jueves, 2 de diciembre de 2010

Entrevista: ¿Quién es Waldylei Yépez?

Presentador: ¡Bienvenidos! Me alegra mucho que estén presentes acá, en esta entrevista que haremos a la escritora Waldylei Yépez.
>> Waldylei, gracias por tomarte el tiempo de conversar con nosotros ahora. Y me gusta mucho decir conversar, porque eso queremos. Encontrarnos con la escritora y con la persona, conocerla en la medida de lo posible pero sin tanto formalismo. Gracias por estar aquí con nosotros. ¿Cómo te sientes?

Waldylei: Muy bien, gracias. Me contenta poder conversar un poco, creo que será entretenido.

P: Seguro que sí. Cuéntame Waldylei, tú no acostumbras a dar entrevistas, ¿Te inquieta participar en ésta? ¿Te sientes cómoda?

W: Creo que el sentir que me embarga es la incertidumbre, el no saber qué se preguntará... pero los retos están ahí para enfrentarse a ellos. Es cierto, no estoy acostumbrada, sin embargo, pienso que ésta es una gran oportunidad para compartir siendo yo misma, y no solamente la autora de una obra. Por ahora, estoy cómoda... vamos a ver cuánto me dura (Risas).

P: Pues ya veremos (Risas). Bueno, pero he de advertirte que esta entrevista será distinta. Siempre dices, y se puede leer en tu portal, que estás bajo tu propio protocolo ¿No? Entonces yo te voy hacer la entrevista bajo el mío. ¿Te parece?

W: (Risas) Claro, claro que sí.

P: ¿Sabes qué pasa? Resulta que a mí me pasaron una lista de preguntas para ti… Sin embargo, no me interesan. Por ejemplo, aquí tengo la pregunta: “¿Cuál es tu autor favorito?”. No me interesa. “¿Cuál es tu libro favorito?”. No me interesa. Es exactamente lo mismo que se preguntaría a cualquier persona, y no me interesa… Así que, como ya te dije, haré la entrevista a mi manera…

W: (Risas) No tengo problemas con eso…

P: Muy bien. Empecemos entonces: En primera tengo curiosidad de algo. Algunos te llaman, o te han llamado, poeta o poetisa; tú te designas como escritora… Si yo dijera: “Estamos con la poeta Waldylei Yépez” ¿No habría ningún problema?

W: Me temo que no sería del todo correcto…

P: ¿Por qué?

W: Pues porque no soy poeta. Si bien es cierto que, de repente, puedo escribir algunos versos (poesía texto libre), lo que mejor se me da es la prosa, la narración en sí. Quien me catalogue como poeta, estaría equivocado.

P: Es decir, que no te puedo llamar poeta…

W: No.

P: “No”… ¿Así a secas?

W: Así a secas…

P: Eso es lo que yo llamo una respuesta concreta. (Risas) Bueno, bueno, pasando a las cosas que sí nos compete: Tengo una serie de preguntas aquí para ti, hechas por mí y no las que me dieron, que espero quieras y puedas contestar. A todo esto, ¿Puedo hacer preguntas personales?

W: No.

P: ¡Oye! ¡Pero tú no das ni oportunidad de que uno insista aunque sea! (Risas).

W: (Risas).

P: Vamos a ponernos serios entonces y pasemos a la primera pregunta. ¿Desde cuándo escribes?

W: Escribo desde el año 2001. De ese año es el primer texto que he mostrado públicamente, pero mi primera creación fue como dos años antes. Aquella creación, iba ser parte de una evaluación final de la asignatura de castellano. Lo hice con la colaboración de una prima, que me ayudó a desarrollar algunas ideas, y la ilustración de otra prima.

P: ¿Alguna vez mostraste ese texto en Internet?

W: No, y no pienso hacerlo. (Risas)

P: Desde 2001 a la fecha, son muchas cosas las que has escrito. ¿Qué se siente ver todo el camino recorrido?

W: El encontrarme con textos muy viejos, y verlos el día de hoy con todo el bagaje de conocimiento que se posee, de repente no me parecen ni “aptos” para permanecer en línea. Sin embargo, respeto mucho mis obras (creo que todo creador debe tener respeto para cada una de sus creaciones) y no se me pasa por la cabeza sacarlas, o suprimirlas del portal. Eso por el lado de la autocrítica que uno siempre tiene. Ahora por el lado bonito, ellas representan todo el camino que has recorrido y que te hacen notar que de verdad mejoraste la manera de expresión, e incluso que ahora tienes más orden al exponer tus ideas. Me llena de orgullo y satisfacción ver ese camino, es bonito.

P: Autocrítica… Lo acabas de mencionar. ¿Qué tan critico de uno mismo debería ser cada autor?

W: Eso depende de cada uno. En mi caso soy muy autocrítica, pero como diría Paulo Coelho: no nos debemos dejar paralizar por ella.

P: ¡Se encienden las alarmas literarias! Y ahora te pregunto: ¿Crees que los libros de Paulo Coelho son Literatura?

W: (Risas).
>> Este… ehmmm… (Risas).

P: ¿Qué te parece gracioso Waldylei? ¡Yo quiero reírme también! (Risas).

W: Mira, si tú buscas en Internet y sobre todo en Facebook te darás cuenta de cuánta gente odia a Coelho. Algunos dan sus argumentos, otros apenas saben decir que es porque gana plata con sus libros, por tanto según ellos eso es lo único que le importa a Coelho. Contéstame tú: ¿A quién no le gusta ganar plata? ¿Tú crees que si el que critica, fuera el que se gana esa plata, estaría criticando? Nada que ver… Ellos alegan que: “hay muchos que se creen educados porque agarran un libro de Coelho, y además dicen que es un maestro de la pluma”. Pero, ésa es la misma actitud de la gente que se cree educada por criticar a Coelho. En esencia, tienen el mismo comportamiento pero dirigido hacia dos cosas distintas. El que se sienta más educado por tomar un libro de Coelho o por criticar a Coelho, está haciendo exactamente lo mismo.
Es cierto, Coelho gana plata, viaja de aquí para allá, participa en instituciones internacionales… ¿¡A quién no le gustaría estar en sus zapatos!? (Risas) Sobre todo escritores, ¿Sabes lo que es publicar libros en todo el mundo, traducirlos a varios idiomas? Eso se llama trascender todas las fronteras… ¡Maldita envidia! (Risas).
Si tú buscas grupos de Facebook que odien a Coelho, vas a encontrar que apenas están conformados por decenas o cientos de personas. Busca la página oficial de Coelho y te darás cuenta que va rumbo a los cuatro millones.
Cuando un autor llegue a tener lo que tiene Coelho, entonces ahí podemos hablar y decir cuál es el mejor en escribirle a la gente, no a la élite literaria, escribirle a la gente…

P: “Élite literaria”… ¿A qué te refieres?

W: A todo aquel que se cree más inteligente, y más que los demás, por leer a un círculo de libros o autores que sólo “la gente ilustre” es capaz de comprender. La gente común y corriente no podrá entender “la literatura pura”, sino aquella que es más accesible… eso hace personajes como Coelho, que no se enrollan sino que buscan que todos logren comprender el mensaje… Me da la impresión de que, para la élite literaria, si algo lo comprende todo el mundo: ya no es literatura. Me recuerda el tweet (11/11/2010) de Alberto Montt: “Hay cada pelmazo que le gustan grupos, humoristas, artistas, series, etc. Sólo mientras son desconocidos.” Eso, más o menos, concuerda en esencia con lo que acabo de decir. Es lo mismo que le pasa a Isabel Allende, todo lo que escribe se vuelve Best Seller y los críticos literarios la critican por eso sencillamente. ¡Se gana plata señores! ¡Eso es todo! ¡Y la maldita envidia es mucha!
Para los “literarios”, libros de autoayuda son algo menos que “basura”. No te voy a negar que haya libros de libros que provoquen quemarlos, pero no son solamente de autoayuda… Vamos a estar claros en eso.

P: Si los libros de autoayuda son “basura”, ¿Qué es lo que se cumple para que un libro sea catalogado como literatura? Porque no puede ser solamente que haya sido escrito por un Neruda o un Vargas Llosa…

W: Hay teorías que prescriben cómo se puede clasificar: si literario o no literario, pero eso ya es otro tema que habría que profundizar…

P: Bueno, pero me gustaría que alguna vez nos conversaras acerca de eso…

W: Puede ser. No lo descarto, cuestión de hacerlo cuando pueda.

P: Considerando que hay reglas para la clasificación: literaria y no literaria. Waldylei Yépez, ¿En qué categoría entraría?

W: (Risas).
>> Si nos guiamos por ciertas críticas, probablemente sería “no literaria” y aún así otros me llaman “literaria”. Ahora, si me preguntas a mí cómo me considero, te diré: “Escritora de libre texto, idea y pensamiento… ¡Bajo Mi Propio Protocolo!”.

P: Pero, ¿Literaria o no literaria?

W: Prefiero decir: Expresiva.

P: Hablaste de “criticas”. ¿Cuáles han sido?

W: En lo que respecta a la exposición de mis ideas o textos, me han llamado “cursi”. En otra oportunidad, me dijeron que escribía con “sabiduría barata de libros de autoayuda”. Y por expresar que cada persona tiene razones para creer en lo que cree, me llamaron “bélica”. No sé, cada loco con su tema. La gente cree lo que quiere creer, entiende lo que quiere entender… y escupe lo que es tan amargo que no se puede tragar, así lo generen ellos mismos. Nada más que decir.

P: Así es la vida, Waldylei. No a todos les agradamos, pero tampoco todos nos odian. Y tengo poderosas razones para decir esto último, resulta que vamos a sacudirnos esas criticas con palabras de cariño. Pues nos pusimos en contacto con gente que te quiere, y además ellos nos ayudarán a conocerte.
>> En primera, quiero que el señor Walo San nos hable de ti. Vamos a ver qué nos dijo:



“Waldy, como de cariño me permite decirle, es una artista que se ha desarrollado constantemente. He leído todas sus obras desde que la conozco hace 8 años, por lo que eso me ha permitido verla desarrollar su talento a través de los años.
Las obras de Waldy siempre tienen una constante, el mensaje que inspira, el mensaje que no es invasivo o imperativo al pensamiento del lector, el mensaje que ofrece una reflexión profunda, pero a la vez sencilla sobre las cosas de la vida.

La inspiración de Waldy ha pasado por diferentes etapas o bloques que al pasar del tiempo ha agrupado en Colecciones, imagino que ella misma se dio cuenta que su inspiración pasaba por estos bloques y al reconocerles, decidió darles su tiempo y momento, esto mismo le da al lector una idea de lo que encontrara en las colecciones, pero además, el conocimiento de las etapas de Waldy como escritora y ser humano.

La imaginación de Waldy es amplia y dulce, franca pero no de dureza, puede describir la dulzura de los momentos con bastante facilidad y los contrasta con la franqueza de la vida, sus escritos son como melodías suaves con momentums de fuerza en la notas, melodía que al final desenlaza pausadamente y en ocasiones de manera inesperada.

Como persona sucede lo mismo que con sus obras, su voz es dulce, su cuerpo es estilizado y su mirada es penetrante, como de aquella persona que nos conoce bien. Es muy querida por sus amistades, de allí que el lector pueda comprender perfectamente el fruto de ella, sus obras.

Puedo predecir fácilmente que Waldylei llegará muy lejos en la obra literaria, y ahora lo digo con más confianza que esta preparándose para tener más herramientas para sus obras, solo espero que la vida me de el momento para ver ese día.

Invito a todos los lectores a leer las obras de Waldy, pues estoy convencido que no terminaran ni con las manos, ni el corazón vacíos.

Atte
Walo San”

P: Walo habla de la inspiración, de la reflexión... en realidad, de muchas cosas. ¿Qué ingredientes dirías tú que tienen tus obras?

W: Como escritora pienso que las obras deben aportar algo a quienes las leen y, por lo general, eso es lo que sucede. Hay diversos componentes en cualquier obra, entre ellos la característica humana que no es otra cosa que la discusión, o la presencia de temas que siempre han ejercido influencia en la vida de los seres humanos. Nunca se escribe para decir nada, siempre hay algo que decir. Pienso que uno de los principales ingredientes, como tú lo expresas, sería la reflexión. Creo en la verdad de que una obra debe hacer reflexionar al lector, acerca del tema que se trata, pero "tocar" a ese lector de alguna manera, que piense en lo que se dice y que tome de la obra lo que mejor le haya parecido.

P: Walo menciona en su carta, precisamente sobre la reflexión, que entregas un mensaje "no invasivo o imperativo al pensamiento del lector". ¿Cómo logras que tu mensaje no sea invasivo? ¿Te consideras una persona objetiva?

W: Ehmmm... Cuando tú quieres expresar algo, no creo que una actitud de "imposición" sea positiva. De hecho, predispone al lector a rechazar, muchas veces sin siquiera analizar de verdad, lo que se escriba. Pienso que es el lector quien debe elegir por sí mismo "su verdad", y no que un texto se la imponga. Resulta más, y es más respetuoso, exponer esto y lo otro dejando que sea él quien tome lo que más pueda gustarle. ¿Objetiva? Existe la Subjetividad de la Objetividad (Risas). No sabría qué responderte al respecto, aclamarme como objetiva sólo encendería la hoguera de quien podría considerarme muy subjetiva, y decir que soy subjetiva sería contradecir a quienes consideren que soy objetiva. Así que esa respuesta se la dejo al lector...

P: Fiel a tu filosofía no invasiva (Risas).

W: (Risas)

P: Y como no nos conformamos con sólo una opinión, queremos conocerte otro poco más a través de las palabras de Arnaldo Rodríguez:


“He leído aproximadamente 5 textos de Waldylei Yépez, que son extraordinarios y sobre todo fascinantes e interesantes, ya que me ha dejado una reflexión, porque son cosas que pasan o que nos pasan en la vida. Yo recomendaría a mis amigos leer los textos de Waldylei Yépez, para que conozcan sobre ella y sus textos, Waldylei es una súper escritora, cada historia que escribe con esos personajes tan asombrosos que hacen que el texto sea fascinante; Waldylei Yépez es la única escritora que he conocido que escribe historias que son realistas, que son de la vida cotidiana, no he ni escuchado de otro escritor (a), que haya escrito como ella, ella es un signo de admiración, la admiro muchísimo, es la 2da persona que admiro; su inteligencia es sorprendente, porque cuando da algún consejo son de gran utilidad para uno, y siempre tiene razón en las cosas que dice y de las cosas que piensa. Waldylei es una persona muy brillante no creo que exista otra persona como ella, la respeto y la quiero muchísimo. Uno de los textos que ha escrito y que más me ha gustado es: Las Ruinas del Castillo, es una historia muy linda y con una reflexión positiva y realista; los personajes que tiene son llamativos porque tienen que ver con nuestras emociones, de verdad que los textos de Las Ruinas del Castillo son estupendos, yo recomendaría a muchísimas personas que lean esos textos para que se den cuenta que lo que dicen en esas líneas es 100% verdadero. Waldylei sigue así, con esa inteligencia y carisma que tienes, porque eres persona súper especial y una gran escritora. TQM. Saludos
De: Arnaldo Rodríguez”

P: Wow, muy potentes sus palabras... Hay algunos aspectos que se repiten, como el realismo y abordar cosas de la vida cotidiana. Sin embargo, Arnaldo agrega a los personajes de tus obras como algo destacado, por lo visto le dan atractivo. ¿Qué características dirías tú que poseen tus personajes?

W: Él menciona mucho a "De las ruinas del Castillo", así que pienso que se refiere a esos personajes en particular... Creo que lo que destaca de ellos es que representan en sí mismos aquello que nos conforma como seres humanos, la diferencia es que ahora se usa una metáfora de Castillo y sus guerreros. Dentro del texto tenemos a la Razón representada por un guerrero, al igual que la Intuición, y así otros muchos personajes. Lo que los hace destacar pienso que es verlos "de otra forma", he allí donde radica lo que a él puede impresionarle.

P: Entonces, ¿Podríamos decir que son tu herramienta para consolidar los conceptos que quieres expresar de una manera sencilla para el lector?

W: Totalmente. Son ellos los que hablan y expresan las cosas, posteriormente será el lector quien tomé de estos personajes lo que quiera tomar. Dicho esto, me parece interesante recordar que no todos entendemos las mismas cosas, o le damos exactamente la misma interpretación, porque si algo poseen los textos es Polisemia, que quiere decir que puede tener distintos significados.

P: Mmm… Entonces por ahí va la manera de no ser invasiva ¿No?... ¿Recalcas mucho los rasgos que te interesan de los personajes para hacer llegar tu mensaje? ¿Son como los típicos personajes con formas de ser muy definidas o resultan ser más complejos?

W: Es importante dejar muy claro cómo es el personaje, pero tampoco exagerar en ese particular. Si queremos que los personajes "se parezcan" a las personas que viven en la realidad, entonces deben ser complejos porque así somos nosotros. No se trata de que un personaje sea cien por ciento malo o cien por ciento bueno, los personajes (al igual que las personas) oscilan en sus comportamientos... Eso los hace definitivamente complejos.

P: Por lo visto no buscas simplificar los problemas a la hora de describir algo. ¿Cómo explicas entonces la facilidad con que te haces entender hacia una gran variedad de lectores?

W: Creo que es gracias a la característica humana de una obra... Éstas son cosas "nuestras", pues no somos ajenos a "la locura de la razón", a "la valentía de las emociones", "al poder de la autocrítica para doblegar a la razón". No somos ajenos a esos hechos, son cosas que nos afecta en mayor o menor proporción. Lo importante es que te comuniques con palabras sencillas, ése es el requerimiento. Además, el uso de analogías puede ayudarte mucho, para que personas que de repente no tengan mucho conocimiento de algo puedan comprenderlo, es sólo llevar lo que quieres decir a una forma "más familiar" al lector, el resto lo hará él mismo a través del interés que tenga en el tema, por ejemplo.

P: Por supuesto que sí.

W: Antes de continuar, me gustaría aprovechar eso que mencionaste: “Gran variedad de lectores”, para hacer notar que Arnaldo (quien envió el último comentario expuesto) es un adolescente que comienza a interesarse en lo que es el mundo de la Expresión (para no llamarlo “literario”). Él es prueba inequívoca de que los textos pueden ser entendidos por cualquier persona, sin limitante de edad. Me llena de mucha satisfacción cuando él se acerca a mí con alguna inquietud, que le generó el texto, y podemos conversar de ello. Me encantan sus aportes, sus ideas, su participación… Él es un muchacho de un alma muy hermosa y muy buenos sentimientos. Yo sé que a su momento encontrará lo que tanto espera. Fe Arnaldo, las cosas suceden cuando deben suceder… ¡Gracias por enviar tu lindo comentario!

P: Hablemos del tema de la metáfora... ¿Cómo construyes una metáfora? ¿Cómo logras hacerlas calzar con lo que quieres expresar?

W: Las metáforas nacen dentro de lo que es el proceso creativo, que en palabras sencillas sería como: "una manera distinta de expresar algo". No sabría decirte si se trata de que quiera expresar una idea y busco una metáfora, o es la metáfora que viene antes y a partir de ella viene el mensaje (Risas). Lo que sí es cierto es que la observación te ayuda muchísimo, el que tú veas cómo funciona algo, que lo analices miles de veces si es preciso. También te puedo asegurar que con mucha práctica, las metáforas van saliendo cada vez mejores y que todos tenemos la capacidad de crear cosas maravillosas, si ése es nuestro propósito.

P: La observación ciertamente es importante y ahora estoy siguiendo tu consejo... Veo que eres una persona muy analítica y, sin embargo, hay algo muy relevante respecto a la carga emocional de tus escritos. Específicamente habla de la intensidad con que se "viven" tus obras. ¿Crees que está reñida la emocionalidad con el raciocinio? ¿Qué le dirías tú a las personas que piensan que así es?

W: Por alguna razón, me hiciste recordar "De las ruinas del Castillo" (Risas). Allí se dice que para que exista equilibrio ambos, Razón e Intuición, deben estar presentes. Yo creo firmemente en que nuestra razón no debe estar enemistada con la emoción, por el contrario, pienso que cuando trabajan juntas es mucho más positivo para nosotros. Si dejamos que nuestra razón se apodere del control tendremos problemas, al igual que sucedería con la emoción. Cuando existe un equilibrio de razón/emoción es cuando comienzas a Ser lo que Eres de verdad.

P: Con todos estos datos dan ganas de leer "De las ruinas del Castillo" (Risas)

W: (Risas)

P: Y veo que esta obra marca, de alguna manera, un hito importante en tu vida de escritora pero... ¿Qué más hay de Waldylei Yépez? Tenemos todo un desarrollo de situaciones de la vida misma, apuntando hacia el desarrollo personal, con un mensaje positivo como nos dice Arnaldo, pero no es tu única temática ¿Verdad?

W: No. De hecho, lo monótono me agobia... por tanto, intento no caer en un círculo de siempre lo mismo, cosas que han hecho otros escritores y que al leer un par de obras te das cuenta de eso. De repente podrías verme haciendo una crítica a alguna situación que me parece injusta, o puedes verme toda romántica y enamorada. Me gusta poder escribir sobre cosas distintas, aunque no ha faltado quien me diga que me "queda más bonito" escribir sobre tal cosa, como por ejemplo cartas de amor. No puedo, de verdad que como escritora, no puedo concentrarme en sólo escribir sobre eso, sería como quedarme con un color de la vida y omitir el resto de los colores. Y no, la vida no es así, la vida no tiene un sólo color... tiene muchos. Y yo escribo de la vida, así que me verás escribiendo de "varios colores" pues así debe ser, según mi parecer.

P: Concuerdo contigo... Se puede ver esto también en tus obras, hay de amor y desamor, de ilusión y desilusión... ¿Cómo logras llegar a estas obras? ¿Cuánto hay de tus vivencias personales en ellas?

W: Muchas, muchísimas veces cuando he publicado cosas tristes, me llegan intentando darme palabras alentadoras, de consuelo... Y la verdad es que no necesariamente estoy triste o dolida. Con esto quiero decir que, mi herramienta para crear obras, principalmente, es la empatía. El ponerme en los zapatos de la otra persona, es algo que te ayuda mucho a la hora de escribir. Sobre vivencias personales, es imposible que una obra no tenga nada de ti como autor, pero no quiere decir que escribas acerca de tu vida. Por ejemplo, escribes un texto donde un personaje le encanta el perfume tal, y resulta que ése es el que te gusta a ti precisamente... son detalles pequeños o más grandes los que puede dejar el autor, sin embargo, y es algo que repito mucho: "La obra no es el autor", no hay que confundir eso, pero resulta que muchas veces se confunde y uno termina haciéndose la idea de que el autor es exactamente como su obra. A la final no es así, nunca ha sido así completamente (a menos que el autor de verdad quiera escribirse a sí mismo).

P: Por supuesto, como en una autobiografía... Para finalizar con las opiniones de tus lectores, tenemos las palabras de Mariangel Alvarez, quien nos da una visión más personal de Waldylei:





P: Muy afectuosa la opinión de Mariangel, nos dice sobre ti que quieres "regalarle al mundo un pedacito de su vida y de la vida misma". ¿Cómo describirías aquello de regalar al mundo "un pedacito de la vida misma"?

W: Esa es una pregunta difícil, y creo que quien mejor podría responderla es ella. Lo más que yo podría decirte es que, mi intención es la mejor al escribir esos textos, y que ésta es mi manera de expresarme: a través de las letras. Lo único que yo espero es que el mensaje pueda ser de utilidad para alguien, si esto es así entonces el objetivo se ha cumplido, es decir: valió la pena escribir, y eso es lo importante.

P: Muy centrada tu respuesta... Y así es Waldylei, una mujer de gran inteligencia, analítica y observadora. No es invasiva, nos habla de manera sencilla sobre las cosas de la vida como dice Walo. Crea personajes cautivadores e interesantes como lo menciona Arnaldo. Usa la empatía y la metáfora para llegar a su público de manera intensa, y todo esto en busca de entregar algún aporte, algún mensaje importante, un pedacito de la vida misma como nos dice Mariangel.
>> Muchas gracias Waldylei por compartir en esta entrevista, de verdad ha sido sumamente grato e interesante conversar contigo, creo que quedan aún cosas pendientes pero ya habrá más instancias.

W: Muchísimas gracias a ti, y al interés de quienes han leído todo esto (que es bastante largo) pues si han llegado hasta aquí es porque se tuvo interés y paciencia (Risas). Muchas, muchas, muchas gracias a Walo San, Arnaldo y Mariangel por tan bellas palabras…

P: Así es. ¡Muchas gracias por las colaboraciones recibidas! Colaboraciones que hacen posible conocer a través de otras personas a nuestra autora.
>> ¡Hasta una próxima oportunidad!

W: ¡Muchas gracias!

Esta es una producción exclusiva para la Red DkX. 2010.
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lunes, 8 de noviembre de 2010

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De las ruinas del Castillo III: Abriendo las Puertas del Infierno

017. De las ruinas del Castillo III: Abriendo las Puertas del Infierno. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Cada hombre es un Castillo. Cada Ser, su Creador.

Mientras en la sala principal el público aclamaba a Razón, en su cuarto-celda la Llama del Amor y Confianza permanecían encerradas.

- Tenemos que salir de aquí -. Decía Confianza, mientras miraba por la ventana aquel espectáculo que protagonizaba Razón.

- Es difícil, hasta para el Amor, ir en contra de todos aquí dentro. Mi objetivo es el bienestar del Castillo, pero hay cosas que terminan por apagar mi flama -. Contestaba con tristeza.

Toc, toc. Sonó la puerta del cuarto. Luego la manilla viró y entró uno de los Generales de Intuición.

- Buenas noches -. Dijo Valentía.

- Buenas noches. ¿Qué se le ofrece mi General? -. Preguntó la Llama.

- Le escuché atentamente cuando se enfrentaba a Razón; creo que usted tiene un buen argumento. Quiero preguntarle algo: ¿Puede encontrar a Intuición y a Corazón? ¿Puede llegar al sitio donde están? Me han dicho que sólo Intuición y Razón saben dónde queda, nadie más… -.

Por un instante, la Llama miró a Confianza de manera dubitativa. Volvió su mirada hacia el General y le dijo:

- El Amor siempre puede encontrar al Corazón, si el Corazón desea ser encontrado -.

El General se quedó mirándola con firmeza y seriedad. Luego le dijo:

- Confiaré en su palabra, y le acompañaré a donde sea necesario con el objetivo de encontrarlos -.

- ¿Traicionarás a Razón? -. Preguntó Confianza con sorpresa.

- No se trata de traicionar, se trata de actuar en el modo que uno considera más justo. Y la justicia sólo existe cuando Razón e Intuición están a cargo del Castillo, no sólo uno de ellos -. Respondió Valentía.

- Los guardias… -. Comentó la Llama.

- Por suerte, ellos están bajo mi mando y están dispuestos a apoyarnos. Usted sólo indíquenos hacia dónde debemos ir… -.

La Llama asintió y salieron sigilosos de aquel cuarto.

Caminaron por diversos pasadizos, algunos bastante oscuros y tenebrosos.

« El Amor, cuando es acompañado por la Confianza y la Valentía, todo lo puede… Incluso enfrentarse a las más profundas oscuridades, para encontrar a un Corazón perdido ».

Los guardias llevaban antorchas consigo.

- Parece que estuviéramos caminando sobre la oscuridad, y no en un pasadizo oscuro -. Comentó alguien con recelo.

- El Amor llega a enfrentarse a tantos obstáculos como oscuridades existen. Al final, el Amor es más fuerte -. Respondió la Llama.

- Eso espero… -. Murmuró entre dientes otro del grupo.

Ruidos los rodeaban, murmuraciones que no podían entenderse. La Llama comenzaba a sentirse mal; Confianza intentaba que se apoyara en ella. Amor le decía que estaba bien, que continuaría el camino. Y así estuvo por mucho rato, hasta que de súbito se detuvo. Se quedó como intentando escuchar algo.

Mientras tanto, dentro de la Caja de Cristal, Corazón se puso muy inquieto. Se levantó de su asiento como intentando escuchar algo.

- ¿Qué sucede, mi Señor? -. Preguntaba Intuición.

Corazón lo miro y se puso el dedo sobre los labios, señal de que se guardara mucho silencio. Se acercó entonces a donde podía verse la puerta de aquel sitio, y colocó su mano encima cerrando sus ojos.

En el pasadizo seguían quienes buscaban la Caja de Cristal. De repente, sus antorchas se apagaron y los guardias fueron invadidos por el temor, al darse cuenta que no podían volver a encenderlas. Además, las oscuridades les hacían ver espectros muy cerca de ellos, se sentían vulnerables porque no podían defenderse.

El Amor pedía silencio y calma. Cerró sus ojos.

- Hay veces que parece que el Amor es ciego, que no tiene ojos. Pero no saben que el Amor aprendió a defenderse entre las oscuridades que querían asustarle, entonces comenzó a guiarse con su sexto sentido, porque lo que veía con sus ojos podían engañarle. Cierren los ojos y los espectros externos no podrán asustarlos -.

Amor dio algunos pasos hacia delante, indicando que no la siguieran. Luego se detuvo y cruzó hacia su derecha. Se detuvo nuevamente y colocó su mano, extendiendo su brazo, sobre una superficie sólida que se encontraba allí.

Dentro de la Caja de Cristal, Corazón abrió los ojos de súbito y aún manteniendo su mano sobre la puerta, dijo:

- Me encontraste… -.

Intuición se extrañó del comentario.

- ¿Qué dice mi Señor? -.

Del otro lado de la puerta, Amor se sonrió y dijo:

- Te encontré -.

La puerta de la Caja de Cristal comenzó abrirse. Ambos quitaron sus manos, y cuando la puerta terminó de abrir ellos se encontraron uno de frente al otro.

- Pero, ¿Cómo logro llegar aquí? -. Preguntaba Intuición claramente sorprendido.

Valentía que se encontraba a unos metros, escuchó la voz de su Director. Abrió los ojos y a lo lejos podía ver luz saliendo de un cuarto. Dio orden a sus acompañantes y se dirigieron al lugar. Allí encontraron a la Llama del Amor junto a Corazón, y el Director Intuición.

- ¡Señor! -.  Saludó el General.

- ¡Valentía! -.  Dijo Intuición.

- La Llama del Amor nos guió hasta ustedes -. Le informó.

Intuición asintió.

- ¿Dónde está mi hermano? -. Preguntó entonces.

- Debe regresar de inmediato, Razón está al mando y no todas sus órdenes parecen ser la mejor opción -.

- ¡Vamos! -.

De repente, la Llama del Amor tomó muy fuerte la mano del Corazón y lo miró con suma preocupación. Corazón entendió su mensaje, pues entre el Amor y el Corazón la comunicación a veces no necesita de palabras.

- ¡Intuición! -. Dijo Corazón mirándolo. - Debes regresar… ¡Ahora! -.

La urgencia del tono de Corazón no era nada bueno. Comenzaron a moverse con rapidez de vuelta a la sala principal, pero no llegarían tan rápido como querían.

En la sala principal, aún Razón era aclamado por sus guerreros. Su sonrisa expresaba la victoria que aún gozaba.

- Podemos sentirnos seguros, estos cambios que se han propuesto le harán muy bien al Castillo y sus habitantes -. Decía Razón.

Entonces un guerrero entró corriendo y gritó a Razón.

- ¡Señor! Debe ver esto -.

Razón asintió y fue a ver. Lo escoltaron varios Guerreros Triunfo e Ilusiones.

Pasaron por otra sala, que era bastante grande, y siguieron hacia un pasillo que llevaba a una gran puerta de piedra. El guerrero que fue avisar, le hizo señal con el dedo que mirara al centro de la puerta. Razón miró, entonces firme y agresivamente preguntó:

- ¿Quién rompió los sellos de esta puerta? -.

El guerrero dijo que no lo sabía. Razón se acercó a la puerta y colocó su mano encima, de repente podía sentir ciertas vibraciones con sus dedos. Su cara mostró preocupación, pero como todo guerrero que va a una guerra y sabe del peligro, enfrentaría la situación con coraje y la determinación de que no importa morir, sino defender al Castillo hasta el final. Las vibraciones se incrementaron, la urgencia se posó en su rostro. Quitó la mano de la puerta y comenzó a retroceder.

- Retírense… -.

- Pero Señor, ¿Por qué? ¿Buscamos a quién rompió los sellos? -.

- Ya no importa quién rompió los sellos de esta puerta… quiero que se retiren -.

Razón seguía dando pasos hacia atrás, caminando de espaldas. Pero los guerreros no entendían por qué, y ellos no se movieron. Comenzaron a sentir que el piso se les movía, como un temblor.

- ¡CORRAN! -. Gritó con desesperó Razón, echándose a correr de regreso a la sala que estaba cerca.

Fue entonces cuando aquellas puertas de piedra se abrieron de súbito, quedaron abiertas de par en par. Una ola terrible de viento y calor fue expulsada hacia ellos, pero el mismo viento y calor retrocedieron al ser succionados por la puerta. Esta succión era tan fuerte que, los guerreros fueron halados hacia dentro. Se escuchaban gritos, algunos intentaron agarrarse de las paredes. Razón también fue arrastrado sobre el piso por la presión, sin embargo pudo resistir. Otros no lo lograron.

- ¡RESISTAN! -. Gritaba Razón.

Una gran luz de llamas infernales mostraba aquel terrible sitio, al cual poco a poco estaban cayendo los guerreros que acompañaban a Razón. Como se abrió, así mismo se cerró la puerta de súbito. La succión dejo de hacer efecto sobre los guerreros que quedaron en el pasillo.

Razón temblaba de impotencia, acababa de perder varios seguidores.

- ¡SALGAN DE AQUÍ! -.Todos corrieron.

Al llegar a la sala contigua, Razón destrozó una mesa de rabia por los guerreros que había perdido.

- Señor, perdimos varios guerreros Ilusión allá -. Dijo uno de los que habían quedado. - ¿Qué es esa puerta? -.

- Las puertas del infierno… Quien rompió los sellos sabía que esto pasaría, quiero que lo busquen y me lo traigan… ¡Ya! -. Una profunda ira albergaba a Razón.

Varios de los seguidores, corrieron a la sala principal en busca de apoyo.

- Las Ilusiones son los primeros en irse al infierno -. Se escuchó de repente una voz masculina.

Razón, que estaba cabizbajo de la rabia, subió la mirada e intentó buscar la fuente de aquella voz. Miro alrededor y divisó una silueta en un rincón oscuro de esa sala.

- ¿Quién eres? ¡Da la cara! -. Le gritó.

La figura se movió hacia delante. Su rostro fue iluminado y Razón pudo ver quien era.

- Tú… -.

Aquel era otro guerrero que llevaba armadura. Su cara también estaba protegida, apenas tenía descubierta la boca y se podía ver su sonrisa maliciosa. Dio unos pasos hacia delante.

- El Guerrero Razón… Escuché que estás a cargo del Castillo, pero no por mucho… -.

- Tuviste que haber sido tú… Los sellos…-.

Se escuchó una leve risa, pero sólo un poco pues aquel otro mantenía los labios cerrados. Risa burlesca y llena de crueldad.

En ese momento, llegaron algunos guerreros Triunfo a la sala.

- Señor, buscaremos al culpable de inmediato… -. Dijo uno de ellos, sin darse cuenta que Razón tenía de frente al guerrero de armadura.

- No creo que sea necesario buscar… -. Contestó Razón sin quitarle la mirada a su oponente.

- Qué bueno que han llegado, así nos divertiremos más… -. Nueva risa burlesca señalando hacia el pasillo, que iba hacia la puerta de piedra.

Razón miró de reojo hacia el sitio y vio el llegar de otros guerreros, estos vestían armaduras oscuras.

- ¿Quiénes son? -. Se escuchó a alguien preguntar en voz alta.

- Ellos son los guerreros llamados: Errores… Eran parte de mi grupo y ahora son mis enemigos, y por ende, enemigos del Castillo -. Contestó Razón.

- Así que te acuerdas de ellos, Razón. ¡Bravo! Pero igual tienes una cuenta pendiente, que te van a cobrar dentro de muy poco, te lo aseguro -.

Los guerreros Triunfo y Errores se prepararon para la lucha.

- La lucha entre Ángeles y Demonios… -. Decía el de armadura mientras sonreía con malicia.

Razón estaba preparado para sacar su espada de un momento a otro.

- ¡Que se escriba en la historia este día! ¡El día en que yo: el guerrero Autocrítica, doblegó al guerrero Razón! Que se abran las puertas del infierno, el lugar a donde te llevaré Razón y también a tu hermanito Intuición. Sólo equivocaciones son capaces de cometer, ustedes no sirven para nada. No saben hacer otra cosa que destruir al Castillo, creyéndose la excusa de que hacen lo mejor por él. No han sabido actuar nunca, hacen todo mal… Yo, lo arreglaré -. Decía la Autocrítica con soberbia.

- Te crees muy perfecto… -.

- Tus propios Errores, Razón, te llevarán al infierno esta noche. De eso puedes estar seguro… -.

Razón desenvainó su espada.

- Cielo versus Infierno -.

- Ángeles y Demonios -.

- Jamás dejaré que te quedes con el Castillo…-.

- Mírame convertirme en el nuevo Emperador -. Y se lanzó sobre la Razón con su espada oscura y afilada.

Mientras tanto las puertas del infierno volvieron abrirse, y comenzaron a salir viejos fantasmas y demonios del pasado. Los cristales de las ventanas y espejos, se rompieron explosivamente. Gritos y murmuraciones se escuchaban entre los pasillos y pasadizos.

Aún en el camino, de regreso a la sala principal, Corazón le advertía a Intuición que había un nuevo ataque al Castillo.

- Pero es imposible -. Decía Valentía. - Yo mismo me cercioré de que todas las puertas estuvieran cerradas, no había forma de que recibiéramos un ataque externo -.

- Éste no es un ataque externo, sino que viene desde adentro -. Advertía Corazón.

- Imposible…-.  Replicaba Valentía -. Nadie se hace daño a sí mismo desde adentro -.

- Eso no es cierto -. Contestó la Llama del Amor. - Los peores fantasmas viven dentro de nosotros. Ellos sí pueden destruir al Castillo, porque pueden atacar al núcleo directamente. Los ataques internos pueden llegar a ser mucho peores que los externos -.

- ¡No podemos permitirlo! -.

- Debes ayudar a tu hermano, todos estamos en peligro ahora -. Le decía Corazón a Intuición.

Corrieron tanto como podían.

« Aguanta hermano, aguanta ». Pensaba Intuición mientras corría.

En la sala de la batalla, los guerreros Triunfo y Errores se destrozaban entre ellos. También de un golpe, Razón cayó al suelo separándose de su espada. Autocrítica se preparó para dar la estocada final y ejecutarlo. Y mientras reía con maldad, le dijo:

- La Autocrítica doblegó a la Razón esta noche. Te he ganado…  -.



“Los monstruos son reales y los fantasmas también, viven dentro de nosotros y algunas veces son los que ganan”. (“...Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win”). Stephen King.


Continuará…

08/11/2010 03:25 p.m.
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viernes, 29 de octubre de 2010

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Fuerte

Fuente Imagen: Google Images.

A veces vamos caminando despacio a través de la ciudad,
y mientras otros nos miran… nosotros les miramos,
llegando a ver mucho más de lo que ellos querrán aceptar.
Nos reunimos en las entrañas de la gran ciudad
y más de alguna idea se me cruza por la cabeza,
tan sólo pienso y observo, observo…
cada cambio en las expresiones de los rostros,
puedo saber quién sonríe de verdad
y para quién sólo es una costumbre.
Me siento fuerte entre las entrañas del mundo,
ahí caminando sobre las piedras de la calle,
sintiéndome tan imponente ante las hormigas,
pero más pequeño que la ínfima parte del espíritu que me conforma.
Fuerte, pero más débil de lo que es conveniente expresar
y pienso en todo lo que no puedo expresar.
Fuerte, nuevamente fuerte
para dejarme creer en lo que me puedo convertir si creyera en mí.
Sentada entre decenas de personas
y una situación que no me deja ir,
algunos huyen de las ventanas que muestran la inmensidad,
mientras otros vagan en la diversidad…
Entonces pienso:
"Aquí está el mundo, y yo en medio de él
puedo elegir creer y ser,
hacer y ceder,
puedo elegir entre ser fuerte y perder,
observar y conocer".
Mi pequeña sonrisa pasará inadvertida,
como los sueños o pesadillas que sólo conoce mi almohada.
Me gustaría ser fuerte otra vez.
Me estorba el pasado, la televisión que suena,
los gritos de la vecina y las heridas que no cicatrizan.
Miro mi cabello y está desorganizado
pero mis pensamientos se dirigen al mismo camino:
Ser fuerte, quiero dejarme ser fuerte,
porque sé que lo sería si lo creyera, si me lo dijera.

Fuerte, fuerte otra vez…
Waldylei Yépez
09/09/2010 12:55 p.m. Santiago de Chile.
Inspirado por una melodía
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sábado, 16 de octubre de 2010

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De las ruinas del Castillo II: El Imperio de Razón

016. De las ruinas del Castillo II: El Imperio de Razón. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Cada hombre es un Castillo. Cada Ser, su Creador.

Se escuchaban las risas entre los pasillos. Todo era un festejo en aquella sala, la principal del Castillo. Se hizo un banquete en honor a Corazón; a él podía vérsele con una sonrisa inmensa. La puerta principal estaba totalmente abierta y sin nadie que vigilara, pues así había sido su orden. Corazón quería vivir en un sitio donde el miedo, a ser atacado, no limitara la belleza de su entorno. Entonces, quitó la vigilancia de todo el Castillo, dejando así el paso a todo visitante o experiencia que quisiera llegar.
El Guerrero Razón no estaba muy de acuerdo y se opuso totalmente, pero Corazón convenció al Guerrero Intuición y éste cedió a su petición.

- No me gusta la idea. ¡Estamos expuestos! ¡Somos vulnerables! -. Gritaba Razón.
- Corazón piensa que no es necesaria tanta coraza en el Castillo, nuestras últimas experiencias han sido muy satisfactorias hermano. De mi parte, le doy mi voto a esta petición y sé que no comprendes el por qué, pero ya verás que todo estará bien -.
- Si algo sucede Intuición, tú llevarás la responsabilidad de lo que pueda pasarle a Corazón, y serás tú quien se lo explique al Creador… -. Sentenció Razón.

« ¡No me interesa lo que diga mi hermano! Mi deber es proteger a Corazón, y lo haré… así sea en contra de su propia voluntad ». Pensaba.

En la fiesta del banquete, Corazón bailaba con los habitantes del Castillo que incluían a Intuición, pero Razón estaba muy cauteloso mirando a todos lados como un fiel guardaespaldas.

- ¡Relájate Razón! ¡Hoy estamos de fiesta! -. Le decía Corazón mientras lo empujaba a la pista de baile.
- Bailaré después -. Se excusaba echándose hacia un lado.

De repente, otro guerrero se le acerca a Razón y conversan en voz baja. Éste se había convertido en su mano derecha.

- ¿Qué tal la fiesta? -. Le dijo sonriente.
- ¡No me vengas con esas cosas, Desconfianza! -. Le respondió.

El Guerrero Desconfianza permanecía cerca de Razón, según lo que le conviniera a este último. Razón sabía que él podría serle muy útil, además lo había nombrado el siguiente al mando después que Corazón cometiera la locura de desproteger al Castillo. Ambos permanecían muy pendientes de todo lo que ocurriera a los alrededores.

- Tranquilo mi Señor, yo me he encargado de todo lo necesario… ya sabe, por si surge alguna sorpresita inesperada -. Le decía Desconfianza.
- Eso espero, espero que estemos preparados por si acaso…-.
- Ya sabe que la desconfianza siempre nos hace dar un paso adelante… -. Le sonreía con malicia, como aquel que sabe más de lo que dice.

Continuó la fiesta sin mayor percance.

- ¡Qué extraño! -. Se escuchó a alguien decir. - No nos avisaron que habría una tormenta, pero el cielo está muy oscuro -.

La mayoría siguió sin prestar mayor atención, pero Desconfianza y Razón no estaban tan seguros de que “no fuese nada”. Se miraron entre ellos. Desconfianza asintió, como si le estuviera diciendo que captaba su mensaje. Dejó el vaso que llevaba en la mano y salió rápido de la sala.

Razón se acercó a una de las ventanas. Miraba con recelo.

« Esto no puede ser bueno… Cielo oscuro… Estamos muy vulnerables; hasta el más mínimo ataque podría llegar a esta sala ». Pensaba.

Desconfianza salió del Castillo. Miró a los alrededores y aunque ya era de noche, estaba mucho más oscuro que de costumbre.

- Esta oscuridad es más espesa… es más… perversa -. Se dijo para sí mismo.

En un momento dado, comenzó a escuchar un leve sonido. Pero no podía ver nada a lo lejos, la niebla también se había hecho presente. Se apresuró a llamar a otro guerrero fiel a Razón, le dio un recado y le dijo que era urgente que Razón lo supiera. El guerrero corrió a la sala.

Llegó a la presencia de Razón y en voz baja repitió las palabras de Desconfianza. Asintió. Luego Razón le dijo algo al oído, la expresión de premura se posó en el rostro del guerrero, el cual salió corriendo poco después. Razón siguió mirando por la ventana, su rostro se endureció.

- Esto no es bueno… -. Se escuchó la voz de Desconfianza que llegó al lugar. - Aún no puedo asegurarlo, pero si estoy en lo correcto el sonido a lo lejos podrían ser caballos y vienen directo hacia acá -.
- ¿Guerreros? -.
- No puedo asegurarlo, la niebla es muy densa -.
- ¿Ves esa niebla más oscura que hay en el cielo? No es niebla común, son espíritus malignos… -. Lo miró con firmeza.
Desconfianza entendió.
- Podemos defendernos… -.
- A mi señal, las sueltan…-. Desconfianza asintió. - Ve a tu puesto, y prepara a los muchachos -.
Desconfianza corrió en medio de la fiesta. Los demás lo vieron pasar, pero no causó mayor impresión.

Afuera era aún mayor el sonido del galopar de los caballos. Razón por fin pudo divisar a los mismos, supo cuán grande era el ataque.

« ¡Rayos! ».

Mientras, Corazón bailaba en medio de la sala. Entre los presentes, así saliendo de la nada, una daga lo apuñala de muerte por la espalda. Él suelta un grito de dolor y cae al suelo.

Al otro extremo de la sala, Razón grita a todo pulmón mirando por la ventana:

- ¡CIERREN LAS PUERTAS! ¡CIERREN EL CASTILLO! -.

Pero ya era muy tarde, los caballos y sus soldados los habían rodeado y algunos entraron al recinto. Comenzaron a volar grandes rocas que, con lanza piedras, llegaban desde el lado enemigo y las mismas chocaban contra el Castillo creando un horrible sonido de guerra.

Razón subió la mirada, los espíritus malignos también habían llegado.

- ¡GÁRGOLAS! -. Y se abrieron unos pasadizos secretos, en el piso, a lo ancho de Castillo, entonces desde las oscuridades se veía cómo figuras monstruosas con alas salían. Las inmensas Gárgolas, protectoras del Castillo y arma infalible contra espíritus, brujas y maleficios, se alzaban y atacaban en defensa del recinto.

Dentro del Castillo todo era un caos, a los guerreros al mando de Intuición les había caído por sorpresa el ataque y no llevaban sus armas consigo. Por su parte, Intuición estaba preocupado por Corazón quien había sido herido a traición por alguien que se infiltró. El Corazón había sido traicionado. Intuición trató de protegerlo de nuevos ataques, pero muy pronto se vio rodeado de muchos enemigos.

« Abrimos nuestras puertas, y quedamos a merced del mal ». Él pensaba.

- ¡Razón! -. Gritó Intuición.

Razón se volteó y vio que Corazón estaba herido, además rodeado de mucha plaga que quería exterminarlo. Saltó y corrió al lugar. Llegó como todo un guerrero con su espada, y entre él e Intuición protegieron a Corazón.

- ¿Ahora estás satisfecho? ¿Ves lo que provocó tu ingenuidad? -. Le gritó Razón a Intuición con total rabia y reproche. Intuición sólo calló, sabía que se había equivocado.

Entre los espíritus y los soldados del mal, apoyados de sus grandes piedras, destrozaron mucho el Castillo en pocos minutos. Aquello había sido un cataclismo, y un golpe de muerte a Corazón.

Razón le gritó a su hermano.

- ¡Lleva a Corazón al lugar seguro! ¡Debemos protegerlo! -.
- Yo debo quedarme contigo, lo enviaré con otros soldados -.
- ¡No! Nadie lo protegerá como alguno de nosotros dos, y sólo tú sabes cómo llegar a ese lugar a parte de mí. ¡Tú debes ir con él! -.
- Razón e Intuición deben estar juntos, fue la orden del Creador -.
- ¡Yo soy más fuerte que tú! ¡Yo puedo manejar esto! Si dejas morir a Corazón nada tendrá sentido, y si él muere será por tu culpa. ¡Tú nos llevaste a esto! ¡Es tu culpa Intuición! Te lo advertí, esto era muy fácil de deducir pero no me escuchaste, aunque sea hazlo ahora y trata de enmendar un poco lo que tu sentimentalismo le ha ocasionado al Castillo -.

Intuición no supo qué decir. Miró firmemente a Razón, después se volteó y ayudó a Corazón a levantarse y juntos se dirigieron a los pasadizos más secretos de todo el Castillo. En el camino Corazón le decía.

- Tú debes estar junto a Razón, debes quedarte con él. Sólo cuando están juntos es que puede existir equilibrio en el Castillo. Juntos son más fuertes -. Decía Corazón.
- Lo sé, mi Señor. Pero también es cierto que todo esto es mi responsabilidad, así que primero lo llevaré a un lugar seguro y regresaré a la batalla -. Contestó.

Las gotas de sangre caían de vez en cuando al suelo.

- ¿Cómo está mi Señor? -.
- Un Corazón puede aguantar muchos golpes, mi fiel Intuición. Incluso puede aguantar las puñaladas que le dan, puede desangrarse pero no morirá. Un Corazón muere, si y sólo si él quiere morir…-.

Lágrimas de impotencia derramaba Intuición. Había puesto “en bandeja de plata” a su Señor, no lo había protegido como él prometió. Ahora él se desangraba; es mucha responsabilidad saber que por tu culpa, se desangra un Corazón.

En la sala principal del Castillo, continuaba la guerra. Razón, ahora también al mando de los guerreros de Intuición, luchaba contra todas las fuerzas siniestras que amenazaban al Castillo.

En otro lugar, en uno de los tantos pasillos, se escuchaba correr a alguien. Se abrió una puerta y la sombra pasó hacia dentro de una habitación.

- ¡Tenemos un gran problema! -. Gritó una voz femenina.
- ¿Qué sucede, Confianza? -. Otra voz femenina le contestó.
- Mi Señora, Llama del Amor -. Se hincó ante ella. - El Castillo está siendo atacado por fuerzas del mal, a través de todos los flancos -.
- ¡¿Dónde está Corazón?! -. Le preguntó sumamente preocupada.
- Nadie lo sabe, la última vez que se le vio iba acompañado de Intuición. Mi Señora, él iba herido… todos creen que ahora está escondido en algún lugar, al cual nadie tiene acceso -.
- Debemos encontrarlo, Confianza. Si el Corazón no está presente, la Llama del Amor se apagará… y es muy difícil encender un Amor ya extinto -. Le dijo con premura.
- Pero, ¿Cómo lo vamos a encontrar? -.
La Llama del Amor se quedó pensando.

« Cuando el Corazón se aleja y cae en la distancia. Cuando un Corazón es encerrado en una Caja de Cristal, a favor o en contra de su voluntad… sólo un Gran Amor puede rescatarlo de su encierro, sólo un Gran Amor es capaz de pasar a través de las oscuridades, a través de las más intensas sombras y salir victorioso. Sólo un Gran Amor puede encontrar y rescatar a un Corazón herido y atrapado ».

- Yo puedo encontrarlo -. Contestó la Llama del Amor. - Pero necesitaré de tu ayuda, Confianza -. Culminó.
- Yo seré su fiel compañera, Llama del Amor. La protegeré y ayudaré para que su flama no se extinga -.

Salieron del cuarto con la firme intención de no darse por vencidas.

« Sólo el Amor puede romper el cristal, donde esté encerrado un Corazón ».

Por su parte, la guerra contra el Castillo era fuerte. Razón era el máximo líder ahora, y junto a sus tropas pudo hacer retroceder al enemigo. Los sacaron del Castillo y cerraron las puertas. Se dio la orden de cerrar absolutamente todo el Castillo, y así se hizo. Las Gárgolas se apostaron en las fachadas exteriores a vigilar, para ese momento la niebla de maleficios y espíritus también había cedido.

- Amigos… -. Razón se dirigía en un discurso a los presentes. - esta noche hemos sido atacados, de la forma más vil, por nuestros enemigos. Corazón e Intuición confiaron en que todo estaría bien, y el mal se aprovechó para darnos un golpe bajo. Esta noche el Castillo se ha convertido en ruinas, como pueden verlo. Intentaron destruirnos y en cierta forma lo lograron. Dañaron a nuestro Corazón, pues él confío y creyó estar rodeado de seres que le querían, pero fue traicionado cuando menos lo esperaba. Corazón está ahora con mi hermano, Intuición, en una Caja de Cristal y donde ya nadie podrá hacerle daño. ¡Es nuestro deber protegerlo! ¡Ya no vendrá nadie más a querer dañar nuestro Corazón! -. Se escuchaban los aplausos. - Les aseguro que ésta es la mejor decisión que hemos podido tomar. ¡Corazón debe permanecer para siempre en ese sitio seguro! -.
- Es cierto -. Se escuchaba entre murmuraciones.
- Guerreros bajo el mando de Intuición, ¿Están de acuerdo con nosotros? ¿Podemos contar con ustedes? ¿Son ustedes fieles al Castillo, a las nuevas decisiones que se han tomado? -. Preguntaba Razón.

Los Generales se miraron entre ellos. No sabían cuándo Intuición volvería, pero estaban seguros que él estaba cuidando en persona a Corazón.

- Nosotros seguiremos la iniciativa de nuestro Director Intuición. Él ahora está protegiendo con su vida a Corazón, y hubiera querido que nosotros hiciéramos lo mismo. Por tanto, los Guerreros del Sentimiento ahora estarán bajo el mando del Guerrero Razón. ¡Somos fieles al Castillo! -.

Se escuchaban aplausos.

- A partir de ahora, no existirá ni un solo pensamiento, idea, ni nada que no pase por la supervisión de Razón. Todo, absolutamente todo, lo aprobaré o rechazaré bajo los criterios que correspondan, y que garanticen el bienestar de los habitantes del Castillo y la de nuestro Señor Corazón. Toda Emoción y todo Sentimiento será manifestado, si y sólo si tiene autorización previa de la Razón. Se comenzará a controlar y a ordenar, con el propósito de preservar la integridad de lo que nos quedó en estas ruinas. El exceso de confianza e ingenuidad nos llevó a donde estamos ahora: ruinas; ahora nos toca tomar acciones, aplicar la lógica y la deducción, entonces estaremos bien… -.
- ¡Sí, Señor! -. Gritaron al unísono. - Combatiremos a su lado, y daremos nuestras vidas por el Castillo y por Corazón -.
- ¡Eso no está bien! -. Se escuchó una voz.
- ¿Quién ha dicho eso? -. Preguntaba Razón.
- He sido yo -. Se mostró entonces la Llama del Amor, junto a su compañera Confianza.
- ¿Por qué dices que no está bien? -.
- La solución jamás podría ser encerrar a Corazón en una Caja de Cristal, y mucho menos para siempre. Debemos sacar a Corazón de donde está encerrado, y sí: encerrado, que no es lo mismo que estar protegido -.
- No entiendes, queremos que él esté bien -.
- El fin no justifica los medios -.
- Estás equivocada, y no voy a dejar que pongas en peligro a nuestro Corazón. Arréstenla -.

El guerrero Desconfianza quería tener el honor de arrestarla, pues siempre ha sido contrario al Amor, y por tanto, ahora quería ser su opresor. Entonces Confianza se opuso sacando su espada.

- El problema no es entre nosotros, Confianza -. Le dijo Desconfianza.
- Soy fiel compañera del Amor, y no dejaré que intentes siquiera estar cerca de ella -.

Desconfianza desenvainó su espada.

- ¡Esto no es necesario! ¡Nuestros enemigos están afuera, no aquí! -. Se escuchó a alguien decir.
- Nosotros no permitiremos ni que el Amor o la Confianza intenten poner en peligro a nuestro Corazón, si hemos de reprimirlas… lo haremos. Depongan sus armas. Esto no debe ser una guerra entre nosotros, pero si ustedes quieren… responderemos -. Decía Razón con el rostro endurecido.

La Llama del Amor colocó su mano sobre el hombro de Confianza. Ella asintió y guardó su espada. Desconfianza sonrió con malicia.

- Ustedes -. Dijo Razón señalando algunos guerreros. - Escóltenlas hasta el cuarto del Amor, y que ninguna salga de allí… a menos que yo lo ordene -.
- ¡Sí, Señor! -. Y las llevaron de regreso al cuarto. Allí quedaron encerradas.

- Mi Señora, si no encontramos a Corazón su flama se apagará -. Decía Confianza.
- Me temo que ya comenzó a pasar, y no porque no esté Corazón sino por el inmenso frío que ahora embarga al Castillo -. Miraba por una ventana con mucha tristeza.

Al otro lado del Castillo, Intuición se encontraba con Corazón.

- ¡No puede ser que nos hayamos quedado encerrados aquí! -.
- ¿No sabías que esto se cerraría automáticamente al entrar? -. Preguntaba Corazón.
- No, mi Señor. Mi hermano nunca me lo dijo -. Decía con frustración.
- Tenemos un gran problema, Intuición -.
- Sí, lo sé. Salir de aquí no va ser tan fácil -.
- No hablo de ese problema -.
- ¿Entonces? -.
- Dejaste a tu hermano solo con todo el poder sobre el Castillo. Encerró a su Corazón, en un sitio en el cual, si bien no le pasaría nada tampoco lo dejaría salir. Te alejó sin dejarte oportunidad de participar en sus decisiones, lo cual significa que se hará su voluntad… y bien sabes lo frío que puede llegar a ser tu hermano -.
- Tenemos que salir de aquí -.
- Hay algo más que me preocupa… -. Dijo con la cabeza cabizbaja y la cara triste.
- ¿Qué cosa? -.
- La Llama del Amor. Sin un Corazón que alimente su flama, se va apagar… -.
- Pero, pero mi Señor… Es precisamente su Llama la que mantiene cálido el Castillo, sin el Amor muchas cosas no llegan a ser posibles… -.
- Eso es algo que tú lograste entender, pero Razón no. Él no lo sabe. Como así mismo no sabe muchas cosas, porque no las comprende… por eso te necesita a su lado, por eso tu presencia crea el equilibrio -.
- Debe haber alguna forma de salir de aquí… -.

Comenzó hacer frío dentro del lugar donde se encontraban. Ambos se miraron.

- Razón se ha impuesto. Terminará haciendo cosas que creerá que son buenas, pero cuyas consecuencias no lo serán tanto… -. Dijo Corazón.

En la sala principal, Razón ordenaba a los guerreros doble vigilancia.

- A partir de hoy las cosas van a cambiar. La razón se impondrá ante la ingenuidad, y nunca más los ataques de los soldados y espíritus malvados del Pasado y el Futuro podrán hacernos daño. ¡Ahora estamos preparados! ¡Y nuestro Corazón está resguardado! ¡Jamás volverán a engañarnos ni a traicionarnos! Empezaremos a estar mucho mejor, porque nuestra desconfianza nos hará dar muchos pasos adelante. Éramos vulnerables… pero esa época terminó, ahora comienza el Imperio de la Razón… -.

Todos levantaron sus espadas como símbolo de triunfo.

- Los cambios en el Castillo son necesarios, y a partir de ahora resurgiremos de las ruinas mucho más fuertes, porque hemos aprendido que con sentimentalismos no llegamos a nada. Ahora somos fuertes, somos razonables… somos triunfadores -.

- ¡Razón! ¡Razón! ¡Razón! -. Gritaban al unísono.

El Amor, la Confianza, Intuición y Corazón permanecieron encerrados, y fue entonces que las cosas cambiaron mucho, dentro aquel Castillo…

- Ahora, yo mando -. Decía Razón mientras Desconfianza sonreía maliciosamente.

Continuará…

16/10/2010 4:30 p.m.
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martes, 12 de octubre de 2010

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Ya no necesito que leas esto

015. Ya no necesito que leas esto. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Persona especial,

Quisiera saludarte, pero no creo que sea necesario pues no sabrás que te saludo. Quisiera despedirme, pero hace ya mucho tiempo que tú te despediste de mí cuando te olvidaste que yo existía. Más yo, aunque quise, nunca pude despedirme de ti.

Hasta hace muy pocos minutos, te busqué por última vez. Aunque llevo mucho diciendo que sería la última vez, y viví de “ultimas veces” por mucho tiempo. Ésta sí será la última… ¿Y cómo sé que de verdad será la última? Porque mi corazón se ha embargado de resignación, de una forma tal que tus recuerdos se han cubierto con mantas, sí, así como cuando alguien se cambia de casa y quiere proteger los muebles de tanto polvo que les caerá, de tanta telaraña a la que estarán expuestos. Sé que tus recuerdos estarán expuestos al polvo, la telaraña y al olvido. ¿Sabes? Intenté que no fuera así, intenté aferrarme tanto a ti que mi necesidad de buscarte se hizo terrible; esperé muchas veces en silencio que te acordaras de mí, que te acercaras… que en resumidas cuentas, me apreciaras como yo lo hacía contigo. Sé que yo también me equivoqué, y he pagado muy caro mi error; sufrí de la manera que nunca sabrás… Ya no necesito que lo sepas.

Te extraño. Siempre lo hice. Los suspiros salen de mi ser, de verdad que me aferré mucho a ti… hay demasiada nostalgia en mi pecho, demasiado dolor.

Como sé que no leerás esto, te diré las cosas que no quiero que sepas. Durante mucho tiempo estuve siguiendo tus pasos, pues quería saber si estabas bien. Leí en sigilo muchas cosas que escribiste, y en más de una ocasión quise darte mi opinión y es cuando recordaba que ya no existo para ti. Cuando presentía que la tristeza te rodeaba, quise con todo mi corazón darte la mano y hasta abrazarte. Y cuando me pasaron cosas muy fantásticas, yo quería compartirlas contigo… pero no estabas, y no podía hacerme presente porque había quedado muy fuera de tu vida.

Soñé muchas veces contigo, y hasta te imaginaba caminando junto a mí. Me quedaba con la esperanza de que las cosas volverían a ser como antes, que regresaríamos al punto en que nuestros caminos se separaron y continuaríamos desde ahí: desde donde nos quedamos. Que todo esto no sería más que un viejo recuerdo, y que nuestra presencia en la vida del otro sería algo positivo… sí, creí en esa ilusión por mucho tiempo y pasaron los días, las semanas y los meses… Me quedé tan atrás en el tiempo, con la esperanza que me acompañaba. Pero resultó que hasta la esperanza se cansó, y a solas me dejó sobre aquella banca. Aún así, te esperé. Sin la esperanza que me acompañara, pero igual te esperé.

Podría hacerte llegar esta carta si quisiera, podría buscar alguna forma para que te toparas con ella… pero no lo haré. No lo haré porque ya no necesito que leas esto. O quizás sí me gustaría que lo leyeras… Pero, ¿Para qué? Gasté mucho de mi vida queriendo estar con quien no quería estar conmigo, queriendo hablar con quien no deseaba hablarme. Escribiéndole a quien jamás leyó lo que escribí. Necesitaba de ti, pero ahora necesito aprender a no necesitarte, y mi primer paso es éste: escribir sin necesidad de que lo sepas… Ya no necesito que lo leas.


Aún no sé cómo dejarte ir.

Aún no sé cómo sacarte de mí.

Aún no sé cuándo se irá el dolor,

de, por fin, comenzar a decirte adiós.

… Decirte adiós.

12/10/2010 5:13 p.m.
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lunes, 27 de septiembre de 2010

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Cielo vs. Infierno


Fuente Imagen: Google Images

014. Cielo vs. Infierno. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Con cariño: Para la niña que sufrió cuando le asustaban las llamas eternas.

Bienvenido. Déjame ser el anfitrión de este instante, de este espacio. Disculpa lo sencillo de esta habitación, sé que es demasiado simple ver cuatro paredes blancas y sin siquiera un mueble para sentarse. Pero, ¿Quién necesita un mueble? Vamos a sentarnos, sí, aquí en el piso. Bien, al menos yo estoy cómodo. ¡Vamos! Siéntate conmigo.

¿En qué te hace pensar este espacio vacío? Seguramente en nada, porque quizás pensemos que aquí no hay nada. Sin embargo, aquí puedes encontrar el todo. Ya sea tu propio todo interior o el todo exterior que conoces (que en verdad es sólo una ínfima parte de ese exterior real que conforma al mundo).

Esta habitación es como un lienzo en el cual puedes pintar lo que quieras. Podrías tomar algunas brochas, pinceles, lápices o marcadores y crear un retrato de tu vida, no diré que bonito o feo porque esas calificaciones son subjetivas, de mi parte usaría colores vivos. Gustos hay muchos en el mundo, así que tienes libertad de decidir cómo decorar este sitio, es tu mente, es tu visualización; eres libre de crear aquí y ahora.

Quiero imaginar en este instante que estas paredes están decoradas de vegetación, además nuestro piso quiero que también lo sea y el techo ya no es blanco sino que tiene forma de cielo. Justo ahora todo cambia y ya no estamos en la habitación, estamos en medio de una vegetación. A mí me parece fantástico esto de imaginar. Dejemos el cielo, pintemos las paredes de un horizonte y cambiemos el piso por agua, y estaremos entonces sentados sobre el mar. Podemos reproducir aquí cualquier cosa, cualquier escena. Vamos a revivir un episodio familiar, el que quieras. Puedes verte a ti mismo sentado conversando con familiares o amigos, en tu casa, en la casa de los abuelos; ahora estas paredes son idénticas a las de ese sitio. Ves las expresiones corporales de esas personas, si quisieras hasta podrías escuchar sus voces. ¿Justo al lado de quién estoy sentado? ¿Dónde estás sentado o parado tú? Déjame mirar por la ventana que está allá al fondo, me ves moverme por todo el espacio y resulta que ahora formo parte de aquella escena, pero nadie nos ve, somos dos visitantes que han revivido un recuerdo pasado, pero tampoco tiene que ser pasado, podría ser futuro como una vivencia que querrías tener. Vuelven a cambiar las paredes, techo y piso, ahora estamos rodeados de estrellas, estamos en algún punto del Universo. Nuestra mente es tan poderosa que podemos vernos en otros sitios, reviviendo recuerdos, conversando de nuevo con alguien que no vemos desde hace años. Incluso podemos representar cosas nunca antes vistas a través de hipótesis de cómo pueden ser las mismas, y a través de estas suposiciones acercarnos a una idea más conocida que sí podamos asimilar o expresar hacia nuestro exterior, pues resulta que nuestro exterior no puede ver lo que nosotros vemos en esta habitación de nuestra mente, porque todo lo que está acá es abstracto así que lo traducimos de alguna manera para darle forma más concreta. Es así, valiéndonos de las cosas conocidas, que representamos aquellas que no podemos explicar porque nunca se han visto. Este es el caso del Cielo y el Infierno, nadie los ha visto y ha vuelto para contarlo, no podemos verificar y hacer un estudio científico de las puertas hacia esos sitios, pero podemos representar basándonos en cosas conocidas aquello que desconocemos. Creamos hipótesis que nos ayudan a tener una idea más concreta, porque lo abstracto es más difícil de entender por todos. ¿Qué hacemos en este caso? “Traducimos” de tal manera que nos aseguremos que esas explicaciones las pueda entender cualquier persona, intentando, por supuesto, que se mantenga la esencia de la imagen original.

Apoyándome en la publicación de la señora Conny Méndez y su revista “El Nuevo Pensamiento”, me atrevo entonces a enumerar algunas de las representaciones concretas que se han hecho sobre cosas relacionadas con creencias.

¿Cómo harías tú para expresarle a una persona que estás viviendo una situación muy difícil en casa, donde hay muchos problemas y sientes una profunda frustración, tristeza y dolor? ¿Con qué lo compararías? Piensa un instante. Te diré que la comparación que muchos harían es: “estoy viviendo un infierno”. Pero eso lo podemos hacer ahora, que ya tenemos un conocimiento previo de que el mismo es un sitio donde se sufre. Sin embargo, pongámonos a pensar en el momento que alguien, por primera vez, quería decirles a sus iguales humanos sobre este sitio. Recuerda, el pensamiento es algo abstracto por tanto no tiene forma concreta, y absolutamente todo nace de una idea, entonces, alguien debió pensarlo primero y después llevarlo a palabras que pudieran comunicarle a sus iguales la idea que se tiene. Pero, ¿Cómo representaríamos un Infierno para que los demás lo entiendan? Bueno veamos las características: Debe estar totalmente privado de la presencia de Dios, por tanto no puede tener cielo, y para que eso no suceda debe estar tapado como una cueva, pero tampoco puede entrar la luz del sol… ¡subterráneo! Así debe ser ¿no? Sin cielo, sin luz, sin presencia de Dios, entonces se cumple las características. Y como necesitamos un nombre, ya lo tenemos: “subterráneo”, pues resulta que infierno viene del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’. Ya tenemos una parte de ese sitio, y tenemos esta habitación de tu mente donde estamos ahora, así que vamos a decorar esto de tal manera que sea una caverna subterránea. No tenemos la luz del sol, no podemos ver el cielo y sabemos que estamos encerrados pero falta el dolor, el sufrimiento, y como comprenderás esas cosas no pueden ser representadas como un automóvil o una casa; son sensaciones o emociones, son estados mentales, entonces debemos acercarnos de alguna manera gráfica para poder decirle a nuestro exterior “esto es lo que se vive allí dentro”. Evocamos entonces al fuego, porque realmente duele quemarse, y si queremos decir que duele demasiado entonces lo necesario es quemar “todo el cuerpo”, por tanto, las llamas rodearán el entorno y no habrá manera de detenerlas, pero para completar necesitamos que sea por toda la eternidad, así que chasqueemos los dedos y que se enciendan las llamas… Bienvenido a mi infierno, el que acabo de construir para ti. No me mires con esa cara de extrañeza, ¿Cómo es eso de que acabas de construir un infierno para mí? Pues es totalmente cierto, nuestro entorno puede construir “infiernos” para nosotros y nos van afectar si y sólo si se lo permitimos. ¿Todavía lo dudas? Camina sonriente por la calle y si se aparece un tipo y te raya la madre ¿Seguirás con la sonrisa? Si estás en tu casa y te visita alguien indeseado ¿Seguirás con la sonrisa? Si estás de vacaciones y tu jefe te llama a trabajar ¿Seguirás con la sonrisa? Las cosas que nos rodean pueden influir en nuestro estado de ánimo, para bien o para mal; son diversas las situaciones que podemos vivir día con día que “nos dirán cómo sentirnos”.

Si yo comenzara a mostrarte imágenes que tú detestas, si llenara esta habitación de periódicos con malas noticias. Si comenzara hablarte en un tono de voz cada vez más alto, más alto, más alto… Si en vez de gritarte a lo lejos, te gritara al oído… Y escuchas que mi voz se hace cada vez más y más chillona, ¡Ya no quieres escucharme! ¡Quieres taparte los oídos!… ¡Es suficiente! Me gritas. Aún sientes demasiado ruido, quieres que todo se calle y que te dejen en paz… pero resulta que yo no he subido el volumen de mi voz, y aún así el pensar en cosas feas puede conectarte con este infierno…

Retomemos entonces, un cuadro de personas con cara de terror y envueltas en llamas expresará un gran tormento. Pero, un tormento se puede vivir cuando se está esclavizado por los celos infundados… Es como vivir en un infierno ¿no? En este caso, no es el entorno el que construye el infierno, sino que yo mismo lo construyo para mí, y por ende, le construiré otro infierno a la persona que esté conmigo. No eres capaz de construir uno sino dos infiernos a la vez… quizás más.

Para concluir esto del infierno, me gustaría comentar acerca de La Divina Comedia de Dante Alighieri. ¿Por qué? En alguna oportunidad me dijeron que Dante era o fue un “maestro” al cual le fue permitido visitar el infierno y describirlo en su obra ya mencionada. En primera me corresponde decir que el poder de las letras es tal, que es posible crear y hacer sentir al lector aquello que se intenta expresar. La composición escrita ha sido investigada muchas veces y se sabe que el escritor puede dejar plasmado, junto a las letras, sus propios estados de ánimo. Por tanto, Dante como así mismo cualquier otra persona, que tuviera su talento, pudo describir este infierno sin problema alguno. Ya lo hemos mencionado, tenemos la posibilidad de suponer cosas, podemos traer a la realidad concreta pensamientos a partir de algo ya conocido. Dante evoca conocimientos ya conocidos como, por ejemplo, cuando menciona a Judas Iscariote. Pero además, menciona a Casio y Bruto que son nada más y nada menos que los que provocaron la muerte de Julio César, esto ocurre cuando él se encuentra en la presencia de Lucifer. Es obvio ver que estos tres personajes son los resaltantes, al punto de que los relaciona directamente con el príncipe de las tinieblas. Uno por traicionar a Jesús y los otros a Julio César. Investigando un poco sobre el autor encontramos que escribió un tratado en latín donde expresa sus ideas políticas, en ellas se encuentra la necesidad de la existencia del Sacro Imperio Romano. Podemos ver entonces cuán importante es el Imperio Romano para el autor y la conexión de por qué Casio y Bruto se encuentran entre los más traidores de todos. Si la Divina Comedia se hubiese escrito en nuestros días, es casi seguro que no hablaríamos de Casio y Bruto sino de personajes como Hitler. ¿Qué quiere decir esto? Dante fue un hombre que tenía un gran talento, y que pudo usar su bagaje de conocimientos previos para crear una obra. Pero esto no quiere decir que él, por obra y gracia de lo Divino, tocara las puertas del infierno y lo dejaran pasar al punto de toparse de frente con el propio Lucifer. Si a él le hubiese llamado la atención otros personajes, o hubiese vivido otro período de tiempo, entonces otros serían esos traidores que La Divina Comedia menciona.

Cerrando con ese comentario, entonces regresemos a nuestra habitación mental de tono blanco. Sí, regresamos acá donde no hay nada, no hay pensamientos que aturdan ni mucho menos. Liberándonos de las visualizaciones anteriores, sigamos con nuestra conversación…

¿Qué pasa con el Cielo entonces? El Cielo es un lugar donde todo es armonía y paz, donde se está en tranquilidad, según las religiones y creencias. Si tuviéramos que pensar en un cuadro que invocara la idea de Cielo encontraríamos uno, por supuesto, pintado con ese cielo que podemos ver si miramos hacia arriba, nubes, personas felices o niños felices tocando la tan conocida arpa, eso es infaltable. ¿Pero de dónde sale esta idea? De un pensamiento, como nace todo. Imaginemos nuevamente la primera vez que alguien debió “traer” a la realidad concreta aquello. Revisemos las características: Cielo es opuesto al Infierno, y si este último es subterráneo pues aquel otro debe estar en las alturas, sí, así grande, donde necesitemos mirar hacia arriba y nunca hacia abajo. Porque resulta que si miramos hacia abajo, estaríamos viendo algo “menos que nosotros”, pero si lo Divino es más grande (y está alejado de los humanos), entonces tiene que ser hacia arriba, difícil de alcanzar porque recuérdese que al cielo van sólo los elegidos y redimidos, o sea no cualquier gente… El cielo evoca luz y ¡qué coincidencia que en el cielo esté el sol! Definitivo, no hay mejor prueba que aquello para estar totalmente seguro que allá arriba, donde reside la luz, es el “lugar preciso” para la gente que es buena. Sigamos entonces. Tenemos la inmensidad, tenemos la luz (que por sí misma evoca todo lo bueno), la grandeza más grande de todas que sólo puede tener lo Divino, porque imposible que un simple humano tenga tal grandeza y por eso estamos tan pero tan separados del cielo. Ahora, ¿Cómo hacemos que un simple humano, que a lo más puede saltar, pueda llegar hasta allá arriba? Bueno, las aves pueden volar, lo que le hace falta al hombre son las alas… ¡Entonces vamos a ponerle alas! ¡Perfecto! ¡Vamos bien! Seguidamente necesitamos una expresión de deleite, y esa expresión se consigue por ejemplo con la música, podemos entonces pintar a la persona tocando un arpa, pues el arpa era el instrumento musical por excelencia en la época, aún no se inventaba el piano pero si esto hubiese sido así, seguramente los cuadros que representan al cielo tendrían a los ángeles tocando el piano. Recordemos nuevamente, podemos representar lo abstracto de manera concreta utilizando lo que ya conocemos, es la única forma de que otros puedan entender nuestro mensaje al querer comunicarlo. Nuestro mensaje será entendido si y sólo si nuestro exterior tiene algún conocimiento previo del tema, pues de no ser así nuestro mensaje no será entendido o interpretado de la manera correcta.

Quiero aprovechar para realizar un comentario respecto a esas cosas que se interpretan de una manera y de otra según sea la persona. En alguna ocasión escuché decir que era malo, en términos de pecado, comer carne de cerdo (cochino, puerco, chancho,… como gusten decirle) porque estos animales siempre andaban entre la mugre, el barro y la cosa, y que además no podían mirar hacia arriba, donde está el cielo, porque en sí mismos son como “pecadores”; básicamente nacen con la “marca de pecado”, y por eso no pueden mirar hacia arriba. Entonces, vamos a fijarnos en eso de que: “lo que sea que no pueda mirar hacia arriba, donde está el cielo, es pecador o malo”. Ahora vamos a suponer que los humanos no pudieran mover su cuello hacia arriba, sino que solamente pudieran mirar hacia delante y hacia abajo. Para el momento de pintar el Cielo y el Infierno, basándonos en las características que ya dijimos, dime tú ¿Dónde crees que estaría el Cielo? ¿Dónde crees que estaría el Infierno? Me atrevo a decir que el Cielo estaría hacia abajo y el Infierno hacia arriba: El Cielo, que es morada de lo Divino, nunca puede dejar de estar a nuestra vista, pues debemos ser buenos (qué casualidad que con un problema en el cuello, no tengamos hacia donde mirar…), y el Infierno, que representa lo malo, “hay que darle la espalda”. O quizás no, quizás el Cielo sí estaría a nuestras espaldas pero no porque queramos alejarnos de lo Divino sino porque “somos tan pecadores que no podemos ver el rostro de Dios” ¿Se ve lo que quiero decir? ¿Se nota que son los seres humanos los que interpretan cosas abstractas, dándole un significado concreto, para que pueda ser entendido en palabras por sus iguales? ¿Y que después, valiéndose del poderío que tenga, imponer esa concepción a los demás? Una idea, interpretada por un humano, llega tan lejos como su poderío político le permita…

En definitiva, si estás rodeado de cosas positivas que te hacen sentir feliz: junto a tu familia, con un empleo que te guste, teniendo una buena calidad de vida,… podrías expresar que: “vives en el Cielo”. Caso contrario, si tienes problemas de celos con tu pareja, no tienes un trabajo estable y de paso los jefes que te tocan son malos, si tienes un montón de cuentas por pagar, problemas con tu familia,… podrías decir: “mi vida es un Infierno”. Retomando la idea de “Ángeles y Demonios”: ¿Qué es Infierno? Es el estado mental donde todas las cosas están mal, donde los pensamientos negativos se apoderan de tu tranquilidad (y buena salud mental) y te convierten en alguien con un estado no-armónico. ¿Y el Cielo? Es el estado mental donde todas las cosas están bien, donde existen pensamientos positivos y te sientes tranquilo, eres alguien en un estado armónico.

Tu vida aquí y ahora puede ser un Cielo o un Infierno. Tú puedes pintar las paredes de tu mente en la manera que quieras. Tú decides si vivir en medio de los celos o no. El entorno sí influye en nuestra vida, pero nosotros podemos decidir cuánto y cómo. Por ahora, pintemos estas paredes con un nuevo Albor y nos vemos en una próxima ocasión. Despierta…

10/08/2010 05:38 p.m.
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viernes, 13 de agosto de 2010

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A veces parece...

013. A veces parece.... Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

A veces parece como si la vida nos impusiera el que sólo debemos expresar nuestras alegrías. No sé si muchas personas estarán de acuerdo o no con eso, puesto que algunos tienen la posibilidad de expresar que están tristes, pero otros no… Parece mentira lo que digo, pero es cierto. Existimos personas que por dentro, en ciertas ocasiones, somos un mar de nostalgia y sollozos, pero no podemos gritarlo al mundo porque no faltará el que diga: “¡Pero no estés triste!” y compartirá una sonrisa que apenas alcanzará a ser una curita para la gran herida, pero no diremos eso sino que en su lugar le haremos creer que “ya estamos bien”. Sonreiremos y cuando nos den la espalda, la sonrisa fingida desaparecerá de nuestro rostro. El dolor nos hace ser hipócritas porque no queremos causarles lo mismo a los demás.

Presencio el cómo otros conversan animados, mientras miro hacia otro lado porque mis ojos se han enjugado. ¿La razón? Tú… Mejor dicho: tu ausencia. Quisiera conversar contigo de esa manera tan animada, quisiera formar parte activamente de esa conversación pero contigo, porque tu presencia es razón suficiente para hacerme sonreír y vivir este instante con alegría. Los días de fiesta, no son tal si no estás para vivirlos conmigo; otros bailan, sonríen y participan… yo apenas me quedo apartado en alguna mesa preguntándome qué estarás haciendo ahora, me siento solo…  me siento tan solo.

Espero, como cada día, el momento para conversar contigo. Me emociono al saber que te encontraré en minutos, porque nuestra cita de todas las noches es infaltable. Llega la hora. Enciendo mi computador e inicio sesión. El usuario y contraseña me conectarán contigo. He llegado antes, así que para esperarte me pondré hacer alguna cosa. Reviso un par de correos y me topó con nuestras fotos, las que sacamos la vez en que estuvimos juntos, entonces las miro y sonrío mientras me quedo soñando con esos momentos. ¡Llegaste! Corro a saludarte y apenas me hablas mi corazón palpita de emoción. Conversamos animados por horas hasta el momento de dormir, me despido con un beso imaginario, con uno de esos dibujos que llaman emoticones. Nos desconectamos y hasta allí llega mi sonrisa… la única forma de mantenerla, y a veces lo hago para sentirme acompañado, es seguir pensando en ti y no dejar de hacerlo hasta dormirme. Te extraño.

A veces parece que tu esencia se funde con la mía y que no importa el límite o la frontera, porque yo puedo estar contigo. Pareciera también como si todo el Universo se hubiese confabulado para que nosotros nos encontráramos, para que naciera este amor sin darnos cuenta. Este amor que no tiene lógica para unos cuantos; que algunos bendicen y que otros critican… Por ahí dicen que “el que vive de ilusiones muere de desengaños”, pero eso no es cierto para ti, pues eres más que eso que intentan tildar de “simple ilusión”. Pero, ¿Cómo una ilusión, que siempre las ilusiones son frágiles, puede aguantar tanto? Porque a veces pareciera que nos enfrentáramos al mundo en pleno, porque es tan cruel esto de separarme de ti cuando más feliz me siento, porque no es sólo desconectarse de esa sesión que me acerca a ti, es verte o verme partir en ese avión que al mismo tiempo que nos une, pues nos separa… Volver a separarme de ti hasta Dios sabe cuándo, porque lo único que me queda es la incertidumbre del no saber nada. “Parece difícil” pensarán ¿no? No sólo parece, sino que lo es… No puedo preguntarte si querrías salir a pasear este fin de semana, no puedo tomar un taxi y llegar hasta tu casa, pero puedo amarte como a nadie y con eso me basta, aunque no niego que a veces esta realidad me destroza el alma, y como si esto no fuera suficiente llega aquel que me critica intentando minimizar lo que siento, rebajando mi amor a tan siquiera una ilusión sin pensar a detenerse en todo esto…

A veces parece que la vida nos pone pruebas, pruebas que hemos afrontado y logrado superar. Y hay veces que me quedo pensando en si era mucho pedirle a la vida que viviéramos en la misma ciudad, pues al menos yo podría llamarte y podría buscarte. En alguna ocasión, sentí tantas ganas de correr a ti que, quizás por tres segundos, me olvidé de todo y pensé en buscar dinero para el taxi porque yo quería verte, si tan sólo aquello hubiese perdurado un par de segundos más, yo habría llegado a la puerta para salir de mi casa… pero hubiese sido mucho más feo retornar a la realidad justo cuando pusiera la llave para salir.

En otra ocasión, mientras te veía en mi pantalla, alzaste los brazos como si quisieras abrazarme y volví a olvidar mi realidad, casi alzo mis brazos en tu busca, cuando me di cuenta me congelé por completo y sentí cómo un puñal me atravesaba… A veces escapar de la realidad y regresar puede ser tan terrible. Imagina amar a alguien y no saber cuándo ni cómo harás para verle de nuevo, parece difícil… yo te aseguro que lo es, créeme que es una gran prueba de la vida… Y aún así dicen, o dan a entender, que no es posible o que lo que siento es una ilusión. ¿Qué saben de la vida? ¿Qué saben del amor? Si no saben que el amor puede crear milagros, no saben nada del amor.
A veces parece que estoy solo frente al computador, que no hago otra cosa que teclear y una pantalla me muestra aquello que tecleo.
A veces parece que estás a miles de kilómetros lejos de mí, cuando en verdad estás aquí.
A veces parece como que quizás no seas tan indispensable, cuando en verdad si me alejo enfermo de dolor, dolor que sin ti es perdurable.
A veces parece que le hablo a una máquina, pero en verdad ella es sólo el medio con el cual le hablo a tu mente y emociones.
A veces parece que te extraño, pero no es a veces sino que todo el tiempo: yo te extraño.

Pero sobre todo, y a unos cientos o miles de kilómetros, aunque sólo a los demás les parezca, es verdad cuando digo:

Yo te amo.

A veces parece… pero no es que parece, sino que es así… Yo te amo a ti, a pesar de los miles de kilómetros: Yo te amo a ti.

13/08/2010 03:19 p.m. – 05:14 p.m. – 09:20 p.m.
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sábado, 24 de julio de 2010

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Mi felicidad imaginada

012. Mi felicidad imaginada. Colección Albor. Waldylei Yépez.doc

Hay muchas cosas que quisiera conversar contigo. Permíteme hacerlo de esta manera, permíteme conversar conmigo… para llegar a ti. Muchos intentos fallidos de comunicación he hecho, y no porque nos cueste conversar sino porque no hay una oportunidad para hacerlo. Me quedo pensando en quienes sí tienen la posibilidad de platicar todo el día si quisieran y no lo hacen, y yo que quiero no puedo.

Eres mi felicidad imaginada, no sólo porque representas la felicidad que imagino sino porque tengo que valerme de la imaginación para sentirme feliz, porque ser feliz es estar contigo, y estar contigo es… imaginar, imaginarlo.

Me pregunto dónde estás, en qué caminos dejan huellas tus zapatos, si sonríes al recordarme. Me pregunto qué lugares visitaste, si almorzaste temprano o más tarde, me pregunto tantas cosas que sólo puedo imaginarme.

Permíteme creer la mentira que prefiere mi cabeza, así puedo mirarte y no sentirte tan distante; para no sentirme tan vacía al ver que a mi alrededor no puedo hallarte.

Eres la luz que ilumina mi camino, aquella que ilumina pero que está a años luz de distancia. No, que no sea años luz, ni meses, ni días… No, eso me separa de mi felicidad, por eso no quiero enfrentar la realidad, darme cuenta que no estoy y que no estás.

Mi felicidad imaginada, porque sólo imaginando puedo ser feliz… Sólo imaginando logro hablar contigo cada vez que quiero. También logro aferrarme en un abrazo cada vez que puedo. Y logro sentirte cada vez que necesito, pero sólo así porque en verdad, no estoy ni estás conmigo.

Y me imagino a tu lado, mirándote con cara de ternura y amando cada fracción de tu rostro, el timbre de tu voz. Puedo vigilar cada movimiento, estar atenta a cada mirada y reacción… entonces sé que estoy contigo y que estás conmigo, aunque sea imaginando.

Callas y me miras, sonríes y genera una gran emoción en mí, me encanta tanto verte sonreír. No digo nada, quiero eternizar el momento pero despierto, una voz, un alguien o algo presente y real me arrebata la imagen, el pensamiento. Y descubro que no eres como ellos: alguien presente y real, sólo estás viviendo en mi mirar y en mi soñar. Respiro, retomo el pensamiento y allí estás de nuevo. Sonrío y nadie sabe por qué, nadie sabe que me hace sonreír tu sonrisa, que me hace soñar tu mirada, que eres más importante que el resto del mundo, que eres el centro de mi Universo.

Eres mi felicidad imaginada, necesito decírtelo. Necesito conversar contigo de alguna manera, así sea hablar conmigo misma y jamás tener tu respuesta. Es mejor hablarte imaginadamente de mi amor, que callarme esto que soy: quien te ama en pensamientos, quien a ti regala su corazón.

Posiblemente seguiré imaginándote, quizás mucho tiempo más, pero quiero decirte que eres el pensamiento fundamental en mi vida, y que si no te imaginara no sería tan feliz como hoy en día, aunque sea imaginativamente.

Eres mi felicidad imaginada,
no sólo porque representas la felicidad que imagino
sino porque tengo que valerme de la imaginación para sentirme feliz,
porque ser feliz es estar contigo, y estar contigo es…
imaginar…
… imaginarlo.
Tú, mi felicidad imaginada. Mi realidad… aún no hallada.

24/07/2010 08:01 p.m.
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viernes, 2 de julio de 2010

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Tú, Dios y yo

011. Tú, Dios y yo. Colección Albor. Waldylei Yépez.docx

En esta noche triste y fría, cuando sentimientos tan profundos me embargan, quisiera volver a escribirte… Sé que dije, la vez pasada, que no volverías a saber de mí, que no volvería a molestarte y en cierta forma lo he cumplido. Sí, tú no sabrás de mí y no volveré a tu vida, pero eso no quiere decir que tú no vuelvas a la mía. De hecho, estás tan presente que dudo que alguna vez, dejé de tenerte dentro de mí.

Me siento en este piso frío y envuelta por luces tenues, apenas logro ver mis letras en este papel mientras mi piel sufre, pues no quiero abrigarme. Hay tanto que quisiera decirte y que no puedo, por eso necesito un intermediario y ése será mi Dios. Sé que él sí puede llegar a donde estás, sé que puede abrigarte… sé que él puede, lo que yo no.

Y así comienzo mi conversación con Dios. No es un rezo, porque olvidé cómo rezar. De niña sabía hacerlo, pero la adultez me sugirió olvidarlo y lo olvidé. Ahora tan sólo sé, hablar con Dios.

Ay querido Dios, siéntate conmigo, ahora necesito un poco de tu tiempo y de tu consuelo. El piso está frío y la noche mucho más. Más helado se pone todo cuando dejas de prestarle atención a las cosas cotidianas que causan estrés, y te centras a pensar en las escenas tristes de la vida, aquellas que desearías que no hubiesen ocurrido jamás.

Hace mucho tiempo, amigo Dios, conocí a una persona maravillosa y única. Se ganó un pedacito de mi corazón y de mi cariño; un puesto muy importante en mi vida; más de algún pensamiento al día, sencillamente le mantuve presente… le mantengo presente. Nos despedimos hace mucho, y sé que tuve culpa, no sé si toda la culpa pero sí fui responsable. ¿Y sabes qué Dios? Le extraño. No sé si valga la pena decirle, mejor no le digas eso. Quizás ya me ha olvidado, aunque yo no lo he podido hacer. Es posible que ya no le importe nada de mí, ¡Y debieras decirle que ya no me importa nada de su persona! Pero es mentira… y Dios no puede mentir ¿verdad? Entonces, si no puedes mentir y a la vez sabes todo, podrás decirme si de su parte ya me echo al olvido… No, mejor no me digas, no quiero saber. No sé si sería peor eso, o las ganas de llorar que me da el recordarle con nostalgia. Le quiero. Pero, ¡no le vayas a decir eso! Quizás no le importe, es posible que hasta se burle de mí, jamás creería que en la distancia me importa tanto, que sigo sus pasos a donde va tan sólo para tener evidencia de que está bien. A veces me hace mal, prestarle toda mi atención y jamás poder hablarle…

¿Sabes Dios? A veces me gustaría pedirle perdón, siento que le fallé y no sé cuánto. Pero tal vez me diga que no importa, y quizás yo sienta que todo este sufrimiento ha sido en vano, o es posible que tan sólo me diga eso porque no le interesa el asunto; porque ya no soy importante; para cortar la conversación simplemente.

Le admiro. Por una y mil razones que quizás no entenderías Dios, pero sí te puedo decir que me enseñó a volar cuando había olvidado que tenía alas, y fue una pieza indispensable en el proceso que tuve acerca de la búsqueda de un propósito; me enseñó a entender las cosas que no entendía, guiándome con cariño… Sí Dios, te hablo de alguien importante para mí, pero quizás de alguien que ya me olvidó. Es grande el dolor que siento al pensar que debo hacerme a la idea de esa realidad. No sé cómo soltar lo único que queda de esa persona, porque aunque sea dolor, tal vez prefiero eso a tener que olvidarle.

¿Puedo abrazarte un poco Dios? Me siento tan vulnerable. Disculpa que me emocione, yo… nada, no importa, nada de lo que diga es importante… Y disculpa pues manché la túnica de Dios con las lágrimas de mi alma. He llorado tanto por esto, que no sé si vale la pena o sólo fui una ilusa de la vida.

Dios, sé que te llamé para que fueses mi intermediario, pero creo que ya no es necesario. Presiento que ninguna de mis palabras tendrá la menor importancia, y no quiero que sean tratadas como una mentira, no quiero que se piense que digo esto tan sólo por decirlo, y que Dios fue tan infame que se prestó para comunicar una mentira, mi mentira. Tú y yo sabemos la verdad Dios, pero vamos a evitar más capítulos tristes, es lo mejor. Así que, puedes volver a tu trabajo Dios, ya no ocuparé más tu tiempo. Pero no te olvides de visitarme después, ya no será para enviarte con un mensaje, sino para que me ayudes asimilar este dolor o quizás para hacerme compañía entre tanta soledad.

Gracias por venir.

Mi Dios es alguien que no mentiría.
Tú, una persona importante en mi vida.
Yo, quizás el recuerdo que dejaste atrás,
atrás, allá atrás… para no volver jamás.
Nunca más.

02/07/2010 8:59 p.m. – 9:05 p.m.
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viernes, 11 de junio de 2010

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Funeral de ilusiones


Fuente Imagen: Google Images

Había deseado expresar estas cosas antes,
pero no lo hice porque no encontré las palabras apropiadas.
Di tantas vueltas a las ideas,
que cuando comencé a escribir,
terminé con algo distinto entre las manos.
Quería expresar mi desilusión por tantas cosas,
deseaba saber si tenemos algún mecanismo creador de ilusiones
porque a mí me gustaría desactivarlo,
sacarlo de mi vida aunque ello significase vivir sin ilusión.
Suena bastante trágico eso de vivir sin ilusión,
pero más allá de eso, considero que sería el camino que yo escogería,
al menos de pena y decepción, jamás sufriría.
Pero fallé en mi búsqueda, y me tuve que conformar con pensar
que si existe algo culpable de ilusiones, no lo podré arrancar.
Y como uno muere en la resignación,
no acepto que mis ilusiones mueran sin antes embriagarlas de alcohol,
pues si van a morir: que lo hagan sin darse cuenta,
que pierdan el panorama gracias a la cerveza,
diluyendo la realidad que da tristeza.
Me sirvo una copa y les doy la bienvenida al funeral de una ilusión,
celebremos, celebremos que al menos tengo una razón para sufrir,
porque más nada me quedó, sólo eso: una razón para el dolor.
¡Pero celebremos! Aquí la única que tiene que llorar soy yo
y no lo hago, prefiero pensar en lo que quedó de mi amor.
¡Ja! ¿A quién engaño? Ése que llamo amor: es otro muerto,
o al menos aún agoniza, no sé si es dolor o si tan sólo era alegría,
si es la razón de mi muerte o si era la razón por la cual viviría.
¿Por qué seremos así? Esperar lo que no debemos…
eso que sabemos que no obtendremos,
no sé, no sé si estoy a los extremos o al medio,
si me quedé en el blanco, o si todo se puso negro.
Un funeral de ilusiones, me temo que apenas comienzan los entierros,
¡Qué broma chico! Acabo de botar mi última lágrima
y ahora es que me queda razón para llorar.
Me da tanta tristeza pensar que éste no será el final definitivo,
que a pesar de que me siento tan mal, vendrán nuevas razones
o mejor dicho, desilusiones…
Si crees que te has salvado, pues olvídalo, apenas comienza aparecer la verdad,
la verdad de la infelicidad, la razón de este, pequeño pero recurrente… funeral.

Waldylei Yépez
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miércoles, 26 de mayo de 2010

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Presiento

Fuente Imagen: Google Images
Hoy en día he tenido el miedo de preguntarme a dónde vamos,
o qué es lo que somos.
Yacemos ante la vida como un par de árboles de profundas raíces,
con una base estable y firme, aferrada a la dura roca.
Creímos entonces que si nuestros tallos eran fuertes
y nuestras ramas estaban unidas,
la caída no estaría presente en nuestras vidas.
Creímos entonces que permaneceríamos así, unidos
por el tiempo de los tiempos.
Pero olvidamos un detalle,
nos asentamos justo frente al abismo,
y además olvidamos que el tiempo erosiona,
tanto a la piedra como a la roca,
y fue así, que por culpa del mismo tiempo,
nos fuimos acercando al abismo,
o el abismo se nos vino encima.
Hoy en día he tenido el miedo de preguntarme a dónde vamos,
porque presiento que las oscuridades nos acechan,
porque la erosión del tiempo jamás se detendrá
y un día terminaremos cayendo,
como han caído los más grandes árboles.
Presiento...
Que caeremos al abismo que se impone al frente,
que olvidaremos cuando antes estuvimos juntos
y trabajamos para profundizar raíces,
pero las raíces no podrán mantenernos de pie cuando la erosión llegue.
Cederemos, quizás tú primero o tal vez yo,
se deslizará nuestra base y quizás un día
alguien recordará lo que fuimos, o tal vez no.
Presiento que el tiempo regresivo comenzó,
que la dura roca en su ceder, ya empezó,
y que muy pronto diremos: el cariño terminó,
y este poema, que entre tristezas se escribió,
se romperá, cuando culmine... lo que fuimos tú y yo.
Waldylei Yépez
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