miércoles, 10 de junio de 2015

EE.UU./México: El periódico semanal "Enlace" publicó el texto "Soy mujer guerrera" de Waldylei Yépez

En el pasado mes de marzo se publicó el periódico semanal "Enlace" número 22 - Volumen 10 correspondiente a la fecha del 28 de marzo al 3 de abril de 2015, en él se incluyó el texto "Soy mujer guerrera" de Waldylei Yépez.

Esta es la segunda vez, de las ocasiones en las cuales nos hemos enterado, que se publica un texto de Waldylei en el periódico local. En el año 2013 fue el texto "Pese a todo, aún sigo viva", el cual se publicaría en "La Prensa de Islay" en el Perú.

La versión digital del periódico "Enlace" puede verse a través de ISSUU. El texto puede encontrarse en la página 13, sección "Instante Mágico".


También se puede visitar el sitio web del periódico "Enlace", allí encontramos un poco sobre ellos, por ejemplo:

ENLACE es el primer Periódico Semanario Norteamericano en el Condado Starr, escrito en español dirigido al público hispano, con oficinas principales en la ciudad de Roma Texas.
ENLACE es un semanario a todo color que se entrega al público totalmente gratis y como su nombre lo indica, enlaza o integra la comunicación más completa entre las ciudades que conforman los Condados Starr, Zapata y parte de Hidalgo; entre las ciudades que cubre se encuentran: Roma, Río Grande, Escobares, Zapata, La Grulla, Alto Bonito, Sullivan, La Joya, Peñitas y Palmview Texas; mientras que por el lado mexicano son Cd. Miguel Alemán, Camargo, Mier, Guerrero y Gustavo Díaz Ordaz Tamaulipas.
ENLACE inició actividades un día 2 de Noviembre del 2005 con el firme propósito de informar a la comunidad de habla hispana los acontecimientos más relevantes que transcurren durante la semana y las ofertas de nuestros anunciantes, se distribuyen actualmente siete mil (7,000) ejemplares por semana, repartidos entre todas las ciudades en más de ochocientos lugares en ambos lados de la frontera: Estados Unidos y México; cubrimos en su totalidad la zona comercial de cada ciudad, comercios en general, tiendas departamentales, consultorios médicos, restaurantes, bibliotecas, todos localizados mediante una extensa ruta de distribución que es monitoreada cada semana, en donde los ciudadanos pueden recoger su periódico.

Para conocer más, pueden visitar su página web.

Muchas gracias a los chicos de "Enlace" por incluir el texto de Waldylei en su ejemplar de marzo. Muchas gracias a todos los lectores extranjeros que han hecho notar su apoyo a nuestra autora.

¡Muchas gracias!

Red DkX


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viernes, 29 de mayo de 2015

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24

Fuente Imagen: Google.

006. 24. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Con mis ojos ya no puedo verte,
te metiste en el sueño mudo y silente.
Y de tanto llorarte mi mundo se hizo gris,
fue difícil para mí verte partir.
Hoy tus alas abiertas alzan el vuelo,
ya no te ata este mundo pequeño.
Ahora estás donde reside la magia,
allí donde la luz te acompaña.
No quiero mirar atrás creyendo haberte perdido,
intentando que tu recuerdo no se lo lleve el olvido.
No quiero, porque creer que te fuiste me entristece,
no te has ido, aunque a mi mundo no perteneces.
Con mis ojos no puedo verte, es verdad,
pero el corazón mira mejor, él ve más allá.
Ya no miro al cielo buscando tu rostro,
no estás tan lejos, no de nosotros.
Hoy yo te busco aquí en mi corazón,
allí conectados estamos tú y yo.
Llegará el día que te encuentre de nuevo,
pues el amor que nos une es puro y sincero.
Mi Ángel de Luz contigo yo soñaré,
porque en mis sueños sé que te encontraré.
Porque tú no te has ido,
si cierro mis ojos, aquí te siento conmigo.

27/05/2015 12:55 a.m.
29/05/2015 12:52 a.m. - 03:40 p.m. - 04:10 p.m. - 04:43 p.m. - 05:12 p.m. Por y para nuestros amados Ángeles de Luz, especialmente para mi Maita en sus 24 meses desde que se quedó dormida.
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miércoles, 20 de mayo de 2015

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Dos seres desincronizados

Fuente Imagen: Google.

005. Dos seres desincronizados. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Sin querer el amor nos ha unido,
y sin querer el amor nos unió.
Fue ese día el menos pensado,
fue en aquel jamás esperado.
Pero somos dos seres desincronizados,
estamos unidos y también separados.
Desincronizados en tiempo y espacio,
tu edad y la mía, tu casa y mi barrio.
En tierras lejanas mi corazón va contigo,
caminando por cielos que no he conocido.
Compartiendo con gente con quien no he hablado,
pero me encanta ir siempre a tu lado.
Porque allí a tu lado yo voy sin estar,
caminando entre flores, rosa y de más.
Caminando contigo y sonriéndote a ti,
gracias mi amor por hacerme feliz.
Somos dos seres desincronizados
en experiencia, tiempo y espacio.
La cana en tus sienes así lo evidencia,
somos distintos en nuestra apariencia.
Somos distintos, y con tanto en común,
nuestros cielos con blanco y azul.
Tus palabras a mí me dan paz,
me encanta escucharte hablar.
Estamos unidos y tan separados,
pero aun así yo te llevo a mi lado.
Te llevo aquí dentro de mi corazón,
tú mi adorado… mi amado… mi amor.

20/05/2015 02:39 a.m. - 02:53 p.m. - 03:22 p.m. - 07:34 p.m.
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viernes, 15 de mayo de 2015

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Perdónalos, porque ellos no saben lo que causaron

Fuente Imagen: Google.

004. Perdónalos, porque ellos no saben lo que causaron. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Querido amigo,

Hoy me gustaría conversar contigo, y quisiera que para ello me siguieras en una visualización. ¿Crees que sea posible? Lo primero que quiero que imagines es que estamos uno a lado del otro, quiero que me sientas más cerca, quiero que al igual que yo puedas mirarme a la cara. Y digo al igual que yo porque en este momento, en mi imaginación, me estás mirando de frente. Bien, ahora quiero que imagines que estamos en un espacio grande, una sala, y en medio tenemos una plataforma con una figura de corazón que es de cerámica, es muy frágil pero muy valiosa. ¿Me sigues? Bien. Ese corazón de cerámica es mi corazón, y lo que le suceda va afectarme poderosamente. Ahora yo te digo que tu tarea será que no le pase nada, debes cuidarlo como si fueras un vigilante. ¿Sí? Pero, ¿sabes? Hay un problema, mientras has estado mirándome y siguiendo mis indicaciones, no te has dado cuenta que han entrado unos niños a jugar a la sala, y que estás muy lejos de la plataforma, pero ellos juegan muy cerca del corazón. Mira hacia la plataforma pero sigue escuchándome, ahí están los niños y con su pelota han golpeado el corazón, a lo lejos miras como si fuera cámara lenta que el corazón de cerámica se tambalea y está apunto de caer al suelo, los niños siguen riendo y jugando como si nada pasara, ríen entre ellos, y el corazón está a punto de caer. Estás muy lejos, no lograrás llegar a tiempo; el corazón llega al borde de la plataforma y cae, choca contra el piso y se hace añicos. Mi corazón está en el piso, está en mil pedacitos, y los niños siguen jugando y riendo. Entonces logras llegar a la plataforma, miras a los niños reír y jugar, pero se detienen a mirarte. ¿Qué les dirías? ¿Les gritarías por haber roto el corazón? ¿Dialogarías con ellos para que entiendan lo que significaba ese corazón? ¿Les darías una charla del valor de las cosas? Son niños muy pequeños, dos o tres años. ¿Entenderían el grado de su falta? ¿Entenderían acaso el dolor que le han acusado a mi corazón? ¿Podrían hacerse cargo de su responsabilidad? ¿Podrían repararlo?
Sí, tú sabes cuánto valor tiene el corazón de las personas, y sabes que hay cosas que no se pueden reparar. Pero, ¿podrías hacerle entender esto a los niños pequeños? ¿Ellos tendrían el nivel de conciencia que tienes tú?
Ahora quiero que me vuelvas a mirar. Ese corazón eres tú, el Yo que fuiste y que sufrió injusticias, el que vivió el dolor de ser menospreciado, de no ser valorado y respetado por lo que realmente era, y él se rompió. Los niños a su alrededor sin ningún tipo de conciencia, sólo creyendo que estaban "jugando" y riendo tuvieron una actuación, pero jamás pensaron en las consecuencias porque pensar en las consecuencias sólo es posible cuando se tiene cierto grado de lucidez y conciencia; fueron niños pequeños no por el lado cuantitativo o de años, sino por el cualitativo y nivel de conciencia. El Yo que veía toda esa actuación desde afuera, eres tú el día de hoy, con la madurez y lucidez de hoy, siendo alguien muy valiente.
Volvamos a los niños, ellos te siguen mirando, ellos son los causantes de haber roto el corazón. Ya sabemos que no tenían ni tienen el nivel de conciencia que tienes tú y que tengo yo, ellos en verdad no saben lo que han hecho. No importa lo que digan, no importa si se ríen porque están nerviosos, ellos están "ciegos" porque no pueden ver lo que han causado. ¿Alguna vez has escuchado la frase de Jesús que dice: "Padre, perdónalos que ellos no saben lo que hacen"? Pues ahora yo te digo: Perdónalos porque ellos no saben lo que causaron. Mírame, no hay forma de que echemos el tiempo hacia atrás y evitemos lo que vivimos en el pasado, no podemos borrar lo que hicieron los demás, lo que hicimos nosotros o lo que dejamos de hacer, pero sí podemos elegir cómo vivimos el día de hoy, y cuando llegue el día de mañana podremos volver a decir: yo puedo elegir cómo vivir el día de hoy.
Tú eres excelente. Tú eres una persona maravillosa. Muchos somos los que te queremos. Estoy orgullosa de ti, has avanzado mucho en tu camino y así debe seguir siendo. Sigue adelante, eres genial.

¡Hoy es un día maravilloso! Gracias por estar aquí.


10/05/15 - 15/05/15 02:48 p.m. Por y para G.M.
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domingo, 10 de mayo de 2015

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¡Feliz día mamá!

Fuente Imagen: Amy-Pixel

003. ¡Feliz día mamá!. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Luz de luna que arrullas los sueños del niño,
tus brazos menguantes, y tu canto de cuna,
tus manos tan tiernas, y tu alma profunda.
Madre, es el título que ostentas,
título ganado con valentía y con fuerza,
nunca te has rendido ante las muchas contiendas.
Hoy en tu día te rendimos tributo,
mujer incansable, mujer de coraje,
mujer modelo, mujer tan amable.
¡Feliz día mamá!
Feliz día te vengo a desear,
acá te acompaño con todo mi amor,
gracias por los días que me arrullaste en tu corazón.
¡Feliz día mamá!
Feliz día te vengo a desear,
y aunque no tenga para ti un regalo material,
acá está todo el amor que una hija podría entregar.
Te quiero mucho mamá.

10/05/2015 03:29 p.m.
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sábado, 9 de mayo de 2015

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Mi adorado Principito

Fuente Imagen: Google.

002. Mi adorado Principito. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Caminando por la vida te encontré,
¿o fuiste tú quien me encontró a mí?
Estaba tranquila, pero no tenía paz,
estaba tranquila, pero grande era mi pesar.
Te posaste a mi lado y tus palabras captaron mi atención,
eras un pequeño Principito, pero qué grande era tu corazón.
Tus cabellos claros se iluminaban frente al sol,
y tu sonrisa expresaba tanto amor, ese amor que cura cualquier dolor.
Tu voz me devolvió la paz que el pasado me quitó,
tu sabiduría me hizo escucharte con absoluta atención.
Pequeño Principito de sonrisa amable,
cuánto había deseado poder encontrarte.
Cuánto había deseado recibir un poco de comprensión,
y una palabra tuya sanó mi corazón.
Mi adorado Principito, corazón de mi corazón,
brillas, como brilla la luz del sol.

09/05/2015 05:01 p.m.
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viernes, 9 de enero de 2015

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Mujeres que sanan


001. Mujeres que sanan. Colección 2015. Waldylei Yépez.docx

Aprendí de la vida que hay que ser decidida,
aprendí de mi madre que hay que ser muy guerrera,
la pasión, gallardía y la paciencia en la espera.
Fui abandonada y traicionada también,
subestimada y echada al olvido, lo sé,
pero decidí dejar ir, lo que ya se fue.
Hoy soy guerrera, así me proclamo,
no soy altanera, pero sé lo que valgo,
sé de las bendiciones que la vida me ha dado.
Hoy soy valiente, también soy muy fuerte,
no importa que el destino haya sido inclemente,
y me haya mostrado lo mucho que duele.
Mi fe y mi certeza me ha acompañado
por este camino del que casi no salgo,
pero aquí victoriosa yo me levanto.
Somos mujeres que no se han rendido,
somos aquellas que nada ha vencido,
recuperamos el trono muy bien merecido.
Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.
Somos mujeres que han sabido seguir,
no importa el camino, lograremos el fin,
el reto será no rendirse, ni dejarse rendir.
Mujeres que sanan porque saben que valen,
que buscan la forma de seguir adelante.
Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.

09/01/15 06:36 p.m. Por y para Magda Xóchitl Sevilla, Mercedes Quiroz y participantes del grupo MUJERES QUE SANAN.
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martes, 30 de diciembre de 2014

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Sana, en paz y libre


005. Sana, en paz y libre. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.rtf

Mi cabeza y mis manos podrían contar tantas cosas,
como aquellas derrotas de ayer,
como de ese océano que crucé o del infierno que pasé.
Hace tiempo atrás habría rememorado todo,
y habría revivido cada lágrima,
me habría retorcido de dolor y me habría llenado de rencor.
Pero decidí que era hora de dejar ir todo,
que las cosas y personas que se fueron
simplemente debían irse, y que de la tristeza es hora de despedirse.
Hoy me encuentro bien, hoy me encuentro sana
porque he sido muy valiente y he curado mis heridas,
porque he sido muy fuerte y he superado mis caídas.
Hoy me encuentro bien, hoy me encuentro en paz
porque más allá de la desolación, volvió a latir mi corazón,
porque he perdonado los errores de otros, y he perdonado los míos también.
Hoy me encuentro bien, hoy me siento libre
porque he recuperado la confianza en mí misma,
porque he recordado lo que significa amarse a sí misma.
Hoy estoy sana, en paz y libre
porque la vida me recuerda las bendiciones que tengo a diario,
porque he recordado mi capacidad soñar y lo mucho que yo amo.
Amo la vida porque me permite estar aquí, amo a Dios y Él también me ama a mí,
amo la luz y respeto el silencio y la oscuridad,
porque sólo desde la oscuridad, el nuevo amanecer se puede contemplar.
Sana, en paz y libre...
Hoy le sonreiré a la vida, hoy me esforzaré por ser feliz,
hoy seré más fuerte, hoy seré valiente,
hoy comenzaré a vivir... y esto no lo hago por nadie, esto lo hago por mí.

30/12/14 09:57 p.m. - 10:06 p.m.
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jueves, 18 de diciembre de 2014

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Cristian

Fuente Imagen: Google.

004. Cristian. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Eran tiempos decembrinos en aquella ciudad. La gente caminaba entusiasmada por esas calles, iban buscando regalos en las tiendas y planificaban lo que serían sus fiestas. Cerca del centro había un hermoso parque, tenía mucha vegetación y flores de diversos colores, a la gente le gustaba ir a visitarlo junto a sus corazones, los llevaban de paseo. Sí, en aquella época era común ver los corazones caminar por toda la ciudad junto a sus dueños. Algunos dicen que esa época se fue para no volver, otros piensan que los corazones siguen siendo visibles para quienes aún creen en la magia, que aún se puede ver el corazón de las personas caminando junto a ellas y que sólo es necesario observar atentamente.
Estos corazones no eran de gran tamaño, pero sí de variadas formas. Algunos parecían pequeñas aves, otros tenían forma de autos de carrera, bates de béisbol, pelotas de fútbol, osos, rosas, princesas, y pare de contar. Todos ellos eran autónomos, porque ya sabemos que el corazón toma sus propias decisiones; tenían sus propios ojos y bocas, así que podían comunicarse con quien quisieran, sobre todo les encantaba hablar de corazón a corazón. Si bien es cierto que eran “moldeables”, ningún corazón tomaba alguna forma al azar sino que tomaban la forma de lo que más les influenciara o influenciara a su dueño. Por ello se podían observar diferentes formas de corazón en aquel parque, y como para el corazón no importa la edad pues no era raro encontrar sentado a un anciano en algún banco que tuviera un corazón con forma de auto de carreras y éste recorriera el parque a toda velocidad, mientras su dueño, claro está, no pudiera seguirle el ritmo. Era muy divertido ver a los corazones saltar, jugar, correr y volar como cometas, mientras sus dueños les miraban entusiasmados, pues si el corazón estaba feliz lo dueños también lo estarían.
Se hizo de noche y aun había personas en el parque. A pesar de que era una noche fría, los corazones seguían muy alegres. En uno de los bancos, al sur del parque, se encontraba una pareja sentada conversando y sus corazones estaban con ellos, el corazón de la chica tenía forma de ave y el del chico también, pero en su caso su corazón se mostraba con porte más bien soberbio. El corazón de la chica intentó acercarse al del chico, pero éste no le miraba, parecía como que no le importara. Lo invitó a volar un rato, el corazón del chico asintió pero de mala gana. Ella alzó el vuelo muy contenta, él la siguió aunque no quisiera. En el banco siguieron sentados sus dueños, la escena era muy parecida; ella miraba al chico un poco confundida, él por su parte ni le miraba… Las aves seguían en vuelo, ninguno se dio cuenta de que sus dueños comenzaron a discutir entre ellos, pero para ese momento no había necesidad de que lo supieran pues ellos mismos también comenzaron a discutir. Corazones y dueños entraron en conflicto, unos sentados en aquel banco y los otros en pleno vuelo, la discusión se puso muy intensa, él chico se levantó del asiento y comenzó a gritar, su corazón también se puso más violento.
Las palabras del chico se volvieron crueles, se convirtieron en dagas apuntadas con golpes certeros, lo mismo pasó con las aves en vuelo. El chico le gritó a la chica que no quería volver a verla nunca más, las puñaladas daban en el blanco mientras la chica quedaba destruida allí en el banco. Quedó aturdida, por su cuerpo comenzó a recorrer el más profundo dolor y por un instante quiso morirse, olvidándose así de su corazón que estaba en la misma condición, la diferencia es que su corazón estaba en vuelo y cuando ella soltó su atención del corazón, el corazón comenzó a caer en picada y no podía abrir sus alas. Si bien era cierto que los corazones son autónomos para decidir y hablar, no lo son para moverse a grandes distancias, por tanto, cuando ellos alzaban el vuelo o salían a correr era porque sus dueños se lo permitían, sin embargo, para evitar que los corazones quedaran perdidos existía un “control mágico” llamado “lazo de amor” el cual básicamente es “un brazalete de luz” que está puesta en la muñeca izquierda. El problema se presentó cuando el dolor nubló la atención de la chica, rompiendo el lazo con su corazón, rompiendo el control que le habría permitido abrir las alas a su ave. Nada pudo detener la caída, la última esperanza era que el corazón del chico le salvara, pero el corazón de él le había dado la espalda justo antes de comenzar la caída. El golpe fue brutal, al ave se le rompió de manera terrible un ala, de repente quedó en riesgo vital… el corazón de la chica con forma de ave estaba muriendo.
La chica sintió un ahogo terrible, llevó su mano derecha al pecho mientras respiraba con dificultad. ¿Qué había pasado? Se preguntaba. No entendía nada. Sentía que algo de sí misma se había ido con él. Se llevó las manos a la cara y se escondió en ellas, lloró desconsoladamente, y fue cuando se dio cuenta… el brazalete no estaba. Abrió los ojos muy grandes, y subió la mirada buscando a su corazón pero ya no estaba en ninguna parte. Se levantó con las últimas fuerzas que le quedaban y presintió lo peor, sin el control del brazalete su ave tuvo que haber perdido el vuelo y habría caído al suelo. Este era el peor panorama, había perdido al amor de su vida y al parecer también había perdido su propio corazón. Buscó desesperada, llamaba por su nombre a su corazón con forma de ave pero ella no respondió. Se hizo tarde y no encontró a su corazón en ningún lado. Esa noche fue la más terrible de todas.
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miércoles, 10 de diciembre de 2014

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Vicuña Mackenna

Fuente Imagen: Google.

003. Vicuña Mackenna. Colección Más fuerte y más valiente. Waldylei Yépez.docx

Día frío, el más frío que alguna vez soporté. No sabría decir por qué la temperatura me castiga de esta forma, sólo sé que hay algo raro en este día. Caminamos hacia la estación del metro, tomados de la mano como cualquier vez sin nada especial que decir. Nos separamos porque nuestros destinos eran distintos, nos separamos con un beso rápido como cualquier vez, quizás todo en nuestra relación comenzaba a ser “como cualquier vez”. Te fuiste sin mirar atrás, sin esperar a ver qué pasaba conmigo, ni siquiera te diste cuenta que me quedé mirándote y esperé que voltearas… no lo hiciste. Busqué las escaleras y me fui al andén, metí mis manos en los bolsillos de la chaqueta porque, por todos los santos, estaba haciendo un frío del demonio.
Me paré en el mismo lugar de siempre, en ese sitio marcado mentalmente donde yo sabía que quedaría la puerta del tren, donde sabía que se abriría y yo podría saltar adentro para buscar sentarme en algún puesto. El tren llegó y me preparé para la carrera, se abrieron las puertas y salté rápidamente en busca de un puesto donde sentarme. Me sentí brevemente victoriosa por lograr mi objetivo, pero el frío volvió para congelar mi sonrisa. Nos empezamos a mover por las vías, llegábamos y partíamos de las estaciones en aquella línea mientras yo mantenía mi mirada fija en la cordillera y sus cumbres nevadas. Siempre atraían mi atención, pero esta vez de manera muy especial.
Me sentí triste, no sabría explicar la razón. Empecé a tiritar, sentía que aquel tren era un congelador y que pronto haría hielo mi corazón. Seguimos moviéndonos hasta la última parada: “Estación Vicuña Mackenna”. Salí del tren y antes de que pudiera buscar las escaleras mi teléfono móvil suena, es un mensaje de texto. Lo leo y quedo paralizada, él estaba terminando conmigo y me pedía no buscarlo más. Dentro de mí el hielo que latía se quebraba y dejaba de latir. Ahora tenía sentido el frío descomunal que sentía. Me quedé de pie en medio de aquella estación.
Algún ruido me hizo salir del letargo, caminé a las escaleras con dirección al norte. Mientras caminaba no sabía qué pensar, no sabía qué creer, no sabía qué decir. En el bolsillo de mi chaqueta mi móvil yacía en silencio, pero por Dios que sufrí ese silencio como nunca antes. Deseé que sonara, deseé que me escribiera y me dijera que era una equivocación, o deseaba escuchar una voz al otro lado que me dijera: “Yo te amo”. No pasó. Sentía que las piernas me temblaban y que no lograría dar un paso más. De repente llegó el tren de la combinación.
Me subí y me afirmé en el tubo del pasillo, había mucha gente y yo con ganas de sentarme… en verdad, tenía ganas de morirme pero eso no iba a pasar, aunque fuera lo que más deseara no iba a pasar. Uno nunca se muere cuando quiere, eso es un axioma de la vida. Tomé aquel tubo con más fuerza, aunque en lo personal no sabía de dónde sacaba aquella fuerza. Buscaba mirar el piso, lo último que quería era mirar a la gente a la cara, sabía que si mis ojos se encontraban con otros ojos descubrirían cómo me sentía, y pues no, me niego a que un extraño se tope con mi alma.
Me bajé en la siguiente estación. Me fijé que toda la gente bajaba de los trenes como si se fuera acabar el mundo, con una rapidez impresionante, como si estuvieran en una competencia donde es necesario saber quién sale primero, y luego recorrían el andén con gran desespero. Era la primera vez que me detenía a mirar con paciencia aquel desenfreno. ¿Cuándo se vuelve normal esto? ¿Por qué vamos avanzando como si alguien nos apurara, cuando en verdad no llevamos a nadie con un látigo a las espaldas? Todo en las grandes ciudades es así, todos buscan la rapidez donde sea: entrar rápido, salir rápido, caminar rápido, ir a la comida rápida, pasar rápido el semáforo, ir rápido en el auto, curar rápido el dolor, que nos atiendan rápido, que los días de trabajo pasen rápido, que la conexión a internet sea rápida. Todo entonces pareciera que es “rápido”, pero el mundo se me ha hecho tan lento desde aquel mensaje de texto.
Encontré un lugar donde sentarme en la parte externa de la estación. Ahí me quedé mirando sin mirar, viviendo sin vivir. Miré de nuevo aquel mensaje de texto, y volví a sentir un golpe directo al corazón. ¿Por qué no me dijo esto antes de despedirse en aquella estación? Y recordaba que me quedé mirándole, esperando encontrarme con su mirada pero él jamás volteó. ¿Qué debía sentir ahora? ¿Debía simplemente morir de dolor (por Dios que lo deseaba)? ¿O debía estar aliviada (porque ya no tendría que seguir viviendo los aspectos menos agradables de aquella relación)? Sin embargo, a pesar de cualquier cosa, yo lo amaba. Llevé mis manos a la cara y me escondí en medio de ellas, entonces lloré como una niña. Era hora de aceptarlo, lo había perdido.
En aquella estación empezó mi sufrimiento, y yo no podía hacer nada para remediarlo. Sabía que esto lo cambiaba todo, hasta mi percepción de la vida y de las cosas. El sur dejaría de ser lo que era, no volvería a pisar del mismo modo la estación Vicuña Mackenna. Tú cambiabas para mí y yo dejaba de ser lo que era.
Estaba enamorada de un “príncipe azul” que pensé que era mi destino, pero la vida me cambió al príncipe y también me cambió el destino. Los trenes ya no serán lo mismo, me digo y me repito. Ya mi corazón no latirá al son de tu nombre, pues aunque yo no lo quise él también cambió su ritmo.
Tomamos distintos trenes y ya jamás será lo mismo. Tú por tu lado… y yo al otro lado del abismo.

06/12/14 02:43 a.m. – 02:53 a.m.
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