miércoles, 30 de octubre de 2013

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El regalo más grande

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004. El regalo más grande. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

Amor mío,
late con más fuerza mi corazón
cuando te nombro,
cuando abrazada a la almohada
siento que eres tú.
Cuando cerrando los ojos
te sueño acercándote a mí,
quedándote aquí pegado en mi pecho,
aquí pegado a mi cuerpo.
Es tan grande este amor que por ti siento,
has traído una luz mágica a mi vida,
llenaste cada espacio vacío
con este amor que es tuyo y que es mío.
Me siento feliz de estar a tu lado,
¿puedes imaginar lo mucho que te he amado?
¿lo mucho que te amo?
Aquí estoy para ti,
aquí estás para mí.
Tomo tus manos,
rozo tus labios,
no importa el celular,
no importa nada más.
Este tiempo es tuyo,
aquí estoy, yo te escucho.
Aquí estoy presente,
en cuerpo, alma y mente.
Tu presencia es el regalo más grande,
el más grande que he recibido,
el obsequio más grande que la vida me ha dado
es éste, es estar a tu lado.

28/10/13 08:48 p.m. 09:37 p.m.
30/10/13 06:31 p.m.
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jueves, 24 de octubre de 2013

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Latido Universal

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003. Latido Universal. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

Hija del Amor,
soy Una con Él.
Mi Ser, infinito,
en consonancia con el mundo,
y la ley universal.
Aquí estoy y Yo Soy.
Aquí estoy,
heredando el poder del más grande Creador,
co-creando sobre el más fuerte cimiento,
co-creando sin espacio ni tiempo.
Aquí, en el templo sagrado del pecho,
mi conexión con la Divinidad.
Aquí, en el templo sagrado del cuerpo,
el hogar de mi espíritu y su morar.
Estoy, respirando en este día,
viviendo el más grande milagro.
Estoy, sonriéndole al mundo,
diciendo cuánto los amo.
Aquí estoy y Yo Soy.
Aquí estoy,
uniéndome al Latido Universal,
siendo parte del Corazón del Mundo,
co-creando con el Uno,
co-creando con el Todo.
Aquí estoy y Yo Soy,
el Latido Universal,
el Despierto,
el que Ve,
el que Sabe la Verdad,
la Luz que prevalece en medio de la oscuridad.
Aquí estoy,
aquí estoy y Yo Soy.

24/10/13 04:37 p.m.
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martes, 22 de octubre de 2013

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Quiéreme

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002. Quiéreme. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

No creí que volvería a creerle al amor,
no creí que volvería a sentir este amor.
No creí que la luz de tu rostro
podría borrar todo ese rencor,
que me haría creer como hoy creo yo.
Eres todas las cosas que soñaba,
las que se cumplieron y las que no se cumplieron también.
Eres agua fresca para este desierto,
más que un oasis, al milagro despierto.
Eres la sonrisa que tanto esperaba,
y el baile que tanto soñé.
Eres esa melodía que hacía falta
para completar la canción que quería tener.
Eres tantas cosas importantes
y hoy sólo quiero decirte: quiéreme,
quiéreme mucho este instante.
Quiéreme,
con todas las fuerzas que desbordan tu ser,
quiéreme
expresándolo con tu corazón y tu piel,
quiéreme,
de ti quiero todo, todo lo dulce, toda la miel.
Sé que la vida nunca será fácil,
sé que hay muchas batallas que hay que ganar.
Sé que te han herido en el camino,
tú sabes bien que también he sufrido.
Pero quiero escribir otra historia contigo,
por favor, ven de la mano conmigo.
Quiéreme
con la inocencia de un corazón
que no ha conocido el dolor.
Quiéreme
con la fe de que todo estará bien,
que somos dos convertidos en un solo ser.
Quiéreme,
de ti quiero todo, todo lo dulce, toda la miel…
Quiéreme.

22/10/13 07:36 p.m.
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martes, 15 de octubre de 2013

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Carta a mi abuela

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002. Carta a mi abuela. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Querida abuela,

Hoy he pasado un día maravilloso contigo. Te he visto reír a carcajadas, te he visto contar con nostalgia sobre tus recuerdos de ayer; también me has regañado por un par de cosas, pero no perdiste tiempo para felicitarme por otras. Abuela, eres una mujer maravillosa. Estoy tan agradecida de tenerte en mi vida, de contar contigo, con la grandiosa presencia de la mujer más fuerte y perseverante que he conocido en la vida. Sí, también eres muy terca con tus cosas a veces, pero eres toda dulzura cuando realmente te conocen.
Nunca te he hablado de mis emociones, he perdido mucho tiempo sin decirte lo mucho que te quiero y necesito resolver eso, por eso te escribo ahora. Sé que ninguno de tus nietos se ha acercado de esta manera, pero no es porque no queramos sino que, quizás, nos da un poquito de vergüenza, o tal vez es que damos por sentado que ya sabes que te amamos. Pero la vida me ha enseñado que no debemos dar nada por sentado, por eso aprovecho esta ocasión para decirte lo mucho que te amamos. Nos llena de mucho orgullo ser parte de esta maravillosa familia que construiste con tanto esfuerzo y sacrificio. Eres genial.
Te veo sentada a lo lejos, hablas con mi mamá, y me quedo mirándolas. Ambas son el regalo más precioso que me ha dado la vida, de ambas he aprendido tantas cosas que me sería difícil escribirlas todas ahora. Toman café mientras platican de la vida, de las idas y vueltas que ésta da. Han pasado por tanto ustedes dos, y nunca se dieron por vencidas. Son un modelo a seguir: aguerridas, sabias, honestas, dulces, hermosas, sinceras…, son todo lo maravilloso del mundo bajo un nombre de mujer.
¿Qué más podría pedir? ¿Qué más podría querer? Son todo lo que alguien pudiera querer o necesitar. Son el apoyo perfecto cuando la vida nos hace sentir tristes, la sonrisa que nos llena de ternura, la mirada que expresa la más absoluta comprensión. Las amo.
Abuela, gracias por estar a mi lado. Por hacerme sentir todo este amor que expresas, por ser el refugio que a veces necesito, por escuchar mis preocupaciones y aconsejarme como sólo una abuela podría. Has hecho tanto por mí, has hecho tanto por todos nosotros. Nuestra gratitud es inmensa, nuestro amor por ti no tiene límite ni tiene fronteras. Gracias amada abuela, gracias por tu sonrisa sincera, por los valores que nos inculcaste, por la generosidad que siempre te ha caracterizado. ¡Te quiero tanto!
Gracias abuela, gracias por estar a mi lado.

¡Te amamos!

15/10/13 05:25 p.m.
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sábado, 12 de octubre de 2013

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Carta a mi hermana

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001. Carta a mi hermana. Colección Terepaima. Waldylei Yépez.docx

Querida hermana,

Desde hace un par de días que quiero escribirte, estaba entusiasmada por decirte tantas cosas, pero sentía que no tenía las palabras adecuadas. Así que intentaré escribirte ahora.
Hermanita, yo estoy feliz por ti, has empezado una nueva etapa en tu vida y sé que estos cambios pueden causar cierto temor, los cambios en sí lo causan, pero no debes preocuparte porque cualquier cosa que necesites enfrentar, lo harás bien y saldrás triunfante de cualquier desafío que encuentres. Lo sé, estoy completamente segura de ello. Yo creo en ti, creo en tu capacidad… realmente creo en ti.
¿Sabes? Siempre te he visto como una mujer fuerte, sin miedo, segura de sí. Con la capacidad de llegar aún más lejos de lo que yo he podido llegar, con la capacidad de aprender mucho más de lo que yo he podido aprender. Tú me hablas de que soy capaz de mucho, si pudieras mirarte con mis ojos sabrías cuán grande y maravillosa eres para mí. Si tan solo pudieras mirarte como te ven mis ojos, sabrías tantas cosas hermosas sobre ti misma. Para mí eres una mujer exitosa, triunfante, muy sabia y con un corazón enorme. A veces me gustaría ser tan fuerte como tú, a veces me gustaría haber sido más decidida, con más seguridad en mí… de cualquier manera, sea lo que sea que haya vivido, no lo veo como un fracaso porque, en el fondo, el fracaso es un éxito con otro nombre. Aprendemos, de todo aprendemos, incluso de las decisiones que tomamos y que terminan en “resultados no-esperados”, porque sólo eso son los llamados “fracasos”. Créeme, no importa lo que suceda… todo terminará bien. Las pequeñas caídas no son tan graves, y ni siquiera una “gran caída” es realmente grave. ¿Sabes qué es lo grave? Que dejes de creer en ti, vaya que eso sí es grave. Así que no debes permitirlo nunca, y si un día se te olvida cómo creer en ti, búscame y yo te lo recordaré, porque eso es algo que yo jamás dejaré de hacer.
Mi querida hermana, desde el fondo de mi corazón, te deseo todo lo mejor. Yo sé, yo sé que hay cosas que no serán fáciles a veces, pero el triunfo siempre estará garantizado cuando crees en ti. Te mando un gran abrazo con mucho cariño, y recuerda que en mí siempre encontrarás a tu hermana, a tu amiga, que siempre te va apoyar y te va querer.

No te rindas sin pelear, no te rindas nunca.

Te quiero.

12/10/13 07:20 p.m. - 07:31 p.m.
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viernes, 4 de octubre de 2013

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Renacer

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001. Renacer. Colección Renacer. Waldylei Yépez.docx

La vida es una cosa difícil de entender.
Mientras creemos una cosa,
puede estar ocurriendo otra.
La vida, para mí, es un gran enigma,
un montón de preguntas sin respuestas,
y también un montón de propuestas.
Después de mucho pensar,
de sentir y de reflexionar,
concluí que la vida es tan extensa
que es un aprendizaje que no termina,
que nada está dado por hecho
y que todo está en constante movimiento,
que todo pasa, todo cambia y todo sigue
porque inexorablemente la vida sigue.
Después de un período muy oscuro en mi vida,
después de que las preguntas sin respuestas
casi reventaran mi cabeza,
mi razón y mi certeza
regresaron cuando dejé fluir mis experiencias,
dejé que lo que quisiera irse, se fuera,
y que lo que quisiera quedarse, se quedara.
Así comprendí que todo tiene un momento perfecto,
un tiempo adecuado
y que Dios no se va de mi lado.
Renací de las cenizas de mis sueños,
de las cosas que soñé y que no se cumplieron,
de entre los obstáculos que aparecieron en mi camino
y de la traición que cambió mi destino.
Resurgí de las ruinas en las cuales quedó mi vida,
reviví del más profundo dolor,
rechazando la desesperanza y el rencor,
dejando atrás la más completa desolación.
Renací de las palabras que no opacó la oscuridad,
del amor que no murió,
de la esencia de mi Ser que brilla como sol
cuando recuerdo que también soy parte de Dios,
de la maravilla que Es y de Su Amor.
Resurgí cuando dejé de ver lo negro,
y comencé a ver lo blanco.
Resurgí distinta, pero completa
y hoy me siento plena.
No he sido perfecta,
tampoco necesitaba serlo,
sólo necesitaba estar atenta
para aprender lo necesario
y desechar lo que hace daño.
He resurgido más poderosa que el Ave Fénix,
ahora me siento fuerte,
me siento independiente,
me siento una mujer valiente.
Tengo una capacidad enorme de amar,
de salir adelante
y volver a soñar.
En el momento más difícil,
creí que renacer era imposible,
pero, a pesar del negro panorama, no desistí
y hoy he vuelto a vivir.
Me amo y me respeto,
mi tiempo es perfecto,
salgo adelante
porque me acepto.

Soy la mujer que renace
construyendo el más fuerte cimiento,
del más grande amor que nace adentro…
en el templo sagrado del pecho.

04/10/13 08:00 p.m. - 08:13 p.m.

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

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Círculo perfecto

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015. Círculo perfecto. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Me he quedado mirando al horizonte, pero en verdad no miro nada a lo lejos, al contrario, estoy mirando hacia adentro, hacia el interior que casi nadie entiende, hacia mi propio interior. Para muchos, quizás, sea raro mirar así, pero siempre llega el momento en que debes hacerlo, y es cuando allí reconoces tu luz y tu oscuridad. Por lo general, es el dolor el que te lleva hasta allá, para luego dar paso a un gran camino, y entre luces y sombras te transformas, es cuando comienzas a entender tantas cosas. A veces te culpas de no haber visto detalles tan obvios, a veces sientes vergüenza de haber transitado un camino erróneo, a veces… bueno, son tantas cosas que no vale la pena hacer una lista de ellas.
Mirando hacia adentro he comprendido tanto, y también he aceptado lo que no pude comprender. Hoy la vida me dio las respuestas que necesitaba, y luego todas mis preguntas cambiaron; así es esta búsqueda eterna donde no siempre se busca lo mismo, y ni siquiera uno es el mismo. Respecto a esto último, aclaro que yo no pienso que seamos capaces de cambiar radicalmente, creo que eso no es posible a menos que no hubiésemos sido auténticos antes; más que cambiar pienso que hacemos ajustes en nuestra vidas, ajustes basados en experiencias o nuevas perspectivas de las cosas. Ya no soy la misma de ayer, algo hizo que “ajustara” lo que fui y creo que ha sido el dolor, el dolor en sus distintas manifestaciones, con sus distintas razones y sin-razones.
Mi dolor hasta hoy estaba basado en creerme atrapada, en creerme ser ese pequeño pajarillo enjaulado que ansiaba liberarse, que aleteaba hasta ocasionarse daño, que se desesperaba por no obtener las respuestas correctas, que buscaba la verdad que hace libre. Hasta que llegó el instante en que dejé de aletear y me quedé mirando mi encierro, sin juzgar sólo observaba, y me di cuenta que no estaba atrapada, que las puertas no estaban cerradas y que fue sólo mi percepción de encierro, lo que me hizo sentirlo. Pude haberme culpado por no haberme dado cuenta antes de mi error, pero en lugar de eso preferí valorar el conocimiento que adquirí, y entre tantas cosas que aprendí estaba el comprender que la desesperación o ansiedad jamás solucionarán nada, y que sólo cuando soy capaz de silenciar las voces que me atormentan seré capaz de escuchar la voz profunda y sabia de mi Ser, esa voz que nace del Amor que vive dentro de cada uno, ese Amor que engendra y guía.
Hoy es el día del círculo perfecto, ese círculo que da inicio y cierre a un ciclo, a uno de tantos ciclos que me afectan. No hay forma de describir el cierre perfecto de algo que estuvo tan recargado de dolor, de tanto daño, pero, a pesar de ello, sí se puede decir sin equívoco alguno que la paz que se siente al final no viene de la acción de un alguien externo. No importa quién sea, nadie externo podrá darme la paz profunda y serena que sólo puedo encontrar dentro de mí, que sólo puedo encontrar cuando retomo la conexión sublime con mi Ser, con mi interior. He allí el círculo perfecto, cuando aparecen lo humano y lo sublime y te sientes parte de ambos, cuando te sientes Uno con el Todo y regresas a tu centro, cuando eres capaz de soltar todo dolor y todo daño.
Aprendí a amar inmensamente, y por eso puedo perdonar también. Te suelto, suelto todo… dejo que lo que quiera irse se vaya, y dejo que lo que me hace daño también lo haga.
Que, a partir de hoy, sea el Amor quien guíe mi nuevo camino, que guíe mis pasos hasta llegar a destino. Que sea el Amor que con sus lazos una lo que debe ser unido.
Que sea el Amor transparente, que sale de todo mi Ser y no de mi mente.
Que sea el Amor, que ilumina como sol, que cierre este ciclo de mi corazón.
Sí, que sea así, que sea el Amor y sólo el Amor el que llene el vacío de mi corazón…

24/09/13 08:09 p.m. - 08:16 p.m. - 08:57 p.m. - 09:17 p.m.
25/09/13 01:07 a.m. - 03:49 p.m.
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sábado, 14 de septiembre de 2013

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Me pregunto cuándo volverás

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014. Me pregunto cuándo volverás. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Bella durmiente de mi corazón,
hace unos meses entraste en el sueño profundo
del cual no te has levantado de nuevo,
y me he perdido de tantos recuerdos
que no tuvimos tiempo de construir.
Recorro tu casa
y veo tus ropas,
la soledad de tu cama
y la silla que usabas.
Recorro el camino que un día siguieron tus pasos,
me siento en la sala o en la cocina,
me siento a esperarte,
me siento a soñarte.
Por las noches extraño
que me mandes a dormir temprano,
que me mandes a cerrar la puerta
apenas se oscurezca.
Por el día extraño
no verte caminar el pasillo,
no verte sonreír conmigo.
Me he quedado pegada
en el tiempo que tú estabas,
esta casa está tan llena de recuerdos
y ahora predomina tu silencio.
A veces me pregunto cuándo volverás,
si ya ha sido suficiente del paseo que emprendiste,
si estás extrañando tu casa y quieres regresar,
me gustaría que pudiésemos conversar.
Cuándo volverás es mi pregunta,
cuándo será el regreso a tu hogar,
cuándo, mi bella durmiente, cuándo será,
esta espera, cuándo terminará…

14/09/13 08:47 p.m.- 09:02 p.m. Regalo de cumpleaños para ti Maita (15/09/25-03/05/13)
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viernes, 13 de septiembre de 2013

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El camino del perdón

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013. El camino del perdón. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

Llego a casa después de un largo día de trabajo. Me siento agotada. Pongo las llaves sobre la mesita de la sala, me quito la chaqueta y los zapatos, me duelen los pies. Me invade la sed, busco algo para beber y regreso a la sala. Habría sido un largo, aburrido y cotidiano día de trabajo si no fuera porque me pasé recordándote, y recordando lo que eras… o lo que fuimos. Pongo el vaso sobre la mesa y me quedo mirándolo, pero en realidad no lo miro, sólo he fijado mi vista en él pero mi mente yace en otro camino, en otro tiempo, en otra época. No sé por qué tengo la leve sensación de que esta casa está más silenciosa que nunca, es como si nadie estuviera aquí adentro… hasta mi mente se ha quedado en silencio. Suspiro ante el pasado que se asoma a mi ventana. Bebo otro sorbo y miro el reloj. Miro el piso, las paredes, el cuadro que nunca terminé de pintar, el cuaderno de notas donde a veces escribo alguno que otro verso, la guitarra que dejaste olvidada y la felicidad que quedó socavada. Miro todo y no miro nada.
Por mucho tiempo he intentado regresar a mi centro, reencontrarme con la paz que perdí, entender lo que nunca entendí, y aceptar lo que tuviese que aceptar aunque no estuviera de acuerdo con ello. En el camino de toda esta “terapia” de vida, aprendí mucho hasta de mí misma; entendí que muchas cosas las aprendí mal, y tuve que desaprenderlas para reaprenderlas como debieron ser; entendí que debía hacer algunos ajustes en mi vida, que jamás cambiaría mi forma de ser, pero que la vida no se trata de “cambiar” sino de “ajustar” y en eso me he enfocado, y la verdad siento que es mucho lo he avanzado. Me siento orgullosa y feliz con ello. Me siento más segura e independiente. Me siento en paz conmigo misma. Sin embargo, me queda algo pendiente, lo sé, puedo sentirlo… y llegó el momento de hacerle frente.
Me levantó de mi asiento y busco el teléfono. Vuelvo a mi sitio y tomo una respiración profunda. Marco tu número. Me invade el nerviosismo, no sé si me contestara otra mujer o algún familiar.
- Aló -. Es tu voz y se acelera mi corazón.
- Hola -. Te digo.
- Hola -. Me respondes. Llevamos mucho tiempo sin hablar, pero aún puedes reconocer mi voz.
Te pregunto si puedo hablarte unos minutos y me dices que sí. Tomo aire de nuevo y comienzo.
No sé cómo empezar esta conversación, la verdad no lo sé. Sin embargo, siento que hay cosas que necesito decirte, porque siento que es lo que falta por resolver en mi vida, por resolver de esa época en la que tú eras el protagonista principal. Te culpé de muchas cosas que sucedieron, pero ahora sé que yo también falté en más de una. No, no buscaré justificarme, porque cuando uno va pedir perdón lo que menos tiene que hacer es justificar sus propios errores. Te he llamado para decirte que lo siento, que lo siento mucho, que me equivoqué, que en definitiva quiero hacerme responsable de la parte que me corresponde en todo el problema. Quiero pedirte perdón por las cosas que deba pedirlo. Y yo también quiero perdonarte por todo el dolor que sentí, por todo el daño del cual te he creído responsable… No sé cómo es perdonar, no sé cómo o por dónde empezar, pero tengo toda la intención y voluntad de hacerlo. Lamento de verdad el cómo terminó todo esto… Necesitaba que lo supieras. No, no necesitas decir nada ahora. Sólo déjame terminar diciéndote: gracias por escucharme.
Colgué la llamada, y me recosté sobre el sofá.
No sé, la verdad no sé cómo se puede perdonar tanto daño, pero prefiero averiguarlo y zafarme del rencor, para dejar de recordar este dolor una y otra vez hasta el cansancio. Al daño no hay que agregarle más daño, eso es lo único que tengo claro. Desde hoy comenzaré a dejar de recordar lo malo.

El camino del perdón tiene muchas vías,
y yo aún no conozco cuál es la mejor,
la que a mí me funcionaría,
pero sí sé algo:
me cansé de tanto daño,
del que me hizo él,
del que me hice yo
y del que me hago recordando.
Estoy dispuesta a dejar lo pasado,
a perdonar el daño causado,
porque merezco algo mejor que vivir sufriendo
o vivir añorando.
Hacia el horizonte iremos caminando,
y aprenderemos a perdonar,
aprenderemos a soltar
y un día volveremos amar.
Amar, reír y soñar…
en un nuevo caminar.

13/09/13 07:54 p.m. - 08:03 p.m.
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miércoles, 11 de septiembre de 2013

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Alegría

012. Alegría. Colección Lo dicho y lo nunca dicho. Waldylei Yépez.docx

En medio de las penumbras despiertas,
y la luz se posa a los lejos,
te invade, te inunda, te llena.
Recuperas la vista
que la sombra dejó a ciegas,
y te das cuenta que el tormento se ha acabado,
que los gritos que inundaban ya no existen,
que sólo la serenidad persiste
y sientes una rara alegría,
la tristeza se ha hecho serena.
Te pones de pie,
pues la fuerza ha regresado a tus piernas,
te levantas de la caída
que has llevado a cuestas.
Al mirar tus manos la luz está en ellas,
la miras, la contemplas,
te parece raro no sentir dolor,
rencor o tristeza.
Todo yace en calma,
la alegría se acrecienta.
Alegría sin razón,
sin causa o consecuencia,
alegría rara,
alegría plena.
Alegría de Principio,
de Alfa y Omega.
Alegría que borra la furia,
el rencor, la vergüenza.
Alegría de la vida.
Alegría que se siembra.
Alegría que queda y prevalece
sobre las oscuridades y tinieblas,
que te hace creer
aunque creer ya no puedas.
Alegría de la Luz,
y del sol que rodea,
de la fina verdad,
que la verdad prevalezca.

Alegría,
como un árbol de vida,
alegría.
Como la luz del día,
alegría.
Del verde bosque
al gran silencio,
alegría.
Como un salto a la gloria,
alegría.
Como una fuente de paz,
alegría.
Alegría que va más allá,
alegría que llena de paz…

11/09/13 05:01 p.m. - 05:17 p.m. - 05:23 p.m.
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