sábado, 29 de diciembre de 2012

Blog Apellidos Españoles: "Waldylei Yépez, una escritora especial en Internet"

Hay cosas que uno jamás se espera en la vida, esas cosas buenas que de repente ocurren y te sorprenden. Resulta que, por casualidad, me encontré con una publicación realizada ayer en un blog llamado Apellidos Españoles que le pertenece al señor Enrique Prieto. Este blog cuenta la historia de los diversos apellidos que tienen su origen en España, lo cual me parece muy interesante, y justo se hizo una publicación sobre el apellido Yépez. Lo que jamás imaginé fue que una fotografía mía daría entrada a esa publicación (a la parte de Yépez, por supuesto). Además, dicha fotografía lleva como pie de foto lo siguiente: "Waldylei Yépez, una escritora especial en Internet". Yo, que estaba aburrida viendo páginas sin mucho ánimo, me encuentro con esta grata y gran sorpresa, y me emocioné tanto que llegué al punto de querer compartirlo con ustedes.


¡Gracias Enrique por considerarme para tu publicación! Y gracias por ese comentario. Sinceramente muchas gracias.
 
Ya saben amigos no se olviden de pasar a visitar el blog de Enrique. :-)

¡Muchos saludos!

Waldylei
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sábado, 24 de noviembre de 2012

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¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?

Fuente: Google Images.

016. Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

¿Por qué?
¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?
¿Cómo fue que acabó su amor y yo no me di cuenta?
¿Por qué no me dijo que las cosas eran tan serias, que eran tan graves?
Jamás lo imaginé y jamás imaginé que me destrozaría tanto.
Es muy triste que tenga que fingir que no siento tanto dolor frente a los demás. Ocultar el dolor no es sinónimo de sentirse mejor. Pero “por buena educación”, ¿será que hay que tragarse todo para evitar darles lástima a los demás? Si eso es así creo que es muy triste, pues hay cosas que uno no debería fingir como eso de mostrarse bien. Aunque tampoco es mi intención andar tirada por las calles del mundo echándome a morir, para que los demás vean que sufro y para que se apiaden de mí, no es esa mi intención y no es eso lo que busco. Sin embargo, me gustaría no tener que fingir frente a mis seres queridos, tan sólo porque ellos “no quieren verme así”, si no quieren verme así entonces para qué me miran. Y actúan con sutileza con uno, te miran y medio sonríen creyendo que así te sentirás mejor, y de nuevo hay que tragarse las lágrimas porque nadie quiere ver a otro llorar.
Es cierto también que el cómo asumo esto es mi responsabilidad, pero pretender pensar que todo está bien cuando tu mundo se destruyó de un momento a otro es demasiado difícil.
Tal vez tenga razón aquella canción cuando dice: “Pero siempre hay alguien que ama más, y es así ese alguien es el que pierde más”. Me temo que yo fui quien amó más, y no intento disminuir al otro pero no es menos cierto que esto acabó porque ese otro lo quiso así, porque ese otro dejó de amar como aún lo hago yo. Entonces, ¿quién amó más?
A uno le pasan tantas cosas por la cabeza, comienza a pensar en todo aquello que estuvo bien, en las caminatas, en las conversaciones, en la risa, en los planes... y luego te das cuenta que nada de eso valió, pues nunca sirve a favor cuando intentas salvar ese amor que está muriendo. Uno dice: “¿Pero te acuerdas de tal cosa? ¿Recuerdas que dijimos que esto era para siempre? ¿Recuerdas que prometimos comunicarnos siempre? ¿Recuerdas que hablamos de ser tolerantes con el otro? ¿Recuerdas que dijimos que no había nada perfecto en el mundo y que era humano equivocarse?”, y darte cuenta que de nada sirve eso ahora es tan trágico. Sí, trágico porque hace que te mueras por dentro.
Aún en estos momentos, cuando las maletas están hechas y un pasaje que me lleva lejos está comprado, espero a que venga a decirme: “No te vayas, te quiero a mi lado”. ¿Eso va pasar? No, no creo que pase, y no va pasar porque ya no me ama aunque no me lo haya dicho directamente, pero al dejarme ir así es obvio aquello.
Es triste ver cómo se entromete la gente, buscando separarnos para que no hablemos “porque si hablamos nos hacemos daño”. Cada pareja, se supone, es un mundo y cada una de ellas tiene su propia dinámica, por tanto, si es necesario hablar y llorar, ¿por qué no dejan que eso pase? ¿Por qué se siente alguien con el deber y el derecho a decidir si se habla de tal cosa o no? Por eso es que dicen, y con toda la razón, que más de dos la cosa es multitud y no funciona.
Se supone que se ama también cuando se renuncia, el problema es cuando te hacen renunciar a la fuerza o tú lo sientes así.
Me he despertado hoy con el fantasma de mi viaje, sí, es un fantasma porque siento que camino a la guillotina y sin esperanza de salvarme. Quizás debería resignarme a morir, a que se muera este amor, a que se termine de partir el corazón.
“¿Cuánto tiempo es ‘para siempre’? A veces, sólo un segundo”, dice aquella famosa obra literaria. Ahora creo entenderlo.
¿Por qué el hombre que amo me hace sufrir de esta manera?
Es una pregunta que no entiendo ni puedo responder. Quizás un día pueda, quizás...

24/11/12 10:14 a.m. Santiago.
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jueves, 22 de noviembre de 2012

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Carta a Dios: Él ya no me ama

Fuente: Google Images.

015. Carta a Dios: Él ya no me ama. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

Padre,
No puedo más con este dolor que me carcome el alma. Siento que mi corazón va explotar de pura tristeza. Siento que no me he equivocado tanto como para merecer esto. Estoy sola, sumida en el más profundo dolor que jamás sentí. "Seguramente él ha dejado de amarme", eso me dije y ahora eso es lo que siento, porque si me amara no me dejaría sufriendo de esta manera. Necesito paz para mi corazón, pero la paz que quiero es la que proviene de él, la paz que proviene de sus abrazos y su presencia. Y justo ahora, cuando estoy en el más alto punto de la montaña de mi temor, siento que todo se ha acabado.
He rogado y suplicado, y mis peticiones fueron desoídas. He llorado incansablemente, y mis lágrimas se han perdido. No he dormido casi, no he comido casi, me siento tan mal.
Ayer por la noche, luego de suplicarle salvar nuestro amor, me quedé sentada en el sillón mirando hacia la puerta de la recamara. Esperaba que se abriera, esperaba que él me salvara de este infierno. Estuve esperando muchos minutos, y él no apareció.
Hoy salió temprano y se despidió usando mi nombre, ya no usó palabras de cariño, palabras de amor como acostumbraba hacerlo.
Se fue sin considerar mi petición de salvar lo nuestro, estoy pensando que ya no le importa.
Rogué y supliqué, quizás no debí hacerlo. Pero todo se hace por amor, todo lo hago por este amor que siento. Amor que se convirtió en dolor de un día para el otro, no me di cuenta cuándo, no me di cuenta cómo. Siento que aún me ama, quizás estoy tan equivocada, quizás lo que quiere es deshacerse de mí, quizás... tantas cosas sí.
Padre, dame las fuerzas que me hacen falta para asumir esta verdad, asumir que él ya no me ama. Que todo lo bonito quedó en el pasado, que los planes el viento se los ha llevado y mi sol este día se ha apagado.
Padre, dame resignación para afrontar este hecho. Dame valentía para levantarme de este suelo. Envíame cariño para rellenar el agujero que ahora llevo por dentro. Y mucha vida para seguir viviendo, aunque ya no quiera hacerlo.

22/11/12 12:33 p.m.
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lunes, 19 de noviembre de 2012

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Tuve un sueño

Fuente: Google Images.

014. Tuve un sueño. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.docx

Hace ya mucho tiempo tuve un hermoso sueño.
Un sueño alcanzable,
y, aunque fuera difícil, realizable.
Así fue aquel sueño.
Tuve un sueño precioso
donde ‘vivir’ era más que esta vida,
donde ‘vivir’ significaba ser feliz,
donde ‘ser’ era más importante que ‘hacer’,
donde, a la salida del sol, los sueños volvían a nacer.
En ese mismo sueño
los errores fueron perdonados,
y cuando alguien amaba lo hacía de verdad,
cuando alguien decía “yo te apoyo”
también lo hacía de verdad.
Fue un sueño muy hermoso,
un sueño muy real.
Pero al final del sueño,
ya cuando era hora de despertar,
sólo escuché truenos
que me hicieron reaccionar,
y descubrí que no era más que un sueño
lo que acababa de observar.
Y lo mágico de aquello
se desvaneció ante mis ojos,
y me di cuenta que mi vida,
a diferencia de aquel hermoso sueño,
se convirtió en un infierno.
“No era esto lo que quería,
no era esto lo que soñé”,
pero así resultó
y aquel sueño de ayer
se desvaneció sin querer.
Hoy, ya despierta de tanto sueño,
me doy cuenta de mis manos vacías,
y de mi vida que también lo está,
pues como dice la canción:
la vida llegó
y mató el sueño que aquél soñó.
Así murió el sueño que tuve de mí,
de la vida que quería
y que sólo en sueños pudo ser.
Lamento haberme despertado
del hermoso sueño que soñé,
pues ayer tuve un hermoso sueño,
pero hoy ese hermoso sueño ya se fue,
para mi desgracia y mi lamento:
ya se fue...

19/11/2012 01:32 p.m. - 01:48 p.m.
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jueves, 20 de septiembre de 2012

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Me propongo

Fuente: Googles Images.

Me propongo a perderme en tus ojos.
Me propongo a perderme en el abismo, en la nada.
Me propongo a tantas cosas.
A ninguna de ellas en realidad.
Me pierdo es este mar de palabras,
que no habla más que de cosas cotidianas.
Me encuentro reflejado en tus pupilas,
que hoy no me miran diferente a otros días.
Para ti no soy más que el mismo de siempre,
que a veces critica a la gente.
Que a veces te mira de frente,
aunque sé que a veces me mientes.
Me propongo ser más que una historia,
o sólo un alguien que quiere la gloria,
sólo un alguien que camina descalzo
esperando que otro alguien le dé un abrazo.
Quisiera proponerme que más cosas nos unan.
Quisiera pensar que nuestras historias se suman.
Quisiera mirar la ventana de este tren,
mirarte al reflejo y diciéndote: ven.
Para ti parece más cómodo el puesto del frente,
quizás porque allí va por quién vas sonriente.
Quisiera decirte a la cara
que ése a quien amas, no te ama.
Quisiera contarte que sufre otro amor,
que yo lo conozco y él sabe quién soy.
Porque lo conozco quisiera advertirte de él,
decirte que por nada del mundo te fíes de aquél.
No, no te enamores de ése,
mejor enamórate de quien este verso siente,
este verso que te habla de amor,
este amor desgraciado que irradia como sol,
pero un sol que casi nadie ve,
mucho menos tú que sólo tienes ojos para él,
y a él sólo le importa quien está a dos puestos más,
tú, sencillamente, no existes en su realidad.
Lamento mi amor decirte la verdad,
la verdad que él jamás te dirá.
Seguiré en este puesto de tren,
quizás esperándote en vano
y tú esperándole a él.

Waldylei Yépez
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miércoles, 19 de septiembre de 2012

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Me rindo

Fuente: Google Images.

Este no es el poema alegre
que seguro esperas leer.
Pero si me ves escribirlo
fue porque lo necesité.
Te prometo ya no quitarte más tiempo,
porque yo también me cansé de perderlo.
Quizás te parecerá apresurado lo que diré,
pero no tengo nada más que agregar:
Me rindo.
Sí, con estas líneas me rendiré.
Sé que es lo último que esperas,
y yo no quería hacerlo,
pero ya fue demasiado para mí.
La situación parece un ataque masivo,
y ya no soporto el dolor que me embarga.
Sé que esperabas que volara alto,
pero la suerte me abandonó,
por su parte, el sol se escondió
y la esperanza también me dejó.
Mi escudo fue baleado,
me ahoga el temor,
me ahoga el llanto,
ya no quiero más,
ya no puedo más.
Porque cuando mi escudo servía
me creía muy fuerte,
pero llegó el momento de decirlo:
no puedo cumplir tus expectativas,
lo siento, me rindo
antes de que, por completo, me destruya
y te destruya a ti mismo.
Y si mañana me ves caminando por la calle,
no me saludes, no quiero llorar
por lo que pudo ser y no fue,
por lo que pudo ser y no será.
Lamento estas palabras de renuncia.
Sí, este no es el poema alegre
que seguro querías leer.
Pero si me viste escribirlo
fue porque lo necesité.
Te prometo ya no quitarte más tiempo,
porque yo también me cansé de perderlo.
Quizás te pareció apresurado lo que dije,
pero no tengo nada más que agregar:
Me rindo.
Sí, leíste bien,
con estas líneas me rendiré,
sí, con estas líneas me alejaré,
... con estas líneas te dejaré.

Waldylei Yépez
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jueves, 19 de julio de 2012

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¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?

Fuente: Google Images.

013. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas?. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo volveré a escuchar de cerca el susurro de tus labios y sentir la mirada de tus ojos. Me pregunto tantas cosas a veces, hasta me pregunto qué nos pasó.
Hay ocasiones en que me pongo nostálgica como ahora y sólo logro caminar de un lado a otro en mi habitación, eso cuando no estoy simplemente tirada en la cama o el sillón. A veces siento que esto me sobrepasa, que no podré aguantar ni un minuto más tanta tristeza y tanta rabia. Hay veces en que me digo que hubiese preferido no haberte conocido.
Otras veces actúo normal, como si nada pasara, y le sonrío a la vida creyendo que sí hay razones para ser feliz. Salgo con los amigos y voy al cine con los primos, pero aún así el tiempo no es el mismo que cuando tú estabas aquí.
Hay ocasiones en que me insulto por tonta, por sentir lo que aún siento, me gustaría no tener que fingir lo que finjo sólo para que nadie me vea sufrir, para que nadie me vea triste y se compadezca de mí. No quiero la lástima de nadie, no quiero que sepan que aún sufro por amor, por el amor que aún te tengo y que tú no recuerdas. ¿Por qué? ¿Por qué no lo recuerdas? ¿Por qué sí tengo que recordarlo yo? ¿Por qué sí tengo que sufrirlo yo?
Un rayo de sol intenta entrar por la ventana, intenta infructuosamente calentar esta pieza. Yo intento respirar. Todo es un intento en esta habitación, no puedo decir que algo resulte. Sobre la mesa hay un intento de canción o un intento de poema, y en el piso está nuestro álbum de fotografías que se cayó en un intento de volver al pasado, se cayó cuando intenté vernos juntos de nuevo y me causó tanto dolor que mis manos tambalearon, mi valentía se quebró mientras sigo intentando que el nudo en mi garganta no salga, que no salga y moje mi rostro como muchas veces ya me pasó. Cuesta tanto contar lo que se vive en esta habitación, pero cuesta mucho más contar lo que sucede en mi interior.
No sé si pueda contener más tiempo mis lágrimas, quisiera simplemente soltarlas y volver a ser la niña que cuando lloraba alguien le arrullaba. Quisiera... ¡Ay! ¡Quisiera tantas cosas!
Me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, me pregunto cuándo volveremos a retomar nuestros planes, esos que ambos construimos mientras caminábamos tomados de la mano. Me pregunto cuándo podré volver a ver el cielo y verte iluminado en alguna estrella; cuándo esta maldita ciudad dejará de ser sólo una construcción de recuerdos, donde cada calle y centímetro me habla del momento anterior en que pasamos por ahí, pero no habla de que tú estás aquí. Odio ese osito de peluche que me regalaste, lo odio tanto que no me atrevo a botarlo, no me atrevo alejarlo de mí porque él me acerca a ti. ¡Te odio! ¡Desearía jamás haberte conocido!
Caigo al piso de rodillas y lo golpeo, no aguanto este maldito sufrimiento. No aguanto pensar que sólo yo sufro por esto, que sólo yo quiero regresar atrás, que tú estás bien sin mí o que te da igual. No aguanto pensar... Mis lágrimas caen al suelo una vez más.
Éramos felices, yo sé que lo éramos, entonces ¿por qué no recuerdas nuestro amor? ¿Por qué no lo recuerdas si éramos felices tú y yo?
Me gustaría saber si quiera qué fue lo que nos pasó... Me gustaría entender qué hicimos mal, o qué fue lo que no hicimos. Me gustaría levantarme de este piso, dejar de llorar por lo que ya no será, sin dolor ni amargura, sin pesar. Me gustaría tantas cosas, me gustaría dejarte y aún así me pregunto cuándo volveré a ver tu rostro, cuándo recordarás que te quiero y que quiero que regreses conmigo de nuevo... Mi amor, ¿cuándo? ¿Cuándo lo recordarás? ¿Cuándo recordarás que aún te espero? ¿Cuándo? ¿Cuándo me recordarás de nuevo?

19/07/2012 01:49 p.m. - 02:02 p.m.
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viernes, 13 de julio de 2012

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Ella podría explicarte cómo me siento

Fuente: Google Images.

012. Ella podría explicarte cómo me siento. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Aquella mujer que te hubiese amado, podría explicarte qué es lo que siento ahora. Seguramente podría contestar qué es lo que pasa dentro de mí, así como cuando me miras y te veo sonreír. Quizás ella podría definir lo que siento como amor. Sí, te amo... aunque no esté dispuesta a decírtelo, no como ella que quizás sí te lo dijo.
Me pongo a escuchar canciones de repente, pero termino pensando que me hace mal porque me pongo a escribir en privado, justo para decir las cosas que no diré jamás...
Hace instantes revisaba viejos recuerdos, de esos que se van para no volver, y me he preguntado cuánto me he perdido. Me he preguntado cuánto has vivido y cuánto ha vivido la mujer que te ha amado, así tal cual como yo, con la diferencia que ella fue un paso más allá y terminó por esclavizar su amor, su amor propio.
Recuerdo la vez en que decidí amarte y no amarte al final, justo lo hice para no terminar formando parte de la lista de aquellas que te aman o te han amado, una más, o mejor dicho: no quise formar parte de la lista de mujeres que tú sabes que te aman o te amaron, esa misma lista que agranda tu ego como si fueras la última coca-cola del universo. Justamente eso fue lo que me alejó de ti, te crees tan genial que te propones conquistar a cualquier mujer que te logre sonreír. No niego que eres un seductor, o mejor dicho conoces bien cómo hacer sentir importante a una mujer aunque sea por unos minutos, me he visto en la situación y vaya que se siente bonito debo reconocerlo. Lástima que para ti el "amor verdadero" sólo dura un minuto, por más que sea pleno.
Te conocí y no te conocí al final, no sé si alguien en esta vida te conoce de verdad, o si tú sabrás quién eres, lo cierto es que hace mucho tiempo decidí hacerte a un lado y me dije que eso era necesario para no verme sufrir. Para no sufrir de la misma forma en que esa mujer que te ama, y que cometió la estupidez de decírtelo, sufre hoy por hoy. Me alejé para no terminar sintiendo la rabia y el deseo de venganza que, aún hoy, siente quien te amó y que se creyó engañada.
Hay veces en que no logro comprender el cómo tú no comprendes por qué más de una te reprocha alguna cosa. No logro entender el cómo nunca te diste cuenta que decir "te quiero" no viene enlazado con un "tal vez". Cómo fue que no aprendiste que los compromisos se cumplen, y que no debes hacer sentir importante a una mujer para luego dejarla botada, de verdad, no te puedo comprender. No logro entender que le tiendas la mano a alguien y le sonrías, para solamente después acariciar su pierna y lo más íntimo de su vida... entonces te terminas yendo por donde venías.
Pienso que si te hubieses tomado el tiempo, y hubieses dejado la ridícula idea de que todos están dispuestos a engañar para sólo gozar, podrías haber encontrado en alguna mujer algo más que intimidad. Y no, no te hablo de mí y ni siquiera diré que habría sido otra historia un "nosotros". Conociéndote como te conozco, lo poco que conozco, no habría podido funcionar porque no estaba dispuesta a ser una más, porque con tu forma de ser me enseñaste a no tenerte confianza. Lo peor de sentir que tu amor es un mujeriego, es estar segura de que lo es y que no va cambiar. Que no va dejar de ver fotos de mujeres semidesnudas aunque tú estés a su lado, porque lo más "lógico" es que ella entienda que "él es un hombre" y, por tanto, es normal... pero, pienso yo, podrías tener un poquito más respeto por la mujer que dices amar.
Insisto en que lo más triste de todo esto es que la mujer que te ama esclaviza su amor propio, por la única razón de que te ama como si amar implicara que el otro sea el más importante y uno postergarse como el menos importante. He llegado a pensar que "amor" es una idea tan subjetiva que casi cualquier cosa se puede tildar como tal, sólo se necesita a alguien que quiera justificarse o justificar sus actos. Mi propia idea de lo que es el amor ni siquiera alcanza a ser idealizado, como si fuera un imposible, por el contrario creo que la diferencia reside en que para mí el amor incluye al amor propio, el respeto, la consideración y la dignidad. Algunos creen que, como el mundo no es perfecto, deben postergarse "por amor", yo creo que se puede ser tolerante con aquello que se debe e intolerante con lo que no puede sencillamente aceptarse. Creo que hay que ser valientes para amar y para dejar de amar.
A veces me pregunto qué hubiese pasado si me hubiese dejado caer entre tus redes, quizás tendría una razón para odiarte o para seguir amándote como una infeliz, no lo sé y nunca lo sabré... prefiero no saberlo.
¿Sabes? Hay ocasiones en que abro mi ventana y te veo pasar junto a ella, ésa a quien ahora dices que amas y te dice que te ama. Ella podría explicarte cómo me siento a veces, esas veces en que te amo y ahogo el suspiro que lanza mi corazón. Ella dice que te ama y le creo, hay una forma muy particular en que la mujer enamorada mira, es eso lo que la delata. Por suerte para mí, jamás aprendiste a darte cuenta de la diferencia en cuando yo te miraba, en las veces en que me hubiese gustado correr a tus brazos y besarte en los labios. Sigo amándote en silencio, a veces lo hago.
Ella podría explicarte cómo me siento cuando te amo, podría decirte el tamaño de la ilusión de una mujer enamorada, podría quedarse sin palabras al intentar expresarte lo mucho que te ama, podría quedarse mirándote con ternura... pero jamás podría responderte por qué decidí no amarte, pues sólo yo lo sé y sólo yo lo entiendo.

Tú decidiste vivir tu vida como la vives.
Decidiste que, en el fondo, no amarías a nadie.
Decidiste decirles que les querías,
aunque después de cinco minutos ya no lo harías.

Yo decidí no darte el espacio.
Decidí que no quería estar en tus brazos.
Decidí que no quería besar la boca que ha sido de miles,
que no eras el adecuado para ir al cine.

Ella podría explicarte cómo me siento a veces.
Que el corazón se emociona al verte.
Que mil razones hay para sonreírte siempre,
pero lo que no puede contarte
es que, en el fondo, eres
lo que ella no quiere...
pronto lo sabrá
cuando te conozca de verdad,
o cuando la dejes atrás...

13/07/2012 07:42 p.m.
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sábado, 7 de julio de 2012

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Como fuego bajo la lluvia

Fuente: Google Images.

011. Como fuego bajo la lluvia. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Mientras camino contigo bajo la lluvia me quedo recordando el pasado, recordando que cuando te permití enamorarme no fui consciente del futuro, no podía saber en lo que me estaba metiendo. Recuerdo que te permití besar mis labios y tus manos recorrieron mi espalda mientras disfrutaba de un abrazo tuyo, pero ahora que el juego se aproxima a su final no sé qué cosa positiva rescatar.
Parece que camino contigo, sí, pero la verdad es que camino detrás de ti en esta noche tormentosa y fría, a metros de ti porque te acostumbraste a dejarme atrás, muy atrás, pero antes me hiciste creer que siempre caminaría de tu mano. Creo que lo olvidaste.
La calidez de mi aliento se hace evidente, el calor levanta una nube frente a mi cara. Deben haber como cero grados, o eso siento. Los cero grados no pasan en vano. No siento nada, no sé qué sentir. Da lo mismo el frío del tiempo, al frío que de ti siento o será que, al contrario, el enojo me lleva ardiendo. Eso explicaría el por qué es más evidente el calor que expulsa mi nariz y mi boca. De nada me sirve la bufanda mojada y las manos heladas. Tengo ganas de maldecir todo, mientras mis lágrimas se disfrazan de lluvia.
Maldigo a quien me dijo que el amor era hermoso. Maldigo a tus amigos y los míos por habernos conocido. Maldigo la hora en que decidí dejarte entrar en mí, porque no he ganado más que arrepentimientos, millones de razones para no haberte conocido jamás.
El enojo se acrecienta y también las ganas de gritarte, gritarte que eres un mal hombre, que te odio más de lo que creí. Me molesta tanto que vayas a varios metros delante, me molesta que no puedas ver mi rostro y mis ganas de rayarte la madre.
Maldigo el momento en que las rosas me hablaban de ti, y la lluvia era especial; los fines de semana esperados para verte y la música de amor que me hacía imaginar entre tus brazos, lo maldigo todo. No tengo nada entre las manos, sólo la lluvia y el enojo.
Me detengo un momento en aquel camino escabroso. Levanto mi cara y la lluvia refresca mi rostro. Intento calmar esta rabia, este fuego que siento. Arde mi interior mientras las manos me tiemblan, me es muy difícil respirar. Es difícil respirar tanto dolor junto.
Te miro a lo lejos y pienso en que quizás exagero, en que quizás todo no es tan malo como creo. Mis lágrimas se siguen disfrazando de lluvia. Pienso en lo bueno que fuiste, en lo bueno que has sido con mi familia; pienso en la sonrisa de la cual me enamoré, en esa mirada angelical que a veces tienes. Tal vez estoy exagerando, tal vez no estoy tan enojada, tal vez todavía te amo. Te vuelvo a mirar a los lejos y me doy cuenta que volteaste, te pones las manos en la cintura al darte cuenta que detuve mi camino, me gritas como siempre, me descalificas nuevamente y vuelvo a encenderme...
¡Maldita sea el momento en el que te conocí! Grito dentro de mí. Parezco volcán que erupciona, desprendo tanto calor en esta noche bajo cero que me da lo mismo si me congelo. Arde la piel que me cubre, la mujer de fuego muy rápido se consume. Emprendo el camino de nuevo, con tanta rabia y tanta fuerza que ahora decreto que será la última vez que te veo. Como fuego bajo la lluvia me muero.
Te escucho gritar como si tuvieras mucho poder sobre mí, te escucho regañarme y descalificarme a lo lejos. Pero perdiste, perdiste tantas cosas que ni siquiera te das cuenta. No sabes que acabo de incinerar eso que llaman corazón, amor y similares. Me volví fuego y destruí la casa que construimos, la vida en pareja que alguna vez mencionaste, los momentos que pasamos bajo la luna, los planes de viaje, las ideas y los sueños. Ahora sabrás que he quemado todo, que lo que crees que tienes en realidad lo volví cenizas, lo destrocé todo. Sí, creíste que siempre me tendrías, eso creíste...
A veces me dijiste que sin mí no serías nada, pues te cuento que ahora eres justo eso: nada.
Le prendí fuego a todo, y ahora estoy segura cuando te digo que ésta es la última vez. Vuelves a retomar el camino aún a metros de mí, siempre has sido así: un completo imbécil que ni siquiera se da cuenta cuando el mundo se le derrumba. Siempre tan confiado, creyendo que todo lo controla y que nada perderá, pero déjame decirte que las proporciones de lo que perdiste no las podrás calcular.
¿Cómo pudiste ser tan ciego y tan imbécil? O mejor dicho, ¿por qué te aguanté tanto tiempo si ya sabía que no valías nada? Pero ésta sí será la última vez, porque aunque aún te amaba me llevé a la hoguera y me destruí entera, ya no quedan ni cenizas a las que aferrarse. Ya no existe el amor por el que esforzarse. Sí, había construido un mundo entero, pero me cercioré de quemarlo todo. Sigo quemándome como fuego bajo la lluvia, mientras mis ilusiones gritan tu nombre, gritan que te quiero.

Dejé que me enamoraras,
dejé que me ilusionaras,
también dejé que me amaras
y que me pisotearas,
pero esta noche bajo la lluvia,
esta noche de cero y bajo cero,
de enojos volcánicos,
de calor y de fuego
se encendió mi interior y mi cuerpo,
estalló por dentro
e incineró el amor, el corazón y al tiempo.
Me volví fuego y te destruí,
escuché el quejido y la muerte,
escuché que se ahogó,
sí, se ahogó la voz que decía tu nombre.
Volteaste creyéndote con poder sobre mí,
creyendo que podías mandar sobre mí,
pero déjame aclarar quién es la que manda al fin.
Pensé que contigo podía ser feliz,
pero sólo alcance a ser infeliz
en este juego que construiste
para hacerme sentir parte de ti.
Muchas veces perdoné tus errores
y ya me cansé de hacerlo,
me cansé de tus gritos,
me cansé del "te quiero".
Me volví fuego y destruí todo,
las cenizas quedaron bajo cero
y ahora comienza tu mundo de hielo.
Maldigo a quien me dijo que el amor era hermoso,
¡maldigo!, maldigo el puto momento en que conocí tu rostro...

08/07/2012 01:28 a.m. - 01:46 a.m. - 02:31 a.m.
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viernes, 1 de junio de 2012

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Viejo amigo, hoy que he vuelto a encontrarte

010. Viejo amigo, hoy que he vuelto a encontrarte. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Viejo amigo, hoy que he vuelto a encontrarte me alegra mucho hacerlo. Escuché por ahí que lograste cumplir tus sueños, sí, ya sé que me preguntas por los míos y me toca sonreír obligadamente. Amigo, te confieso que me encuentras en un mal momento del día, en un mal momento de vida como tantos otros que he dejado atrás. Mantengo mi sonrisa obligada, pues sé que es de mala educación volverte a ver y contarte lo mal que me siento.
Pasó tanto desde que dejé de verte, han pasado tantas pero tantas cosas, y a la vez siento que no ha pasado nada, y la verdad no sé cómo explicarte. Siento que ni siquiera debería explicarte. No sé cómo admitir que hay ocasiones en que me siento a solas con mi taza de té, y miro aquel líquido mientras se disipa su calor pensando en el ayer y en el hoy.
Qué cara me pondrías si en esta conversación confieso lo que no he confesado a nadie, si te cuento mis derrotas y verdades; si te cuento que los días de gloria quedaron muy atrás.
Odio realmente sentirme en desgracia, sentir que todo está mal y que sigo caminos que no puedo retornar porque ya no hay tiempo para volver a empezar, pues ni siquiera quiero volver a empezar.
Amigo, te veo tan sonriente contando de tu vida, contando del buen empleo que conseguiste y de las dificultades que superaste. Te felicito mi viejo amigo. Pero, justo ahora, estoy pidiendo con ahínco que no insistas en saber de mi vida, que no insistas en saber de mi historia y en cómo me siento. Quisiera confesarte que la rabia y frustración me carcome la vida y el cuerpo, que mis propios ojos quisieran llorar las mismísimas llamas del infierno, que mis problemas son los mismos y nunca los he superado. Es tanto lo que he fallado.
Viejo amigo, recuerdo aquel tiempo cuando era capaz de hablarte sinceramente y confiaba en que podía contarte cualquier cosa, que podía incluso dejarme llorar pues no importaba que me vieras. Yo sabía que a nadie lo contarías. Recuerdo cuando era capaz de muchas cosas y hoy sólo soy capaz de muy pocas.
Me dio gusto saber de ti, saber que verdaderamente estás bien. Lamento que, en tu caso, te vayas con un cuadro inventado de mí, ese cuadro donde todo está bien, donde me viste bien porque así lo fingí.
Viejo amigo, hoy que volví a encontrarte recordé aquellos buenos años cuando mis desgracias eran algo trivial, pero ahora cuando todo ya es distinto, cuando mi tranquilidad se ha hecho añicos, mis recuerdos se vuelven precipicios.
Te veo alejarte caminando en la vereda y bajo mi mirada.
Desearía no tener que esconderme bajo una sonrisa falsa, pero a veces es necesario hacerlo. A veces es necesario hacerle creer a todos y hasta a tu mejor amigo que las cosas están bien... aunque disten mucho de ser así.
Aunque disten mucho de estar bien.

01/06/2012 05:03 p.m.
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TheRanking ubica a Waldylei Yépez en la lista de “Mejores escritores venezolanos de la historia”

En octubre pasado, les informamos de la aparición de Waldylei Yépez en el ranking de Classora como parte de "Los mejores escritores venezolanos de todos los tiempos", pues resulta que ahora nuestra autora aparece en otra lista de un sitio web llamado TheRanking y allí lidera desde hace un mes dentro de "Los mejores escritores venezolanos de la historia".

Le comentamos esto a Waldylei, como lo hicimos la vez anterior, y esto fue lo que nos dijo:

Me sigue sorprendiendo aparecer en estas listas y sobre todo con esos: "de todos los tiempos" y "de la historia". Yo sé muy bien cuál es mi posición en el ámbito literario, y seguiré diciendo que no soy ni siquiera literaria sino expresiva (tengo que hacer honor a la frase de: ¡Bajo Mi Propio Protocolo!). Sin embargo, y de la misma forma en que lo dije la vez pasada, sí me alegra aparecer en esas listas por el significado de presencia web a la que hace alusión, lo cual da cuenta de la importancia y participación de los usuarios en internet y las redes sociales que ahora llevan la batuta y, por tanto, se da espacio a los escritores de la era digital que antes no tenían la oportunidad de mostrar sus obras porque no podían publicar un libro.

Es justamente esto lo último lo que me alegra al ver estas listas, ahora los escritores digitales se están colando y están apareciendo en posiciones que los hace igual de considerados como los autores consagrados. El internet le dio la oportunidad a la gente de proponer nombres, de hablar de sus gustos y hasta de "igualar" a los más famosos con aquellas que intentan realizar su trabajo sin siquiera buscar ser "famosos".

Y como último comentario, aprovecho la ocasión para agradecer a todos los visitantes y lectores de las obras de Waldylei Yépez, su presencia en este sitio es la base fundamental para continuar los proyectos muy a pesar de todos los obstáculos que puedan aparecer en el camino. ¡Muchas gracias por estar aquí!

Waldylei

Como lo dijo Waldylei, muchas gracias a todos los que nos visitan y leen. :)

Saludos.

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sábado, 21 de abril de 2012

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A mis primas

009. A mis primas. Colección Orígenes. Waldylei Yépez.doc

Queridas primas,

He guardado silencio todos estos días, quizás esperaba el momento oportuno para poder hablarles un minuto. He sido cobarde, quizás no estoy usando el término correcto ahora, pero a lo que me refiero es que no he tenido la fortaleza de escribirles unas pocas palabras para decirles lo mucho que siento esta tragedia que están pasando. Sí, quizás debí escribirles antes pero no pude, no tenía palabras y tampoco creo tenerlas ahora, sin embargo, me esforzaré en comunicarles algunas pocas cosas.
He estado pensando en ustedes, he pensado mucho en el sufrimiento que hoy embarga sus corazones y que llena de un profundo dolor sus vidas, y como puedo dimensionar ese dolor es que no he tenido palabras para decirles lo mucho que lo siento, no he podido decirles que yo también estoy muy triste de saber o imaginar cuánto sufren. Hoy ustedes extrañan y anhelan la presencia de su madre, y yo aún extraño la presencia de mi padre, por ello es que entiendo el dolor que ahora las embarga y sé de la añoranza que las acompañará el día de mañana.
No puedo evitar emocionarme, no puedo evitar volver al pasado y recordar la sonrisa de su madre, su alegría, su fortaleza. Fue y seguirá siendo en nuestras mentes y corazones una gran mujer, una madre abnegada, una esposa maravillosa, hermana y abuela ejemplar. Ella, una mujer de gran porte y carácter, será recordada por muchas personas, todas aquellas que tuvieron la oportunidad de encontrarse con ella en esta vida y que siempre la llevarán consigo en sus almas.
Puedo imaginar el vacío que ustedes encuentran en la casa, el vacío que ella deja, allí donde no está su risa, donde desearían encontrar de nuevo su mirada y sus palabras. Desearía poder comunicarme con ella y decirle cuánto se le extraña.
Hay pocas cosas en la vida que hacen que este dolor que sienten sea más llevadero, pero justo una de esas cosas es saber que ella ya no sufre y eso es algo de lo sí podemos estar seguros, ella se encuentra tranquila, pero a la vez seguramente a ella le gustaría que ustedes pudiesen encontrar la tranquilidad que tanto necesitan, tranquilidad que es difícil de vislumbrar entre tanto dolor por su partida.
Puedo imaginarla en medio de la sala, puedo imaginarla sonreír porque ahora está rodeada de ese Amor Universal que todo lo envuelve. Dicho Amor Universal es el que les dará la fuerza para seguir adelante, porque estoy segura de que eso es lo que ella más quiere: volver a verlos sonreír. Nada puede hacer desaparecer al Amor, ni siquiera la muerte, y por ello estoy segura de que ella permanecerá con ustedes siempre.
Yo aún puedo sentir a mi padre, por eso sé que ustedes pueden sentir a su madre pues se trata de algo más allá de la carne, se trata del amor más puro que llevamos anclado en nuestro pecho y más allá de la sangre.

Primas,
estoy segura que su madre está tranquila,
estoy segura de que volveremos a encontrarla,
que volverán a sentir su mirada,
pero mientras tanto será una gran estrella, en esta noche estrellada.

A la memoria de esa gran mujer, gran amiga y madre amada.

21/04/2012 02:34 p.m. Santiago.
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jueves, 15 de marzo de 2012

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"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

Fuente: Google Images.

En esta triste madrugada,
en esta fría madrugada,
escuchando una canción de despedida,
de esas despedidas que aún no se dicen,
pero que aunque no se digan allí están,
he querido escribir un par de líneas,
tal vez tan sólo son líneas de un desahogo,
quizás es que quiero expresar en ellas mi rabia
¿o debería decir: mi enojo?,
como también puede ser que quiera llorarlas
para así sacarlas de mi alma.
En esta madrugada de mi vida,
en ésta que está tan llena de nostalgia,
quiero rememorar la frase más significativa:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar",
y después de recordarla
me pregunto: ¿qué pensó el poeta al declamarla?,
y más aún: ¿por qué no advirtió lo difícil,
sí, lo difícil de empezar el camino que no existe?
Tan sólo dijo que miraríamos hacia atrás
pues allá es donde queda lo que ya ha pasado,
pero nunca advirtió lo difícil de dar el primer paso.
¡Oh poeta! Hoy te he recordado y te he reprochado,
cuán difícil es volver a empezar después de despedirse
porque al despedirse se abre una nueva senda,
pero no advertiste lo que duele emprenderla.
En esta madrugada de mi vida,
en ésta que llena la piel de mi rostro de tanto llanto,
e incluso aquél que aún no se expresa,
quiero confesar que los nuevos caminos me aterran.
Poeta, poeta del camino,
hoy te he recordado y también te he reprochado,
me contaste lo que pasaría algunos pasos adelante
pero: ¿cómo enfrento el primer paso?, eso no me lo contaste.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar", así dijiste
pero te faltó advertirme:
"y aunque sea difícil: da el primer paso,
que con el primer paso comenzarás el andar,
y, por ende, la senda a transitar".

"Caminante no hay camino",
pero vaya que aterra no saber hacia dónde caminar,
aunque uno sepa que "se hace el camino al andar"...

Waldylei Yépez
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