender
a tener fortaleza de pared,
para estar de pie sin llorar,
y dejar de derramar lágrimas al andar.
Pero me ha sido imposible,
pues son ellas las compañeras de mis ojos,
las que yacen en mis alegrías, tristezas o enojos.
¡Ay! Quiero ser como tú, pared,
quisiera que me enseñaras tantas cosas;
quisiera escuchar sin juzgar ni culpar;
guarecer y proteger a quienes amo;
aprender de tu silencio
porque mucho he herido con palabras,
y por eso ha sufrido mi alma.
Sin más que decir
aquí detengo mi lápiz,
y en mi gaveta, por ahora, le guardo
junto a muchas páginas blancas que vacías se hallan,
esperando el momento de llenar el vacío,
en el instante de un nuevo día, de un nuevo brío.
Detrás de la voz me quedo, detrás de mi yo,
aquí en soledad me siento a esperar
a ver si me enseña a no llorar.
A despedirme de lo que se me ha ido
sin culpas y sin castigos.
No soy una niña, pero tampoco una mujer aún,
es mucho lo que me falta por ver,
por escribir y por hacer,
pero en la música nace la pausa,
y la pausa es parte de ella
porque contribuye para hacerla.
Las lágrimas no han sido malas
porque ellas forman parte de mi enseñanza;
tienen protagonismo en quién soy
y marcan el camino a dónde voy.
Mis andanzas continúan,
y en mi camino letras hallaré,
las de ahora y las de siempre,
y las que nunca escribiré.



Waldylei Yépez



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023.Sin más que decir.Colección Andanzas 2006.Waldylei Yépez.docx
04/03/2006 11:00 p.m.
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lunes, 27 de febrero de 2006

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Yo para ti estaré

Aunque existan muchas vivencias en el camino,
y el tiempo pase volando,
tú y yo seguiremos siendo,
no importa que estemos bajo distintos cielos.
Sólo cierra tus ojos y allí me encontrarás
para acompañarte en tu soledad.

Porque cuando me necesites, allí estaré.
Te prestaré mis labios
cuando los tuyos no sonrían.
Y si tus ojos no ven el camino,
podrán acompañarte los míos.
Cuando tus manos se cansen, yo te ayudaré.
En mis hombros podrás apoyarte.
La labor de mis oídos será escucharte,
y mi boca tratará de guiarte.

Porque no importan las distancias,
yo estaré, así como tú has estado.
Has disculpado mis ofensas,
y también me has perdonado.
Me has regalado tu lealtad, y me apoyaste cuando más necesité.
Gracias por mantenerme de pie.

Es cierto que el tiempo ha pasado,
pero tú no perteneces al pasado.
Cada día me acuerdo de ti
porque todo el tiempo estás aquí.
No importa que el cielo sea gris,
siempre pintas un arco iris para mí.

Y qué lindo es que no olvidemos
que prometimos seguir unidos por el lazo del cariño.
Qué lindo porque mientras eso sea así, a tu lado seguiré,
y, por siempre, yo para ti estaré.



Waldylei Yépez



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27/02/2006 4:30 p.m.
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