jueves, 6 de mayo de 2021

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Un gran amor para una mujer


Aquí o allá,
un gran amor para una mujer siempre habrá.

Un amor que le enseñe a soñar,
con el que también aprenda a volar.

Un gran amor que habrá de ser como un regalo del cielo
que llega para consolar al corazón que hirieron.

Ese corazón que quedó sollozando,
en medio del dolor que lo fue ahogando.

Ese corazón tan fuerte que ya no grita,
porque ya todo lo ha gritado.

Pero aunque sintiera como si le hubiesen arrollado,
el dolor queda atrás, muy lejos, muy allá.

Porque siempre habrá un amor que te permite sanar,
que te permite volverte a entregar.

Aquí o allá,
un gran amor encontrarás.

Un amor que sepa vendar tus heridas,
y las memorias tristes de tu vida.

Un gran amor como el que tengo para entregarte,
el día que la vida me permita hallarte.

Aquí o allá,
un gran amor encontrarás.



Waldylei Yépez



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008.Un gran amor para una mujer.Colección 20 años.Waldylei Yépez.docx
02/05/21 17:59
05/05/21 16:23
06/05/21 12:39 - 13:13 - 13:19 - 14:52



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jueves, 8 de abril de 2021

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Carta a mi tía


Querida tía,

Hoy he pensado en escribirle una carta para decirle aquellas cosas que no he podido decir antes, para decirle lo maravillosa que es para las personas que la queremos y apreciamos.

¿Sabe? Si tuviera que describirla para que otros la conocieran empezaría diciendo que usted es una persona solidaria, amable, generosa, preocupada por el prójimo, que tiene un gran corazón, que ama mucho y que se esfuerza por los otros. Una gran mujer que siempre que puede tiende la mano y comparte todo cuanto tiene, aunque sea poco y aunque se quede sin nada.

Por su forma de ser tan gentil y amorosa se ha convertido en amiga, madre adoptiva, hija adoptiva, hermana adoptiva de muchas personas. Se le admira profesionalmente porque dio todo de sí siempre, incluso para ayudar a sus compañeros y superiores. Logró lo que casi nadie logra, llegar a lugares y personas muy inaccesibles gracias a su lenguaje corporal y actitud. Se hizo escuchar, respetar y sentir sin importar el rango de su interlocutor. Logró tratos más justos para personas que lo necesitaban, y que quizás jamás lo habrían obtenido si no hubiese intervenido por ellos cuando lo hizo.

Logró que su madre se sintiera “rica” cuando con esfuerzo se hicieron arreglos a su casa; una madre que nació y vivió en pobreza, pero que sus hijos le hicieron sentir que “lo tenía todo”. Me atrevo a decir que su madre se sintió siempre tremendamente orgullosa de cada uno de sus logros. Me atrevo a decir que ha sido el orgullo de toda la familia, de todos sus hermanos. Y a su vez ha sido modelo de quienes, como yo, ven en usted a una persona admirable. Me ha acompañado toda mi vida en las más locas aventuras, nos hemos embarcado a lo desconocido varias veces y jamás me dijo que no. Ha sido mi guía, mi amiga, mi compañera más fiel.

Soy otra hija de todos los hijos que ya tiene, que son muchos, pues usted se ha ganado ese puesto a pulso, el de madre, hija y hermana adoptiva. Y todo lo que ha hecho, lo ha hecho sin esperar nada. ¿Sabe? Usted es un tesoro muy raro, pero muy valioso. Estoy segura de que su mamá está muy orgullosa, aunque ya no pueda decírselo con palabras. Sé que desde donde ella esté siempre la va acompañar. Siempre va estar allí a su lado.

Tía, personas como usted representan ese haz de luz que ilumina cuando uno cree que todo es oscuridad. Ese haz de luz que nos hace volver a creer que la luz nunca podrá ser opacada por la oscuridad aunque lo parezca.

Gracias, gracias, gracias por ser tía, madre, amiga, compañera de travesías de quienes como yo tienen la dicha de tenerla cerca. Somos muchos los que hemos sido bendecidos con su presencia, y estamos muy agradecidos por todas las veces que nos ha tendido la mano sin esperar nada a cambio.

Gracias, mil veces gracias. Gracias por su sonrisa, por su bondad, y por su espíritu de hermandad. Querida tía, que Dios la bendiga.



Waldylei Yépez



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07/04/21 22:29 – 22:34



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martes, 30 de marzo de 2021

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Me gusta el pasado


Me gusta el pasado...
porque en él las cosas salen bien.

Me gusta porque yo elijo qué recordar
o qué borrar.

También me gusta
porque en él te encuentro a ti.

Porque encuentro nuestras salidas
y nuestros viajes.

Porque encuentro tus promesas de amor,
y las dificultades que superamos con mucho perdón.

Me gusta, me gusta recordarte a mi lado,
y me gusta tu abrazo bajo el cielo estrellado.

Me gusta recordar nuestros planes pasados
de ese futuro que nunca llegó.

Que nunca llegó...

Recuerdo que me encantaba cuando con timidez me decías: “te amo”
mientras te miraba y tomabas mis manos.

Me gusta, me gusta el pasado aunque sea irreal,
aunque sólo en mi cabeza puedas estar.

Me gusta, y a la vez me duelen
las heridas no sanadas de mi mente.

Me duele… la realidad imaginada que me invento,
y las mentiras que he convertido en mis sueños.



Waldylei Yépez



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006.Me gusta el pasado.Colección 20 años.Waldylei Yépez.docx
28/03/21 20:48
29/03/21 19:44 – 20:04



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lunes, 8 de marzo de 2021

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A todas... ¡Feliz día mujeres!


A la guerrera que se levanta todos los días,
y con fortaleza extrema enfrenta las travesías.

A la cabeza de familia que aun estando sola,
ha sido capaz de luchar contra las sombras.

A la abuela que forjó una familia desde la nada,
y cuyo corazón es más generoso que el de las hadas.

A la mamá que lo ha dado todo y mucho más,
porque su corazón sólo sabe de amor y bondad.

A las tías que nos acompañan en las locuras,
y que nos protegen así sea con las uñas.

A las primas con las que crecimos,
y de quienes mucho aprendimos.

A las amigas que nos aconsejaron, impulsaron y regañaron,
porque con su presencia también nos forjaron.

A las que no nacieron "ellas",
pero que han sido "ellas" desde siempre.

A las valientes que se plantaron frente la vida,
y le dijeron: "¡Hoy será un nuevo día!".

A las que tomaron con firmeza sus decisiones,
y cuidan con celo sus emociones.

A todas las que vienen en las entrañas,
que la esperanza de un mundo mejor con ellas nazca.

Un saludo para todas las valientes en su día.
Es un honor encontrarte, amiga mía.

¡Feliz día mujeres!
Que Dios las bendiga siempre.



Waldylei Yépez



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005.A todas... ¡Feliz día mujeres!.Colección 20 años.Waldylei Yépez.docx
08/03/21 17:31 – 17:43 – 17:46



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viernes, 5 de marzo de 2021

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Arauco tiene una pena... hoy se llama Tomás


Ángel de la Justicia,
algo muy terrible ha pasado,
y el ánimo en Arauco está caldeado.

La inocencia ha sido rota,
las sonrisas opacadas,
y las ilusiones destrozadas.

¿Por qué existe la maldad?
¿Por qué la falta de justicia?
¿Por qué la impunidad?

Que lo justo, justo sea.
Ya basta de falencias.
¡Cuánto embarga esta impotencia!

La niñez es la mejor etapa,
pero, para algunos, fue la única.
Ya no más, que el cielo escuche nuestra súplica.

Más protección para los niños;
ellos son inocentes y sencillos.
No merecen tanta desgracia los chiquillos.

No puedo más que recordar a la Violeta,
cantando con guitarra que "Arauco tiene una pena"...
Arauco tiene una pena... hoy se llama Tomás.



Waldylei Yépez



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05/03/21 19:37 – 19:42 – 20:02 – 20:17 – 20:19



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lunes, 1 de marzo de 2021

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La Ciudad del Trueno


Me quedé mirando por la ventana. A lo lejos veía cómo el viento movía insistentemente un árbol de varios metros de alto, y en mi jardín la bugambilia también se movía sin resistencia.

Gotas gigantes de agua golpeaban con fuerza las hojas y las flores. Algunas no resistieron la batalla, y hasta los pequeños ajíes vieron truncado su crecimiento.

Seguí mirando por la ventana. De repente, un centellazo iluminó aquellas nubes grises, y un gran rugido vino después. La Ciudad del Trueno hacía gala de su nombre.

Un sonido muy particular se hizo presente, y fue entonces cuando descubrí que los granizos habían llegado. En el suelo algunos se derretían; otros se acumulaban.

En ese momento pensaba tantas cosas, y a la vez no pensaba en nada. Somos tan pequeños ante la naturaleza. Un solo gran movimiento, y ella podría eliminarnos si quisiera.

Muchos más truenos llegaron. Algunos fuertes y largos. Me sentí protegida bajo mi techo, pero sabía que no todos correrían con la misma suerte.

Somos vulnerables. Algunos más que otros. Vulnerables física, psicológica o emocionalmente. Me quedé callada mientras seguía mirando por la ventana.

Por un instante me sentí sola. Por un instante mi pasado se hizo presente, y la nostalgia llegó con la tarde lluviosa. Un gran vacío me invadió.

Un gran vacío que grita tu nombre con mi voz. ¿Dónde estarás? ¿Cuándo vendrás? ¿Me estarás extrañando mientras cae la lluvia? ¿O será esto toda una locura?

Sin dejar de mirar la lluvia, me acosté en la cama mientras la almohada me abrazaba. Y yo me aferré a ella, tal como me hubiese gustado aferrarme a ti.

Aquí estoy, mirando la tormenta en la ciudad mientras otra tormenta interna me desgarra. Y aquí sigo, gritando mi dolor con cada latido.



Waldylei Yépez



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003.La Ciudad del Trueno.Colección 20 años.Waldylei Yépez.docx
10/02/21 20:34.
26/02/21 18:03.



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miércoles, 27 de enero de 2021

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El momento en que más te necesité


¿Te has preguntado alguna vez
cuál ha sido el momento en que más te necesité?
¿O nunca has pensado en ello?

Supongo que nunca lo has pensado.
Claro... ¿para qué lo pensarías?
¿De qué te serviría?

Me sonrío. Sigo siendo una tonta...
La tonta que cree que aún piensan en ella.
La que aún cree que la recuerdas...

Alguna vez me dijeron que lo que se va, siempre vuelve.
He confirmado que eso es mentira,
pues tú nunca volviste a mi vida.

Nunca volviste por más que te pensé,
por más que te esperé.
Ni por más que te extrañé.

Y sí. Hubo un momento cuando más te necesité.
Y no. No fue cuando aprendí a dormir sola otra vez.
Ni cuando me hacían falta tus besos y tus sonrisas.

En el momento en que más te necesité, yo extrañé tu mano.
Necesitaba que tu mano sostuviera la mía,
aunque fuera por un instante.

Ese día, lo recuerdo bien,
había perdido a alguien querido.
Ese día, tú tampoco estabas conmigo.

Fue tan duro. Me sentí desmayar de dolor.
¿Y sabes en qué pensaba?
En que quería que me tuvieras la mano agarrada.

Quería sentir tu apoyo.
Quería sentir un: "Aquí estoy contigo".
Fue el instante en que más deseé tenerte conmigo.

Pero no estuviste.
No llamaste.
Y ni te enteraste.

Ese día fue domingo, lo recuerdo bien.
Un domingo hace diez años.
Diez años... me pregunto si a estas alturas ya me habrás olvidado.



Waldylei Yépez



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002.El momento en que más te necesité.Colección 20 años.Waldylei Yépez.docx
27/01/21 17:07 – 17:28 – 18:01 – 18:07



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domingo, 17 de enero de 2021

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Oración para la sanación


Arcángel Rafael,

Tú que representas la sanación concedida por el Dios Todopoderoso que todo ha creado, que todo ha dado y que todo ha bendecido,

Yo te invoco.
Te invoco en este día,
el día en que algún malestar me aqueja
o aqueja a alguien que quiero.

Te pido tu intervención y soporte.
Te pido colocar tu mano sanadora sobre mi frente,
o sobre la frente de quien lo necesita;
de quien te necesita.

Amado Arcángel, solicito que la energía del Dios que todo lo puede
se exprese a través de ti.
Que tu luz sea un manto protector que todo lo cubre, que todo lo sana;
que alivia las penas del cuerpo y también las del alma.

Pido a Dios que conceda la sanación que solicito.
Pido la protección de los Arcángeles y de toda la Hueste Angélica.
Doy gracias porque sé que Dios me ha escuchado.
Gracias Arcángel por estar a mi lado.



Waldylei Yépez



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17/01/21 21:11 - 21:39



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jueves, 19 de noviembre de 2020

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Simplemente tú


Me gustaría escribirte las palabras más lindas.
También me gustaría dedicarte mi más grande proeza,
y la mayor de mis promesas.

Eres la experiencia más sublime que haya tenido alguna vez.
Ya te soñaba cuando aún no nos conocíamos.
Ya eras capaz de atraerme aunque no nos hubiésemos visto.

No existían barreras en esta mágica experiencia.
No existía tiempo o espacio que la detuviera.
Fuimos uno antes de ser uno.

Y llegó el día en que la casualidad nos hizo coincidir.
Fue entonces cuando nuestros ojos se encontraron,
y nuestras almas se abrazaron.

Apartamos nuestras miradas como si uno pudiera ser ciego ante el amor.
Mi corazón vibró tan repentinamente,
y desde entonces ya no pude sacarte de mi mente.

Volví a verte una y otra vez.
Y tú me sonreíste en cada una.
“Lo que iba ser, tenía que ser”, pensé.

En tus brazos encontré una paz desconocida.
En medio de mis penas encontré tu compañía.
Y junto a tu alma, pues yo encontré la mía.

Y es que es tan hermoso sentir lo que yo siento.
Fundirme en la tibiez que viene con tu aliento.
Encontrarme en tus palabras sinceras, y saber que no eres mi quimera.

Tú eres la razón por la cual sigo creyendo,
y la razón por la que también sigo sonriendo.
¡Es que eres tantas cosas! ¡Eres la persona más hermosa!

¡Así que vamos! Subamos de la mano cada cima.
Juntos construyamos una vida.
Seamos el sueño más grande que hayamos soñado. Por favor, quédate a mi lado.

Gracias por estar aquí presente.
Gracias por enseñarme a amar en cuerpo y mente.
Gracias por llenar mi vida de tu luz. Gracias por ser… simplemente tú.



Waldylei Yépez



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015.Simplemente tú.Colección Séptima Región.Waldylei Yépez.docx
03/11/20 09:01 p.m. – 09:04 p.m. – 09:23 p.m.
04/11/20 10:31 a.m. – 10:35 p.m.



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miércoles, 11 de noviembre de 2020

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Las palabras que jamás se escribirán


Pido perdón por todo lo que no llegué a escribir.
También por aquello que no llegué a decir.
Por todo cuanto he callado.
Por todo lo que no debí haber perdonado.

Pido perdón por las historias que se quedaron sin contar.
Por los acontecimientos que conocí, pero que jamás escribí.
Por todo lo que la gente dice que “se queda en el tintero”.
Y también por mis tontos anhelos.

Te pido perdón por no haber sido más valiente.
Por la ignorancia que sepultó mis ideas de futuro.
Por no haber trabajado más duro.
Y por dejar que se destruyera lo que yo sentía seguro.

Perdón.
Me pido perdón por exponerme más de la cuenta.
Por los errores cometidos.
Y por la responsabilidad de haberte perdido.

Pido perdón por no haber defendido con más ahínco mis ideas.
Por perder el tiempo entre tantas promesas.
Por aferrarme a la nostalgia y al pasado.
Por imaginar tanto tiempo el estar a tu lado.

Pido perdón por reescribir tanto mis sueños.
Por haber renunciado a tantos deseos.
Y también por mi ya conocida rebeldía.
Por mis miedos, soberbia y altanería.

Pido perdón por haberme ido.
Y también por dejarte ir.
Por los sueños que se disolvieron.
Por no haberte dicho más veces: te quiero.

Pido perdón.
Pido perdón de corazón.
Perdón por nunca escribir
aquello que jamás pude decir.

Hoy confieso que he fallado.
Que la mayoría de las cosas jamás han sido dichas.
Que prometí más de lo que cumplí.
Y que aún me duelen las acciones que me alejaron de ti.

Hoy me embarga una gran tristeza.
Pero ante el mundo mostraré toda mi entereza.
Y desde mi más grande encierro les diré
que sigo soñando con lo que nunca fue.

Pido perdón también por eso.
Por los años que ya se fueron.
Por los recuerdos que ya no están.
Y por las palabras que jamás se escribirán.



Waldylei Yépez



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014.Las palabras que jamás se escribirán.Colección Séptima Región.Waldylei Yépez.docx
03/11/20 04:31 p.m.
04/11/20 10:19 a.m.



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