viernes, 9 de enero de 2015

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Mujeres que sanan


001. Mujeres que sanan. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Aprendí de la vida que hay que ser decidida,
aprendí de mi madre que hay que ser muy guerrera,
la pasión, gallardía y la paciencia en la espera.
Fui abandonada y traicionada también,
subestimada y echada al olvido, lo sé,
pero decidí dejar ir, lo que ya se fue.
Hoy soy guerrera, así me proclamo,
no soy altanera, pero sé lo que valgo,
sé de las bendiciones que la vida me ha dado.
Hoy soy valiente, también soy muy fuerte,
no importa que el destino haya sido inclemente,
y me haya mostrado lo mucho que duele.
Mi fe y mi certeza me ha acompañado
por este camino del que casi no salgo,
pero aquí victoriosa yo me levanto.
Somos mujeres que no se han rendido,
somos aquellas que nada ha vencido,
recuperamos el trono muy bien merecido.
Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.
Somos mujeres que han sabido seguir,
no importa el camino, lograremos el fin,
el reto será no rendirse, ni dejarse rendir.
Mujeres que sanan porque saben que valen,
que buscan la forma de seguir adelante.
Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.

09/01/15 06:36 p.m. Por y para Magda Xóchitl Sevilla, Mercedes Quiroz y participantes del grupo MUJERES QUE SANAN.
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martes, 30 de diciembre de 2014

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Sana, en paz y libre


005. Sana, en paz y libre. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.rtf

Mi cabeza y mis manos podrían contar tantas cosas,
como aquellas derrotas de ayer,
como de ese océano que crucé o del infierno que pasé.
Hace tiempo atrás habría rememorado todo,
y habría revivido cada lágrima,
me habría retorcido de dolor y me habría llenado de rencor.
Pero decidí que era hora de dejar ir todo,
que las cosas y personas que se fueron
simplemente debían irse, y que de la tristeza es hora de despedirse.
Hoy me encuentro bien, hoy me encuentro sana
porque he sido muy valiente y he curado mis heridas,
porque he sido muy fuerte y he superado mis caídas.
Hoy me encuentro bien, hoy me encuentro en paz
porque más allá de la desolación, volvió a latir mi corazón,
porque he perdonado los errores de otros, y he perdonado los míos también.
Hoy me encuentro bien, hoy me siento libre
porque he recuperado la confianza en mí misma,
porque he recordado lo que significa amarse a sí misma.
Hoy estoy sana, en paz y libre
porque la vida me recuerda las bendiciones que tengo a diario,
porque he recordado mi capacidad soñar y lo mucho que yo amo.
Amo la vida porque me permite estar aquí, amo a Dios y Él también me ama a mí,
amo la luz y respeto el silencio y la oscuridad,
porque sólo desde la oscuridad, el nuevo amanecer se puede contemplar.
Sana, en paz y libre...
Hoy le sonreiré a la vida, hoy me esforzaré por ser feliz,
hoy seré más fuerte, hoy seré valiente,
hoy comenzaré a vivir... y esto no lo hago por nadie, esto lo hago por mí.

30/12/14 09:57 p.m. - 10:06 p.m.
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jueves, 18 de diciembre de 2014

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Cristian

Fuente Imagen: Google.

004. Cristian. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Eran tiempos decembrinos en aquella ciudad. La gente caminaba entusiasmada por esas calles, iban buscando regalos en las tiendas y planificaban lo que serían sus fiestas. Cerca del centro había un hermoso parque, tenía mucha vegetación y flores de diversos colores, a la gente le gustaba ir a visitarlo junto a sus corazones, los llevaban de paseo. Sí, en aquella época era común ver los corazones caminar por toda la ciudad junto a sus dueños. Algunos dicen que esa época se fue para no volver, otros piensan que los corazones siguen siendo visibles para quienes aún creen en la magia, que aún se puede ver el corazón de las personas caminando junto a ellas y que sólo es necesario observar atentamente.
Estos corazones no eran de gran tamaño, pero sí de variadas formas. Algunos parecían pequeñas aves, otros tenían forma de autos de carrera, bates de béisbol, pelotas de fútbol, osos, rosas, princesas, y pare de contar. Todos ellos eran autónomos, porque ya sabemos que el corazón toma sus propias decisiones; tenían sus propios ojos y bocas, así que podían comunicarse con quien quisieran, sobre todo les encantaba hablar de corazón a corazón. Si bien es cierto que eran “moldeables”, ningún corazón tomaba alguna forma al azar sino que tomaban la forma de lo que más les influenciara o influenciara a su dueño. Por ello se podían observar diferentes formas de corazón en aquel parque, y como para el corazón no importa la edad pues no era raro encontrar sentado a un anciano en algún banco que tuviera un corazón con forma de auto de carreras y éste recorriera el parque a toda velocidad, mientras su dueño, claro está, no pudiera seguirle el ritmo. Era muy divertido ver a los corazones saltar, jugar, correr y volar como cometas, mientras sus dueños les miraban entusiasmados, pues si el corazón estaba feliz lo dueños también lo estarían.
Se hizo de noche y aun había personas en el parque. A pesar de que era una noche fría, los corazones seguían muy alegres. En uno de los bancos, al sur del parque, se encontraba una pareja sentada conversando y sus corazones estaban con ellos, el corazón de la chica tenía forma de ave y el del chico también, pero en su caso su corazón se mostraba con porte más bien soberbio. El corazón de la chica intentó acercarse al del chico, pero éste no le miraba, parecía como que no le importara. Lo invitó a volar un rato, el corazón del chico asintió pero de mala gana. Ella alzó el vuelo muy contenta, él la siguió aunque no quisiera. En el banco siguieron sentados sus dueños, la escena era muy parecida; ella miraba al chico un poco confundida, él por su parte ni le miraba… Las aves seguían en vuelo, ninguno se dio cuenta de que sus dueños comenzaron a discutir entre ellos, pero para ese momento no había necesidad de que lo supieran pues ellos mismos también comenzaron a discutir. Corazones y dueños entraron en conflicto, unos sentados en aquel banco y los otros en pleno vuelo, la discusión se puso muy intensa, él chico se levantó del asiento y comenzó a gritar, su corazón también se puso más violento.
Las palabras del chico se volvieron crueles, se convirtieron en dagas apuntadas con golpes certeros, lo mismo pasó con las aves en vuelo. El chico le gritó a la chica que no quería volver a verla nunca más, las puñaladas daban en el blanco mientras la chica quedaba destruida allí en el banco. Quedó aturdida, por su cuerpo comenzó a recorrer el más profundo dolor y por un instante quiso morirse, olvidándose así de su corazón que estaba en la misma condición, la diferencia es que su corazón estaba en vuelo y cuando ella soltó su atención del corazón, el corazón comenzó a caer en picada y no podía abrir sus alas. Si bien era cierto que los corazones son autónomos para decidir y hablar, no lo son para moverse a grandes distancias, por tanto, cuando ellos alzaban el vuelo o salían a correr era porque sus dueños se lo permitían, sin embargo, para evitar que los corazones quedaran perdidos existía un “control mágico” llamado “lazo de amor” el cual básicamente es “un brazalete de luz” que está puesta en la muñeca izquierda. El problema se presentó cuando el dolor nubló la atención de la chica, rompiendo el lazo con su corazón, rompiendo el control que le habría permitido abrir las alas a su ave. Nada pudo detener la caída, la última esperanza era que el corazón del chico le salvara, pero el corazón de él le había dado la espalda justo antes de comenzar la caída. El golpe fue brutal, al ave se le rompió de manera terrible un ala, de repente quedó en riesgo vital… el corazón de la chica con forma de ave estaba muriendo.
La chica sintió un ahogo terrible, llevó su mano derecha al pecho mientras respiraba con dificultad. ¿Qué había pasado? Se preguntaba. No entendía nada. Sentía que algo de sí misma se había ido con él. Se llevó las manos a la cara y se escondió en ellas, lloró desconsoladamente, y fue cuando se dio cuenta… el brazalete no estaba. Abrió los ojos muy grandes, y subió la mirada buscando a su corazón pero ya no estaba en ninguna parte. Se levantó con las últimas fuerzas que le quedaban y presintió lo peor, sin el control del brazalete su ave tuvo que haber perdido el vuelo y habría caído al suelo. Este era el peor panorama, había perdido al amor de su vida y al parecer también había perdido su propio corazón. Buscó desesperada, llamaba por su nombre a su corazón con forma de ave pero ella no respondió. Se hizo tarde y no encontró a su corazón en ningún lado. Esa noche fue la más terrible de todas.
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miércoles, 10 de diciembre de 2014

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Vicuña Mackenna

Fuente Imagen: Google.

003. Vicuña Mackenna. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Día frío, el más frío que alguna vez soporté. No sabría decir por qué la temperatura me castiga de esta forma, sólo sé que hay algo raro en este día. Caminamos hacia la estación del metro, tomados de la mano como cualquier vez sin nada especial que decir. Nos separamos porque nuestros destinos eran distintos, nos separamos con un beso rápido como cualquier vez, quizás todo en nuestra relación comenzaba a ser “como cualquier vez”. Te fuiste sin mirar atrás, sin esperar a ver qué pasaba conmigo, ni siquiera te diste cuenta que me quedé mirándote y esperé que voltearas… no lo hiciste. Busqué las escaleras y me fui al andén, metí mis manos en los bolsillos de la chaqueta porque, por todos los santos, estaba haciendo un frío del demonio.
Me paré en el mismo lugar de siempre, en ese sitio marcado mentalmente donde yo sabía que quedaría la puerta del tren, donde sabía que se abriría y yo podría saltar adentro para buscar sentarme en algún puesto. El tren llegó y me preparé para la carrera, se abrieron las puertas y salté rápidamente en busca de un puesto donde sentarme. Me sentí brevemente victoriosa por lograr mi objetivo, pero el frío volvió para congelar mi sonrisa. Nos empezamos a mover por las vías, llegábamos y partíamos de las estaciones en aquella línea mientras yo mantenía mi mirada fija en la cordillera y sus cumbres nevadas. Siempre atraían mi atención, pero esta vez de manera muy especial.
Me sentí triste, no sabría explicar la razón. Empecé a tiritar, sentía que aquel tren era un congelador y que pronto haría hielo mi corazón. Seguimos moviéndonos hasta la última parada: “Estación Vicuña Mackenna”. Salí del tren y antes de que pudiera buscar las escaleras mi teléfono móvil suena, es un mensaje de texto. Lo leo y quedo paralizada, él estaba terminando conmigo y me pedía no buscarlo más. Dentro de mí el hielo que latía se quebraba y dejaba de latir. Ahora tenía sentido el frío descomunal que sentía. Me quedé de pie en medio de aquella estación.
Algún ruido me hizo salir del letargo, caminé a las escaleras con dirección al norte. Mientras caminaba no sabía qué pensar, no sabía qué creer, no sabía qué decir. En el bolsillo de mi chaqueta mi móvil yacía en silencio, pero por Dios que sufrí ese silencio como nunca antes. Deseé que sonara, deseé que me escribiera y me dijera que era una equivocación, o deseaba escuchar una voz al otro lado que me dijera: “Yo te amo”. No pasó. Sentía que las piernas me temblaban y que no lograría dar un paso más. De repente llegó el tren de la combinación.
Me subí y me afirmé en el tubo del pasillo, había mucha gente y yo con ganas de sentarme… en verdad, tenía ganas de morirme pero eso no iba a pasar, aunque fuera lo que más deseara no iba a pasar. Uno nunca se muere cuando quiere, eso es un axioma de la vida. Tomé aquel tubo con más fuerza, aunque en lo personal no sabía de dónde sacaba aquella fuerza. Buscaba mirar el piso, lo último que quería era mirar a la gente a la cara, sabía que si mis ojos se encontraban con otros ojos descubrirían cómo me sentía, y pues no, me niego a que un extraño se tope con mi alma.
Me bajé en la siguiente estación. Me fijé que toda la gente bajaba de los trenes como si se fuera acabar el mundo, con una rapidez impresionante, como si estuvieran en una competencia donde es necesario saber quién sale primero, y luego recorrían el andén con gran desespero. Era la primera vez que me detenía a mirar con paciencia aquel desenfreno. ¿Cuándo se vuelve normal esto? ¿Por qué vamos avanzando como si alguien nos apurara, cuando en verdad no llevamos a nadie con un látigo a las espaldas? Todo en las grandes ciudades es así, todos buscan la rapidez donde sea: entrar rápido, salir rápido, caminar rápido, ir a la comida rápida, pasar rápido el semáforo, ir rápido en el auto, curar rápido el dolor, que nos atiendan rápido, que los días de trabajo pasen rápido, que la conexión a internet sea rápida. Todo entonces pareciera que es “rápido”, pero el mundo se me ha hecho tan lento desde aquel mensaje de texto.
Encontré un lugar donde sentarme en la parte externa de la estación. Ahí me quedé mirando sin mirar, viviendo sin vivir. Miré de nuevo aquel mensaje de texto, y volví a sentir un golpe directo al corazón. ¿Por qué no me dijo esto antes de despedirse en aquella estación? Y recordaba que me quedé mirándole, esperando encontrarme con su mirada pero él jamás volteó. ¿Qué debía sentir ahora? ¿Debía simplemente morir de dolor (por Dios que lo deseaba)? ¿O debía estar aliviada (porque ya no tendría que seguir viviendo los aspectos menos agradables de aquella relación)? Sin embargo, a pesar de cualquier cosa, yo lo amaba. Llevé mis manos a la cara y me escondí en medio de ellas, entonces lloré como una niña. Era hora de aceptarlo, lo había perdido.
En aquella estación empezó mi sufrimiento, y yo no podía hacer nada para remediarlo. Sabía que esto lo cambiaba todo, hasta mi percepción de la vida y de las cosas. El sur dejaría de ser lo que era, no volvería a pisar del mismo modo la estación Vicuña Mackenna. Tú cambiabas para mí y yo dejaba de ser lo que era.
Estaba enamorada de un “príncipe azul” que pensé que era mi destino, pero la vida me cambió al príncipe y también me cambió el destino. Los trenes ya no serán lo mismo, me digo y me repito. Ya mi corazón no latirá al son de tu nombre, pues aunque yo no lo quise él también cambió su ritmo.
Tomamos distintos trenes y ya jamás será lo mismo. Tú por tu lado… y yo al otro lado del abismo.

06/12/14 02:43 a.m. – 02:53 a.m.
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domingo, 7 de diciembre de 2014

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La chilena

002. La chilena. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Les presento a mi bandera
que allá en lo alto vuela,
les presento a mi bandera,
mi bandera es la chilena.
Y es que desde Norte Grande
hasta el frío Magallanes,
flameando con orgullo
de Rapa Nui a Juan Fernández.
Y es que desde el alto cielo
nos bendice nuestra Virgen,
nos empuja hacia adelante
la gran Virgen del Carmen.
Que se escuche desde el norte
y que retumbe en el sur,
que la cueca todos bailen
y a la bandera todos canten.
Que se vea en cada calle,
que se mueva a todos lados
visitando nuestros Andes
y la gran Región del Maule.
En mi pecho brinca y salta
un corazón enamorado,
y caminando en cada calle
un chileno esperanzado.
A Valparaíso yo le digo:
“Valparaíso de mi amor”,
a ti te doy mi canto
y también mi corazón.
Demostremos gallardía
como Prat nos enseñó,
y la hermandad día tras día
como en nuestra Teletón.
Y si hablamos de banderas
mi corazón es tricolor
y brilla siempre como estrella
en mi chileno corazón.

04/12/14 02:57 p.m. 05/12/14 02:33 a.m. – 11:47 p.m. 06/12/14 12:19 a.m. – 12:49 a.m. – 12:19 p.m.
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sábado, 6 de diciembre de 2014

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Al sur del sur

Fuente Imagen: Google.

001. Al sur del sur. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Al sur del sur
donde el amor brilla con su luz.
Al sur del sur
donde te encontré a ti, donde me encontraste tú.
Sí, al sur del sur…
Y es que llevo conmigo tanto de ti,
impregnaste mi vida de rosa y jazmín,
y estuviste conmigo en todo momento
desde tus brisas alegres hasta tus fríos inviernos.
Al sur del sur
donde la imponente cordillera prevalece,
mirando sus cumbres nevadas
mi pequeño corazón se estremece.
Y es que eres parte de los sueños que he construido,
también testigo de los que he destruido.
Y es que has sido tú quien ha arrullado mis sueños
y también me has hecho creer más en ellos.
Al sur del sur
donde el amor brilla con su luz,
allá donde mi corazón vive,
donde aprendí que los sueños se persiguen.
Al sur del sur
donde el amor brilla con su luz,
al sur del sur…

04/12/14 02:32 p.m. – 09:53 p.m. 05/12/14 02:02 a.m. – 02:07 a.m.
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sábado, 27 de septiembre de 2014

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Se me olvidó decirte

Fuente Imagen: Google.

014. Se me olvidó decirte. Colección Fuerte y Valiente. Waldylei Yépez.docx

Rememorando la historia de nuestros días, pienso en las muchas cosas de las que podría hablar, pero hoy tan sólo quisiera recordar aquellas noches estrelladas donde salimos de paseo, y recorrimos las calles de la ciudad donde te quedaste, aquella ciudad donde se me quedó la vida también. ¿Por qué extraño tanto esos paseos?  Quizás porque la noche aquí no es como la noche allá, no importa que supuestamente estemos bajo el mismo cielo… yo sé que no es el mismo cielo. Y como las noches son distintas, por eso es que las extraño tanto. Extraño verte. Extraño que me abraces. Que desde atrás me tomes entre tus brazos y quede pegadita a tu cuerpo, mientras miramos aquellas estrellas que hoy se han apagado.
Recuerdo cuando me llevabas a aquel sitio alto, aquella calle en el cerro desde donde podían verse todas las luces de la ciudad. Cuántas casas, edificios y autos iluminaban aquella enorme ciudad. Recuerdo que te emocionaba aquel espectáculo de luces, y me mirabas entusiasmado mientras mi expresión era más calmada, como si no fuera tan importante. Como si aquel espectáculo fuera algo cotidiano, no tan especial, como esas cosas que miras un instante y ya no le prestas más atención después.
Quizás tú pensaste que todo pasó desapercibido para mí porque jamás me mostré tan entusiasmada, pero ¡cuánto me gustaría decirte lo emocionada que estaba! Cuánto me gustaría decirte que guardé una imagen completa aquí en mi cabeza, que la rememoro incontables veces cada noche y que me arrepiento de no haberte dicho cuán feliz me sentía estando contigo. Que estoy tan arrepentida de no haberte acompañado en las cosas que te gustaban, y que lamento con todo mi corazón no haber tenido una mejor disposición para ir a los sitios que me invitabas.
Me equivoqué, pensé que podía postergarlo todo porque algún otro día podríamos ir a donde querías, algún otro día habría tiempo, porque jamás pensé que el tiempo se nos acabaría y que yo viviría bajo un cielo tan distinto al tuyo… Pero el tiempo se nos acabó, y ahora sólo en sueños puedo volver a aquella escena desde el cerro, a imaginarme aquella ciudad iluminada con sus altos edificios, con su fría noche y yo sola pensando que sería más bonito si tú estuvieras allí conmigo.
Me hubiese gustado tener la oportunidad de mirarte de nuevo a los ojos y poder decirte que… que yo… ¡Ay! Me guardé tantas cosas aquí adentro. Hay tanto que se me olvidó decirte, hay tanto que se me olvidó contarte… pero ya no estamos bajo el mismo cielo, ni acompañados de las mismas estrellas, ni de las luces de esa gran ciudad. Hoy tan sólo me queda imaginar, imaginar que puedo decirte todo aquello que se me olvidó decirte alguna vez. Desearía no tener que imaginarlo, estoy tan cansada de imaginar, está tan dolido mi corazón de tantos sueños que no se harán realidad. Se me olvidó decirte que te amaba y que necesito estar contigo, ¿ahora cómo podré decírtelo?

27/09/14 12:58 a.m. – 01:11 a.m. – 04:39 p.m.
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lunes, 1 de septiembre de 2014

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¿Cómo "valer la pena"?

Fuente Imagen: Google.

013. ¿Cómo "valer la pena"?. Colección Fuerte y Valiente. Waldylei Yépez.docx

Durante mucho tiempo he estado preguntándome acerca de esta cuestión, y en innumerables ocasiones quise saber qué significaba "valer la pena". Todo el mundo lo repite como si lo supiera, hasta yo lo repetía constantemente y no me detenía a reflexionar acerca de lo que significaba. Sin embargo, había una cosa de la que estaba segura: quería valer la pena para ti. Ahí llegué a muchas interrogantes: ¿cómo valgo la pena para ti? ¿Cómo hago para que tus ojos vean que yo valgo la pena? Pero sobre todo, ¿qué significa valer la pena para ti? ¿Se tratará de que actúe de cierta manera? ¿Se tratará acaso de que logre alguna cosa? ¿Valer la pena estará definido por un estatus social o un título? Entonces le pregunté al mundo qué significaba valer la pena, y el mundo me dio diversas respuestas rozando incluso con lo antagónico, porque cada quien tenía su propia opinión.
Le pregunté a una chica que le encantaba el glamour y las fiestas, y ella me dijo que alguien valía la pena cuando era capaz de llevarla a muchas fiestas, tuviera un carro de lujo y dinero para sus caprichos. Luego le pregunté a una chica que poco salía de su casa, y ella me contestó que alguien que no estuviera de fiesta en fiesta, no tomara, ni se quedara hasta tarde hablando en la calle con sus amigos. Le pregunté a otra y me dijo que alguien para quien la única mujer que existiera en el mundo fuera ella. Y así encontré tantas respuestas, como personas vi. Todas creían que si se cumplía cierto comportamiento o logro, entonces ese otro "valía la pena".
Concluí que no existe una fórmula única, que "valer la pena" no está definido desde el principio. Que "valer la pena" es una idea subjetiva, que depende de lo que cada quien quiera, sea o necesite. Entonces lo supe, no importa lo que haga, no importa el consejo de quien siga. Valer la pena para ti puede ser cualquier cosa, y si no he podido cumplirla hasta ahora es porque ya no podré hacerlo a menos que cambie mi propia forma de ser... y si eso es así, ya tú no valdrías la pena para mí.

Me esforcé por ser buena para ti.
Me esforcé para obtener logros.
Me esforcé por méritos y reconocimiento.
Me esforcé en vano, cuando me esforcé por ti.
Nunca supe lo que querías,
nunca supe que yo no podría dártelo.
No quise asumir que éramos distintos,
y que la razón estaba en lo cierto, y no mi instinto.
Quise valer la pena para ti,
pero no puedo ser lo que no soy.
"Valer la pena" no se trata de cómo debo ser,
sino que alguien esté contento con lo que uno es.
No se trata de "maquillar" lo que soy,
sino que te importe lo que soy.
No valí la pena para ti,
pero un día, para otro, quizás sí.

01/09/14 08:57 p.m.
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jueves, 14 de agosto de 2014

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"Ten cuidado con él" me dijiste

Fuente Imagen: Google.

012. "Ten cuidado con él" me dijiste. Colección Fuerte y Valiente. Waldylei Yépez.docx

Lo conozco desde antes que a ti,
lo conozco desde antes de que existieras para mí.
Conozco sus virtudes y conozco sus defectos,
lo conozco sabio y lo conozco molesto.
Me dijiste que era "un traicionero",
"ten cuidado con él", estuviste diciendo.
Yo quedé impresionada,
no por lo que decías, sino por lo que observaba.
La gente tiende a ver su propio reflejo,
en los demás, es como si existiera un espejo.
"Ten cuidado con él" me dijiste,
"debo tener cuidado contigo" yo pensé.
Lo acusas de lo que puedo ver en ti,
"traicionero" lo llamas, pero "traicionero" eres tú para mí.
¿Intentabas cuidarme,
cuando una puñalada estabas dándome?
Pero el que llamaste "traicionero"
fue el único que me acompañó en el infierno.
Fue el único que tuvo palabras sabias para mí,
y al que no vi partir.
Me dejaste en completo abandono,
traicionando tus propias palabras y dejándome en enojo.
¿Con qué cara llamas "traicionero" a los demás?
Ya no veo en ti honestidad.
"Ten cuidado con él" me dijiste,
pero sólo el reflejo de lo que eras, fue lo que viste.

14/08/14 07:04 p.m.
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viernes, 8 de agosto de 2014

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Al hombre que aprendí amar en una noche

Fuente: Google Images.

011. Al hombre que aprendí amar en una noche. Colección Fuerte y Valiente. Waldylei Yépez.docx

Las gotas suenan en el techo. Esta es una madrugada triste y lluviosa, una madrugada donde no tengo inspiración para nada y aun así me gustaría escribir.
¿Qué significa “amar”? ¿Qué significa “llegar a enamorarse”? ¿Qué significa “querer”? Me he cuestionado eso durante largo rato, y al final simplemente concluyo que el significado de todo esto es distinto para cada quien.
Yo creía que amar a alguien era algo que se construía con el tiempo, lo creí hasta que te conocí. Lo creí hasta que vi tu mirada, tu sonrisa. Lo creí hasta que mis ojos se posaron sobre ti, y captaste absolutamente toda mi atención. No hubo nada que interrumpiera, nada que evitara que mi mente se enfocara en ti. Hablamos horas, pero para mí el tiempo no existía. Apareció el cansancio, pero ninguno quería irse. Yo quería escucharte, y tú querías escucharme a mí. Era tan genial ese momento, estar contigo era indescriptible. El simple hecho de mirarte, de que estuvieras ahí era todo lo que yo necesitaba.
Durante mucho tiempo había esperado este tipo de experiencia, quería conocer un hombre que me cautivara de la forma en que tú lo hiciste, que me dedicara su atención, que escuchara con detenimiento, que me mirara de esa manera tan tierna y que me regalara esa sonrisa. Aun no entiendo cómo es posible, cómo lo que busqué por tanto tiempo, pude verlo en ti en sólo una noche. Tu personalidad fue absolutamente arrolladora.
Sonará raro, sonará imposible o sonará a invención, pero no me importa. Aprendí a amarte aquella noche, y no fue necesario tocarte, acercarme más de lo prudente o intentar impresionarte. Sólo hablamos como hablan las personas que acaban de conocerse, y sólo eso fue necesario para encender una emoción tan fuerte y profunda en mi corazón, tan fuerte que habían momentos en que me tuve que contener, estaba a punto de llorar… Increíblemente, hasta de eso te dabas cuenta, pero fuiste precavido al preguntar si era idea tuya, o si mis ojos se habían enjugado. Lo negué, te dije que eso sólo era idea tuya. No insististe.
Sonrío, sonrío al recordar tu rostro, tu mirada. Siento la misma emoción que sentí aquella noche. Esa noche cuando borraste mis problemas, mi pasado y mis frustraciones. Aquella noche cuando la tristeza se fue, y la ternura se apoderó de mi alma y de mi corazón. Cuando te convertiste en el amor que tanto había esperado, el hombre que tanto había esperado.
Te busqué, quería conocer más de ti aunque me daba temor no ser correspondida. Te esperé, quería que aparecieras de nuevo como esa noche, como protagonista en la novela de mi vida. Pero no apareciste de nuevo, y cuando se unió tu ausencia y tu silencio, desvanecieron la figura que ahora extrañaba mi corazón. Te extrañé y te sufrí, no sabía que la misma noche que te amé, también te perdí.

En una sola noche
encontré lo que no había visto en otro hombre.
Te escuché y comprendí,
te amé y te perdí.
En una sola noche,
viniste y te fuiste de mí…

08/08/14 10:11p.m. - 10:21p.m.
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