sábado, 19 de enero de 2013

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El lado oscuro de un “príncipe azul”

El siguiente texto, que tiene el mismo estilo de la obra “De las ruinas del Castillo”, me gustaría dedicarlo a un joven valioso y extraordinario que ha dedicado muchos esfuerzos para promover dicha obra (creo que él es el mayor fan de la misma). Este joven se dedicó a imprimir el libro de “De las ruinas del Castillo” para prestarlo a las personas que conoce y que ellas pudieran leerlo. Ya le he dicho que sólo falta que lo contrate como mi encargado de relaciones públicas en su ciudad (Risas). La verdad es que me gustaría tener una forma de devolver todo ese apoyo y cariño que he recibido de él, pero no se me ocurre cómo. Por ahora, me gustaría empezar dándole las gracias dedicándole este texto. Además, quiero aprovechar para desearle muchos éxitos en su vida académica y profesional, yo sé que tiene un futuro prometedor. Esto es por y para ti Arnaldo Rodríguez. Gracias por tanto y por todo.

Waldylei

003. El lado oscuro de un “príncipe azul”. Colección Simplemente Waldylei. Waldylei Yépez.docx

Cada hombre es un Castillo. Cada Ser, su Creador.

El Castillo de la vida en cada hombre es un espacio grande y complejo. Cada puerta que abres, cada cuarto y objeto que tocas tiene su propia historia. A veces ocurre que dentro de esos cuartos que consigues, entre tantos pasillos, pueden encontrarse fantasmas de ese pasado que quedó bajo llave. Sí, el pasado yace guardado entre innumerables puertas, que en ocasiones están mal cerradas y, por eso, los fantasmas regresan al presente.
Pero no sólo los fantasmas y los recuerdos habitan el Castillo de un hombre, también lo hacen los diversos Guerreros que se mantienen trabajando sin cesar en cada rincón, dirigidos a su vez por el Guerrero Razón y el Guerrero Intuición.
En ciertas ocasiones, los  Castillos son atacados por fantasmas externos o demonios, y los Guerreros defienden su hogar con todo lo que pueden. Cuando los ataques son feroces, el Castillo puede quedar en ruinas y desde las ruinas el Castillo vuelve a levantarse. El gran problema está cuando sucede un ataque interno...

El lado oscuro de un “príncipe azul”

I

Un imponente Castillo se alza majestuoso en medio de un ambiente rodeado de arbustos. Una puerta gigante de madera protege la entrada, a su lado un cartel identifica de quién es aquel Castillo: Matilda, ése es su nombre. En la parte superior varias torres pueden visualizarse. También algunos Guerreros vigilan tranquilos, pero precavidos, ante cualquier eventualidad.
En la sala principal, la más grande de todas, decorada con bellas imágenes y finas esculturas se encuentra la princesa del Castillo. Lleva un vestido elegante, una cadena con forma de corazón rodea su cuello y su cabello ha sido peinado esmeradamente. Ella se encuentra entretenida mirando la rosa roja que le regaló su amado, sonríe mientras la acaricia. Parece mentira pero, a pesar de vivir tanto amor, él no le había regalado una rosa antes. La princesa no dejaba de sonreír al verla tan viva, tan roja, tan bella.
Comenzó a oscurecer, ella se llenó de emoción pues sabía que al anochecer su príncipe amado vendría. Sonrío como siempre lo hacía cuando pensaba en él. Pensó en contarle entusiasmada sus nuevas ideas, los objetivos en los cuales ambos podrían trabajar en conjunto, esperaba que él se entusiasmara tanto como ella.
Y la noche cayó. Como era de esperarse, el príncipe azul apareció frente a la gran puerta de madera. La misma se abrió para recibirlo como siempre lo había hecho. Él saludó a algunos Guerreros que hacían su ronda de la noche, ellos correspondieron su saludo afectuosamente. Caminó hasta la sala principal donde le esperaba ella muy ansiosa y sonriente. La princesa corrió hacia los brazos de su amado, y él le correspondió como de costumbre. Emocionada le dijo que quería comentar varias cosas con él, apenas le mencionó algunas de sus nuevas metas. Ella se acercó a la mesa donde tenía la rosa roja que él le había obsequiado, él la siguió y se quedó muy cerca de ella. Ella sonreía, pero dejó de hacerlo cuando vio que el rostro de su amado había cambiado un poco. Le pareció que algo le angustiaba al príncipe, lo miró y a él se le enjugaron los ojos, entonces ella se asustó pues pensaba que le pasaba alguna cosa, tal vez tenía algún problema, quizás le dolía algo.
- ¿Qué sucede? -. Le preguntó preocupada.
Él hizo ademán de querer hablar, pero algo en su garganta le impidió poder mencionar alguna palabra.
Fue entonces que pasó justo lo menos pensado, lo jamás imaginado... lo que era “imposible” que pasara.
La princesa lanzó un grito de dolor y su rostro se puso muy pálido. El príncipe la tomó en brazos mientras ella perdía totalmente el equilibrio.
- Matilda... lo siento -. Él le dijo.
Ella lo miraba con ojos muy abiertos, mientras sentía un dolor agudo en su espalda. Gotas comenzaron a caer en el piso, resbalaban por la mano del príncipe que se escondía tras la espalda de ella. El príncipe azul había apuñalado a traición a su princesa. La daga estaba profundamente enterrada, pero apenas rozaba el corazón de ella.
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viernes, 11 de enero de 2013

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Gracias por nunca dejarme caer

Fuente: Google Images.

002. Gracias por nunca dejarme caer. Colección Simplemente Waldylei. Waldylei Yépez.docx

Por y para Luz Araya.

Creí caer en un abismo,
pero antes de chocar con el piso
algo me dijo que no me rindiera,
que era Hijo del Universo,
y que los Hijos del Padre
jamás se rinden.

"Mantente fuerte y firme",
apenas escuché.
Casi sin fuerzas,
pues la oscuridad quiso dejarme sin ellas,
levanté mi mirada al horizonte
y volvió a decir:

"Antes de creer que todos estamos separados,
debes saber que no existen fronteras,
que todos estamos conectados con el Todo,
pues el Todo es con todos,
contigo y conmigo.

Sé la luz en la oscuridad,
debes fortalecer la llama de la verdad.
La esperanza no debe morir,
ni la inocencia en tu corazón.

Sé un Guerrero de la Luz,
no te rindas sin pelear".

Usé la fuerza divina para levantarme.
Y el Cristo que habita en mi corazón se iluminó.

"Yo Soy la Resurrección y la Vida".

Lloré ante la grandeza del amor que me rodeaba.

Recordé entonces una voz en mi cabeza,
la voz de una creyente que oró diciendo un día:

"Señor, no existe algo bajo la tierra que se mueva
y que usted no lo sepa.
Eres un Dios justo y tus juicios son perfectos,
haz ver tu justicia".

Me reconfortó recordar esas palabras.
Entonces respondí al Universo:

"Que se haga tu voluntad.
Que se manifieste el plan perfecto que tienes para mí
cuando sea el momento correcto.
Sé que estás conmigo, sé que nunca me abandonaste".

Me rodeó una hermosa Llama Violeta
y sentí paz.
Me rodeó una hermosa Llama Rosa
y sentí amor.
Mirando al firmamento le di gracias a Dios
por la transformación en mi interior.

"Padre, aunque existan cosas que no entienda, las acepto.
Tú sabes el por qué éstas deben ser.
Sólo tú sabes lo que aún me falta por aprender,
pero me esforzaré en ser,
lo que tú sabes que yo debo Ser".

Gracias Padre por nunca, nunca dejarme caer...

11/01/13 01:07 p.m.
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miércoles, 9 de enero de 2013

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Carta a mi futuro amor

001. Carta a mi futuro amor. Colección Simplemente Waldylei. Waldylei Yépez.docx

No he sido buena para exponer mis sentimientos o expresarme con palabras, siempre he sido como las demás personas que sienten vergüenza si alguien lee lo que escribe, si alguien lee sus vivencias. Pero he estado oculta por mucho tiempo, callada, sin mucho que esperar, hasta el día de hoy.
Durante muchos días las oscuridades me acompañaron. Hasta creo que la oscuridad pretendía quedarse conmigo para siempre, creía que podría adherirse a mí y no soltarme, pero se equivocó. No tuvo más remedio que soltarme cuando mi corazón se llenó de luz.
Hoy quiero escribirle a mi futuro amor, a ese hombre que no conozco y que estoy esperando desde ahora conocer. Cualquier persona podría preguntarme: ¿Por qué quieres escribirle si no lo conoces? ¿Por qué hacer una carta sin destinatario? Y les diría que se equivocan, sí existe un destinatario pues que no lo conozca no quiere decir que no exista.
 
Mi amado futuro amor,

No sé por dónde comenzar a escribir. No sé exactamente qué decirte, pero se supone que debo comenzar hablar sobre mí para que puedas conocerme. Sin embargo, no quiero detenerme en pequeñeces como mi nombre, edad o domicilio, si trabajo o si estudio, o si soy bajita o si soy esbelta. Por el contrario, quiero comenzar hablándote de mi experiencia.
Soy una mujer enamorada, enamorada de la vida y de las buenas acciones. Seguidora de la Divinidad, pues fue justamente la fortaleza divina la que me salvó de una gran caída a un precipicio negro. No quisiera tocar mucho el tema de mi pasado, pues esas son cosas que deben quedar atrás. Quiero hablarte desde mi aquí y ahora, pero también quiero ser sincera y contarte de lo que yo ofrezco para nuestra futura relación, y para eso debo hablarte acerca de lo que aprendí.
Comienzo por contarte que tuve una experiencia de amor que no acabó muy bien, una experiencia que terminó y yo no me di cuenta cuándo ni cómo pasó, sólo sentí el “hachazo” que destrozó mi corazón. Caí en un agujero negro, en una tortura infernal donde casi me vuelvo loca de dolor. Todo eso fue porque no entendía lo que había pasado, había muchas preguntas en mi cabeza y un cerro de suposiciones inciertas. Me ponía nerviosa y descontrolada, tenía pesadillas, casi no comía ni dormía. Mi cabeza no dejaba de decir: “No entiendo, no entiendo...”. Hoy sé que lo que causó tanto dolor, tanto sufrimiento psicológico y emocional fue la mala comunicación. Yo podía entender que un amor cambiara, podía entender que dejaran de amarme y era un derecho saberlo, pero no en la forma tan injusta que me ocasionó más dolor del que merecía vivir. A veces las personas creen que es mejor callar para no hacer sufrir, no se dan cuenta que las personas sufren más sin saber la verdad. Es cierto que la verdad no siempre te hace feliz, pero como dijo Jesús: “La verdad os hará libres” y eso era lo que yo necesitaba. No obtuve la verdad a tiempo, y por eso terminé pasando por las brasas del infierno.
En base a esta experiencia, pude haberme cerrado a la vida y al amor. Pude elegir no amar más, puede elegir sufrir una década por ese amor malogrado, pude elegir no confiar, pude elegir no creer. Sin embargo, no lo hice, no elegí ninguna de esas cosas porque no es lo que quiero para mí ni para ti.
Sé que estás allí. Puedo sentir la esperanza que se agranda en este corazón iluminado, en este corazón que guarda mucho amor para darte. En este corazón que dejará atrás el pasado, y que por eso no va negarte todo el cariño que mereces, porque te amaré sin reserva alguna.
Te ofrezco lo que soy, no más ni menos, sino todo lo que soy. No prometeré cosas que no puedo cumplir, y por eso no te prometo ser perfecta pues nadie lo es. Pero sé que por amor y con amor puedo realizar algunos ajustes, pues mi meta es mejorar cada día para que justamente cada día tengamos una bella experiencia uno a lado del otro. No miento en lo que aquí expongo, no miento cuando te digo que quiero amarte en totalidad con tus virtudes y defectos. No miento cuando te digo que no me daré por vencida aunque las circunstancias sean difíciles.
Te ofrezco una buena comunicación de mi parte. El infierno por falta de comunicación que viví no se lo deseo a nadie, y no voy a permitir que sufras porque no sepas la verdad. Prometo ser sincera, honesta y leal.
¿Qué espero de ti? Espero exactamente lo mismo que quieres recibir, es decir, amor, respeto, lealtad, cariño, buena comunicación (realmente buena comunicación), aceptación, flexibilidad, sinceridad, honestidad y perseverancia porque no siempre las cosas serán fáciles, pero no por eso hay que rendirse.
Cuando nos toque hablar en persona sé que será maravilloso. Sé que nuestros ojos hablarán entre ellos y se dirán miles de cosas. Que nuestras manos se entrelazarán y formarán un futuro bellísimo. Y la Divinidad nos colmará de bendiciones.
Tú y yo, unidos en la Luz, seremos Luz y será maravilloso.
Amado futuro amor, te espero.
Aquí estoy.

09/01/13 09:05 p.m.
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sábado, 29 de diciembre de 2012

Blog Apellidos Españoles: "Waldylei Yépez, una escritora especial en Internet"

Hay cosas que uno jamás se espera en la vida, esas cosas buenas que de repente ocurren y te sorprenden. Resulta que, por casualidad, me encontré con una publicación realizada ayer en un blog llamado Apellidos Españoles que le pertenece al señor Enrique Prieto. Este blog cuenta la historia de los diversos apellidos que tienen su origen en España, lo cual me parece muy interesante, y justo se hizo una publicación sobre el apellido Yépez. Lo que jamás imaginé fue que una fotografía mía daría entrada a esa publicación (a la parte de Yépez, por supuesto). Además, dicha fotografía lleva como pie de foto lo siguiente: "Waldylei Yépez, una escritora especial en Internet". Yo, que estaba aburrida viendo páginas sin mucho ánimo, me encuentro con esta grata y gran sorpresa, y me emocioné tanto que llegué al punto de querer compartirlo con ustedes.


¡Gracias Enrique por considerarme para tu publicación! Y gracias por ese comentario. Sinceramente muchas gracias.
 
Ya saben amigos no se olviden de pasar a visitar el blog de Enrique. :-)

¡Muchos saludos!

Waldylei
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sábado, 24 de noviembre de 2012

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¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?

Fuente: Google Images.

016. Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

¿Por qué?
¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?
¿Cómo fue que acabó su amor y yo no me di cuenta?
¿Por qué no me dijo que las cosas eran tan serias, que eran tan graves?
Jamás lo imaginé y jamás imaginé que me destrozaría tanto.
Es muy triste que tenga que fingir que no siento tanto dolor frente a los demás. Ocultar el dolor no es sinónimo de sentirse mejor. Pero “por buena educación”, ¿será que hay que tragarse todo para evitar darles lástima a los demás? Si eso es así creo que es muy triste, pues hay cosas que uno no debería fingir como eso de mostrarse bien. Aunque tampoco es mi intención andar tirada por las calles del mundo echándome a morir, para que los demás vean que sufro y para que se apiaden de mí, no es esa mi intención y no es eso lo que busco. Sin embargo, me gustaría no tener que fingir frente a mis seres queridos, tan sólo porque ellos “no quieren verme así”, si no quieren verme así entonces para qué me miran. Y actúan con sutileza con uno, te miran y medio sonríen creyendo que así te sentirás mejor, y de nuevo hay que tragarse las lágrimas porque nadie quiere ver a otro llorar.
Es cierto también que el cómo asumo esto es mi responsabilidad, pero pretender pensar que todo está bien cuando tu mundo se destruyó de un momento a otro es demasiado difícil.
Tal vez tenga razón aquella canción cuando dice: “Pero siempre hay alguien que ama más, y es así ese alguien es el que pierde más”. Me temo que yo fui quien amó más, y no intento disminuir al otro pero no es menos cierto que esto acabó porque ese otro lo quiso así, porque ese otro dejó de amar como aún lo hago yo. Entonces, ¿quién amó más?
A uno le pasan tantas cosas por la cabeza, comienza a pensar en todo aquello que estuvo bien, en las caminatas, en las conversaciones, en la risa, en los planes... y luego te das cuenta que nada de eso valió, pues nunca sirve a favor cuando intentas salvar ese amor que está muriendo. Uno dice: “¿Pero te acuerdas de tal cosa? ¿Recuerdas que dijimos que esto era para siempre? ¿Recuerdas que prometimos comunicarnos siempre? ¿Recuerdas que hablamos de ser tolerantes con el otro? ¿Recuerdas que dijimos que no había nada perfecto en el mundo y que era humano equivocarse?”, y darte cuenta que de nada sirve eso ahora es tan trágico. Sí, trágico porque hace que te mueras por dentro.
Aún en estos momentos, cuando las maletas están hechas y un pasaje que me lleva lejos está comprado, espero a que venga a decirme: “No te vayas, te quiero a mi lado”. ¿Eso va pasar? No, no creo que pase, y no va pasar porque ya no me ama aunque no me lo haya dicho directamente, pero al dejarme ir así es obvio aquello.
Es triste ver cómo se entromete la gente, buscando separarnos para que no hablemos “porque si hablamos nos hacemos daño”. Cada pareja, se supone, es un mundo y cada una de ellas tiene su propia dinámica, por tanto, si es necesario hablar y llorar, ¿por qué no dejan que eso pase? ¿Por qué se siente alguien con el deber y el derecho a decidir si se habla de tal cosa o no? Por eso es que dicen, y con toda la razón, que más de dos la cosa es multitud y no funciona.
Se supone que se ama también cuando se renuncia, el problema es cuando te hacen renunciar a la fuerza o tú lo sientes así.
Me he despertado hoy con el fantasma de mi viaje, sí, es un fantasma porque siento que camino a la guillotina y sin esperanza de salvarme. Quizás debería resignarme a morir, a que se muera este amor, a que se termine de partir el corazón.
“¿Cuánto tiempo es ‘para siempre’? A veces, sólo un segundo”, dice aquella famosa obra literaria. Ahora creo entenderlo.
¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?
Es una pregunta que no entiendo ni puedo responder. Quizás un día pueda, quizás...

24/11/12 10:14 a.m. Santiago.
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jueves, 22 de noviembre de 2012

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Carta a Dios: Él ya no me ama

Fuente: Google Images.

015. Carta a Dios: Él ya no me ama. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

Padre,
No puedo más con este dolor que me carcome el alma. Siento que mi corazón va explotar de pura tristeza. Siento que no me he equivocado tanto como para merecer esto. Estoy sola, sumida en el más profundo dolor que jamás sentí. "Seguramente él ha dejado de amarme", eso me dije y ahora eso es lo que siento, porque si me amara no me dejaría sufriendo de esta manera. Necesito paz para mi corazón, pero la paz que quiero es la que proviene de él, la paz que proviene de sus abrazos y su presencia. Y justo ahora, cuando estoy en el más alto punto de la montaña de mi temor, siento que todo se ha acabado.
He rogado y suplicado, y mis peticiones fueron desoídas. He llorado incansablemente, y mis lágrimas se han perdido. No he dormido casi, no he comido casi, me siento tan mal.
Ayer por la noche, luego de suplicarle salvar nuestro amor, me quedé sentada en el sillón mirando hacia la puerta de la recamara. Esperaba que se abriera, esperaba que él me salvara de este infierno. Estuve esperando muchos minutos, y él no apareció.
Hoy salió temprano y se despidió usando mi nombre, ya no usó palabras de cariño, palabras de amor como acostumbraba hacerlo.
Se fue sin considerar mi petición de salvar lo nuestro, estoy pensando que ya no le importa.
Rogué y supliqué, quizás no debí hacerlo. Pero todo se hace por amor, todo lo hago por este amor que siento. Amor que se convirtió en dolor de un día para el otro, no me di cuenta cuándo, no me di cuenta cómo. Siento que aún me ama, quizás estoy tan equivocada, quizás lo que quiere es deshacerse de mí, quizás... tantas cosas sí.
Padre, dame las fuerzas que me hacen falta para asumir esta verdad, asumir que él ya no me ama. Que todo lo bonito quedó en el pasado, que los planes el viento se los ha llevado y mi sol este día se ha apagado.
Padre, dame resignación para afrontar este hecho. Dame valentía para levantarme de este suelo. Envíame cariño para rellenar el agujero que ahora llevo por dentro. Y mucha vida para seguir viviendo, aunque ya no quiera hacerlo.

22/11/12 12:33 p.m.
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lunes, 19 de noviembre de 2012

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Tuve un sueño

Fuente: Google Images.

014. Tuve un sueño. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

Hace ya mucho tiempo tuve un hermoso sueño.
Un sueño alcanzable,
y, aunque fuera difícil, realizable.
Así fue aquel sueño.
Tuve un sueño precioso
donde ‘vivir’ era más que esta vida,
donde ‘vivir’ significaba ser feliz,
donde ‘ser’ era más importante que ‘hacer’,
donde, a la salida del sol, los sueños volvían a nacer.
En ese mismo sueño
los errores fueron perdonados,
y cuando alguien amaba lo hacía de verdad,
cuando alguien decía “yo te apoyo”
también lo hacía de verdad.
Fue un sueño muy hermoso,
un sueño muy real.
Pero al final del sueño,
ya cuando era hora de despertar,
sólo escuché truenos
que me hicieron reaccionar,
y descubrí que no era más que un sueño
lo que acababa de observar.
Y lo mágico de aquello
se desvaneció ante mis ojos,
y me di cuenta que mi vida,
a diferencia de aquel hermoso sueño,
se convirtió en un infierno.
“No era esto lo que quería,
no era esto lo que soñé”,
pero así resultó
y aquel sueño de ayer
se desvaneció sin querer.
Hoy, ya despierta de tanto sueño,
me doy cuenta de mis manos vacías,
y de mi vida que también lo está,
pues como dice la canción:
la vida llegó
y mató el sueño que aquél soñó.
Así murió el sueño que tuve de mí,
de la vida que quería
y que sólo en sueños pudo ser.
Lamento haberme despertado
del hermoso sueño que soñé,
pues ayer tuve un hermoso sueño,
pero hoy ese hermoso sueño ya se fue,
para mi desgracia y mi lamento:
ya se fue...

19/11/2012 01:32 p.m. - 01:48 p.m.
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jueves, 20 de septiembre de 2012

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Me propongo

Fuente: Googles Images.

Me propongo a perderme en tus ojos.
Me propongo a perderme en el abismo, en la nada.
Me propongo a tantas cosas.
A ninguna de ellas en realidad.
Me pierdo es este mar de palabras,
que no habla más que de cosas cotidianas.
Me encuentro reflejado en tus pupilas,
que hoy no me miran diferente a otros días.
Para ti no soy más que el mismo de siempre,
que a veces critica a la gente.
Que a veces te mira de frente,
aunque sé que a veces me mientes.
Me propongo ser más que una historia,
o sólo un alguien que quiere la gloria,
sólo un alguien que camina descalzo
esperando que otro alguien le dé un abrazo.
Quisiera proponerme que más cosas nos unan.
Quisiera pensar que nuestras historias se suman.
Quisiera mirar la ventana de este tren,
mirarte al reflejo y diciéndote: ven.
Para ti parece más cómodo el puesto del frente,
quizás porque allí va por quién vas sonriente.
Quisiera decirte a la cara
que ése a quien amas, no te ama.
Quisiera contarte que sufre otro amor,
que yo lo conozco y él sabe quién soy.
Porque lo conozco quisiera advertirte de él,
decirte que por nada del mundo te fíes de aquél.
No, no te enamores de ése,
mejor enamórate de quien este verso siente,
este verso que te habla de amor,
este amor desgraciado que irradia como sol,
pero un sol que casi nadie ve,
mucho menos tú que sólo tienes ojos para él,
y a él sólo le importa quien está a dos puestos más,
tú, sencillamente, no existes en su realidad.
Lamento mi amor decirte la verdad,
la verdad que él jamás te dirá.
Seguiré en este puesto de tren,
quizás esperándote en vano
y tú esperándole a él.

Waldylei Yépez
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miércoles, 19 de septiembre de 2012

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Me rindo

Fuente: Google Images.

Este no es el poema alegre
que seguro esperas leer.
Pero si me ves escribirlo
fue porque lo necesité.
Te prometo ya no quitarte más tiempo,
porque yo también me cansé de perderlo.
Quizás te parecerá apresurado lo que diré,
pero no tengo nada más que agregar:
Me rindo.
Sí, con estas líneas me rendiré.
Sé que es lo último que esperas,
y yo no quería hacerlo,
pero ya fue demasiado para mí.
La situación parece un ataque masivo,
y ya no soporto el dolor que me embarga.
Sé que esperabas que volara alto,
pero la suerte me abandonó,
por su parte, el sol se escondió
y la esperanza también me dejó.
Mi escudo fue baleado,
me ahoga el temor,
me ahoga el llanto,
ya no quiero más,
ya no puedo más.
Porque cuando mi escudo servía
me creía muy fuerte,
pero llegó el momento de decirlo:
no puedo cumplir tus expectativas,
lo siento, me rindo
antes de que, por completo, me destruya
y te destruya a ti mismo.
Y si mañana me ves caminando por la calle,
no me saludes, no quiero llorar
por lo que pudo ser y no fue,
por lo que pudo ser y no será.
Lamento estas palabras de renuncia.
Sí, este no es el poema alegre
que seguro querías leer.
Pero si me viste escribirlo
fue porque lo necesité.
Te prometo ya no quitarte más tiempo,
porque yo también me cansé de perderlo.
Quizás te pareció apresurado lo que dije,
pero no tengo nada más que agregar:
Me rindo.
Sí, leíste bien,
con estas líneas me rendiré,
sí, con estas líneas me alejaré,
... con estas líneas te dejaré.

Waldylei Yépez
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jueves, 19 de julio de 2012

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¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?

Fuente: Google Images.

013. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo volveré a escuchar de cerca el susurro de tus labios y sentir la mirada de tus ojos. Me pregunto tantas cosas a veces, hasta me pregunto qué nos pasó.
Hay ocasiones en que me pongo nostálgica como ahora y sólo logro caminar de un lado a otro en mi habitación, eso cuando no estoy simplemente tirada en la cama o el sillón. A veces siento que esto me sobrepasa, que no podré aguantar ni un minuto más tanta tristeza y tanta rabia. Hay veces en que me digo que hubiese preferido no haberte conocido.
Otras veces actúo normal, como si nada pasara, y le sonrío a la vida creyendo que sí hay razones para ser feliz. Salgo con los amigos y voy al cine con los primos, pero aún así el tiempo no es el mismo que cuando tú estabas aquí.
Hay ocasiones en que me insulto por tonta, por sentir lo que aún siento, me gustaría no tener que fingir lo que finjo sólo para que nadie me vea sufrir, para que nadie me vea triste y se compadezca de mí. No quiero la lástima de nadie, no quiero que sepan que aún sufro por amor, por el amor que aún te tengo y que tú no recuerdas. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas? ¿Por qué sí tengo que recordarlo yo? ¿Por qué sí tengo que sufrirlo yo?
Un rayo de sol intenta entrar por la ventana, intenta infructuosamente calentar esta pieza. Yo intento respirar. Todo es un intento en esta habitación, no puedo decir que algo resulte. Sobre la mesa hay un intento de canción o un intento de poema, y en el piso está nuestro álbum de fotografías que se cayó en un intento de volver al pasado, se cayó cuando intenté vernos juntos de nuevo y me causó tanto dolor que mis manos tambalearon, mi valentía se quebró mientras sigo intentando que el nudo en mi garganta no salga, que no salga y moje mi rostro como muchas veces ya me pasó. Cuesta tanto contar lo que se vive en esta habitación, pero cuesta mucho más contar lo que sucede en mi interior.
No sé si pueda contener más tiempo mis lágrimas, quisiera simplemente soltarlas y volver a ser la niña que cuando lloraba alguien le arrullaba. Quisiera... ¡Ay! ¡Quisiera tantas cosas!
Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, me pregunto cuándo volveremos a retomar nuestros planes, esos que ambos construimos mientras caminábamos tomados de la mano. Me pregunto cuándo podré volver a ver el cielo y verte iluminado en alguna estrella; cuándo esta maldita ciudad dejará de ser sólo una construcción de recuerdos, donde cada calle y centímetro me habla del momento anterior en que pasamos por ahí, pero no habla de que tú estás aquí. Odio ese osito de peluche que me regalaste, lo odio tanto que no me atrevo a botarlo, no me atrevo alejarlo de mí porque él me acerca a ti. ¡Te odio! ¡Desearía jamás haberte conocido!
Caigo al piso de rodillas y lo golpeo, no aguanto este maldito sufrimiento. No aguanto pensar que sólo yo sufro por esto, que sólo yo quiero regresar atrás, que tú estás bien sin mí o que te da igual. No aguanto pensar... Mis lágrimas caen al suelo una vez más.
Éramos felices, yo sé que lo éramos, entonces ¿por qué no recuerdas nuestro amor? ¿Por qué no lo recuerdas si éramos felices tú y yo?
Me gustaría saber si quiera qué fue lo que nos pasó... Me gustaría entender qué hicimos mal, o qué fue lo que no hicimos. Me gustaría levantarme de este piso, dejar de llorar por lo que ya no será, sin dolor ni amargura, sin pesar. Me gustaría tantas cosas, me gustaría dejarte y aún así me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo recordarás que te quiero y que quiero que regreses conmigo de nuevo... Mi amor, ¿cuándo? ¿Cuándo lo recordarás? ¿Cuándo recordarás que aún te espero? ¿Cuándo? ¿Cuándo me recordarás de nuevo?

19/07/2012 01:49 p.m. - 02:02 p.m.
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